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FACULTAD DE TEOLOGÍA DEL URUGUAY
«MONS. MARIANO SOLER»
HNA. ADRIANA SILVA
“La condescendencia y ternura de
Dios como paradigma de la pedagogía
salesiana”
Disertación para la licenciatura en Sagrada Teología en la
Facultad de Teología del Uruguay.
MONTEVIDEO, AÑO 2008
2
Vidimus et approbamus ad normam Statutorum
- Facultad de Teología del Uruguay-
Moderador: Bormida, Rodríguez, José Rubén, Ofm, Cap, Dr.
Censores: Richard Arce, Pbro.,Dr., y Pablo Peralta, Pbro., Dr.
3
SUMARIO
SIGLAS ................................................................................................................................ 4
INTRODUCCIÓN............................................................................................................... 6
1 APROXIMACIÓN ETIMOLÓGICA ....................................................................... 8
2 DESDE LAS PERSPECTIVAS BÍBLICAS ............................................................. 9
2.1 PERSPECTIVA VETEROTESTAMENTARIA ................................................................. 9
2.2 PERSPECTIVA DEL NUEVO TESTAMENTO.............................................................. 11
3 DESDE LA PERSPECTIVA DE LOS SANTOS PADRES .................................. 23
3.1 SAN IRINEO DE LYÓN ........................................................................................... 23
3.2 SAN CLEMENTE DE ALEJANDRÍA .......................................................................... 28
4 DESDE LA PERSPECTIVA MEDIEVAL............................................................. 33
4.1 SANTO TOMÁS...................................................................................................... 33
4.2 LA PEDAGOGÍA DIVINA SEGÚN SAN BUENAVENTURA........................................... 37
4.3 LA PEDAGOGÍA DIVINA SEGÚN SAN FRANCISCO DE ASÍS...................................... 41
5 DESDE UNA PERSPECTIVA RENACENTISTA ................................................ 47
5.1 SAN FRANCISCO DE SALES ................................................................................... 47
6 DESDE LA PERSPECTIVA DEL MAGISTERIO ............................................... 59
6.1 EL MAGISTERIO CONCILIAR Y POST-CONCILIAR................................................... 59
7 DESDE UNA PERSPECTIVA DE LA MODERNIDAD ...................................... 73
7.1 LA PEDAGOGÍA SALESIANA Y LA CONDESCENDENCIA DIVINA............................... 76
7.2 EL ‘MOVIMIENTO SALESIANO’ .............................................................................. 78
7.3 EL SISTEMA PREVENTIVO...................................................................................... 81
7.4 DESDE LAS CONSTITUCIONES DE LAS HMA ......................................................... 85
CONCLUSIONES ............................................................................................................. 95
BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................. 100
ÍNDICE............................................................................................................................. 106
ANEXO............................................................................................................................. 108
4
SIGLAS
Bíblicas
 Dt.: Deuteronomio
 Prov: Proverbio.
 Eclo: Eclesiástico.
 Gn: Génesis.
 Ex: Éxodo.
 Nm: Números.
 Jos: Josué.
 1° y 2° Re: Primera y segunda de Reyes
 Os: Oseas.
 Is: Isaías.
 Jer: Jeremías.
 Sof: Sofonías.
 Job: Job.
 Sal: Salmos.
 Sab: Sabiduría.
 Jn: San Juan.
 Mt: San Mateo.
 Mc: San Marcos.
 Lc: San Lucas.
 Hch: Hechos de los Apóstoles.
 1° Jn: Primera Carta de San Juan.
 Hb: Carta a los Hebreos.
 Rom: Carta de San Pablo a los Romanos.
 Gál: Carta del San Pablo a los Gálatas
 Ef: Carta de San Pablo a los Efesios.
 Col: Carta de San Pablo a los Colosenses.
 1° Cor: Primera Carta de San Pablo a los Corintios.
 2° Ts: Segunda Carta a los Tesalonicenses.
 1º y 2° Tim: Primera y segunda Carta a Timoteo.
 Ap: Apocalipsis
5
Medieval
 OC: Opúsculos y cuestiones selectas de Santo Tomás de Aquino.
 Prol: Prólogo.
Magisteriales
 CEC: Catecismo de la Iglesia Católica.
 DV: Constitución Dogmática ‘Dei Verbum’.
 EN: Evangelii Nuntiandi.
 AG: Ad Gentes.
 MR: Mutue relationes.
 LG: Lumen Gentium.
 RH: Redenptor Hominis
 PC: Perfectae Caritatis
 GE: Gravissimum educationis.
 LE: Laborem exercens.
 CT: Catechesis tratendae.
Salesianas
 FMA: Hijas de María Auxiliadora en italiano.
 HMA: Hijas de María Auxiliadora.
 MB: Memorias Biográficas de San Juan Bosco.
 MO: Memorias del Oratorio San Francisco de Sales.
 Cronohistoria: Historia de los orígenes del Instituto de las Hijas de María
Auxiliadora.
6
INTRODUCCIÓN
Mi pretensión al realizar este trabajo es la de profundizar en la pedagogía divina
como lugar dónde ir a beber para recomenzar con nuevo ardor la labor educativa eclesial a
la que hemos sido convocados todos los bautizados, y que mi comunidad apostólica ha
recibido como encargo eclesial. Encargo que es estimulado por el llamado a la conversión
pastoral y a renovar la vocación misionera de la Iglesia realizado por la V Conferencia del
Episcopado latinoamericano y caribeño, y más cercanamente por el Sínodo de nuestra
Iglesia local. Al ir profundizando me he encontrado con la condescendencia y ternura
como paradigma de interpretación de la pedagogía salesiana. Se trata de una temática que
exige una actual profundización, pues vivimos tiempos exigentes donde nos hemos
cuestionado y dejado cuestionar por la presencia de muchos bautizados que han recibido el
sacramento sin haber sido iniciados en los misterios cristianos, sin haber sido
evangelizados. Esta constatación nos interpela a tomar conciencia que ha habido error en
nuestra manera de trasmitir el don precioso que hemos recibido. ¿Cómo anunciar el Reino
Dios al hombre y a la mujer de hoy? ¿Cómo anunciar la Buena Noticia de Jesucristo con
un lenguaje, que sea comprensible al hombre y a la mujer del siglo XXI? ¿Cómo hacer
para que entendiendo experimente su atractivo radical? Consciente de que el método no es
ajeno al mensaje, percibo la necesidad de hacerme otra pregunta previa: ¿Tiene Dios un
modo histórico de conducción del ser humano hacia su pleno desarrollo? ¿Cuál es ese
modo? ¿Qué métodos pedagógicos utiliza?
Así comienzo mi investigación intentando primeramente partir de un concepto
general universalmente aceptado, para ir poco a poco abordando la temática desde
horizontes cada vez más complejos. Inicialmente me acercaré a la cuestión ubicándome en
la perspectiva de las ciencias sociales, luego iré aproximándome desde la perspectiva
bíblica, en tercera instancia desde la perspectiva de los Santos Padres, en cuarto momento
profundizaré y presentaré al lector tres perspectivas medievales bien diferenciadas como es
el caso del aporte Tomista, el aporte de San Buenaventura, y finalmente el aporte del
movimiento espiritual de San Francisco de Asís. En quinta instancia presentaré el abordaje
humanista de San Francisco de Sales, quien se vincula íntimamente con el movimiento
salesiano fundado por San Juan Bosco, que apoya su obra educativa en esta espiritualidad.
Por ello, le dedico un capítulo al movimiento salesiano y su método educativo, y en
particular profundizaré más detalladamente acerca del método pedagógico en la educación
7
femenina, realizado por el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, a través de algunos
numerales de su actual Constitución. Finalmente concluiré este trabajo presentando al
lector algunas claves teológicas que enriquecen e interpelan a la pedagogía eclesial de
transmisión de la fe cristiana, y en particular la pedagogía salesiana como expresión de la
misma.
El método que seguiré tiene como trasfondo el método teológico de Lonergan, pues
luego de una clarificación de los términos de la investigación, desde la perspectiva de las
ciencias sociales, me dedicaré a la primera etapa del método: Investigación de los datos de
la experiencia, primeramente de la experiencia de nuestros padres en la fe (Perspectiva
veterotestamentaria), de la experiencia cristiana (perspectiva neotestamentaria). Al
finalizar cada capítulo realizaré una pequeña interpretación de los datos obtenidos –
segundo paso del método de Lonergan-. Luego me abocaré a presentar la historia de la
problemática según la comprensión realizada por algunos representantes de la teología
patrística (San Irineo y San Clemente de Alejandría), medieval (Sto. Tomás, San
Buenaventura y San Francisco de Asís), renacentista (San Francisco de Sales), y moderna
(El movimiento Salesiano). En tercera instancia metodológica confrontaré las distintas
comprensiones históricas de la pedagogía divina –Dialéctica-. Este proceso ha realizado en
mí un cambio de mentalidad, haciéndome ver la condescendencia divina y su ternura como
clave de interpretación de la pedagogía actual de la fe y en particular de la pedagogía
salesiana. De esta constatación he pasado a explicitar los fundamentos o más bien el
horizonte de sentido consistente con la conversión. Soy consciente que he llegado
solamente a la mitad del método teológico propuesto, pero este trabajo servirá para
contextualizar estudios posteriores acerca de la doctrina cristiana, abierta por las
interrogantes: ¿Cuál es el papel que debe tener la mujer en la transmisión de la fe, desde un
paradigma de la condescendencia y la ternura divina? ¿Cuáles son las estructuras
pastorales más acordes? ¿Qué teología pastoral? ¿Qué espiritualidad? ¿Cómo ejercer el
poder? ¿Cuál es la teología ministerial que responde a este modo de conducción divina?
8
1 APROXIMACIÓN ETIMOLÓGICA
Según la Real Academia Española, el término Pedagogía proviene del griego
 y se refiere al arte de enseñar o educar, y por extensión el concepto se
refiere a todo lo que enseña o educa por doctrina o ejemplo. Al igual que el término
pedagogo que desde su origen griego hace referencia a la persona que
conduce e instruye a niños: y por extensión camina junto a otro para
llevarlo hacia una meta común1
. Este concepto está en perfecta consonancia con la
tradición científica del término, que la concibe como una ciencia paiética o pragmática,
destacando como aspecto central de su identidad, el ser una práctica reflexionada de
conducción y educación integral de la persona2
.
Es bueno tener presente que este término está muy emparentado con el concepto
latino de educar: arte de “sacar fuera”, no como una mera acción externa de socialización
o adaptación al medio; ni tampoco se trata del concepto freudiano de educar como la
acción de imprimir en una “tabula raza”. Igualmente no nos referimos al concepto
humanista de Roger, que concibe la educación como una agresión al ser humano, que es
naturalmente bueno3
En definitiva cuando hablamos de pedagogía nos estamos refiriendo al “modo” como
un pedagogo conduce a un párvulo en su propio camino de crecimiento4
, ayudándolo a
“sacar fuera” su capacidad interna, para así desplegarse hacia su plena realización, que
cristianamente tiene su meta en Cristo Jesús.
1
Cfr. D. DÁMASO ALONSO Y FERNÁNDEZ DE LAS REDONDAS, Diccionario de la lengua española, Real
Academia Española 19
, Madrid 1970, 995.
2
Cfr. MAURO LAENG, Vocabulario de pedagogía 2
, Herder, Barcelona 1971, 261-262.
3
Estamos haciendo referencia al modelo de la autorrealización propuesto por la Psicología humanista, cuyo
principal representante es Carl Rogers, seguido por Abraham Maslow, Alfred Adler, Erich From, D.
Goldstein, G. Bittner, R. Tausch., que exponen que vivir significa desarrollar progresivamente la única fuerza
básica que hay en el ser humano. Dentro de esta visión humanista cualquier intervención educativa externa o
contraria a los deseos internos de un individuo, causa agresividad (sentimiento de destrucción) y obstaculiza
el crecimiento natural y espontáneo del ser humano. En esta perspectiva todo debe estar puesto al servicio del
individuo; el ambiente es simplemente un medio para que el fin sea alcanzado: la autorrealización. Dicho
ambiente es considerado como un elemento que puede favorecer o bloquear el fin último del ser humano, por
lo tanto lo más aconsejable, es que no interfiera en el proceso. Cfr. LUIGI RULLA, Antropología de la
vocación cristiana, Tomo I, Bases Interdisciplinares, Atenas, Madrid, 1990, 440-441.
4
Cfr.  El encargado de llevar a los muchachos (a la escuela), de imponerles disciplina y
de vigilarlos. Maestro, instructor, esclavo que conduce a los muchachos. Es un término muy corriente en el
lenguaje rabínico, y en el NT, aparece solamente en Pablo: 1Co 4:15; Gál 3:24,25. Designa aquella persona
que era el encargado de la educación externa de los hijos varones, desde los seis hasta los dieciocho años de
edad; en SCHNEIDER, G., en Diccionario Exegético del Nuevo Testamento Vol. II, Horst Balz Gerrhard
Schneideer (Eds.), Traducido por Constantino Ruiz –Garrido, Sígueme, Salamanca 1998, 674; y en
OBERMAYER, B., Diccionario Bíblico Manual, Edición Ecuménica, Claret, Barcelona 1974, 249.
9
2 DESDE LAS PERSPECTIVAS BÍBLICAS
2.1 Perspectiva veterotestamentaria5
Ya en el Antiguo Testamento Yahvé es presentado como modelo de pedagogo y
educador en numerosos textos, Dios acompaña a su pueblo y lo educa “‘como un padre a
su hijo’ en las diversas etapas por las que va pasando”6
; de forma especial en toda la
tradición sapiencial de Israel, como se percibe en los textos de Proverbios y Eclesiástico7
.
En la Sagrada Escritura Dios es el educador por excelencia, que trata de conducir a
su pueblo y al individuo en tanto integrante del mismo, por el camino de la plena
semejanza divina8
no solamente por medio de enseñanzas sino también a través de pruebas,
silencios, ausencias, castigos y correcciones. La función de enseñar en el Antiguo
Testamento se realiza de diferentes maneras según la calidad del pedagogo, pero a través
de todos ellos el que educa a su pueblo siempre es Dios.
Como un padre educa a sus hijos, así educa Dios: “Yahvé tu Dios te corregía como
un padre corrige a su hijo”9
; Oseas recuerda a su pueblo el comportamiento que Yahvé
Dios tuvo con él: “Cuando Israel era niño yo le amé... Yo enseñé a andar a Efraín, le llevé
en brazos... los llevaba con suaves ataduras, con ataduras de amor... me abajaba hasta él
y le daba de comer”10
. Nos parece oportuno señalar dos aspectos del contexto cultural de
la educación de los niños en Israel: el primer aspecto es señalar la sabiduría como meta
buscada y deseada, y el medio privilegiado para alcanzarla es la corrección. Padres y
maestros tienen que ofrecer a sus discípulos, sabiduría, inteligencia y disciplina11
. Esta
última es comprendida como el fruto de una buena educación: lograr cierta habilidad para
conducirse bien por la vida12
. La pedagogía de Dios con su pueblo asume estos aspectos
de la educación familiar: sabiduría y corrección, y los coloca en función del crecimiento de
la semejanza divina en el ser humano para alcanzar la plena imagen de Dios, que conlleva
la liberación del pecado.
5
Cfr. X. LÉON- DUFOUR, “Educación”, en Vocabulario de Teología Bíblica, Herder, Barcelona, 1967. 219-
223.
6
Cfr. Dt.8, 5; Os.11, 1-4.
7
Cfr. Prov 1, 7; 3,1-12; 2,2ss; 4,1ss; Eclo 1,1.
8
Cfr. Gn 1,26.
9
Dt 8,5
10
Os 11,1-4
11
Cfr. Pr 23,23
12
Cfr. Pr 4,13; 5,23:. 10,17; 23,12ss; Eclo 21,21
10
Las lecciones de Dios con su pueblo son los signos realizados en Egipto, las
maravillas obradas en el desierto y las muchas situaciones en el caminar hacia la tierra
prometida. Israel tendrá que leer las pruebas vividas en el transcurso del desierto como
lecciones divinas. Tuvo que experimentar el hambre para comprender que no solo de pan
vive el hombre sino de toda palabra que sale de la boca del Señor13
, necesitó vivir en
constante estado de dependencia divina para aprender que su Dios es solícito a sus
llamados. Desde esta perspectiva la Ley entregada al pueblo manifiesta una voluntad
divina de instruirlo en su caminar histórico. “Del cielo se hizo oír su voz para instruirte”
14
. Como buen pedagogo Yahvé anuncia la retribución o premio para quién permanece fiel
a la Ley, y sanciona su incumplimiento. Poco a poco Israel comprende que la presencia
física de la Ley en medio del pueblo es la lección de la presencia cercana de la palabra del
educador, que quiere acampar en medio suyo. La palabra no está en los cielos lejanos, ni
más allá de las montañas y los mares, sino que la Palabra está “muy cerca de ti, en tu boca
y en tu corazón” 15
. La palabra del educador se identifica, cada vez más, con la presencia
viva del pedagogo.
Dios educa a través de la voz profética; Dios toma de la mano a hombres y mujeres,
que no seguirán el camino torcido que sigue el pueblo16
, para convertirlos en su propia
‘boca’ que no cesa de recordar a tiempo y a destiempo el querer y el amor de Dios por su
pueblo; amor que incita al cambio de orientación, al abandono del camino que se ha
torcido o se ha dejado llevar por las trampas del ‘malo’. Estos hombres y mujeres que
hacen resonar la voz de Yahvé en medio del pueblo muestran el carácter educativo de los
castigos enviados por Yahvé, como lo vemos en Oséas que señala los fracasados intentos
del esposo que busca atraer la esposa infiel sin ningún éxito. De igual manera el profeta
Jeremías señala: “Déjate amonestar, Jerusalén17
”. “Se han hecho un frente más duro que
la roca”18
y se niegan a dejarse instruir19
. “Dichoso el hombre que al que Dios corrige; sé
dócil a las lecciones de Sadadi” 20
pues ésta es la manera que gobierna Dios su pueblo21
.
Dios en su acción pedagógica propone un paso más en el crecimiento hacia la
semejanza divina en plenitud, que la Ley no solo permanezca en agentes externos a la
13
Cfr. Dt 8, 2-6, 11,2-7
14
Dt 4,36
15
Dt 30,11-14
16
Cfr. Is 8,11
17
Jer 6,8
18
Jer 5,3
19
Cfr. Jer 2,30; 7,28; Sof 3,2.7
20
Job 5,17
21
Cfr. Sal 94, 10
11
persona, sino que esté inscripta en el corazón humano. “Ya no habrá que instruirse
mutuamente... todos me conocerán, desde los más pequeños hasta los mayores”22
. Es en
este momento que aparece la figura del ‘siervo sufriente’ que asume el lugar del pueblo a
la hora del castigo-corrección para que a través suyo Jerusalén pueda dejarse instruir por
completo desde las entrañas hasta su obrar. El siervo se identificará con los que debe
instruir hasta tal punto que carga consigo las penas que pesan sobre los desobedientes, para
que aprendiesen de él lo que significa obedecer al Pedagogo.
La primera de las formas a través de la cual Dios educa a su pueblo es el Padre de
familia responsable de la educación de sus hijos, y que tiene el deber de transmitir la
herencia religiosa del pasado del pueblo, las promesas y los prodigios, las normas y las
sanciones divinas, y las normas morales necesarias.
2.2 Perspectiva del Nuevo Testamento
En el Nuevo testamento el término pedagogía o pedagogo solamente lo encontramos
en las cartas paulinas de manera especial al destacar el papel que cumplió la ley en la
historia de la salvación. San Pablo califica a la Ley como la gran ‘pedagoga’ para la etapa
en la que el pueblo era como un niño. En pasajes como Gál.4, 1-7 y 3, 24 ss, se puede
encontrar los vocablos griegos tutora administradora y
guía de niños, señalando así el papel tutorial y provisorio de la misma.
Recordemos que, en el mundo helénico el pedagogo era por lo general, el esclavo que se
hacía ‘cargo’ del niño, y no se trataba de un maestro, pero sí de un agente adulto que con
su presencia facilitaba, y era vehículo del proceso de aprendizaje y crecimiento del mismo.
Al atribuirle al sustantivo ‘Pedagogía’ el calificativo de ‘divina’, estamos afirmando
que Dios tiene un modo histórico de conducir, instruir y guiar al ser humano hacia una
meta que es su propio crecimiento, ayudándolo a ‘sacar fuera’ su capacidad interna, y
desplegarse hacia su plena realización en Cristo, que desde la antropología cristiana se trata
de una realización en la auto-trascendencia23
. Este concepto de pedagogía está muy
emparentado al concepto de Revelación divina, y de economía de salvación.
22
Jer 31,33ss
23
Cfr. LUIGI RULLA, Antropología de la vocación cristiana, Tomo I, Bases Interdisciplinares, Atenas,
Madrid, 1990, 440-441.
12
2.2.1 Vocabulario24
2.2.1.1 Educar, enseñar, instruir
Este concepto aparece vinculado al actuar de Dios, como Padre, como Hijo, y como
Espíritu Santo en los siguientes textos que en adelante haremos referencia, igualmente
daremos cuenta de la aparición de dicho concepto en su relación a los maestros judíos, a
los maestros cristianos y a otros, pues echan luz a la comprensión de la pedagogía divina
en sus múltiples rostros.
El término aparece referido al obrar del Padre con respecto a Jesucristo: “Les dijo,
pues Jesús: Cuando hayáis levantado al Hijo del hombre, entonces sabréis que Yo Soy, y
que no hago nada por mi propia cuenta; sino que, lo que el Padre me ha enseñado25
”.
