La autora realizó su práctica pedagógica en un colegio ubicado en Bogotá con niñas de tercer grado. Encontró que las niñas tenían comportamientos conflictivos y problemáticos. Para abordar esta situación, organizó actividades que no afectaran su parte emocional. La experiencia más enriquecedora fue una visita a una fundación para personas con discapacidad para que las niñas valoraran más sus capacidades.