Igualmente son abundantes las citas del Antiguo Testamento que presentan el obrar de
Dios con respecto a su pueblo, como un Padre que educa a sus hijos.
Las citas que hacen referencia a Jesús, en su actividad de educador e instructor de
sus oyentes, y en particular de sus seguidores más íntimos, son abundantes26
. En ellas
encontramos a Jesús enseñando en la sinagoga y en el templo de Jerusalén; a los judíos
preguntándose acerca de su origen y del origen de su doctrina, pues no ha aprendido en la
escuela de los rabinos, y habla con autoridad27
. La enseñanza de Jesús desconcierta. Su
actividad pedagógica la ha realizado en lugares concretos y públicos, y en los cruces de
camino, como pedagogo itinerante, que no solo enseña con su doctrina, sino que realiza
signos y prodigios, como puede ser la curación de enfermedades y dolencias del pueblo28
.
Su enseñanza aparece dentro de la corriente de los ‘pobres de Yahvé’ y dentro de la línea
profética29
. En el libro de los Hechos de los Apóstoles su autor afirma que su libro
anterior-Evangelio de San Lucas- ha dedicado a lo que hizo y enseñó Nuestro Señor
Jesucristo30
.
24
Cfr. PEDRO ORTIZ V., SJ., Concordancia Manual y Diccionario Griego-Español del Nuevo Testamento,
Sociedad Bíblica. Madrid, 2000,1997.
25
Jn 8,28
26
Cfr Mt 11,1; 22,16; Mc 2,13; 4,1.2; 6,6.34; 8,31; 9,31; 10,1; 12,14; Lc 5,3; 11,1; 13,22.26; 20,21; 23,5; Jn
7, 35
27
Cfr. Jn 6,59; 7,14.28; 8,2.20; 9,34; 18,20; Mt 7,29; 13,54; 21,23; 26,55; Mc 1,21.22; 6,2; 11,17; 12,35;
14,49; Lc 4,15.31; 13,10; 19,47; 20,1; 21,37
28
Cfr. Mt 4,23; 9,35; 5,17; 6,6-10;
29
Cfr. Mt 5,2
30
Cfr. Hch 1,1-2
13
El arte de educar en sus muchas variantes, también aparece referido al obrar del
Espíritu Santo. Jesús nos deja su Espíritu como pedagogo. En los momentos difíciles, en
las persecuciones, y cada vez que necesiten defenderse él mismo les “enseñará en aquel
mismo momento lo que conviene decir”31
Cuando el pedagogo Jesús deje de caminar con
nosotros, el Padre le enviará en nombre de Jesús para enseñarnos todo, y para recordarnos
todo32
lo enseñado por el maestro en su vida terrena. Su unción hace que ya no
necesitemos más pedagogos fuera del Espíritu de Jesús: su unción nos enseña acerca de
todas las cosas33
.El autor de la Carta a los Hebreos34
retomando el texto de Jeremías acerca
de la nueva Alianza que Yahvé establecerá con su pueblo, afirma que Dios ha colocado su
Ley en los corazones de su pueblo, o sea, ha colocado su ‘su pedagoga’, al interno de cada
uno de sus fieles, por ende sucederá como anuncia el profeta: “ ya no tendrá que
adoctrinar más el uno a su próximo y el otro a su hermano, diciendo, ‘Conoced a Yahvé,
pues todos ellos me conocerán, del más chico al más grande’” 35
Esto sucedió cuando
Yahvé Dios estableció su alianza definitiva en Jesucristo. El Espíritu es el mismo Dios
quién en su inhabitación instruye internamente al ser humano36
.
Estos términos también aparecen en referencia a los maestros judíos; que enseñan
doctrinas que son precepto de hombre, y hacen alarde de su origen divino37
, y enseñan lo
que ellos no mueven un dedo por practicar, instruyen a otros pero no se dejan instruir por
el Señor38
.
Este concepto hace referencia a los maestros cristianos en tanto les encomienda la
tarea de enseñar a guardar lo que Jesús ha enseñado: “Id, pues, y haced discípulos a todas
las gentes bautizándolas en nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y
enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con
vosotros todos los días hasta el fin del mundo”39
Los maestros cristianos participan de su
pedagogía40
en tanto practican y enseñan lo que han visto y oído en Jesús de Nazaret el
Cristo, “...el que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los
hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que los observe y
31
Lc 12,12.
32
Cfr. Jn 14,26.
33
Cfr. 1° Jn 2,27b.c.
34
Cfr. Hb 8,11.
35
Jer 31,34.
36
Cfr. 1° Jn 2,27a.
37
Cfr. Mt 15,9; Mc 7,7.
38
Cfr. Rom 2,21.
39
Mt 28,19-20, y Cfr. Hch 4,2. 18; 5,21.28.42; 11,26; 15,35; 18, 11; 20,20; 21,21.
40
Cfr. Hch. 28,31; Rom 12,7, Col 1, 28; 2,7; Tit 1,11.
14
los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos”41
. Los doce participan, de manera
particular de la pedagogía de Dios con su pueblo; él los elige, los instruye y los envía de
dos en dos. Al regreso vuelven a encontrarse con Jesús quién lo lleva nuevamente a solas
con él, a un lugar solitario para descansar; ellos a su vez cuentan lo que han hecho y lo que
han enseñado42
. Estos maestros cristianos fueron instruidos por el mismo Jesucristo y por
su Espíritu enviado por el Padre y el Hijo43
. También participan de este ministerio
pedagógico, los que han sido instruidos y guiados por el camino del Señor, por las palabras
y el testimonio de los primeros seguidores de Cristo Jesús, como es la situación de Apolo
que fue de gran ayuda en la propagación del Evangelio de Cristo en la ciudad de Efeso44
.
En esta investigación me he encontrado con el texto de la Primera Carta del Apóstol San
Pablo a Timoteo45
, donde aparece el término , referido en sentido negativo a la
mujer, a quien el autor no le permite ‘enseñar’- ni ‘ejercer autoridad sobre el
marido’, y señala que deberá ‘en silencio aprender’ – con toda
sumisión. Realmente que este texto escapa a la pretensión de nuestro trabajo, pero deja
abierta la pregunta por su sentido y significado, y solo podrá ser comprendida en
profundidad su verdad, con una lectura diacrónica y contextualizada, dentro del
acontecimiento Jesucristo. Aquí aparece el tema de idoneidad para enseñar, como un tema
recurrente en los textos referentes a los maestros cristianos46
. En la Carta a los Hebreos se
señala otro aspecto, pues algunos cristianos debiendo ser ‘maestros’ en razón del tiempo,
necesitan ser nuevamente instruidos acerca de la doctrina de Cristo47
.
Es interesante señalar que San Pablo en la Primera Carta a los Corintios hace
referencia a la naturaleza como instructora de la persona humana: “¿No os enseña -
- la misma naturaleza --que es una afrenta para el varón la cabellera...?
48
. La pedagogía divina traspasa su naturaleza, para hablar e instruir incluso a través de la
naturaleza creatural en si misma.
Los conceptos en cuestión también aparecen en el Nuevo Testamento referido a los
falsos profetas, que enseñan y sostienen doctrinas que ponen en tropiezo la fe de los
41
Mt 5,19.
42
Cfr. Mc 6,30.
43
Cfr. Gál 1,12; Ef 4,21; Col 3,16
44
Cfr. Hch 18, 24-27; 1° Cor 4,17; 2° Ts 2,15; 1º Tim 4,11; 6,2
45
Tim 2,11.12
46
Cfr. 2° Tim 2,2
47
Cfr. Hb 5,12
48
1° Cor 11,14
15
discípulos del verdadero Dios. Por lo que en la pedagogía de Dios nos encontramos con
referencias a otros que educan perniciosamente al ser humano49
.
En resumidas cuentas este concepto presenta a Dios activamente como pedagogo, ya
sea enseñando, instruyendo, o adoctrinando a su pueblo, con palabras, gestos (curaciones,
multiplicaciones de panes...), con su unción y presencia interna en el corazón humano que
se abre a la presencia del Espíritu enviado por Jesús y por su Padre; con y por la naturaleza
humana. Con los maestros cristianos que han sido instruidos y siguen abiertos a las
instrucciones del Maestro Jesús y de su Espíritu.
2.2.1.2  Enseñanza, doctrina, instrucción
Estos conceptos aparecen de manera amplia en el Nuevo Testamento, con una
variedad de matices, como por ejemplo: : que tanto se traduce por enseñanza,
como por doctrina50
. Estos conceptos parecen estar reservados al obrar práctico del
pedagogo, como se aprecia más nítidamente en el texto de la primera carta a Timoteo51
,
donde afirma que los buenos dirigentes y ancianos sean tenidos por dignos, especialmente
los que se dedican a la palabra y a la enseñanza; de donde se puede inferir una distinción
entre el ejercicio de la palabra y el ejercicio de la enseñanza. En otros textos se percibe la
relación estrecha entre ‘sana doctrina’, con la ‘predicación apostólica’, y ‘la conducta
moral52
’ del seguidor de Cristo, que debe ser ejercitada y probada, a través del testimonio
de otros cristianos. En las cartas pastorales este concepto es presentado como un ministerio
dentro de la comunidad.
En comparación con el concepto anterior, es importante resaltar que éste a su vez,
parece hablar de ‘algo’ que es entregado por Dios a su pueblo, en el ejercicio de su
pedagogía. Mientras que los términos anteriores presentaban a Dios ejerciendo su
pedagogía, ya sea enseñando, instruyendo o adoctrinando; estos términos hacen referencia
a ‘algo’, a su -
que es entregada al discípulo al ser instruido, enseñado y
adoctrinado. Esto que es entregado parece guardar íntima relación con el modo como
orientarse, o dirigirse en la vida. En particular como orientarse, u orientar su vida según la
49
Cfr. Mt 28; Ap 2,14.20
50
Cfr. Rom 12,7; 15,4; Ef 4,14; Col 2,22 doctrinas puramente humanas; 1° Tim 4,1.6.13.16; 5,17; 6,1.3; 2°
Tim 3,10.16; 4,3; Tit 1,9; 2,1.7.10.
51
Cfr.1º Tim 5, 17.
52
Cfr.1º Tim 1,10; ver la nota al pie de la Biblia de Jerusalén, Nueva edición revisada y aumentada, Desclée
de Brouwer, Bilbao, 1998.
53
Cfr. Mt 22, 33; Mc 1,22.27; 4,2; 11,18; 12,38; Lc 4,32; Jn 18,19.
16
voluntad de Dios. “Mi doctrina no es mía sino del que me ha enviado, si alguno quiere
cumplir su voluntad, verá si mi doctrina es de Dios, o hablo yo por mi cuenta”54
. El
cristiano se ha entregado al modelo de doctrina entregada por Cristo55
, y ella ejerce sobre
él, una transformación interior, y una libertad con respecto al pecado, que lo hace libre en
Cristo Jesús, y heredero de la vida eterna.
Estos conceptos aparecen en los LXX unas 100 veces, de las cuales 57 es traducción
del hebreo qal: ‘acostumbrarse, aprender’56
, y de piel: ‘estar al servicio de una persona’.
En la literatura griega desde Homero en adelante figura con mucha frecuencia. En el
helenismo, se refiere a la tarea que desarrolla el maestro al transmitir conocimiento teórico
o actividades prácticas de una manera metódica y sistemática, a lo que corresponde al
discípulo la formación e incremento de sus capacidades y habilidades personales. Esta
tarea está fuertemente marcada por el elemento intelectual y autoritario, pues junto con el
significado de ‘dar a conocer, informar’ está también el de ‘convencer, probar, demostrar’,
sin embargo no toca el ámbito de las decisiones que solo le corresponde al discípulo. En el
Rabinismo la traducción del hebreo qal, adquiere un significado más bien técnico, que es
utilizado para describir la comunicación de la voluntad de Dios, que es conocida por la
interpretación de la Ley; la que debe orientar la vida de las personas, ya sea en su relación
con Dios o con su entorno humano y físico.
En cambio en el Judaísmo, dicho verbo tiene relación no solo con el intelecto
humano, sino que tiene connotaciones existenciales y totalizantes de la persona en su
contexto ético y religioso. Como lo percibimos con claridad en los textos de Jeremías
31,18; y Oséas 10,11 donde el término se refiere al amaestramiento de los animales; y en
Isaías 2,4 y Miqueas 4,3 aparece vinculado al adiestramiento para la guerra. En
Deuteronomio57
y en el primer libro de Samuel 1,18 aparece referido más bien al
aprendizaje intelectual de los cantos y su ensayo práctico. El verbo piel: ‘estar al servicio
de una persona’: se percibe al contemplar a Josué como servidor de Moisés58
, y Eliseo
servidor de Elías59
. Este término aparece 97 veces en el Antiguo Testamento y dos tercios
de ellas aparecen en contexto cultual.
54
Jn 7,16.17.
55
Cfr. Rom 6,17.
56
Cfr. Diccionario Teológico Manual del Antiguo Testamento, II, E. JENNI, C. WEREERRMANN (Ed), Ed.
Cristiandad, Madrid, 1978. 492-493.
57
Cfr. Dt 31,19.22
58
Cfr. Ex 24, 13; 33,11; Nm 11,28; Jos 1,1
59
Cfr. 1° Re 19,21; 2° Re 4,43; 6,15
17
2.2.1.3 : Maestro
Son numerosos los pasajes en los que se dirigen a Jesús con el título de Rabí60
, este
término, se trata de un título honorífico otorgado a aquellos maestros de la Ley, que
permanecían fieles a la tradición judía. “Toma la palabra Pedro y dice a Jesús: “Rabbi,
bueno es estarnos aquí...”61
. Es evidente que en Jesús de Nazaret, sus contemporáneos
vieron la figura de un gran Maestro de la ley divina; reconocen que ha venido de parte de
Dios como ‘Maestro’, por los signos que realiza62
. En el texto de la aparición de Jesús
resucitado a María de Magdala, aparece el término hebreo , que se trata de un
título más solemne que , y que a menudo es empleado para dirigirse a Dios, por eso
esta afirmación tiene un tinte de profesión de fe en Jesús el Cristo, que precede a la
profesión de fe de Tomás63
.
2.2.2 La pedagogía de Jesús de Nazaret64
Jesús aparece como la plenitud de aquella labor pedagógica realizada a través de los
siglos de formación del Pueblo de Dios, pero sin duda alguna abre otra etapa en el proceso
pedagógico de la revelación, ya que se presenta enseñando. Son sugestivas las reflexiones
del educador brasileño Paulo Freire que asegura que independientemente de la posición
cristiana en la que él siempre ha tratado de estar, Cristo será para él, un ejemplo de
pedagogo. Pues lo que le ha fascinado de su Buena Noticia es la indivisibilidad entre el
contenido y el método con que Cristo los comunicaba.65
Para una mayor profundización de la temática abordaremos el estudio del concepto
según está planteado en el cuarto Evangelio, y en particular señalaremos a la perícopa de
Jn 18,12-2766
, por tratarse de un texto de gran valor teológico. En la respuesta que Jesús da
al Sumo Sacerdote, presenta con claridad las notas de su pedagogía y de su
enseñanza.
60
Cfr. Mc 11,21; 14,45; Jn 1,38.49; 4,31; 6,25; 11,8
61
Mc 9,5,
62
Cfr. Jn 3, 2
63
Cfr. Jn 20,16.28; Mc 10, 51. Ver Nota de la Biblia de Jerusalén de Jn 20, 16.
64
Cfr. ALEJANDRO DAU DAUSÁ, Encuentros con el maestro: la pedagogía de Jesús de Nazaret en Cuadernos
Teológicos. Biblia, n°. 1, Editorial Caminos, La Habana 2002, 88.
65
Cfr. PAULO FREIRE, Pedagogía del Oprimido, Biblioteca Mayor, Montevideo, 1970, 232.
66
Cfr. TOMÁS CASTELLARÍN, “Ante el sumo sacerdote, Jesús especifica su ‘Enseñar” (Jn 18, 12-27), en JOSÉ
LUIS D’AMICO, EDUARDO DE LA SERNA (coord.), Donde está el Espíritu, está la libertad, Homenaje a Luis
Heriberto Rivas con motivo de sus 70 años, Buenos Aires, 2003, 349-377.
18
La pedagogía de Jesús según el Evangelio de San Juan, es el don de una
doctrina que proviene de un mundo superior. El pedagogo no habla por su cuenta:
“Mi doctrina no es mía sino del que me ha enviado” 67
, sino que transmite lo que aprendió
junto a su Padre68
de dónde vino69
para ser “luz del mundo”70
y para quitar las tinieblas de
la ignorancia y del error en las que está sumergido el mundo71
. Todos los que se dejan
conducir por él, no caminan más en la oscuridad, ya que descubren que tienen en sí
mismos la luz de la vida72
que lo guía internamente. Hay en la teología juanea un sentido
autoritario de la pedagogía de Jesús de Nazaret, que emerge de la llamada incondicional y
totalizante por parte de Jesús a sus discípulos.
Esta pedagogía tiene un sentido un tanto original, ya que constantemente se acerca al
significado de ‘revelar’; además del enseñar de Jesús, el Evangelio de Juan hace referencia
al ‘enseñar’ del Padre73
y también al ‘enseñar’del Espíritu Santo74
. Jesús no es solamente el
Pedagogo, sino que él es a la vez destinatario en tanto discípulo del Padre, y contenido, en
tanto es mensaje de revelación que el Padre dirige al mundo. Jesús en la respuesta al Sumo
Sacerdote antes de su pasión, utiliza el término enseñanza en medio de un
doble uso de lenguaje balbuciente de niños, hablar; que en la LXX hace referencia
a la palabra profética75
.
En la obra lucana y en la Carta a los hebreos, este verbo es utilizado únicamente en
contexto religioso y como palabra técnica que indica la transmisión de la Palabra Revelada.
En el cuarto Evangelio este verbo tiene un uso singular que es inicialmente señalado por la
gran frecuencia con la que es utilizado por el autor del mismo. Aparece 60 veces, además
de tres variantes, mientras que en los demás Evangelios aparece menos de la mitad: en
Mateo, veinte seis, en Marcos veinte uno, y en Lucas treinta y una veces. En la mayoría de
los casos el verbo es utilizado para referirse o a la persona de Jesús o a la Revelación. Las
palabras de Jesús a los judíos incrédulos en Juan 8,40: “tratáis de matarme, a mí que os he
dicho la verdad que oí a Dios” hacen referencia directa a la Revelación, ya que se
establece un paralelismo entre ‘la verdad’ proclamada por el Maestro y las ‘palabras de
67
Jn 7,16.
68
Cfr. Jn 17,1-8.
69
Cfr. Jn 13,3.
70
Jn 8,12.
71
Cfr. Jn 3,19.
72
Cfr. Jn 8,12.
73
Cfr. Jn 6,45; 8,28.
74
14,26.
75
Cfr. Num 22,38; Dt 18,18; Jer 1,6
19
Dios’76
que él ‘ha visto y oído junto al Padre’77
entre aquello que el Padre le ‘ha enseñado
al hijo’78
y lo que Jesús les ha dicho79
.
Resulta evidente que el valor peculiar del verbo  en el Evangelio de San Juan
hace referencia a la transmisión y comunicación de una palabra reveladora. En Jn 18,20.21
tenemos el perfecto:  que hace resaltar la permanencia de la Revelación
realizada en Jesús de Nazaret, pues la presenta como un hecho ya cumplido en el pasado,
cuyo efectos continúan aún en el presente. En definitiva este evangelista presenta las
palabras, el mensaje y el hecho mismo de la de Jesús con un neto contenido de
revelación, que de parte de Dios Padre es comunicada a los hombres y mujeres por Jesús
el pedagogo. En cuanto al lugar dónde Jesús educa e instruye, encontramos en Juan 18, 20
un lugar característico de todo su enseñar, ya que lo encontramos con su actuar pedagógico
y educativo entre su gente, en los centros de culto de Israel: la Sinagoga y el Templo, y en
todos los lugares públicos, donde se congregaba el gentío. Jesús habla para todos los que
quieran oír, habla en lugares públicos y nada ha dicho en secreto. Jesús aparece como un
Maestro itinerante, pero nos cabe descartar, la posibilidad de alguna ‘casa-escuela’ donde
Jesús instruye a los que han aceptado ser formados. El teólogo B. Gerhardson80
sostiene
que parecería que Jesús y el círculo más estrecho de seguidores tuvieran una casa en
Cafarnaúm. Igualmente su enseñanza no pierde su carácter de universalidad y apertura a
todos, manteniendo su atención y preocupación hacia la singularidad de los que aceptan el
mensaje.
Jesús se movía rodeado de humildes pescadores de Galilea, pero también cuenta con
un auditorio mucho más amplio y erudito. Si se tratase solamente de un grupo de
pescadores, de gente insignificante para la vida social de Israel, no habría despertado tantos
temores en el Sumo Sacerdote de que los romanos pudieran intervenir81
. Es claro que Jesús
también tuvo contacto con otros grupos religiosos del momento, en particular con el grupo
de los fariseos, que sería el caso del discípulo amado. Pero sin duda que tuvo más éxito
entre los humildes y los no instruidos, pues Dios “se deja encontrar por los que no lo
tientan, y se manifiesta a los que no desconfían de él. Los pensamientos tortuosos apartan
76
Cfr. Jn 3,34.
77
Cfr. Jn 8,38.
78
Cfr. Jn 8,28.
79
Cfr. Jn 12,50.
80
Cfr. EQUIPO BÍBLICO CLARETIANO, FÉLIX E. CISTERNA (Director), “Derramará como lluvia su sabiduría”
Libros Sapienciales, Colección Palabra Misión, Editorial Claretiana, Buenos Aires, 2001, 282.
81
Cfr. Jn 11,48
20
de Dios”82
Ellos, los sencillos e ignorantes son objeto de su Acción de gracias al Padre,
pues han comprendido y aceptado su mensaje. En su pedagogía Jesús dirige su mensaje a
todos, pero instruye, a quienes se dejan guiar y formar por él.
En cuanto al tiempo, el evangelista San Juan nos presenta a Jesús enseñando siempre
y en todo momento que la situación es propicia para revelar al Padre, pues él hace todo lo
que le agrada. En nuestro texto en el mismo v.20 encontramos una pista para comprender
las coordenadas temporales de la pedagogía de Jesús de Nazareth. Él afirma en su
respuesta al Sumo sacerdote: y al investigar acerca del significado
de nos encontramos con que se trata de un adverbio de tiempo, cuyo sentido
general es ‘siempre, en toda ocasión, en todo tiempo’ por lo que se comprende que la
praxis pedagógica de Jesús es puesta en práctica ‘siempre, en toda ocasión y en todo
tiempo propicio’. Esta característica de tiempo propicio, de tiempo oportuno nos abre dos
puertas de atención: una es ver lo propicio desde la óptica de Dios y otra es ver lo
oportuno, desde la atención al tiempo humano y circunstancial de la persona que se tiene
frente a sí.
En cuanto al método utilizado por Jesús, nos encontramos que el más utilizado es el
de palabras y hechos que se corresponden. Como percibimos en los siguientes dichos o
refranes que son puestos en la boca de Jesús, como por ejemplo: ‘son los enfermos los que
necesitan médico83
que es corroborado por el gesto de sentarse a la mesa con publícanos y
pecadores. El colocar a un niño en medio de los discípulos84
confirma sus palabras sobre la
pequeñez necesaria para entrar en el Reino de los cielos. Sus discursos sobre la providencia
del Padre85
quedan testificados por su estilo itinerante de vida. La elección de los doce, es
un mensaje elocuente de que el Pueblo de Dios será reestablecido en su totalidad. La
admisión de mujeres entre sus seguidores es clara evidencia de que son miembros de
derecho en la nueva comunidad de salvados. Dentro del método pedagógico de Jesús
también encontramos que sigue el estilo de enseñanza de la época, pues en el círculo más
estrecho de sus discípulos es muy probable que haya utilizado procedimientos
mnemotécnicos86
. La retrotraducción al arameo detecta en muchos dichos de Jesús
elementos de ritmo, asonancia, aliteración, etc. En nuestras traducciones, se percibe
82
Sab 1,2ss.
83
Cfr. Mc 2,17.
84
Cfr. Mc 9,36; 10,14.
85
Cfr. Mt 6,25ss.
86
Se trata de reglas que tiene la peculiaridad de proporcionar una serie de recursos para la memorización de
datos a través de la evocación de recuerdos.
21
paronomasias87
, como la de Mc 9,31: “El hijo del hombre va a ser entregado en manos de
los hombres”; y de numerosos paralelismos sobre todo de tipo antitéticos: “Ningún
hombre más grande que Juan Bautista; y sin embargo, el más pequeño en el Reino de los
Cielos es más grande que él” 88
. La gran variedad de imágenes cotidianas en el lenguaje
también hace parte de las notas características de su didáctica. Este recurso simbólico
permite que sus discursos no sean acerca de los universales, ni de la esencia de Dios, sino
que se trata de un lenguaje que está dirigido al corazón del ser humano concreto. De
manera que su palabra reveladora asume el molde humano y singular de su interlocutor.
Jesús sabio y conocedor de la Escritura, revela a Dios a los no instruidos, con un lenguaje
cotidiano, sencillo y asequible a los mismos.
Si nos preguntamos por las fuentes pedagógicas de Jesús nos encontramos con una
variedad y plasticidad en las mismas, al igual que son de distinto orden e importancia.
Señalaremos tres de ellas; la primera es su proveniencia del corazón del Padre, desde
dónde él ha venido, y dónde él permanece unido por la oración y por el cumplimiento de su
voluntad. La segunda fuente es la lectura orante de la Sagrada Escritura. Jesús conoce las
enseñanzas de la Ley, los Profetas y los Sabios de Israel. La tercera y última fuente es la
vida cotidiana de su pueblo con sus ritmos y costumbres.
Concluyendo podemos afirmar que la pedagogía de Dios en Jesucristo es pedagogía
de la encarnación, de anuncio e instauración del Reino de los cielos con la llegada y
aceptación de la luz que vino al mundo. Es pedagogía soteriológica, y de la ‘synkatabasis’
de Dios en la historia humana.
Queda pendiente para un estudio posterior la profundización de la pedagogía que
desarrolló Jesús de Nazaret con el círculo más estrecho de sus seguidores, recorriendo con
ellos el itinerario- camino que llevan acompañando a Jesús hasta Pentecostés o dejándose
acompañar por Jesús.
En definitiva, podemos destacar que desde una perspectiva bíblica nos hemos
encontrado con una pedagogía divina apoyada en la ‘synkatabasis’ de Dios, en la
condescendencia divina con la criatura humana. Dicha condescendencia se manifiesta
desde el acto creacional, destacando en ella dos aspectos: Dios crea como acto de amor
‘generativo’, que de la nada da origen a un ‘otro’ radicalmente diferente, y a la vez ‘capax
dei’. El ser humano creado es imagen y semejanza de Dios, y de esta forma, se pone en
87
Se refiere a un recurso fónico, utilizado en la educación desde la antigüedad, que consiste en emplear
palabras con sonidos semejantes pero con significados diferentes.
88
Mt 11,11.
22
evidencia su alteridad con la divinidad y su carácter de apertura a la trascendencia. Desde
ahí se comprende el actuar divino en la historia; pues él crea sin desvincularse de su obra
creatural, crea asumiendo las coordenadas humanas de espacio, tiempo, movimiento y
relaciones. Dios no crea individualidades, sino más bien crea un colectivo humano,
interrelacionado e interdependientes entre sí y con el espacio y tiempo en el que habitan. A
través de los cuales Dios se manifiesta como pedagogo que actúa su instrucción, para que
su criatura crezca hacia la plenitud que es el desarrollo acabado de su don creatural de la
semejanza divina, y cuya cima se alcanza en la configuración con Cristo, Hijo y Palabra
viva del pedagogo que ha ‘descendido’ para levantarnos con él. Jesucristo es la clave de
esta pedagogía divina, y su misterio fue profundizado en la Iglesia primitiva de manera que
de sus búsquedas y de su comprensión hemos bebido, y beberemos sus discípulos de ahora
y de siempre, pues constituye para nuestra fe un elemento constitutivo. Por ello,
abordaremos la temática desde la perspectiva de los Santos Padres pues hacen parte del
tesoro de la tradición viva y normativa de la Iglesia.
23
3 DESDE LA PERSPECTIVA DE LOS SANTOS PADRES
Abordaremos la temática en cuestión según la perspectiva de dos Santos Padres,
ambos de la escuela Alejandrina. Los hemos elegido por su cercanía histórica al
acontecimiento Jesucristo, pues ambos pertenecen a la Iglesia naciente del siglo II. En esta
etapa la comunidad cristiana ha madurado su reflexión acerca de la doctrina que ha
recibido de Cristo, al punto de replantearla en términos culturales diferentes. Igualmente
los autores elegidos han tenido que desarrollar la temática, debida la problemática gnóstica
que vivían sus comunidades. Esta profundización nos trae muchas luces a la hora de
preguntarnos acerca de la pedagogía divina en la Iglesia naciente.
3.1 San Irineo de Lyón89
Nació en Asia Menor entre el año 135 y 140, fue hijo de padres paganos. Uno de los
mejores discípulos del obispo de Esmirna, Policarpo, que a su vez fue discípulo de la
escuela joánea en Efeso. Ireneo fue enviado a Galias en el año 157, por dicho obispo, y
desde 177 permanece en Lyón como sacerdote. En este mismo año se le envió a Roma con
una delicadísima misión. En época de la persecución de Marco Aurelio, enviaron al Papa
Eleuterio, por manos de Ireneo, una piadosa y ortodoxa carta, con una apelación al
Pontífice para que tratase con suavidad a los hermanos montanistas de Frigia. Asimismo,
recomendaban al portador de la carta, como a un sacerdote animado por un gran celo para
dar testimonio de Cristo. Tan pronto regresó a Lyón, ocupó la sede episcopal que había
dejado vacante San Fotino. Aunque rechazara los ‘excesos carismáticos’ y apocalípticos
del montanismo, consideró que no se podían prohibir las manifestaciones del Espíritu
Santo dentro de las iglesias, y escribió una gran obra donde expuso hasta el exceso la
doctrina de los gnósticos, refutando una por una sus afirmaciones.
Intervino ante el obispo romano Víctor en el año190, para que no separara de la
comunión a los cristianos orientales que celebraban la Pascua el mismo día que los judíos.
No hay exactitud acerca de la fecha de su muerte, pero se estima sucedió entre el año 200 y
el 202. Su nombre está vinculado, sobre todo, a la polémica contra los gnósticos, y la
89
A. ORBE, “San Ireneo” en ANGELO DI BERADINO (Director) Diccionario patrístico y de la antigüedad
cristiana, Tomo I, A-I, Sígueme, Salamanca, 1991, 1098-1105.
24
Iglesia lo venera como mártir, ya que según la tradición antigua, murió entre la multitud
que fue masacrada durante la persecución de Séptimo Severo.
3.1.1 La pedagogía divina90
Ireneo escribió el tratado: Contra las Herejías, cuyo título completo es
Desenmascarar y Refutar la falsamente llamada Ciencia (Gnosis en griego), durante el
pontificado de San Eleuterio, alrededor del año 180/190. El texto que tenemos en nuestras
manos fue preparado por Carlos Ignacio González, y consta de cinco partes, llamadas por
el autor como Libro I, II, III, IV y V. El Libro I, lo dedica a la exposición de las doctrinas
gnósticas; el Libro II, a la denuncia y refutación de dicha doctrina; el Libro III, a la
exposición de la doctrina cristiana; el Libro IV, lleva como título: ‘las Escrituras anuncian
a un solo Dios y Padre, y finalmente en el Libro V, profundiza el tema de la resurrección
de la carne.
Ireneo afirma que la Regla de la Verdad es que hay un solo Dios Soberano universal
que creó todas las cosas por medio de su Verbo, que ha organizado y hecho de la nada
todas las cosas para que existan. El Dios del Antiguo Testamento es el mismo y único Dios
del Nuevo Testamento, al contrario de lo que afirmó Marción91
. De esta manera pone de
relieve que la pedagogía de Dios con su pueblo elegido, presupone el caminar histórico, y
los distintos pre-anuncios del Antiguo Testamento. Pues, “puso en obra su parte en las
Economías de Dios, y fue acostumbrando a su heredad a obedecer a Dios, a peregrinar
por el mundo y a seguir su Palabra, para significar de ante mano a los bienes futuros. Así,
pues, nada de lo acontecido es vano o sin significado”92
.A través de la historia del pueblo
de Israel, Dios proporciona al ser humano las herramientas y los signos necesarios para que
se dé un mutuo acostumbramiento entre Dios y el Hombre y así la criatura se oriente hacia
la imagen de Dios: Cristo resucitado como meta de su crecimiento integral y pleno.
San Ireneo confrontó las concepciones según las cuales habría ‘almas malas’
destinadas a condenarse, o tres clases de seres humanos: los ‘materiales’ que no pueden
90
Cfr. SAN IRENEO, Contra los herejes. Exposición y refutación de la falsa gnosis, CARLOS IGNACIO
GONZÁLEZ, SJ.(ed), Revista Teológica Límense, Vol. XXXIV, Lima, Enero / Agosto 2000.
91
Herético del siglo II; su doctrina se resume en la existencia de dos espíritus supremos, uno bueno y otro
malo, y considera al Dios veterotestamentario como inferior, simple modelador de una materia preexistente.
Rechazó al Antiguo Testamento, y del Nuevo sólo aceptó all Evangelio de San Lucas y las epístolas de San
Pablo. Fue declarado hereje y excomulgado en 144.
92
SAN IRENEO, “Contra los herejes. Exposición y refutación de la falsa gnosis”, CARLOS IGNACIO GONZÁLEZ,
SJ.(ed), Revista Teológica Límense, Vol. XXXIV, Lima, Enero / Agosto 2000, 341.
25
salvarse, los ‘psíquicos’ que si pueden salvarse, y los espirituales que se salvan.
Especialmente rechazó la versión gnóstica de Cristo, que lo hacía un hombre espiritual al
que le fue administrado un cuerpo formado con substancia psíquica, pero dispuesto con un
arte inefable para que pudiera ser visto, tocado, pudiera padecer; y del que se liberó al
morir. Que nunca tomó nada del hombre material, porque éste nada tiene para salvarse o
para salvar. Mostró cómo, según los argumentos de los gnósticos, el Verbo no se habría
hecho carne. Hecho que pone en evidencia su falacia pues contradice los testimonios de la
revelación.
Para refutar dicha doctrina gnóstica que acepta las revelaciones privadas, San Ireneo
desarrolla y funda el principio de la tradición como elemento esencial de la pedagogía
divina que es en Jesucristo una pedagogía apostólica. Según nuestro Santo la auténtica
tradición se encuentra en las iglesias fundadas por los apóstoles, que han sido instruidas
según la doctrina auténtica, que proviene de Jesucristo de manera ininterrumpida por la
sucesión apostólica, y que dichas iglesias la mantienen sin alteración. Esta tradición es la
fuente y la norma de la fe, ‘regula fidei o regula veritatis’, por lo que solamente las
iglesias fundadas por los apóstoles son guías seguras de la enseñanza auténtica de la fe en
Cristo. Ireneo va aún más allá, y afirma que es suficiente recurrir a la iglesia de Roma,
pues se tiene la lista de los Obispos romanos, y es largo el trayecto para recurrir a todas las
iglesias93
para discernir lo que pertenece a dicha doctrina apostólica.
El tema central de la teología de este Padre de la Iglesia, gira en torno a la salvación
del hombre. Toma como punto de partida para desarrollar su antropología los dos textos
del Génesis que se refieren a la creación del ser humano94
. Frente a los gnósticos que
distinguían tres clases de hombre: material, psíquico y espiritual o neumático, Ireneo pone
las bases de una antropología integradora, afirmando que hay un solo hombre, carnal,
espiritual y animal. El hombre es carne -Car Capax Salutis-: carne capaz de salvación.
Aquí es donde se juega la batalla, pues para los gnósticos la carne no es capaz de
salvación. La salvación significa divinización de la carne, por eso el Hijo de Dios se
encarna para divinizarla. La carne es esencial en la teología irenea, para quién el hombre es
carne destinada a la salvación. “…ni siquiera podría soñar...que una virgen pudiera dar a
luz a un hijo y que el así dado a luz fuese ‘Dios con nosotros’ (Is 7,14) y que descendiese a
lo más hondo de la tierra ‘para buscar la oveja perdida’ (Lc15, 4-6) (es decir su
93
Cfr. Ídem, 247.
94
Cfr. Gn 1,1-26;2,7
26
plasma)...95
” Según una nota de dicho texto se afirma que para Ireneo la oveja perdida, es
símbolo de la humanidad destinada a la vida eterna, que por el pecado ha errado,
necesitando que el pastor-pedagogo, asuma su carne para ir en su rescate.
Dios en su pedagogía revela al hombre su condición de pecador y condenado a
muerte, pero destinado a la salvación, por un plan amoroso. El énfasis según nuestro autor
no está en la miseria humana, sino en la misericordia divina, que hace que el ser humano,
incapaz de salvarse y de darse vida eterna a sí mismo, encuentre en Dios su verdadera
identidad: objeto de un amor divino sin medida.
“(El hombre) conociéndose a sí mismo como débil y mortal, entienda que Dios es a
tal punto inmortal y poderoso, que concede al mortal la inmortalidad y al temporal
la eternidad; y también comprenda todo poder de Dios que se ha manifestado en el
mismo (hombre), a fin de que advierta cómo el mismo Dios le ha enseñado su propia
grandeza”96
Quién permanece en la verdad de si mismo, en la manifestación de lo que se es en el
interior (y permanece en el amor de Dios, con sentimientos de gratitud, se
hará más semejante a su hacedor, que por él ha asumido la muerte en Cruz.
“Pues se hizo ‘semejante a la carne de pecado’ (Rom 8,3) a fin de condenar el
pecado y una vez condenado echarlo de la carne, para de esta manera hacer crecer
en su semejanza al ser humano, llamándolo a ser imitador de Dios, sometiéndolo a
la Ley que lo lleva a contemplar a Dios, y dándole la capacidad de captar al Padre.
El Verbo de Dios habitó en el ser humano (Jn 1,14) y se hizo Hijo del Hombre, a fin
de que el hombre se habituase a recibir a Dios y Dios se habituase a habitar en el
hombre, según agradó al Padre”97
. (Subrayado nuestro).
El hombre es un ser en construcción, que no termina de ser hecho hasta que sea igual
a la carne gloriosa de Cristo. Entonces sí, el hombre será perfectamente lo que Dios quiere:
imagen y semejanza suya. El Hijo de Dios, según Ireneo, es el que comunica al barro
humano la imagen divina, y el Espíritu Santo es el que le comunica la semejanza. En la
95
IRENEO DE LYÓN, “Contra los herejes, Exposición y refutación de la falsa gnosis”, en CARLOS IGNACIO
GONZÁLEZ, SJ(Ed). Revista Teológica Límense, Vol. XXXIV, Enero / Agosto, 2000, nº 19, 4; 276.
96
Idem, n º 20,2; 277.
97
Idem, 278.
27
creación cada una de las tres personas divinas, actúan según sus cualidades personales. El
Padre crea la materia ex nihilo, el Hijo le da forma, y el Espíritu Santo lo llena de vida98
.
Afirma igualmente Ireneo que el hombre es un microcosmos, en él hay como un
resumen de toda la creación, del mundo material por ser material, y del racional por ser
racional. Distingue en el texto del Génesis la imagen de la semejanza. Imagen es similitud
con la forma, con la figura, y se da entre naturalezas iguales, por lo que afirma que
tenemos la misma naturaleza de Dios, que solo es posible darse por Cristo, que es de
naturaleza humana. El Padre no tiene forma, por lo que no es posible conocerlo sino en el
Hijo, que sí tiene forma. Por lo tanto, concluye nuestro autor, el hombre, que es material,
corporal, carnal, es imagen de Dios en su sentido horizontal, es decir imagen de Cristo
Dios que ha venido, se ha encarnado y ha resucitado, siendo de este modo el modelo que
Dios Padre tuvo presente al crear al ser humano, varón y mujer. Cristo es el objetivo al que
ha de llegar la carne humana.
“Tal vez alguien diga: ‘Pero qué, ¿acaso Dios no podría haber creado al ser
humano perfecto desde el principio?’Sépase que Dios siempre es el mismo e idéntico
a lo que él mismo es, que todo le es posible. Pero las cosas creadas por él, puesto
que comenzaron a existir cuando fueron hechas, por fuerza son inferiores a aquel
que las hizo. Las cosas que llegaron a ser, no podían ser increadas; y por el hecho
de no ser increadas les falta ser perfectas. Como fueron producidas más tarde, en
ese sentido son niñas, y como niñas no están ni habituadas ni ejercitadas en un modo
de actuar perfecto. Sucede como con una madre capaz de dar al bebé un alimento de
adulto, pero él aún no puede comer ese alimento demasiado pesado para sus fuerzas.
De modo semejante, Dios pudo dar la perfección al ser humano desde el principio,
pero éste era incapaz de recibirla, pues también fue niño.
Por eso nuestro Dios en los últimos tiempos, para recapitular todas las cosas en sí
mismo, vino a nosotros, no tal como podía mostrarse, sino como nosotros éramos
capaces de mirarlo. Porque podía venir a nosotros en su gloria inexpresable, pero
nosotros no hubiéramos resistido soportar la grandeza de su gloria. Por eso, como a
niños, aquel que era el pan perfecto del Padre se nos dio a sí mismo como leche,
cuando vino a nosotros como un hombre; a fin de que, nutriendo nuestra carne como
de su pecho, mediante esa lactancia nos acostumbráramos a comer y beber al Verbo
98
Cfr. Gn 2,7b.
28
de Dios, hasta que fuésemos capaces de recibir dentro de nosotros al Pan de la
inmortalidad, que es el Espíritu del Padre.”99
En este texto y al recorrer la obra entera de ‘Contra los herejes’, de San Ireneo, se
subraya que el ser humano está destinado a ser glorificado en su carne, y mientras tanto
vivimos en una especie de período de construcción. Por tratarse de una pedagogía carnal,
se necesita según Ireneo, una historia, pues también somos materia, y Dios para llevarnos
hacia nuestra plenitud se encarnó para habituarse mutuamente uno al otro. La naturaleza
divina a la humana y viceversa; abriendo así la posibilidad en Cristo Jesús de participar de
la gloria de nuestro Dios, o como dice el texto señalado: “capaces de recibir dentro de
nosotros el Pan de inmortalidad”.
El hombre es un ser ‘in fieri’, que llegará a ser hombre perfecto después de la
resurrección, cuando su carne haya adquirido la incorruptibilidad y la inmortalidad divina.
Mientras tanto, está sometido al trabajo de las manos divinas. Nos preguntamos entonces:
¿Por qué Dios no hizo al ser humano perfecto desde el comienzo? Si bien para los
gnósticos la explicación está en el demiurgo, Dios creador, imperfecto, para nuestro Santo
el ser humano es incapaz de recibir la perfección de golpe, justamente por ser carnal y
creatural, se hace necesaria la historicidad como espacio para caminar hacia esa imagen. Es
necesario que se de un mutuo acostumbramiento entre Dios y el ser humano, para que se
construya la semejanza divina, y se alcance la imagen perdida. Ésta ha sido la pedagogía
elegida por Dios, según San Irineo, una pedagogía carnal, creatural y necesariamente
histórica, no angelical y abstracta.
3.2 San Clemente de Alejandría
Papa Benedicto XVI, en la Audición general del día miércoles 18 de abril del
2007100
, presentó a Clemente de Alejandría como un gran teólogo que nació
probablemente en Atenas a mediados del siglo II. De esa ciudad heredó un gran interés por
la filosofía, que lo llevó a ser un destacado promotor del diálogo entre la fe y la razón en la
tradición cristiana.
99
IRENEO DE LYÓN, “Contra los herejes, Exposición y refutación de la falsa gnosis”, en CARLOS IGNACIO
GONZÁLEZ, SJ(Ed). Revista Teológica Límense, Vol. XXXIV, Enero / Agosto, 2000, nº 19, 4; 276.
100
Cfr. BENEDICTO XVI, Audición general del día miércoles 18 de abril del 2007, en Observador Romano,
Edición Semanal en lengua española, Año XXXIX, N° 16 (1999), 20 de abril del 2007, 16 (224).
29
Fue discípulo de Panteno, y le sucedió en la dirección de la escuela catequística de
Alejandría. Son numerosas las fuentes que atestiguan que fue ordenado presbítero, aunque
la crítica moderna prefiere mantener la duda. Abandonó Alejandría durante la persecución
de Septimio Severo, de los años 202-203 para refugiarse en Cesárea, en Capadocia, donde
falleció alrededor del año 215.
Las obras más importantes: el Protréptico, el Pedagogo, y los Stromata. Estos
escritos constituyen una auténtica trilogía, destinada a acompañar eficazmente la
maduración espiritual del cristiano, aunque los testimonios indican que no era la intención
originaria del autor. El primero, es una ‘Exhortación’ dirigida a los que comienzan y están
buscando el camino de la fe. Esta obra coincide con la persona de Jesucristo, que ‘exhorta’
a avanzar con decisión hacia la Verdad. Jesucristo es también ‘Pedagogo’ de aquellos que
por el bautismo, se convirtieron en hijos de Dios y necesitan recibir enseñanzas más
profundas por parte del Maestro; aquí el autor presenta al modelo a seguir: Jesucristo. El
pedagogo cura las pasiones humanas, guía e instruye gradualmente, como a un niño en los
deberes de la vida cristiana. Estas enseñanzas son recogidas en la tercera obra: los
Stromata, que significa: ‘tapicerías’. No se trata de una composición sistemática, sino que
aborda diferentes temas que hacen parte del acervo pedagógico habitual del autor.
3.2.1 La pedagogía de Dios101
El texto que tenemos entre mano es de las Fuentes Patrísticas, y fue preparado por
Marcelo Merino y Emilio Redondo; está estructurado de la siguiente manera: Una
introducción realizada por los recopiladores, y tres libros en versión castellana y griega, del
escrito clementino. En la obra se distinguen dos partes; la primera constituye el libro I, y la
segunda está comprendida por los libros II y III. En la primera parte el autor aún
atendiendo el carácter práctico de la obra marca los principios en los que la segunda parte
del libro se basa. Se trata de un impulso que orienta el obrar práctico y concreto, que es
desarrollado en la segunda parte de la obra, contribuida por los dos libros siguientes.
Donde Clemente elabora un perfecto tratado de Moral práctica y teórica, en el que se
contemplan los deberes concretos del seguidor de Cristo, ofreciéndole consejos,
exhortaciones y modelos de conducta propias de la vida cristiana. En esta obra completa el
alejandrino pretende dar a sus lectores un método de educación en la vida cristiana, para
101
Cfr. CLEMENTE DE ALEJANDRÍA, El Pedagogo, Edición Bilingüe preparada por MARCELO MERINO Y
EMILIO REDONDO, Fuentes Patrísticas 5, Ciudad Nueva, Madrid, 1994, 11-15.
30
llegar a participar de la vida incorruptible de Dios. Esta pedagogía propuesta por el autor se
convierte en pedagogía divina, pues marca un aspecto de la obra salvadora que Dios realiza
a favor de la humanidad. Debido a que el hombre, varón-mujer, es incapaz de alcanzar por
si mismo su fin último, Dios viene en ayuda de su criatura, para que ésta pueda participar
de la vida divina que le fue prometida.
Clarifiquemos de entrada junto a Clemente de Alejandría, ¿quién es el pedagogo a
quién dedica su obra literaria, y toda su vida. .“Nuestro pedagogo…es semejante a Dios, su
Padre, de quien es hijo: no hay en él pecado, ni reproche, ni pasiones en su alma; es el
Dios sin mancha bajo el aspecto de un hombre (…); el que está sentado a la derecha del
Padre; Dios también por su aspecto. Él es para nosotros la imagen sin defectos; y hemos
de procurar con todas nuestras fuerzas que nuestra alma se parezca a Él”102
y más
adelante en el mismo libro va a decir que el pedagogo se llama Jesús103
.
Clemente da comienzo a su obra presentando lo que el pedagogo promete al que se
deja guiar por él. Nos habla primeramente de la realidad del ser humano, en la que “ha sido
construida en base de verdad, un fundamento de sólida ‘gnosis… un ferviente deseo de
vida eterna104
” que se alcanza dejándose conducir por ‘Pedagogo’, que es siempre el único
Logos -guía celestial-, que “arranca al hombre de su inclinación mundana en que vivía y
lo conduce a la única salvación105
” Esta es la promesa, ser liberados de las inclinaciones
‘mundanas’, y crecer en la verdad y el conocimiento, caminando hacia la vida
incorruptible, que habita en el hombre: varón –mujer, como una fuerza deseante. Según
nuestro autor el título ‘pedagogo’ “es el único nombre que propiamente le corresponde (a
Dios), pues es educador práctico, no teórico; el fin que se propone es el mejoramiento del
alma, no la instrucción; es guía de una vida virtuosa, no de una vida erudita”106
. Queda
claro que la pedagogía de Dios pretende el crecimiento integral del ser humano, que para
nuestro Santo no se trata solamente del crecimiento intelectual y erudito, sino que es el
crecimiento en la virtud.“La pedagogía divina indica directamente el camino a la verdad
que lleva a la contemplación de Dios, y también es el modelo de la conducta santa en una
eterna perseverancia. …el pedagogo, por su solicitud hacia nosotros, indica a sus niños el
estilo de vida saludable”107
.
102
Idem, I, 4,1; 77-78.
103
Idem, I, 53,1; 183-185.
104
Idem, I, 1,1; 69.
105
Idem, I, 1,1; 73.
106
Idem.
107
Idem, I, 54,1; 185-186.
31
En este camino hacia la verdad plena que es el mismo Logos divino, este autor
distingue la existencia de dos niveles de la vida en Cristo. El primero está compuesto por
los seguidores de Cristo que viven la fe de una manera común, permaneciendo abiertos a
los horizontes de la vida saludable o santidad. En el segundo nivel encontramos a los
‘gnósticos’, o sea, los que ya llevan una vida de perfección espiritual; en todo caso, el
cristiano debe comenzar por la base común de la fe; a través de un camino de búsqueda
debe dejarse guiar por Cristo, para llegar así al conocimiento de la Verdad, que no es otra
cosa que alcanzar la semejanza divina, recibida en la creación como una suerte de
connaturalidad con Dios.
Esta connaturalidad permite conocer las realidades divinas que el hombre acepta ante
todo por la fe, que según el alejandrino incluye la racionalidad humana, con sus
potencialidades, y también se da por la práctica de las virtudes; así el ser humano concreto
puede crecer hasta llegar a la contemplación de Dios. Clemente, en el camino de la
perfección humana, le da al requisito moral la misma importancia que al intelectual. El
planteo alejandrino es la unidad de ambos aspectos de la vida humana, ya que no es
posible conocer sin vivir y no se puede vivir sin conocer. No es posible asemejarse a Dios
y contemplarlo solamente con el conocimiento racional: para lograr este objetivo hay que
llevar una vida según indica el ‘Pedagogo’, una vida según la verdad. Como consecuencia
de este pensamiento las buenas obras deben acompañar al conocimiento intelectual, como
la sombra sigue al cuerpo. Este tipo de conocimiento se convierte en una realidad viva, en
un amor transformante, que crea comunión con el pedagogo, en tanto presencia de la
verdad divina: el Logos de Dios. En esta comunión, que es conocimiento perfecto y amor,
el seguidor de Cristo alcanza la contemplación, y por ende la unificación con Dios.
La vida virtuosa y saludable del ‘auténtico gnóstico’ tiene dos virtudes principales
según San Clemente, ellas se tratan de la virtud de la libertad de las pasiones; y la segunda
es el amor, que asegura la verdadera unión con Dios. Cuando se ama se vive en paz incluso
las dificultades más intensas y arduas. Es el amor el motor que hace que el creyente
alcance la perfección en Cristo Jesús, llegando hasta la cumbre de la virtud que se
identifica con la misma persona del ‘pedagogo’.
La verdadera pedagogía divina es la entrega amorosa del mismo pedagogo que se
entrega al instruido para que éste no solo conozca la verdad sino que se adhiera a ella con
su intelecto, con su fe y con su vida. Esforzándose por llevar una vida virtuosa que no es
otra cosa que vivir en amor, como vive el pedagogo divino, que dio su vida por sus amigos.
32
Resumiendo según los Santos Padres presentados en este trabajo, la pedagogía divina
es esencialmente salvífica, pues reconoce al hombre como creado y destinado a ser
glorificado en su carne. Es una pedagogía Trinitaria, pues todo ella, actúa educativamente
sobre el ser humano; el Hijo le da la imagen divina, el Espíritu la semejanza, y el Padre lo
crea de la nada. Esta pedagogía Trinitaria tiene su cima en el acontecimiento Cristo, que
sella su misión con la entrega de su espíritu en la Cruz, y de esta manera abre un tiempo de
pedagogía divina apostólica, pues su cuidado y transmisión es confiada a los apóstoles.
Dios en su pedagogía revela al hombre su condición de pecador y condenado a
muerte, pero destinado a la salvación, por un plan amoroso. Dios conoce la inaccesibilidad
humana para alcanzar por si mismo la vida eterna, por su realidad de pecado, y como gesto
amoroso rompe las barreras que los separaba ontológicamente, y sin poner el énfasis en la
miseria, sino más bien en su fuerza de amor misericordioso y gratuito ‘sale al encuentro’,
haciendo de la carne humana una carne capaz de salvación, capaz de vida inmortal, y de
esta manera encuentra la creatural su verdadera identidad: objeto de un amor divino sin
medida.
Dios en su ‘synkatábasis’ desarrolla una pedagogía basada en el amor gratuito y por
ende misericordioso, que incita al ser humano a imitarlo permaneciendo en la verdad de si
mismo, y en el amor a Dios que se nutre en los sentimientos y actitudes de gratuidad.
Dicha pedagogía señalada por los Santos Padres, asume al ser humano y su condición
creatural, carnal, y necesariamente histórica, y por ende se trata asume la evolución
contextualizada del ser humano; esto nos pone de cara a la necesidad de continuar nuestra
investigación en la etapa histórica que continúa directamente a los Santos Padres, como es
el período medieval, donde es perceptible algunas acentuaciones diversas que enriquecen
nuestra profundización.
33
4 DESDE LA PERSPECTIVA MEDIEVAL
A nivel social la forma de gobierno reinante en Europa Occidental era el feudalismo,
que predominó durante todo el siglo X, se expandió en el siglo XI, y llegó a su apogeo
durante todo el siglo XII, y XIII, perdurando hasta mediados del siglo XV. Este sistema
contractual se caracterizó por la concesión de feudos (casi siempre en forma de tierras y
trabajo) a cambio de una prestación política y militar, contrato sellado por un juramento de
homenaje y fidelidad.
A nivel teológico y eclesial se viven tiempos de la cristiandad imperial, y del
pensamiento ordenado de la escolástica. Desde un punto de vista teológico es posible
distinguir tres grandes corrientes de pensamiento acerca de Dios. Por un lado tenemos la
teología monástica, cuyo ejemplo más acabado y conocido es San Antonio de Padua; por
otro lado tenemos la teología escolástica de la que tenemos mayor conocimiento por su
gran relevancia académica, en la que ubicamos a San Buenaventura y a Santo Tomás de
Aquino; y como una tercer vía del pensamiento teológico tenemos, una teología que para
algunos teólogos es conocida por teología laical, característica de los movimientos
evangélico-pauperísticos entre los cuales San Francisco de Asís, constituye uno de los
ejemplos de mayor relevancia. En base a las dos últimas posturas medievales sobre el ser y
del hacer de Dios, nos acercaremos al concepto de pedagogía de Dios. En algunos casos,
siguiendo la referencia explícita al concepto, y en otros casos leyendo entre líneas, pues no
hemos encontrado dichas referencias.
4.1 Santo Tomás
Tomás de Aquino nació en el año 1225, en Nápoles. Para profundizar mejor en la
temática en cuestión nos parece oportuno detenernos en el período de la baja edad media
(1250-1500), pues se trata del período donde Santo Tomás, ya maduró en su pensamiento,
‘da a luz’ a la obra: “De Magistro” (1256-1259). El contexto eclesial y social después del
Primer Concilio de Lyón (1245), en el que Inocencio IV excomulgó al emperador
Federico II, se vivió tiempo de una verdadera ‘muerte’ de la así llamada ‘cristiandad
medieval’: el papado se unión cada vez más con Francia , lo llevó a su permanencia en
Aviñón y al cisma de Occidente. Por la gran fragmentación política y religiosa que se
vivía, el Imperio perdió su hegemonía en Europa, y de igual manera perdió la posibilidad
34
de recuperar Tierra Santa, con el costo de numerosas epidemias mortíferas, como la
famosa ‘peste negra’, que penetraron en el imperio tras las numerosas derrotas. Fueron
tiempos de grandes movilizaciones sociales que terminaron por tirar abajo la estructura
feudal.
4.1.1 Pedagogía divina
Es importante señalar que el Santo Doctor no aborda el tema de manera directa e
explícita, pues no encontramos en sus obras referencias explícitas acerca de la pedagogía
divina, pero sí aborda el tema implícitamente en casi toda su obra. Nos detendremos en la
obra: ‘De Magistro’ pues en ella, hay una preocupación educativa que tiene que ver con la
situación histórica, como ya lo hemos señalado. En ella aborda el tema del único maestro,
basándose en la doctrina aristotélica de la potencia y del acto, de las causas primeras y de
las causas segundas, y desde esta perspectiva reconoce a Dios, y muy especialmente al
Verbo divino, la causalidad principal en toda forma de enseñanza y pedagogía. Igualmente
otorga al maestro humano la característica de causalidad secundaria e instrumental. Tomás
de Aquino, afirma constantemente en su obra, que el ser humano es elevado al orden sobre
natural, y allí recibe comunicación de otros conocimientos además de los naturales; dicha
comunicación es la Revelación divina, o sea, la Doctrina fidei, o Sacra Doctrina, o Sacra
Scriptura; todas estas expresiones, tomadas de la primera cuestión de la primera parte de la
Suma Teológica, son consideradas por el autor, de manera indistinta y unívocamente.
Desde la doctrina Aristotélica de la abstracción corrige la teoría platónico-
agustiniana de la iluminación, señalando la importancia de la aportación del destinatario
mismo de la enseñanza en el proceso pedagógico al que es introducido. A lo que se refiere
dicho proceso, Santo Tomás afirma:
“Si un hombre propone a otro signos de algunas cosas, aquel al que se le proponen,
o conoce aquellas cosas de las que son signos, o no. Si ya las conoce, no puede ser
instruido en ellas. Si no las conoce, al ignorarlas, tampoco puede conocer el
significado de los signos. (...) Por tanto, si la enseñanza, no hace más que proponer
signos, se sigue que un hombre no puede enseñar a otro hombre...Enseñar no es más
que producir, de algún modo, ciencia en otro…La ciencia se produce interiormente
en la mente y no exteriormente en el sentido. Luego el hombre sólo es instruido por
35
Dios, no por otro hombre.”108
. “Las cosas que se nos enseña por signos, nos son en
parte conocidas y en parte ignoradas. Por ejemplo, si se nos enseña qué es el
hombre, es necesario que antes sepamos algo de; a saber, el concepto de animal o el
de sustancia; o, al menos, que es un existente, lo cual es imposible ignorarlo. De
modo, si se nos enseñan una conclusión es necesario que sepamos con anterioridad,
qué son un predicado y un sujeto, como también los principios de los que se deduce
esa conclusión: Toda disciplina se forma por un conocimiento preexistente109
”.
Si aceptamos que Dios, y más especialmente el Verbo de Dios nos quiere enseñar
‘algo’, debemos concluir que tenemos algún ‘conocimiento previo’ al respecto. Para Santo
Tomás existe una cierta connaturalidad entre Dios y el hombre que viene dada por el gesto
creador de Dios, que lo hace en cierto modo partícipe de la verdad. Dios es la Verdad
absoluta y su pedagogía consiste en hacer que el ser humano llegue al conocimiento pleno
de la verdad. Es importante considerar que el conocimiento para Tomás no es un acto
solamente del intelecto, de manera aislada sino en perfecta relación con las demás
potencias humanas. Esta pedagogía divina requiere y exige la apertura total a Dios y a su
verdad. Efectivamente, en este nivel es donde la doctrina pedagógica pasa de abstracta a
concreta, de especulativa a existencial e histórica. Antes de comunicar la verdad, en efecto,
hay que haberla alcanzado, para ello Dios se vale de la fuerza unitiva del conocimiento y
de la caridad, que une y hace uno al que conoce y al que ama, con el objeto conocido y el
objeto amado.
Dios es causa absoluta, necesaria, perfecta y fin último de todas las cosas; él es
perfección, bondad suprema, poder absoluto, verdad plena, suprema inteligencia, voluntad
y vida absoluta, y se hizo ser humano para salvarnos. La pedagogía divina que la suprema
inteligencia y sabiduría eligió para conducir a su pueblo hasta el conocimiento de la
verdad, es la de dejar sus huellas en la contingencia, para que el ser humano desde su
propia contingencia, contemplándolas; pudiera seguirlo y amarlo. Dos son las vías para
conocer la única verdad: la razón y la fe. Dentro de esta mirada una de las huellas está en la
razón humana capaz de conocer y contemplar a Dios desde las cinco vías propuesta por el
Aquinate. Mediante la razón conocemos el mundo natural y en él las huellas de Dios, y
mediante la fe, comprendemos mejor la verdad revelada. Santo Tomás pensaba que la
108
SANTO TOMÁS, “De Magistro”, Artículo I, en Opúsculos y cuestiones selectas, Edición Bilingüe, Tomo I,
ANTONIO OSUNA FERNÁNDEZ-LARGO (Cood). Bac, 2001,298-299.
109
Ídem OC 309-310.
36
verdad entera estaba en los dogmas de la iglesia católica. Afirmaba la existencia de dos
leyes: la positiva, que se desarrolla por uso y costumbre en cada país, y la natural, que
conocemos por la razón, y que nos hace participar de la ley divina. Como ya lo hemos
mencionado el concepto de razón para el Doctor Angélico está muy lejos del concepto
moderno relacionado únicamente con la razón especulativa. En la antropología medieval el
ser humano es una criatura dotada de cuerpo material y alma racional, la que incluye
inteligencia, voluntad y emociones; dentro de las cuales el amor ocupa un papel relevante.
Santo Tomás en sus escritos, pone en evidencia la pedagogía divina como pedagogía
de la Creación-Encarnación-Redención, cuyo centro está en la Caridad de Dios, que busca
manifestarse creando y redimiendo, por lo que, obra teniendo en cuenta la naturaleza del
pecado y la naturaleza del ser humano. Esta es la primera característica de la pedagogía
divina según el pensamiento el Aquinate. Dios que pedagógicamente conduce a su pueblo
desde las realidades humanas y desde la realidad del mal que coexiste con la gracia. De ese
modo, Dios desarrolla una pedagogía basada en el amor, pues ella es la fuerza que
destruye el mal a fuerza de bien. “El alma de Cristo poseía –dice- una caridad
perfectísima, que excede la capacidad de nuestro conocimiento, según Eph 3,19: la
caridad de Cristo supera a toda ciencia”110
.
Se podría decir que se trata de una pedagogía caritativa cuya plena manifestación se
haya en la caridad de Cristo. El amor, que proviene de la Caridad de Dios hacia el género
humano en su totalidad, es como bien, le agrada repetir a Santo Tomás, un amor ‘en cierta
manera infinito’: es el mismo Cristo. La creación, la encarnación y la redención son según
el Maestro Angélico, presencia y manifestación de amor, tanto por parte de Dios Padre
como por parte de Cristo. “Como he sabido, según la doctrina del Aquinate, el amor
comporta generalmente tres actos: salir de sí, volviéndose hacia la persona a la que se
quiere hacer bien; unirse a ella, por una unión de ideas, de sentimientos, de voluntad; y
ayudarle a cumplir su destino” 111
Se trata de un amor que se expresa en la satisfacción, reparación y sacrificio de
Cristo. La redención es expresión del misterio de amor que Dios Padre y Dios hijo viven
entre sí, y nos comunican para que en el ejercicio del amor nos hagamos uno con Cristo,
quién amando hasta el extremo, vivió en obediencia al Padre, y mostró el camino a modo
de ejemplaridad a todo el género humano, pero no solo a modo de ejemplaridad, sino
110
SANTO TOMÁS, Suma Teológica, III q. 18, a. 5 in 2.
111
JOSÉ MORALES (Director), Excerpta e Dissertationibus in sacra teología, tomo X, Facultad de Teología
Universidad de Navarra, Pamplona, 1986, 346.
37
también en satisfacción por sus muchos pecados, reparando así la condición humana capaz
de participar en cierto modo en la naturaleza divina. El término satisfacción es utilizado
por Santo Tomás en sentido analógico, pues se trata de una analogía que ayuda a
comprender por qué la Redención fue operada por medio de la humillación, el sufrimiento
y la muerte en Cruz.
Estos misterios según Santo Tomás son enseñados solamente por Dios de manera
interna, y el hombre los enseña solamente de manera exterior. Es la sabiduría creada e
increada que es infundida en el ser humano la que hace que éste se adelante y sea mejor
humanamente y se abra la labor pedagógica del pedagogo por excelencia. Todo ser
humano puede cooperar en la acción pedagógica de Dios, en la medida en que coopera
exteriormente con la luz de la razón para llevarla a la perfección de la ciencia. Según el
Aquinate estos misterios de amor, hecho palabras del divino maestro, sean oídas o leídas,
cusan la ciencia en el entendimiento. Si algo sabemos es por la luz de la razón que fue
infundida interiormente por Dios en el ser humano y por la que Dios habla a la criatura.
4.2 La pedagogía divina según San Buenaventura112
San Buenaventura nació en Bagnoregio, Italia en 1217; su nombre de bautismo era
Juan de Fidanza. Estudió Arte desde el 1236-1242 en la Universidad de París donde fue
discípulo de Alejandro de Hales. Ingresó a la orden Franciscana en 1243, e inició sus
estudios teológicos en la Sorbone hasta 1253, obteniendo el título de maestro en dicha
disciplina. Señalamos algunas de sus obras: El Breviloquium, Itinerario de la Mente hacia
Dios (1259), Biografía de San Francisco de Asís (1263).
Famoso por su genio y por su juicio, fue elegido general de los franciscanos en 1257
hasta el año 1273. Su ejercicio coincidió con un período en que la comunidad franciscana
se hallaba escindida en torno a la controversia de hasta qué punto debía, como orden,
respetar el compromiso de san Francisco de Asís con la pobreza. Él logró ayudar a superar
dicha división y, por ello, se le considera como el segundo fundador de la orden. Es
nombrado Cardenal obispo de Albano en mayo del 1273, por el Papa Gregorio X;
colaboró en los preparativos del II Concilio de Lyon. Falleció en dicha ciudad francesa el
15 de julio de 1274. Fue canonizado en 1482, y en 1588 recibe el título de Doctor de la
Iglesia.
112
Cfr. BÓRMIDA J., Un itinerario hacia la armonía. Reflexiones sobre el Itinerario de la mente a Dios de
San Buenaventura, Multiversidad, 9, 1999,11-33.
38
Según su teología, la pedagogía divina es netamente trinitaria pues afirma que
cuando entramos dentro de nosotros mismos vemos en nuestro interior, resplandecer la
imagen misma de la Santísima Trinidad.
“Y porque los dos grados predichos, guiándonos a Dios por los vestigios suyos, por
los cuales reluce Él en todas las criaturas, nos llevaron de la mano hasta entrar de
nuevo en nosotros, es decir, a nuestra mente, donde reluce la divina imagen; de ahí
es que, llegados ya al tercer grado, entrando en nosotros mismos, como si dejáramos
el atrio del tabernáculo, en el santo, esto es, en su parte interior es donde debemos
procurar ver a Dios por espejo: allí donde, a manera de candelabro, reluce la luz de
la verdad en la faz de nuestra mente, en la cual resplandece, por cierto, la imagen de
la beatísima Trinidad”113
De esta manera podemos ver cómo Dios para conducir al ser humano hacia la meta,
decide habitar en el interior de nosotros mismos, y así, espera al ser humano, para que éste
habite en su propio interior, para encontrarse con él desde su identidad más profunda, la
mismísima Trinidad Santa a la identidad profunda del hombre y de la mujer. Se trata de un
espejo o de un enigma, en el que al sumergirse, el ser humano puede encontrarse con su
origen trinitario, con el rostro del Dios uno y trino.
Este Dios uno y trino deja sus vestigios en el cosmos para que a modo de reflejo el
ser humano, espejo más acabado de su presencia, pueda encontrarlo y escucharlo. El
primero de los vestigios se encuentra como ya lo dijimos en el universo cósmico, el
segundo vestigio donde Dios se muestra de manera pedagógica, es en el mundo sensible, y
de manera especial en la persona humana que busca encontrarlo en su peregrinación por
este universo cósmico y sensible. Es en el mundo sensible dónde resplandece el sumo
poder y sabiduría de Dios, a través de las cuales podemos contemplar su rostro espejado en
la infinidad de cosas, todas ellas muy hermosas y deleitables; todas ellas nos llevan, si nos
dejamos seducir por su esplendor, a la contemplación de Dios. Para San Buenaventura las
‘especulaciones’ son ‘espejamientos’. La vida del hombre y de la mujer es entendida como
un largo camino entre imágenes reflejadas, entre espejos que exigen capacidad para
descifrar las imágenes en movimiento. El Santo los traduce de modo muy llano y simple en
la teología narrativa de la Leyenda Mayor:
113
Ídem.
39
“La piedad del Santo se llenaba de una mayor ternura cuando consideraba el primer
y común origen de todos los seres, y llamaba a las criaturas todas - por más
pequeñas que fueran - con los nombres de hermano o hermana, pues sabía que todas
ellas tenían con él un mismo principio. Pero profesaba un afecto más dulce y
entrañable a aquellas criaturas que por su semejanza natural reflejan la
mansedumbre de Cristo y queda constancia de ello en la Escritura. Muchas veces
rescató corderos que eran llevados al matadero, recordando al mansísimo Cordero,
que quiso ser conducido a la muerte para redimir a los pecadores”.114
Se trata de una pedagogía divina que es paciente, espera el tiempo del ‘hombre’ lo
estimula con su presencia que es fruición amorosa, y es desde la verdad y hondura del
propio ser humano, no desde algo, o alguien externo. El camino como paradigma nos
coloca ante un Dios respetuoso, paciente que asume la historia humana como lugar de la
‘especulación’ y de la búsqueda.
La pedagogía divina es presentada como itinerario humano hacia el sumo bien. Dios
camina con su pueblo, con el ser humano en todo tiempo y lugar, pero se deja ver aún con
mayor facilidad en los tiempos de desierto, de incertidumbre; es ahí donde él se hace aún
más presente como la ‘brújula’, que orienta el paso de los que lo buscan aún a tientas.
Orienta, dejándose ver y encontrar en los vestigios anteriormente señalados. Así el ser
humano, de espejo en espejo logra contemplar a Dios tanto en la materia, como en la
inteligencia, como en el arte eterno. Otra función de estos espejamientos de la creación, es
inflamar nuestro deseo de Dios en tanto Bien Supremo, en tanto amor desbordante e
infinito: “Los deseos se inflaman en nosotros de dos modos: mediante el clamor de la
oración, que nos hace gritar con gemidos del corazón, y mediante el resplandor del
espejamiento, por el cual la mente se vuelve a los rayos de la luz de modo directo e
intensísimo...”115
Habiendo ya recorrido ese itinerario sensible y humano se sube inmediatamente al
espejamiento producido por la ‘gracia’, hasta meterse en el espejo del mismo Dios. La
meta es Dios, pero ésta es una meta siempre dinámica, por lo que llegar a encontrarse
finalmente con él, sorprendentemente, es dejarse colocar ante la novedad de un nuevo
principio. El camino del hombre hacia Dios continúa, pero con un intelecto en reposo y en
el desbordamiento del amor efervescente o volcánico del amante.
114
Ídem.
115
Idem, Prol 3.
40
Según nuestro Santo el pobre es el espejo de Dios por excelencia, a través del cual se
hace presente de manera enigmática y velada, provocando desconcierto y atractivo:
“Sucedió una vez que uno de los hermanos respondió con cierta dureza a un pobre
que importunamente pedía limosna. Al enterarse de ello el piadoso amigo de los
pobres, mandó al hermano que, despojado de su hábito, se postrara a los pies de
aquel pobre, confesase su culpa y le pidiese el perdón y el sufragio de sus oraciones.
Habiendo cumplido humildemente el hermano dicha orden, añadió con dulzura el
Padre: ‘Cuando veas a un pobre, querido hermano, piensa que en él se te propone,
como en un espejo, la persona del Señor y de su Madre, pobre. Del mismo modo, al
ver a los enfermos, considera las dolencias que él cargó sobre Si’”116
Buenaventura señala que la pedagogía divina pasa por seguir a Cristo, que vuelve a
hacerse presente en los pobres que caminan por el desierto, desde los usos y medios
pobres, desde la austeridad de vida. Dios desde los pobres incita al que lo sigue a construir
un mundo fraterno y solidario dónde la lógica no sea la opulencia y el deseo de poseer,
sino el uso pobre y respetuoso de los espejos de la creación.
La pedagogía divina según San Buenaventura pone al hombre en el camino de su
capacidad innata de contemplación. Pues todas las criaturas están en nosotros como
espejos, y el ser humano es capaz de dejar su espejo limpio y terso para poder contemplar
y reflejar lo que en él se encuentra. “Porque el hombre, según la primera institución de la
naturaleza, fue creado hábil para la quietud de la contemplación; y por eso lo puso Dios
en el paraíso de las delicias”117
.
Otro aspecto de la pedagogía de Dios, es el aspecto de gratuidad y misericordia con
la criatura, pues el regala al que no lo merece la dicha de conocerlo a través de los
innumerables reflejos. No se trata de una teología que está basada en el mérito humano,
sino que se marca la incapacidad del ser humano por si solo de permanecer fiel a lo que
Dios propone a través de sus espejos. Eso es pura gratuidad del Divino pedagogo, por lo
que hay que agradecer al Creador sirviéndole, disfrutando, admirando y gozando de los
innumerables vestigios que él nos ofrece como fruto de su infinita gratuidad y
misericordia.
116
Ídem.
117
Itin Cap 1, 7.
41
“... respondía a los que lo elogiaban; hablando, empero, consigo mismo, se decía:
Francisco, si el Altísimo le hubiera concedido al ladrón más perdido los beneficios
que te ha hecho a ti, sin duda que sería mucho más agradecido que tú. Repetía
frecuentemente a sus hermanos la siguiente consideración: Nadie debe complacerse
con los falsos aplausos que le tributan por cosas que puede realizar también un
pecador. Este - decía - puede ayunar, hacer oración, llorar sus pecados y macerar la
propia carne. Una sola cosa está fuera de su alcance: permanecer fiel a su Señor.
Por tanto, hemos de cifrar nuestra gloria en devolver al Señor su honor y en
atribuirle a Él - sirviéndole con fidelidad - los dones que nos regala”118
.
4.3 La pedagogía divina según San Francisco de Asís119
San Francisco de Asís nació en 1281-82, en la ciudad de Asís Italia, hijo de un rico
comerciante de la ciudad en su juventud, pasó a vivir bajo la más estricta pobreza y
observancia del Evangelio; constituye uno de los testimonios del movimiento pauperístico
medieval más significativo para la Iglesia católica. Este movimiento evangélico laical,
elabora en su tiempo una teología y una mística que no siempre estuvo en consonancia con
la teología oficial, por lo que fue muy perseguido y mal visto. Sus características más
propias están dadas por su constitución, pues estaba formado por laicos, varones y mujeres
completamente fascinados por la escucha y la predicación de la Sagrada Escritura. Ellos
habían traducido los textos sagrados en lengua vernácula, puesto que el pueblo sencillo no
conocía el latín. De este modo leen y comentan el texto en pequeñas comunidades;
interpretan y orientan su vida según estas interpretaciones comunitarias. Para ellos la
Palabra de Dios no era una teoría, sino que se dejaban interpelar e invadir por su mensaje,
y por las actitudes que ella sugería, encaminando de este modo, su vivir cotidiano, desde la
sencillez y concretes que los caracterizaba, hacia el querer de Dios que descubrían. Lo
escuchado y comprendido acerca de la Palabra de Dios es puesto inmediatamente en
práctica. Se trata de una interpretación por fuera de la interpretación oficial de la Iglesia:
dada por los sacerdotes y teólogos universitarios del momento.
118 BÓRMIDA, J, Un itinerario hacia la armonía…,11-33.
119
Cfr. BÓRMIDA, J, Francisco, un laico que hace teología, Cuadernos Franciscanos, Chile, Nº 113, julio-
setiembre 2001, 133-143.
42
A lo largo de toda la Edad Media es posible encontrarse con numerosos laicos que
sin saber leer ni escribir, escuchaban la Sagrada Escritura en la lengua del vulgo, la
interpretaban, la traducían a un modo de vida evangélica y lo compartían incesantemente.
La Iglesia jerárquica se vio desbordada por este tipo de movimiento, principalmente por su
teología que prescindía de la exégesis oficial, de la interpretación muchas veces ‘carente de
sentido’, realizada por algunos sacerdotes corruptos e ignorantes. Esta libertad ante la
tutela clerical, llevó a la disminución de la participación de las prácticas sacramentales
celebradas por dichos sacerdotes, y al sentimiento de independencia de dichos laicos, que
se sentían con la fuerza para asegurar que nada ni nadie tenía autoridad sobre la vida
humana, que ellos podían libremente unirse con quienes viven o intentan revivir los ideales
apostólicos, y que no debían prestar juramento, etc. Todas estas características y la
‘soberbia de algunos pastores’ hicieron que la Iglesia oficial, tuviera para con ellos un trato
duro y punitivo. Considerando su teología: ‘teología de idiotas’, pues según la opinión
oficial, era propia de gente ruda, trabajadora, ignorante, que sólo podía persuadir a
mujerzuelas también ignorantes y rudas. La reacción de la Iglesia jerárquica es drástica;
prohibiendo que la Biblia estuviera en la mano de la gente sencilla del pueblo, y
sancionando duramente a los así llamados herejes, o ‘teólogos idiotas120
’.
Francisco no es propiamente una persona ruda e ignorante, pero sí ha optado
permanecer en el nivel intelectual del pueblo sencillo, no teniendo otra fuente de
conocimiento que la lectura de la Sagrada Escritura. Para entender a San Francisco y al
movimiento franciscano primitivo es necesario ubicarlo dentro del gran y difuso
movimiento de los ‘espirituales’ que tiene como impulsor al abad Joaquín de Fiori, quien
es el anunciador del tiempo de gracia que ha de venir. Estos cristianos consideran que la
Iglesia necesita ser renovada desde sus fundamentos; es necesario renovar a la sociedad en
su conjunto, desde sus cimientos. Es propia de este movimiento la proclamación de una
figura alternativa de sociedad, de tipo circular, igualitaria, movida internamente, en todos
los sentidos, por los vientos del Espíritu Santo que se posa de igual manera sobre el pobre
y sobre el rico.
120
El significado de la expresión es peyorativa, pues idiotas son las personas ignorante, que no tienen ciencia,
carente de cultura, gentuzas simples y nómades sin casa. Un teólogo ‘idiota’ es un teólogo que no ha pasado
por la universidad, ni tiene misión canónica para hacer u enseñar teología. Cfr. MATTIOLI, A., “Idiota",
ausencia de cultura u opción por la privacidad notas de lexicografía franciscana, en Cuadernos Franciscanos,
Cefepal-Chile, 1981.
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  • 1. FACULTAD DE TEOLOGÍA DEL URUGUAY «MONS. MARIANO SOLER» HNA. ADRIANA SILVA “La condescendencia y ternura de Dios como paradigma de la pedagogía salesiana” Disertación para la licenciatura en Sagrada Teología en la Facultad de Teología del Uruguay. MONTEVIDEO, AÑO 2008
  • 2. 2 Vidimus et approbamus ad normam Statutorum - Facultad de Teología del Uruguay- Moderador: Bormida, Rodríguez, José Rubén, Ofm, Cap, Dr. Censores: Richard Arce, Pbro.,Dr., y Pablo Peralta, Pbro., Dr.
  • 3. 3 SUMARIO SIGLAS ................................................................................................................................ 4 INTRODUCCIÓN............................................................................................................... 6 1 APROXIMACIÓN ETIMOLÓGICA ....................................................................... 8 2 DESDE LAS PERSPECTIVAS BÍBLICAS ............................................................. 9 2.1 PERSPECTIVA VETEROTESTAMENTARIA ................................................................. 9 2.2 PERSPECTIVA DEL NUEVO TESTAMENTO.............................................................. 11 3 DESDE LA PERSPECTIVA DE LOS SANTOS PADRES .................................. 23 3.1 SAN IRINEO DE LYÓN ........................................................................................... 23 3.2 SAN CLEMENTE DE ALEJANDRÍA .......................................................................... 28 4 DESDE LA PERSPECTIVA MEDIEVAL............................................................. 33 4.1 SANTO TOMÁS...................................................................................................... 33 4.2 LA PEDAGOGÍA DIVINA SEGÚN SAN BUENAVENTURA........................................... 37 4.3 LA PEDAGOGÍA DIVINA SEGÚN SAN FRANCISCO DE ASÍS...................................... 41 5 DESDE UNA PERSPECTIVA RENACENTISTA ................................................ 47 5.1 SAN FRANCISCO DE SALES ................................................................................... 47 6 DESDE LA PERSPECTIVA DEL MAGISTERIO ............................................... 59 6.1 EL MAGISTERIO CONCILIAR Y POST-CONCILIAR................................................... 59 7 DESDE UNA PERSPECTIVA DE LA MODERNIDAD ...................................... 73 7.1 LA PEDAGOGÍA SALESIANA Y LA CONDESCENDENCIA DIVINA............................... 76 7.2 EL ‘MOVIMIENTO SALESIANO’ .............................................................................. 78 7.3 EL SISTEMA PREVENTIVO...................................................................................... 81 7.4 DESDE LAS CONSTITUCIONES DE LAS HMA ......................................................... 85 CONCLUSIONES ............................................................................................................. 95 BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................. 100 ÍNDICE............................................................................................................................. 106 ANEXO............................................................................................................................. 108
  • 4. 4 SIGLAS Bíblicas  Dt.: Deuteronomio  Prov: Proverbio.  Eclo: Eclesiástico.  Gn: Génesis.  Ex: Éxodo.  Nm: Números.  Jos: Josué.  1° y 2° Re: Primera y segunda de Reyes  Os: Oseas.  Is: Isaías.  Jer: Jeremías.  Sof: Sofonías.  Job: Job.  Sal: Salmos.  Sab: Sabiduría.  Jn: San Juan.  Mt: San Mateo.  Mc: San Marcos.  Lc: San Lucas.  Hch: Hechos de los Apóstoles.  1° Jn: Primera Carta de San Juan.  Hb: Carta a los Hebreos.  Rom: Carta de San Pablo a los Romanos.  Gál: Carta del San Pablo a los Gálatas  Ef: Carta de San Pablo a los Efesios.  Col: Carta de San Pablo a los Colosenses.  1° Cor: Primera Carta de San Pablo a los Corintios.  2° Ts: Segunda Carta a los Tesalonicenses.  1º y 2° Tim: Primera y segunda Carta a Timoteo.  Ap: Apocalipsis
  • 5. 5 Medieval  OC: Opúsculos y cuestiones selectas de Santo Tomás de Aquino.  Prol: Prólogo. Magisteriales  CEC: Catecismo de la Iglesia Católica.  DV: Constitución Dogmática ‘Dei Verbum’.  EN: Evangelii Nuntiandi.  AG: Ad Gentes.  MR: Mutue relationes.  LG: Lumen Gentium.  RH: Redenptor Hominis  PC: Perfectae Caritatis  GE: Gravissimum educationis.  LE: Laborem exercens.  CT: Catechesis tratendae. Salesianas  FMA: Hijas de María Auxiliadora en italiano.  HMA: Hijas de María Auxiliadora.  MB: Memorias Biográficas de San Juan Bosco.  MO: Memorias del Oratorio San Francisco de Sales.  Cronohistoria: Historia de los orígenes del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora.
  • 6. 6 INTRODUCCIÓN Mi pretensión al realizar este trabajo es la de profundizar en la pedagogía divina como lugar dónde ir a beber para recomenzar con nuevo ardor la labor educativa eclesial a la que hemos sido convocados todos los bautizados, y que mi comunidad apostólica ha recibido como encargo eclesial. Encargo que es estimulado por el llamado a la conversión pastoral y a renovar la vocación misionera de la Iglesia realizado por la V Conferencia del Episcopado latinoamericano y caribeño, y más cercanamente por el Sínodo de nuestra Iglesia local. Al ir profundizando me he encontrado con la condescendencia y ternura como paradigma de interpretación de la pedagogía salesiana. Se trata de una temática que exige una actual profundización, pues vivimos tiempos exigentes donde nos hemos cuestionado y dejado cuestionar por la presencia de muchos bautizados que han recibido el sacramento sin haber sido iniciados en los misterios cristianos, sin haber sido evangelizados. Esta constatación nos interpela a tomar conciencia que ha habido error en nuestra manera de trasmitir el don precioso que hemos recibido. ¿Cómo anunciar el Reino Dios al hombre y a la mujer de hoy? ¿Cómo anunciar la Buena Noticia de Jesucristo con un lenguaje, que sea comprensible al hombre y a la mujer del siglo XXI? ¿Cómo hacer para que entendiendo experimente su atractivo radical? Consciente de que el método no es ajeno al mensaje, percibo la necesidad de hacerme otra pregunta previa: ¿Tiene Dios un modo histórico de conducción del ser humano hacia su pleno desarrollo? ¿Cuál es ese modo? ¿Qué métodos pedagógicos utiliza? Así comienzo mi investigación intentando primeramente partir de un concepto general universalmente aceptado, para ir poco a poco abordando la temática desde horizontes cada vez más complejos. Inicialmente me acercaré a la cuestión ubicándome en la perspectiva de las ciencias sociales, luego iré aproximándome desde la perspectiva bíblica, en tercera instancia desde la perspectiva de los Santos Padres, en cuarto momento profundizaré y presentaré al lector tres perspectivas medievales bien diferenciadas como es el caso del aporte Tomista, el aporte de San Buenaventura, y finalmente el aporte del movimiento espiritual de San Francisco de Asís. En quinta instancia presentaré el abordaje humanista de San Francisco de Sales, quien se vincula íntimamente con el movimiento salesiano fundado por San Juan Bosco, que apoya su obra educativa en esta espiritualidad. Por ello, le dedico un capítulo al movimiento salesiano y su método educativo, y en particular profundizaré más detalladamente acerca del método pedagógico en la educación
  • 7. 7 femenina, realizado por el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, a través de algunos numerales de su actual Constitución. Finalmente concluiré este trabajo presentando al lector algunas claves teológicas que enriquecen e interpelan a la pedagogía eclesial de transmisión de la fe cristiana, y en particular la pedagogía salesiana como expresión de la misma. El método que seguiré tiene como trasfondo el método teológico de Lonergan, pues luego de una clarificación de los términos de la investigación, desde la perspectiva de las ciencias sociales, me dedicaré a la primera etapa del método: Investigación de los datos de la experiencia, primeramente de la experiencia de nuestros padres en la fe (Perspectiva veterotestamentaria), de la experiencia cristiana (perspectiva neotestamentaria). Al finalizar cada capítulo realizaré una pequeña interpretación de los datos obtenidos – segundo paso del método de Lonergan-. Luego me abocaré a presentar la historia de la problemática según la comprensión realizada por algunos representantes de la teología patrística (San Irineo y San Clemente de Alejandría), medieval (Sto. Tomás, San Buenaventura y San Francisco de Asís), renacentista (San Francisco de Sales), y moderna (El movimiento Salesiano). En tercera instancia metodológica confrontaré las distintas comprensiones históricas de la pedagogía divina –Dialéctica-. Este proceso ha realizado en mí un cambio de mentalidad, haciéndome ver la condescendencia divina y su ternura como clave de interpretación de la pedagogía actual de la fe y en particular de la pedagogía salesiana. De esta constatación he pasado a explicitar los fundamentos o más bien el horizonte de sentido consistente con la conversión. Soy consciente que he llegado solamente a la mitad del método teológico propuesto, pero este trabajo servirá para contextualizar estudios posteriores acerca de la doctrina cristiana, abierta por las interrogantes: ¿Cuál es el papel que debe tener la mujer en la transmisión de la fe, desde un paradigma de la condescendencia y la ternura divina? ¿Cuáles son las estructuras pastorales más acordes? ¿Qué teología pastoral? ¿Qué espiritualidad? ¿Cómo ejercer el poder? ¿Cuál es la teología ministerial que responde a este modo de conducción divina?
  • 8. 8 1 APROXIMACIÓN ETIMOLÓGICA Según la Real Academia Española, el término Pedagogía proviene del griego  y se refiere al arte de enseñar o educar, y por extensión el concepto se refiere a todo lo que enseña o educa por doctrina o ejemplo. Al igual que el término pedagogo que desde su origen griego hace referencia a la persona que conduce e instruye a niños: y por extensión camina junto a otro para llevarlo hacia una meta común1 . Este concepto está en perfecta consonancia con la tradición científica del término, que la concibe como una ciencia paiética o pragmática, destacando como aspecto central de su identidad, el ser una práctica reflexionada de conducción y educación integral de la persona2 . Es bueno tener presente que este término está muy emparentado con el concepto latino de educar: arte de “sacar fuera”, no como una mera acción externa de socialización o adaptación al medio; ni tampoco se trata del concepto freudiano de educar como la acción de imprimir en una “tabula raza”. Igualmente no nos referimos al concepto humanista de Roger, que concibe la educación como una agresión al ser humano, que es naturalmente bueno3 En definitiva cuando hablamos de pedagogía nos estamos refiriendo al “modo” como un pedagogo conduce a un párvulo en su propio camino de crecimiento4 , ayudándolo a “sacar fuera” su capacidad interna, para así desplegarse hacia su plena realización, que cristianamente tiene su meta en Cristo Jesús. 1 Cfr. D. DÁMASO ALONSO Y FERNÁNDEZ DE LAS REDONDAS, Diccionario de la lengua española, Real Academia Española 19 , Madrid 1970, 995. 2 Cfr. MAURO LAENG, Vocabulario de pedagogía 2 , Herder, Barcelona 1971, 261-262. 3 Estamos haciendo referencia al modelo de la autorrealización propuesto por la Psicología humanista, cuyo principal representante es Carl Rogers, seguido por Abraham Maslow, Alfred Adler, Erich From, D. Goldstein, G. Bittner, R. Tausch., que exponen que vivir significa desarrollar progresivamente la única fuerza básica que hay en el ser humano. Dentro de esta visión humanista cualquier intervención educativa externa o contraria a los deseos internos de un individuo, causa agresividad (sentimiento de destrucción) y obstaculiza el crecimiento natural y espontáneo del ser humano. En esta perspectiva todo debe estar puesto al servicio del individuo; el ambiente es simplemente un medio para que el fin sea alcanzado: la autorrealización. Dicho ambiente es considerado como un elemento que puede favorecer o bloquear el fin último del ser humano, por lo tanto lo más aconsejable, es que no interfiera en el proceso. Cfr. LUIGI RULLA, Antropología de la vocación cristiana, Tomo I, Bases Interdisciplinares, Atenas, Madrid, 1990, 440-441. 4 Cfr.  El encargado de llevar a los muchachos (a la escuela), de imponerles disciplina y de vigilarlos. Maestro, instructor, esclavo que conduce a los muchachos. Es un término muy corriente en el lenguaje rabínico, y en el NT, aparece solamente en Pablo: 1Co 4:15; Gál 3:24,25. Designa aquella persona que era el encargado de la educación externa de los hijos varones, desde los seis hasta los dieciocho años de edad; en SCHNEIDER, G., en Diccionario Exegético del Nuevo Testamento Vol. II, Horst Balz Gerrhard Schneideer (Eds.), Traducido por Constantino Ruiz –Garrido, Sígueme, Salamanca 1998, 674; y en OBERMAYER, B., Diccionario Bíblico Manual, Edición Ecuménica, Claret, Barcelona 1974, 249.
  • 9. 9 2 DESDE LAS PERSPECTIVAS BÍBLICAS 2.1 Perspectiva veterotestamentaria5 Ya en el Antiguo Testamento Yahvé es presentado como modelo de pedagogo y educador en numerosos textos, Dios acompaña a su pueblo y lo educa “‘como un padre a su hijo’ en las diversas etapas por las que va pasando”6 ; de forma especial en toda la tradición sapiencial de Israel, como se percibe en los textos de Proverbios y Eclesiástico7 . En la Sagrada Escritura Dios es el educador por excelencia, que trata de conducir a su pueblo y al individuo en tanto integrante del mismo, por el camino de la plena semejanza divina8 no solamente por medio de enseñanzas sino también a través de pruebas, silencios, ausencias, castigos y correcciones. La función de enseñar en el Antiguo Testamento se realiza de diferentes maneras según la calidad del pedagogo, pero a través de todos ellos el que educa a su pueblo siempre es Dios. Como un padre educa a sus hijos, así educa Dios: “Yahvé tu Dios te corregía como un padre corrige a su hijo”9 ; Oseas recuerda a su pueblo el comportamiento que Yahvé Dios tuvo con él: “Cuando Israel era niño yo le amé... Yo enseñé a andar a Efraín, le llevé en brazos... los llevaba con suaves ataduras, con ataduras de amor... me abajaba hasta él y le daba de comer”10 . Nos parece oportuno señalar dos aspectos del contexto cultural de la educación de los niños en Israel: el primer aspecto es señalar la sabiduría como meta buscada y deseada, y el medio privilegiado para alcanzarla es la corrección. Padres y maestros tienen que ofrecer a sus discípulos, sabiduría, inteligencia y disciplina11 . Esta última es comprendida como el fruto de una buena educación: lograr cierta habilidad para conducirse bien por la vida12 . La pedagogía de Dios con su pueblo asume estos aspectos de la educación familiar: sabiduría y corrección, y los coloca en función del crecimiento de la semejanza divina en el ser humano para alcanzar la plena imagen de Dios, que conlleva la liberación del pecado. 5 Cfr. X. LÉON- DUFOUR, “Educación”, en Vocabulario de Teología Bíblica, Herder, Barcelona, 1967. 219- 223. 6 Cfr. Dt.8, 5; Os.11, 1-4. 7 Cfr. Prov 1, 7; 3,1-12; 2,2ss; 4,1ss; Eclo 1,1. 8 Cfr. Gn 1,26. 9 Dt 8,5 10 Os 11,1-4 11 Cfr. Pr 23,23 12 Cfr. Pr 4,13; 5,23:. 10,17; 23,12ss; Eclo 21,21
  • 10. 10 Las lecciones de Dios con su pueblo son los signos realizados en Egipto, las maravillas obradas en el desierto y las muchas situaciones en el caminar hacia la tierra prometida. Israel tendrá que leer las pruebas vividas en el transcurso del desierto como lecciones divinas. Tuvo que experimentar el hambre para comprender que no solo de pan vive el hombre sino de toda palabra que sale de la boca del Señor13 , necesitó vivir en constante estado de dependencia divina para aprender que su Dios es solícito a sus llamados. Desde esta perspectiva la Ley entregada al pueblo manifiesta una voluntad divina de instruirlo en su caminar histórico. “Del cielo se hizo oír su voz para instruirte” 14 . Como buen pedagogo Yahvé anuncia la retribución o premio para quién permanece fiel a la Ley, y sanciona su incumplimiento. Poco a poco Israel comprende que la presencia física de la Ley en medio del pueblo es la lección de la presencia cercana de la palabra del educador, que quiere acampar en medio suyo. La palabra no está en los cielos lejanos, ni más allá de las montañas y los mares, sino que la Palabra está “muy cerca de ti, en tu boca y en tu corazón” 15 . La palabra del educador se identifica, cada vez más, con la presencia viva del pedagogo. Dios educa a través de la voz profética; Dios toma de la mano a hombres y mujeres, que no seguirán el camino torcido que sigue el pueblo16 , para convertirlos en su propia ‘boca’ que no cesa de recordar a tiempo y a destiempo el querer y el amor de Dios por su pueblo; amor que incita al cambio de orientación, al abandono del camino que se ha torcido o se ha dejado llevar por las trampas del ‘malo’. Estos hombres y mujeres que hacen resonar la voz de Yahvé en medio del pueblo muestran el carácter educativo de los castigos enviados por Yahvé, como lo vemos en Oséas que señala los fracasados intentos del esposo que busca atraer la esposa infiel sin ningún éxito. De igual manera el profeta Jeremías señala: “Déjate amonestar, Jerusalén17 ”. “Se han hecho un frente más duro que la roca”18 y se niegan a dejarse instruir19 . “Dichoso el hombre que al que Dios corrige; sé dócil a las lecciones de Sadadi” 20 pues ésta es la manera que gobierna Dios su pueblo21 . Dios en su acción pedagógica propone un paso más en el crecimiento hacia la semejanza divina en plenitud, que la Ley no solo permanezca en agentes externos a la 13 Cfr. Dt 8, 2-6, 11,2-7 14 Dt 4,36 15 Dt 30,11-14 16 Cfr. Is 8,11 17 Jer 6,8 18 Jer 5,3 19 Cfr. Jer 2,30; 7,28; Sof 3,2.7 20 Job 5,17 21 Cfr. Sal 94, 10
  • 11. 11 persona, sino que esté inscripta en el corazón humano. “Ya no habrá que instruirse mutuamente... todos me conocerán, desde los más pequeños hasta los mayores”22 . Es en este momento que aparece la figura del ‘siervo sufriente’ que asume el lugar del pueblo a la hora del castigo-corrección para que a través suyo Jerusalén pueda dejarse instruir por completo desde las entrañas hasta su obrar. El siervo se identificará con los que debe instruir hasta tal punto que carga consigo las penas que pesan sobre los desobedientes, para que aprendiesen de él lo que significa obedecer al Pedagogo. La primera de las formas a través de la cual Dios educa a su pueblo es el Padre de familia responsable de la educación de sus hijos, y que tiene el deber de transmitir la herencia religiosa del pasado del pueblo, las promesas y los prodigios, las normas y las sanciones divinas, y las normas morales necesarias. 2.2 Perspectiva del Nuevo Testamento En el Nuevo testamento el término pedagogía o pedagogo solamente lo encontramos en las cartas paulinas de manera especial al destacar el papel que cumplió la ley en la historia de la salvación. San Pablo califica a la Ley como la gran ‘pedagoga’ para la etapa en la que el pueblo era como un niño. En pasajes como Gál.4, 1-7 y 3, 24 ss, se puede encontrar los vocablos griegos tutora administradora y guía de niños, señalando así el papel tutorial y provisorio de la misma. Recordemos que, en el mundo helénico el pedagogo era por lo general, el esclavo que se hacía ‘cargo’ del niño, y no se trataba de un maestro, pero sí de un agente adulto que con su presencia facilitaba, y era vehículo del proceso de aprendizaje y crecimiento del mismo. Al atribuirle al sustantivo ‘Pedagogía’ el calificativo de ‘divina’, estamos afirmando que Dios tiene un modo histórico de conducir, instruir y guiar al ser humano hacia una meta que es su propio crecimiento, ayudándolo a ‘sacar fuera’ su capacidad interna, y desplegarse hacia su plena realización en Cristo, que desde la antropología cristiana se trata de una realización en la auto-trascendencia23 . Este concepto de pedagogía está muy emparentado al concepto de Revelación divina, y de economía de salvación. 22 Jer 31,33ss 23 Cfr. LUIGI RULLA, Antropología de la vocación cristiana, Tomo I, Bases Interdisciplinares, Atenas, Madrid, 1990, 440-441.
  • 12. 12 2.2.1 Vocabulario24 2.2.1.1 Educar, enseñar, instruir Este concepto aparece vinculado al actuar de Dios, como Padre, como Hijo, y como Espíritu Santo en los siguientes textos que en adelante haremos referencia, igualmente daremos cuenta de la aparición de dicho concepto en su relación a los maestros judíos, a los maestros cristianos y a otros, pues echan luz a la comprensión de la pedagogía divina en sus múltiples rostros. El término aparece referido al obrar del Padre con respecto a Jesucristo: “Les dijo, pues Jesús: Cuando hayáis levantado al Hijo del hombre, entonces sabréis que Yo Soy, y que no hago nada por mi propia cuenta; sino que, lo que el Padre me ha enseñado25 ”. Igualmente son abundantes las citas del Antiguo Testamento que presentan el obrar de Dios con respecto a su pueblo, como un Padre que educa a sus hijos. Las citas que hacen referencia a Jesús, en su actividad de educador e instructor de sus oyentes, y en particular de sus seguidores más íntimos, son abundantes26 . En ellas encontramos a Jesús enseñando en la sinagoga y en el templo de Jerusalén; a los judíos preguntándose acerca de su origen y del origen de su doctrina, pues no ha aprendido en la escuela de los rabinos, y habla con autoridad27 . La enseñanza de Jesús desconcierta. Su actividad pedagógica la ha realizado en lugares concretos y públicos, y en los cruces de camino, como pedagogo itinerante, que no solo enseña con su doctrina, sino que realiza signos y prodigios, como puede ser la curación de enfermedades y dolencias del pueblo28 . Su enseñanza aparece dentro de la corriente de los ‘pobres de Yahvé’ y dentro de la línea profética29 . En el libro de los Hechos de los Apóstoles su autor afirma que su libro anterior-Evangelio de San Lucas- ha dedicado a lo que hizo y enseñó Nuestro Señor Jesucristo30 . 24 Cfr. PEDRO ORTIZ V., SJ., Concordancia Manual y Diccionario Griego-Español del Nuevo Testamento, Sociedad Bíblica. Madrid, 2000,1997. 25 Jn 8,28 26 Cfr Mt 11,1; 22,16; Mc 2,13; 4,1.2; 6,6.34; 8,31; 9,31; 10,1; 12,14; Lc 5,3; 11,1; 13,22.26; 20,21; 23,5; Jn 7, 35 27 Cfr. Jn 6,59; 7,14.28; 8,2.20; 9,34; 18,20; Mt 7,29; 13,54; 21,23; 26,55; Mc 1,21.22; 6,2; 11,17; 12,35; 14,49; Lc 4,15.31; 13,10; 19,47; 20,1; 21,37 28 Cfr. Mt 4,23; 9,35; 5,17; 6,6-10; 29 Cfr. Mt 5,2 30 Cfr. Hch 1,1-2
  • 13. 13 El arte de educar en sus muchas variantes, también aparece referido al obrar del Espíritu Santo. Jesús nos deja su Espíritu como pedagogo. En los momentos difíciles, en las persecuciones, y cada vez que necesiten defenderse él mismo les “enseñará en aquel mismo momento lo que conviene decir”31 Cuando el pedagogo Jesús deje de caminar con nosotros, el Padre le enviará en nombre de Jesús para enseñarnos todo, y para recordarnos todo32 lo enseñado por el maestro en su vida terrena. Su unción hace que ya no necesitemos más pedagogos fuera del Espíritu de Jesús: su unción nos enseña acerca de todas las cosas33 .El autor de la Carta a los Hebreos34 retomando el texto de Jeremías acerca de la nueva Alianza que Yahvé establecerá con su pueblo, afirma que Dios ha colocado su Ley en los corazones de su pueblo, o sea, ha colocado su ‘su pedagoga’, al interno de cada uno de sus fieles, por ende sucederá como anuncia el profeta: “ ya no tendrá que adoctrinar más el uno a su próximo y el otro a su hermano, diciendo, ‘Conoced a Yahvé, pues todos ellos me conocerán, del más chico al más grande’” 35 Esto sucedió cuando Yahvé Dios estableció su alianza definitiva en Jesucristo. El Espíritu es el mismo Dios quién en su inhabitación instruye internamente al ser humano36 . Estos términos también aparecen en referencia a los maestros judíos; que enseñan doctrinas que son precepto de hombre, y hacen alarde de su origen divino37 , y enseñan lo que ellos no mueven un dedo por practicar, instruyen a otros pero no se dejan instruir por el Señor38 . Este concepto hace referencia a los maestros cristianos en tanto les encomienda la tarea de enseñar a guardar lo que Jesús ha enseñado: “Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”39 Los maestros cristianos participan de su pedagogía40 en tanto practican y enseñan lo que han visto y oído en Jesús de Nazaret el Cristo, “...el que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que los observe y 31 Lc 12,12. 32 Cfr. Jn 14,26. 33 Cfr. 1° Jn 2,27b.c. 34 Cfr. Hb 8,11. 35 Jer 31,34. 36 Cfr. 1° Jn 2,27a. 37 Cfr. Mt 15,9; Mc 7,7. 38 Cfr. Rom 2,21. 39 Mt 28,19-20, y Cfr. Hch 4,2. 18; 5,21.28.42; 11,26; 15,35; 18, 11; 20,20; 21,21. 40 Cfr. Hch. 28,31; Rom 12,7, Col 1, 28; 2,7; Tit 1,11.
  • 14. 14 los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos”41 . Los doce participan, de manera particular de la pedagogía de Dios con su pueblo; él los elige, los instruye y los envía de dos en dos. Al regreso vuelven a encontrarse con Jesús quién lo lleva nuevamente a solas con él, a un lugar solitario para descansar; ellos a su vez cuentan lo que han hecho y lo que han enseñado42 . Estos maestros cristianos fueron instruidos por el mismo Jesucristo y por su Espíritu enviado por el Padre y el Hijo43 . También participan de este ministerio pedagógico, los que han sido instruidos y guiados por el camino del Señor, por las palabras y el testimonio de los primeros seguidores de Cristo Jesús, como es la situación de Apolo que fue de gran ayuda en la propagación del Evangelio de Cristo en la ciudad de Efeso44 . En esta investigación me he encontrado con el texto de la Primera Carta del Apóstol San Pablo a Timoteo45 , donde aparece el término , referido en sentido negativo a la mujer, a quien el autor no le permite ‘enseñar’- ni ‘ejercer autoridad sobre el marido’, y señala que deberá ‘en silencio aprender’ – con toda sumisión. Realmente que este texto escapa a la pretensión de nuestro trabajo, pero deja abierta la pregunta por su sentido y significado, y solo podrá ser comprendida en profundidad su verdad, con una lectura diacrónica y contextualizada, dentro del acontecimiento Jesucristo. Aquí aparece el tema de idoneidad para enseñar, como un tema recurrente en los textos referentes a los maestros cristianos46 . En la Carta a los Hebreos se señala otro aspecto, pues algunos cristianos debiendo ser ‘maestros’ en razón del tiempo, necesitan ser nuevamente instruidos acerca de la doctrina de Cristo47 . Es interesante señalar que San Pablo en la Primera Carta a los Corintios hace referencia a la naturaleza como instructora de la persona humana: “¿No os enseña - - la misma naturaleza --que es una afrenta para el varón la cabellera...? 48 . La pedagogía divina traspasa su naturaleza, para hablar e instruir incluso a través de la naturaleza creatural en si misma. Los conceptos en cuestión también aparecen en el Nuevo Testamento referido a los falsos profetas, que enseñan y sostienen doctrinas que ponen en tropiezo la fe de los 41 Mt 5,19. 42 Cfr. Mc 6,30. 43 Cfr. Gál 1,12; Ef 4,21; Col 3,16 44 Cfr. Hch 18, 24-27; 1° Cor 4,17; 2° Ts 2,15; 1º Tim 4,11; 6,2 45 Tim 2,11.12 46 Cfr. 2° Tim 2,2 47 Cfr. Hb 5,12 48 1° Cor 11,14
  • 15. 15 discípulos del verdadero Dios. Por lo que en la pedagogía de Dios nos encontramos con referencias a otros que educan perniciosamente al ser humano49 . En resumidas cuentas este concepto presenta a Dios activamente como pedagogo, ya sea enseñando, instruyendo, o adoctrinando a su pueblo, con palabras, gestos (curaciones, multiplicaciones de panes...), con su unción y presencia interna en el corazón humano que se abre a la presencia del Espíritu enviado por Jesús y por su Padre; con y por la naturaleza humana. Con los maestros cristianos que han sido instruidos y siguen abiertos a las instrucciones del Maestro Jesús y de su Espíritu. 2.2.1.2  Enseñanza, doctrina, instrucción Estos conceptos aparecen de manera amplia en el Nuevo Testamento, con una variedad de matices, como por ejemplo: : que tanto se traduce por enseñanza, como por doctrina50 . Estos conceptos parecen estar reservados al obrar práctico del pedagogo, como se aprecia más nítidamente en el texto de la primera carta a Timoteo51 , donde afirma que los buenos dirigentes y ancianos sean tenidos por dignos, especialmente los que se dedican a la palabra y a la enseñanza; de donde se puede inferir una distinción entre el ejercicio de la palabra y el ejercicio de la enseñanza. En otros textos se percibe la relación estrecha entre ‘sana doctrina’, con la ‘predicación apostólica’, y ‘la conducta moral52 ’ del seguidor de Cristo, que debe ser ejercitada y probada, a través del testimonio de otros cristianos. En las cartas pastorales este concepto es presentado como un ministerio dentro de la comunidad. En comparación con el concepto anterior, es importante resaltar que éste a su vez, parece hablar de ‘algo’ que es entregado por Dios a su pueblo, en el ejercicio de su pedagogía. Mientras que los términos anteriores presentaban a Dios ejerciendo su pedagogía, ya sea enseñando, instruyendo o adoctrinando; estos términos hacen referencia a ‘algo’, a su - que es entregada al discípulo al ser instruido, enseñado y adoctrinado. Esto que es entregado parece guardar íntima relación con el modo como orientarse, o dirigirse en la vida. En particular como orientarse, u orientar su vida según la 49 Cfr. Mt 28; Ap 2,14.20 50 Cfr. Rom 12,7; 15,4; Ef 4,14; Col 2,22 doctrinas puramente humanas; 1° Tim 4,1.6.13.16; 5,17; 6,1.3; 2° Tim 3,10.16; 4,3; Tit 1,9; 2,1.7.10. 51 Cfr.1º Tim 5, 17. 52 Cfr.1º Tim 1,10; ver la nota al pie de la Biblia de Jerusalén, Nueva edición revisada y aumentada, Desclée de Brouwer, Bilbao, 1998. 53 Cfr. Mt 22, 33; Mc 1,22.27; 4,2; 11,18; 12,38; Lc 4,32; Jn 18,19.
  • 16. 16 voluntad de Dios. “Mi doctrina no es mía sino del que me ha enviado, si alguno quiere cumplir su voluntad, verá si mi doctrina es de Dios, o hablo yo por mi cuenta”54 . El cristiano se ha entregado al modelo de doctrina entregada por Cristo55 , y ella ejerce sobre él, una transformación interior, y una libertad con respecto al pecado, que lo hace libre en Cristo Jesús, y heredero de la vida eterna. Estos conceptos aparecen en los LXX unas 100 veces, de las cuales 57 es traducción del hebreo qal: ‘acostumbrarse, aprender’56 , y de piel: ‘estar al servicio de una persona’. En la literatura griega desde Homero en adelante figura con mucha frecuencia. En el helenismo, se refiere a la tarea que desarrolla el maestro al transmitir conocimiento teórico o actividades prácticas de una manera metódica y sistemática, a lo que corresponde al discípulo la formación e incremento de sus capacidades y habilidades personales. Esta tarea está fuertemente marcada por el elemento intelectual y autoritario, pues junto con el significado de ‘dar a conocer, informar’ está también el de ‘convencer, probar, demostrar’, sin embargo no toca el ámbito de las decisiones que solo le corresponde al discípulo. En el Rabinismo la traducción del hebreo qal, adquiere un significado más bien técnico, que es utilizado para describir la comunicación de la voluntad de Dios, que es conocida por la interpretación de la Ley; la que debe orientar la vida de las personas, ya sea en su relación con Dios o con su entorno humano y físico. En cambio en el Judaísmo, dicho verbo tiene relación no solo con el intelecto humano, sino que tiene connotaciones existenciales y totalizantes de la persona en su contexto ético y religioso. Como lo percibimos con claridad en los textos de Jeremías 31,18; y Oséas 10,11 donde el término se refiere al amaestramiento de los animales; y en Isaías 2,4 y Miqueas 4,3 aparece vinculado al adiestramiento para la guerra. En Deuteronomio57 y en el primer libro de Samuel 1,18 aparece referido más bien al aprendizaje intelectual de los cantos y su ensayo práctico. El verbo piel: ‘estar al servicio de una persona’: se percibe al contemplar a Josué como servidor de Moisés58 , y Eliseo servidor de Elías59 . Este término aparece 97 veces en el Antiguo Testamento y dos tercios de ellas aparecen en contexto cultual. 54 Jn 7,16.17. 55 Cfr. Rom 6,17. 56 Cfr. Diccionario Teológico Manual del Antiguo Testamento, II, E. JENNI, C. WEREERRMANN (Ed), Ed. Cristiandad, Madrid, 1978. 492-493. 57 Cfr. Dt 31,19.22 58 Cfr. Ex 24, 13; 33,11; Nm 11,28; Jos 1,1 59 Cfr. 1° Re 19,21; 2° Re 4,43; 6,15
  • 17. 17 2.2.1.3 : Maestro Son numerosos los pasajes en los que se dirigen a Jesús con el título de Rabí60 , este término, se trata de un título honorífico otorgado a aquellos maestros de la Ley, que permanecían fieles a la tradición judía. “Toma la palabra Pedro y dice a Jesús: “Rabbi, bueno es estarnos aquí...”61 . Es evidente que en Jesús de Nazaret, sus contemporáneos vieron la figura de un gran Maestro de la ley divina; reconocen que ha venido de parte de Dios como ‘Maestro’, por los signos que realiza62 . En el texto de la aparición de Jesús resucitado a María de Magdala, aparece el término hebreo , que se trata de un título más solemne que , y que a menudo es empleado para dirigirse a Dios, por eso esta afirmación tiene un tinte de profesión de fe en Jesús el Cristo, que precede a la profesión de fe de Tomás63 . 2.2.2 La pedagogía de Jesús de Nazaret64 Jesús aparece como la plenitud de aquella labor pedagógica realizada a través de los siglos de formación del Pueblo de Dios, pero sin duda alguna abre otra etapa en el proceso pedagógico de la revelación, ya que se presenta enseñando. Son sugestivas las reflexiones del educador brasileño Paulo Freire que asegura que independientemente de la posición cristiana en la que él siempre ha tratado de estar, Cristo será para él, un ejemplo de pedagogo. Pues lo que le ha fascinado de su Buena Noticia es la indivisibilidad entre el contenido y el método con que Cristo los comunicaba.65 Para una mayor profundización de la temática abordaremos el estudio del concepto según está planteado en el cuarto Evangelio, y en particular señalaremos a la perícopa de Jn 18,12-2766 , por tratarse de un texto de gran valor teológico. En la respuesta que Jesús da al Sumo Sacerdote, presenta con claridad las notas de su pedagogía y de su enseñanza. 60 Cfr. Mc 11,21; 14,45; Jn 1,38.49; 4,31; 6,25; 11,8 61 Mc 9,5, 62 Cfr. Jn 3, 2 63 Cfr. Jn 20,16.28; Mc 10, 51. Ver Nota de la Biblia de Jerusalén de Jn 20, 16. 64 Cfr. ALEJANDRO DAU DAUSÁ, Encuentros con el maestro: la pedagogía de Jesús de Nazaret en Cuadernos Teológicos. Biblia, n°. 1, Editorial Caminos, La Habana 2002, 88. 65 Cfr. PAULO FREIRE, Pedagogía del Oprimido, Biblioteca Mayor, Montevideo, 1970, 232. 66 Cfr. TOMÁS CASTELLARÍN, “Ante el sumo sacerdote, Jesús especifica su ‘Enseñar” (Jn 18, 12-27), en JOSÉ LUIS D’AMICO, EDUARDO DE LA SERNA (coord.), Donde está el Espíritu, está la libertad, Homenaje a Luis Heriberto Rivas con motivo de sus 70 años, Buenos Aires, 2003, 349-377.
  • 18. 18 La pedagogía de Jesús según el Evangelio de San Juan, es el don de una doctrina que proviene de un mundo superior. El pedagogo no habla por su cuenta: “Mi doctrina no es mía sino del que me ha enviado” 67 , sino que transmite lo que aprendió junto a su Padre68 de dónde vino69 para ser “luz del mundo”70 y para quitar las tinieblas de la ignorancia y del error en las que está sumergido el mundo71 . Todos los que se dejan conducir por él, no caminan más en la oscuridad, ya que descubren que tienen en sí mismos la luz de la vida72 que lo guía internamente. Hay en la teología juanea un sentido autoritario de la pedagogía de Jesús de Nazaret, que emerge de la llamada incondicional y totalizante por parte de Jesús a sus discípulos. Esta pedagogía tiene un sentido un tanto original, ya que constantemente se acerca al significado de ‘revelar’; además del enseñar de Jesús, el Evangelio de Juan hace referencia al ‘enseñar’ del Padre73 y también al ‘enseñar’del Espíritu Santo74 . Jesús no es solamente el Pedagogo, sino que él es a la vez destinatario en tanto discípulo del Padre, y contenido, en tanto es mensaje de revelación que el Padre dirige al mundo. Jesús en la respuesta al Sumo Sacerdote antes de su pasión, utiliza el término enseñanza en medio de un doble uso de lenguaje balbuciente de niños, hablar; que en la LXX hace referencia a la palabra profética75 . En la obra lucana y en la Carta a los hebreos, este verbo es utilizado únicamente en contexto religioso y como palabra técnica que indica la transmisión de la Palabra Revelada. En el cuarto Evangelio este verbo tiene un uso singular que es inicialmente señalado por la gran frecuencia con la que es utilizado por el autor del mismo. Aparece 60 veces, además de tres variantes, mientras que en los demás Evangelios aparece menos de la mitad: en Mateo, veinte seis, en Marcos veinte uno, y en Lucas treinta y una veces. En la mayoría de los casos el verbo es utilizado para referirse o a la persona de Jesús o a la Revelación. Las palabras de Jesús a los judíos incrédulos en Juan 8,40: “tratáis de matarme, a mí que os he dicho la verdad que oí a Dios” hacen referencia directa a la Revelación, ya que se establece un paralelismo entre ‘la verdad’ proclamada por el Maestro y las ‘palabras de 67 Jn 7,16. 68 Cfr. Jn 17,1-8. 69 Cfr. Jn 13,3. 70 Jn 8,12. 71 Cfr. Jn 3,19. 72 Cfr. Jn 8,12. 73 Cfr. Jn 6,45; 8,28. 74 14,26. 75 Cfr. Num 22,38; Dt 18,18; Jer 1,6
  • 19. 19 Dios’76 que él ‘ha visto y oído junto al Padre’77 entre aquello que el Padre le ‘ha enseñado al hijo’78 y lo que Jesús les ha dicho79 . Resulta evidente que el valor peculiar del verbo  en el Evangelio de San Juan hace referencia a la transmisión y comunicación de una palabra reveladora. En Jn 18,20.21 tenemos el perfecto:  que hace resaltar la permanencia de la Revelación realizada en Jesús de Nazaret, pues la presenta como un hecho ya cumplido en el pasado, cuyo efectos continúan aún en el presente. En definitiva este evangelista presenta las palabras, el mensaje y el hecho mismo de la de Jesús con un neto contenido de revelación, que de parte de Dios Padre es comunicada a los hombres y mujeres por Jesús el pedagogo. En cuanto al lugar dónde Jesús educa e instruye, encontramos en Juan 18, 20 un lugar característico de todo su enseñar, ya que lo encontramos con su actuar pedagógico y educativo entre su gente, en los centros de culto de Israel: la Sinagoga y el Templo, y en todos los lugares públicos, donde se congregaba el gentío. Jesús habla para todos los que quieran oír, habla en lugares públicos y nada ha dicho en secreto. Jesús aparece como un Maestro itinerante, pero nos cabe descartar, la posibilidad de alguna ‘casa-escuela’ donde Jesús instruye a los que han aceptado ser formados. El teólogo B. Gerhardson80 sostiene que parecería que Jesús y el círculo más estrecho de seguidores tuvieran una casa en Cafarnaúm. Igualmente su enseñanza no pierde su carácter de universalidad y apertura a todos, manteniendo su atención y preocupación hacia la singularidad de los que aceptan el mensaje. Jesús se movía rodeado de humildes pescadores de Galilea, pero también cuenta con un auditorio mucho más amplio y erudito. Si se tratase solamente de un grupo de pescadores, de gente insignificante para la vida social de Israel, no habría despertado tantos temores en el Sumo Sacerdote de que los romanos pudieran intervenir81 . Es claro que Jesús también tuvo contacto con otros grupos religiosos del momento, en particular con el grupo de los fariseos, que sería el caso del discípulo amado. Pero sin duda que tuvo más éxito entre los humildes y los no instruidos, pues Dios “se deja encontrar por los que no lo tientan, y se manifiesta a los que no desconfían de él. Los pensamientos tortuosos apartan 76 Cfr. Jn 3,34. 77 Cfr. Jn 8,38. 78 Cfr. Jn 8,28. 79 Cfr. Jn 12,50. 80 Cfr. EQUIPO BÍBLICO CLARETIANO, FÉLIX E. CISTERNA (Director), “Derramará como lluvia su sabiduría” Libros Sapienciales, Colección Palabra Misión, Editorial Claretiana, Buenos Aires, 2001, 282. 81 Cfr. Jn 11,48
  • 20. 20 de Dios”82 Ellos, los sencillos e ignorantes son objeto de su Acción de gracias al Padre, pues han comprendido y aceptado su mensaje. En su pedagogía Jesús dirige su mensaje a todos, pero instruye, a quienes se dejan guiar y formar por él. En cuanto al tiempo, el evangelista San Juan nos presenta a Jesús enseñando siempre y en todo momento que la situación es propicia para revelar al Padre, pues él hace todo lo que le agrada. En nuestro texto en el mismo v.20 encontramos una pista para comprender las coordenadas temporales de la pedagogía de Jesús de Nazareth. Él afirma en su respuesta al Sumo sacerdote: y al investigar acerca del significado de nos encontramos con que se trata de un adverbio de tiempo, cuyo sentido general es ‘siempre, en toda ocasión, en todo tiempo’ por lo que se comprende que la praxis pedagógica de Jesús es puesta en práctica ‘siempre, en toda ocasión y en todo tiempo propicio’. Esta característica de tiempo propicio, de tiempo oportuno nos abre dos puertas de atención: una es ver lo propicio desde la óptica de Dios y otra es ver lo oportuno, desde la atención al tiempo humano y circunstancial de la persona que se tiene frente a sí. En cuanto al método utilizado por Jesús, nos encontramos que el más utilizado es el de palabras y hechos que se corresponden. Como percibimos en los siguientes dichos o refranes que son puestos en la boca de Jesús, como por ejemplo: ‘son los enfermos los que necesitan médico83 que es corroborado por el gesto de sentarse a la mesa con publícanos y pecadores. El colocar a un niño en medio de los discípulos84 confirma sus palabras sobre la pequeñez necesaria para entrar en el Reino de los cielos. Sus discursos sobre la providencia del Padre85 quedan testificados por su estilo itinerante de vida. La elección de los doce, es un mensaje elocuente de que el Pueblo de Dios será reestablecido en su totalidad. La admisión de mujeres entre sus seguidores es clara evidencia de que son miembros de derecho en la nueva comunidad de salvados. Dentro del método pedagógico de Jesús también encontramos que sigue el estilo de enseñanza de la época, pues en el círculo más estrecho de sus discípulos es muy probable que haya utilizado procedimientos mnemotécnicos86 . La retrotraducción al arameo detecta en muchos dichos de Jesús elementos de ritmo, asonancia, aliteración, etc. En nuestras traducciones, se percibe 82 Sab 1,2ss. 83 Cfr. Mc 2,17. 84 Cfr. Mc 9,36; 10,14. 85 Cfr. Mt 6,25ss. 86 Se trata de reglas que tiene la peculiaridad de proporcionar una serie de recursos para la memorización de datos a través de la evocación de recuerdos.
  • 21. 21 paronomasias87 , como la de Mc 9,31: “El hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres”; y de numerosos paralelismos sobre todo de tipo antitéticos: “Ningún hombre más grande que Juan Bautista; y sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es más grande que él” 88 . La gran variedad de imágenes cotidianas en el lenguaje también hace parte de las notas características de su didáctica. Este recurso simbólico permite que sus discursos no sean acerca de los universales, ni de la esencia de Dios, sino que se trata de un lenguaje que está dirigido al corazón del ser humano concreto. De manera que su palabra reveladora asume el molde humano y singular de su interlocutor. Jesús sabio y conocedor de la Escritura, revela a Dios a los no instruidos, con un lenguaje cotidiano, sencillo y asequible a los mismos. Si nos preguntamos por las fuentes pedagógicas de Jesús nos encontramos con una variedad y plasticidad en las mismas, al igual que son de distinto orden e importancia. Señalaremos tres de ellas; la primera es su proveniencia del corazón del Padre, desde dónde él ha venido, y dónde él permanece unido por la oración y por el cumplimiento de su voluntad. La segunda fuente es la lectura orante de la Sagrada Escritura. Jesús conoce las enseñanzas de la Ley, los Profetas y los Sabios de Israel. La tercera y última fuente es la vida cotidiana de su pueblo con sus ritmos y costumbres. Concluyendo podemos afirmar que la pedagogía de Dios en Jesucristo es pedagogía de la encarnación, de anuncio e instauración del Reino de los cielos con la llegada y aceptación de la luz que vino al mundo. Es pedagogía soteriológica, y de la ‘synkatabasis’ de Dios en la historia humana. Queda pendiente para un estudio posterior la profundización de la pedagogía que desarrolló Jesús de Nazaret con el círculo más estrecho de sus seguidores, recorriendo con ellos el itinerario- camino que llevan acompañando a Jesús hasta Pentecostés o dejándose acompañar por Jesús. En definitiva, podemos destacar que desde una perspectiva bíblica nos hemos encontrado con una pedagogía divina apoyada en la ‘synkatabasis’ de Dios, en la condescendencia divina con la criatura humana. Dicha condescendencia se manifiesta desde el acto creacional, destacando en ella dos aspectos: Dios crea como acto de amor ‘generativo’, que de la nada da origen a un ‘otro’ radicalmente diferente, y a la vez ‘capax dei’. El ser humano creado es imagen y semejanza de Dios, y de esta forma, se pone en 87 Se refiere a un recurso fónico, utilizado en la educación desde la antigüedad, que consiste en emplear palabras con sonidos semejantes pero con significados diferentes. 88 Mt 11,11.
  • 22. 22 evidencia su alteridad con la divinidad y su carácter de apertura a la trascendencia. Desde ahí se comprende el actuar divino en la historia; pues él crea sin desvincularse de su obra creatural, crea asumiendo las coordenadas humanas de espacio, tiempo, movimiento y relaciones. Dios no crea individualidades, sino más bien crea un colectivo humano, interrelacionado e interdependientes entre sí y con el espacio y tiempo en el que habitan. A través de los cuales Dios se manifiesta como pedagogo que actúa su instrucción, para que su criatura crezca hacia la plenitud que es el desarrollo acabado de su don creatural de la semejanza divina, y cuya cima se alcanza en la configuración con Cristo, Hijo y Palabra viva del pedagogo que ha ‘descendido’ para levantarnos con él. Jesucristo es la clave de esta pedagogía divina, y su misterio fue profundizado en la Iglesia primitiva de manera que de sus búsquedas y de su comprensión hemos bebido, y beberemos sus discípulos de ahora y de siempre, pues constituye para nuestra fe un elemento constitutivo. Por ello, abordaremos la temática desde la perspectiva de los Santos Padres pues hacen parte del tesoro de la tradición viva y normativa de la Iglesia.
  • 23. 23 3 DESDE LA PERSPECTIVA DE LOS SANTOS PADRES Abordaremos la temática en cuestión según la perspectiva de dos Santos Padres, ambos de la escuela Alejandrina. Los hemos elegido por su cercanía histórica al acontecimiento Jesucristo, pues ambos pertenecen a la Iglesia naciente del siglo II. En esta etapa la comunidad cristiana ha madurado su reflexión acerca de la doctrina que ha recibido de Cristo, al punto de replantearla en términos culturales diferentes. Igualmente los autores elegidos han tenido que desarrollar la temática, debida la problemática gnóstica que vivían sus comunidades. Esta profundización nos trae muchas luces a la hora de preguntarnos acerca de la pedagogía divina en la Iglesia naciente. 3.1 San Irineo de Lyón89 Nació en Asia Menor entre el año 135 y 140, fue hijo de padres paganos. Uno de los mejores discípulos del obispo de Esmirna, Policarpo, que a su vez fue discípulo de la escuela joánea en Efeso. Ireneo fue enviado a Galias en el año 157, por dicho obispo, y desde 177 permanece en Lyón como sacerdote. En este mismo año se le envió a Roma con una delicadísima misión. En época de la persecución de Marco Aurelio, enviaron al Papa Eleuterio, por manos de Ireneo, una piadosa y ortodoxa carta, con una apelación al Pontífice para que tratase con suavidad a los hermanos montanistas de Frigia. Asimismo, recomendaban al portador de la carta, como a un sacerdote animado por un gran celo para dar testimonio de Cristo. Tan pronto regresó a Lyón, ocupó la sede episcopal que había dejado vacante San Fotino. Aunque rechazara los ‘excesos carismáticos’ y apocalípticos del montanismo, consideró que no se podían prohibir las manifestaciones del Espíritu Santo dentro de las iglesias, y escribió una gran obra donde expuso hasta el exceso la doctrina de los gnósticos, refutando una por una sus afirmaciones. Intervino ante el obispo romano Víctor en el año190, para que no separara de la comunión a los cristianos orientales que celebraban la Pascua el mismo día que los judíos. No hay exactitud acerca de la fecha de su muerte, pero se estima sucedió entre el año 200 y el 202. Su nombre está vinculado, sobre todo, a la polémica contra los gnósticos, y la 89 A. ORBE, “San Ireneo” en ANGELO DI BERADINO (Director) Diccionario patrístico y de la antigüedad cristiana, Tomo I, A-I, Sígueme, Salamanca, 1991, 1098-1105.
  • 24. 24 Iglesia lo venera como mártir, ya que según la tradición antigua, murió entre la multitud que fue masacrada durante la persecución de Séptimo Severo. 3.1.1 La pedagogía divina90 Ireneo escribió el tratado: Contra las Herejías, cuyo título completo es Desenmascarar y Refutar la falsamente llamada Ciencia (Gnosis en griego), durante el pontificado de San Eleuterio, alrededor del año 180/190. El texto que tenemos en nuestras manos fue preparado por Carlos Ignacio González, y consta de cinco partes, llamadas por el autor como Libro I, II, III, IV y V. El Libro I, lo dedica a la exposición de las doctrinas gnósticas; el Libro II, a la denuncia y refutación de dicha doctrina; el Libro III, a la exposición de la doctrina cristiana; el Libro IV, lleva como título: ‘las Escrituras anuncian a un solo Dios y Padre, y finalmente en el Libro V, profundiza el tema de la resurrección de la carne. Ireneo afirma que la Regla de la Verdad es que hay un solo Dios Soberano universal que creó todas las cosas por medio de su Verbo, que ha organizado y hecho de la nada todas las cosas para que existan. El Dios del Antiguo Testamento es el mismo y único Dios del Nuevo Testamento, al contrario de lo que afirmó Marción91 . De esta manera pone de relieve que la pedagogía de Dios con su pueblo elegido, presupone el caminar histórico, y los distintos pre-anuncios del Antiguo Testamento. Pues, “puso en obra su parte en las Economías de Dios, y fue acostumbrando a su heredad a obedecer a Dios, a peregrinar por el mundo y a seguir su Palabra, para significar de ante mano a los bienes futuros. Así, pues, nada de lo acontecido es vano o sin significado”92 .A través de la historia del pueblo de Israel, Dios proporciona al ser humano las herramientas y los signos necesarios para que se dé un mutuo acostumbramiento entre Dios y el Hombre y así la criatura se oriente hacia la imagen de Dios: Cristo resucitado como meta de su crecimiento integral y pleno. San Ireneo confrontó las concepciones según las cuales habría ‘almas malas’ destinadas a condenarse, o tres clases de seres humanos: los ‘materiales’ que no pueden 90 Cfr. SAN IRENEO, Contra los herejes. Exposición y refutación de la falsa gnosis, CARLOS IGNACIO GONZÁLEZ, SJ.(ed), Revista Teológica Límense, Vol. XXXIV, Lima, Enero / Agosto 2000. 91 Herético del siglo II; su doctrina se resume en la existencia de dos espíritus supremos, uno bueno y otro malo, y considera al Dios veterotestamentario como inferior, simple modelador de una materia preexistente. Rechazó al Antiguo Testamento, y del Nuevo sólo aceptó all Evangelio de San Lucas y las epístolas de San Pablo. Fue declarado hereje y excomulgado en 144. 92 SAN IRENEO, “Contra los herejes. Exposición y refutación de la falsa gnosis”, CARLOS IGNACIO GONZÁLEZ, SJ.(ed), Revista Teológica Límense, Vol. XXXIV, Lima, Enero / Agosto 2000, 341.
  • 25. 25 salvarse, los ‘psíquicos’ que si pueden salvarse, y los espirituales que se salvan. Especialmente rechazó la versión gnóstica de Cristo, que lo hacía un hombre espiritual al que le fue administrado un cuerpo formado con substancia psíquica, pero dispuesto con un arte inefable para que pudiera ser visto, tocado, pudiera padecer; y del que se liberó al morir. Que nunca tomó nada del hombre material, porque éste nada tiene para salvarse o para salvar. Mostró cómo, según los argumentos de los gnósticos, el Verbo no se habría hecho carne. Hecho que pone en evidencia su falacia pues contradice los testimonios de la revelación. Para refutar dicha doctrina gnóstica que acepta las revelaciones privadas, San Ireneo desarrolla y funda el principio de la tradición como elemento esencial de la pedagogía divina que es en Jesucristo una pedagogía apostólica. Según nuestro Santo la auténtica tradición se encuentra en las iglesias fundadas por los apóstoles, que han sido instruidas según la doctrina auténtica, que proviene de Jesucristo de manera ininterrumpida por la sucesión apostólica, y que dichas iglesias la mantienen sin alteración. Esta tradición es la fuente y la norma de la fe, ‘regula fidei o regula veritatis’, por lo que solamente las iglesias fundadas por los apóstoles son guías seguras de la enseñanza auténtica de la fe en Cristo. Ireneo va aún más allá, y afirma que es suficiente recurrir a la iglesia de Roma, pues se tiene la lista de los Obispos romanos, y es largo el trayecto para recurrir a todas las iglesias93 para discernir lo que pertenece a dicha doctrina apostólica. El tema central de la teología de este Padre de la Iglesia, gira en torno a la salvación del hombre. Toma como punto de partida para desarrollar su antropología los dos textos del Génesis que se refieren a la creación del ser humano94 . Frente a los gnósticos que distinguían tres clases de hombre: material, psíquico y espiritual o neumático, Ireneo pone las bases de una antropología integradora, afirmando que hay un solo hombre, carnal, espiritual y animal. El hombre es carne -Car Capax Salutis-: carne capaz de salvación. Aquí es donde se juega la batalla, pues para los gnósticos la carne no es capaz de salvación. La salvación significa divinización de la carne, por eso el Hijo de Dios se encarna para divinizarla. La carne es esencial en la teología irenea, para quién el hombre es carne destinada a la salvación. “…ni siquiera podría soñar...que una virgen pudiera dar a luz a un hijo y que el así dado a luz fuese ‘Dios con nosotros’ (Is 7,14) y que descendiese a lo más hondo de la tierra ‘para buscar la oveja perdida’ (Lc15, 4-6) (es decir su 93 Cfr. Ídem, 247. 94 Cfr. Gn 1,1-26;2,7
  • 26. 26 plasma)...95 ” Según una nota de dicho texto se afirma que para Ireneo la oveja perdida, es símbolo de la humanidad destinada a la vida eterna, que por el pecado ha errado, necesitando que el pastor-pedagogo, asuma su carne para ir en su rescate. Dios en su pedagogía revela al hombre su condición de pecador y condenado a muerte, pero destinado a la salvación, por un plan amoroso. El énfasis según nuestro autor no está en la miseria humana, sino en la misericordia divina, que hace que el ser humano, incapaz de salvarse y de darse vida eterna a sí mismo, encuentre en Dios su verdadera identidad: objeto de un amor divino sin medida. “(El hombre) conociéndose a sí mismo como débil y mortal, entienda que Dios es a tal punto inmortal y poderoso, que concede al mortal la inmortalidad y al temporal la eternidad; y también comprenda todo poder de Dios que se ha manifestado en el mismo (hombre), a fin de que advierta cómo el mismo Dios le ha enseñado su propia grandeza”96 Quién permanece en la verdad de si mismo, en la manifestación de lo que se es en el interior (y permanece en el amor de Dios, con sentimientos de gratitud, se hará más semejante a su hacedor, que por él ha asumido la muerte en Cruz. “Pues se hizo ‘semejante a la carne de pecado’ (Rom 8,3) a fin de condenar el pecado y una vez condenado echarlo de la carne, para de esta manera hacer crecer en su semejanza al ser humano, llamándolo a ser imitador de Dios, sometiéndolo a la Ley que lo lleva a contemplar a Dios, y dándole la capacidad de captar al Padre. El Verbo de Dios habitó en el ser humano (Jn 1,14) y se hizo Hijo del Hombre, a fin de que el hombre se habituase a recibir a Dios y Dios se habituase a habitar en el hombre, según agradó al Padre”97 . (Subrayado nuestro). El hombre es un ser en construcción, que no termina de ser hecho hasta que sea igual a la carne gloriosa de Cristo. Entonces sí, el hombre será perfectamente lo que Dios quiere: imagen y semejanza suya. El Hijo de Dios, según Ireneo, es el que comunica al barro humano la imagen divina, y el Espíritu Santo es el que le comunica la semejanza. En la 95 IRENEO DE LYÓN, “Contra los herejes, Exposición y refutación de la falsa gnosis”, en CARLOS IGNACIO GONZÁLEZ, SJ(Ed). Revista Teológica Límense, Vol. XXXIV, Enero / Agosto, 2000, nº 19, 4; 276. 96 Idem, n º 20,2; 277. 97 Idem, 278.
  • 27. 27 creación cada una de las tres personas divinas, actúan según sus cualidades personales. El Padre crea la materia ex nihilo, el Hijo le da forma, y el Espíritu Santo lo llena de vida98 . Afirma igualmente Ireneo que el hombre es un microcosmos, en él hay como un resumen de toda la creación, del mundo material por ser material, y del racional por ser racional. Distingue en el texto del Génesis la imagen de la semejanza. Imagen es similitud con la forma, con la figura, y se da entre naturalezas iguales, por lo que afirma que tenemos la misma naturaleza de Dios, que solo es posible darse por Cristo, que es de naturaleza humana. El Padre no tiene forma, por lo que no es posible conocerlo sino en el Hijo, que sí tiene forma. Por lo tanto, concluye nuestro autor, el hombre, que es material, corporal, carnal, es imagen de Dios en su sentido horizontal, es decir imagen de Cristo Dios que ha venido, se ha encarnado y ha resucitado, siendo de este modo el modelo que Dios Padre tuvo presente al crear al ser humano, varón y mujer. Cristo es el objetivo al que ha de llegar la carne humana. “Tal vez alguien diga: ‘Pero qué, ¿acaso Dios no podría haber creado al ser humano perfecto desde el principio?’Sépase que Dios siempre es el mismo e idéntico a lo que él mismo es, que todo le es posible. Pero las cosas creadas por él, puesto que comenzaron a existir cuando fueron hechas, por fuerza son inferiores a aquel que las hizo. Las cosas que llegaron a ser, no podían ser increadas; y por el hecho de no ser increadas les falta ser perfectas. Como fueron producidas más tarde, en ese sentido son niñas, y como niñas no están ni habituadas ni ejercitadas en un modo de actuar perfecto. Sucede como con una madre capaz de dar al bebé un alimento de adulto, pero él aún no puede comer ese alimento demasiado pesado para sus fuerzas. De modo semejante, Dios pudo dar la perfección al ser humano desde el principio, pero éste era incapaz de recibirla, pues también fue niño. Por eso nuestro Dios en los últimos tiempos, para recapitular todas las cosas en sí mismo, vino a nosotros, no tal como podía mostrarse, sino como nosotros éramos capaces de mirarlo. Porque podía venir a nosotros en su gloria inexpresable, pero nosotros no hubiéramos resistido soportar la grandeza de su gloria. Por eso, como a niños, aquel que era el pan perfecto del Padre se nos dio a sí mismo como leche, cuando vino a nosotros como un hombre; a fin de que, nutriendo nuestra carne como de su pecho, mediante esa lactancia nos acostumbráramos a comer y beber al Verbo 98 Cfr. Gn 2,7b.
  • 28. 28 de Dios, hasta que fuésemos capaces de recibir dentro de nosotros al Pan de la inmortalidad, que es el Espíritu del Padre.”99 En este texto y al recorrer la obra entera de ‘Contra los herejes’, de San Ireneo, se subraya que el ser humano está destinado a ser glorificado en su carne, y mientras tanto vivimos en una especie de período de construcción. Por tratarse de una pedagogía carnal, se necesita según Ireneo, una historia, pues también somos materia, y Dios para llevarnos hacia nuestra plenitud se encarnó para habituarse mutuamente uno al otro. La naturaleza divina a la humana y viceversa; abriendo así la posibilidad en Cristo Jesús de participar de la gloria de nuestro Dios, o como dice el texto señalado: “capaces de recibir dentro de nosotros el Pan de inmortalidad”. El hombre es un ser ‘in fieri’, que llegará a ser hombre perfecto después de la resurrección, cuando su carne haya adquirido la incorruptibilidad y la inmortalidad divina. Mientras tanto, está sometido al trabajo de las manos divinas. Nos preguntamos entonces: ¿Por qué Dios no hizo al ser humano perfecto desde el comienzo? Si bien para los gnósticos la explicación está en el demiurgo, Dios creador, imperfecto, para nuestro Santo el ser humano es incapaz de recibir la perfección de golpe, justamente por ser carnal y creatural, se hace necesaria la historicidad como espacio para caminar hacia esa imagen. Es necesario que se de un mutuo acostumbramiento entre Dios y el ser humano, para que se construya la semejanza divina, y se alcance la imagen perdida. Ésta ha sido la pedagogía elegida por Dios, según San Irineo, una pedagogía carnal, creatural y necesariamente histórica, no angelical y abstracta. 3.2 San Clemente de Alejandría Papa Benedicto XVI, en la Audición general del día miércoles 18 de abril del 2007100 , presentó a Clemente de Alejandría como un gran teólogo que nació probablemente en Atenas a mediados del siglo II. De esa ciudad heredó un gran interés por la filosofía, que lo llevó a ser un destacado promotor del diálogo entre la fe y la razón en la tradición cristiana. 99 IRENEO DE LYÓN, “Contra los herejes, Exposición y refutación de la falsa gnosis”, en CARLOS IGNACIO GONZÁLEZ, SJ(Ed). Revista Teológica Límense, Vol. XXXIV, Enero / Agosto, 2000, nº 19, 4; 276. 100 Cfr. BENEDICTO XVI, Audición general del día miércoles 18 de abril del 2007, en Observador Romano, Edición Semanal en lengua española, Año XXXIX, N° 16 (1999), 20 de abril del 2007, 16 (224).
  • 29. 29 Fue discípulo de Panteno, y le sucedió en la dirección de la escuela catequística de Alejandría. Son numerosas las fuentes que atestiguan que fue ordenado presbítero, aunque la crítica moderna prefiere mantener la duda. Abandonó Alejandría durante la persecución de Septimio Severo, de los años 202-203 para refugiarse en Cesárea, en Capadocia, donde falleció alrededor del año 215. Las obras más importantes: el Protréptico, el Pedagogo, y los Stromata. Estos escritos constituyen una auténtica trilogía, destinada a acompañar eficazmente la maduración espiritual del cristiano, aunque los testimonios indican que no era la intención originaria del autor. El primero, es una ‘Exhortación’ dirigida a los que comienzan y están buscando el camino de la fe. Esta obra coincide con la persona de Jesucristo, que ‘exhorta’ a avanzar con decisión hacia la Verdad. Jesucristo es también ‘Pedagogo’ de aquellos que por el bautismo, se convirtieron en hijos de Dios y necesitan recibir enseñanzas más profundas por parte del Maestro; aquí el autor presenta al modelo a seguir: Jesucristo. El pedagogo cura las pasiones humanas, guía e instruye gradualmente, como a un niño en los deberes de la vida cristiana. Estas enseñanzas son recogidas en la tercera obra: los Stromata, que significa: ‘tapicerías’. No se trata de una composición sistemática, sino que aborda diferentes temas que hacen parte del acervo pedagógico habitual del autor. 3.2.1 La pedagogía de Dios101 El texto que tenemos entre mano es de las Fuentes Patrísticas, y fue preparado por Marcelo Merino y Emilio Redondo; está estructurado de la siguiente manera: Una introducción realizada por los recopiladores, y tres libros en versión castellana y griega, del escrito clementino. En la obra se distinguen dos partes; la primera constituye el libro I, y la segunda está comprendida por los libros II y III. En la primera parte el autor aún atendiendo el carácter práctico de la obra marca los principios en los que la segunda parte del libro se basa. Se trata de un impulso que orienta el obrar práctico y concreto, que es desarrollado en la segunda parte de la obra, contribuida por los dos libros siguientes. Donde Clemente elabora un perfecto tratado de Moral práctica y teórica, en el que se contemplan los deberes concretos del seguidor de Cristo, ofreciéndole consejos, exhortaciones y modelos de conducta propias de la vida cristiana. En esta obra completa el alejandrino pretende dar a sus lectores un método de educación en la vida cristiana, para 101 Cfr. CLEMENTE DE ALEJANDRÍA, El Pedagogo, Edición Bilingüe preparada por MARCELO MERINO Y EMILIO REDONDO, Fuentes Patrísticas 5, Ciudad Nueva, Madrid, 1994, 11-15.
  • 30. 30 llegar a participar de la vida incorruptible de Dios. Esta pedagogía propuesta por el autor se convierte en pedagogía divina, pues marca un aspecto de la obra salvadora que Dios realiza a favor de la humanidad. Debido a que el hombre, varón-mujer, es incapaz de alcanzar por si mismo su fin último, Dios viene en ayuda de su criatura, para que ésta pueda participar de la vida divina que le fue prometida. Clarifiquemos de entrada junto a Clemente de Alejandría, ¿quién es el pedagogo a quién dedica su obra literaria, y toda su vida. .“Nuestro pedagogo…es semejante a Dios, su Padre, de quien es hijo: no hay en él pecado, ni reproche, ni pasiones en su alma; es el Dios sin mancha bajo el aspecto de un hombre (…); el que está sentado a la derecha del Padre; Dios también por su aspecto. Él es para nosotros la imagen sin defectos; y hemos de procurar con todas nuestras fuerzas que nuestra alma se parezca a Él”102 y más adelante en el mismo libro va a decir que el pedagogo se llama Jesús103 . Clemente da comienzo a su obra presentando lo que el pedagogo promete al que se deja guiar por él. Nos habla primeramente de la realidad del ser humano, en la que “ha sido construida en base de verdad, un fundamento de sólida ‘gnosis… un ferviente deseo de vida eterna104 ” que se alcanza dejándose conducir por ‘Pedagogo’, que es siempre el único Logos -guía celestial-, que “arranca al hombre de su inclinación mundana en que vivía y lo conduce a la única salvación105 ” Esta es la promesa, ser liberados de las inclinaciones ‘mundanas’, y crecer en la verdad y el conocimiento, caminando hacia la vida incorruptible, que habita en el hombre: varón –mujer, como una fuerza deseante. Según nuestro autor el título ‘pedagogo’ “es el único nombre que propiamente le corresponde (a Dios), pues es educador práctico, no teórico; el fin que se propone es el mejoramiento del alma, no la instrucción; es guía de una vida virtuosa, no de una vida erudita”106 . Queda claro que la pedagogía de Dios pretende el crecimiento integral del ser humano, que para nuestro Santo no se trata solamente del crecimiento intelectual y erudito, sino que es el crecimiento en la virtud.“La pedagogía divina indica directamente el camino a la verdad que lleva a la contemplación de Dios, y también es el modelo de la conducta santa en una eterna perseverancia. …el pedagogo, por su solicitud hacia nosotros, indica a sus niños el estilo de vida saludable”107 . 102 Idem, I, 4,1; 77-78. 103 Idem, I, 53,1; 183-185. 104 Idem, I, 1,1; 69. 105 Idem, I, 1,1; 73. 106 Idem. 107 Idem, I, 54,1; 185-186.
  • 31. 31 En este camino hacia la verdad plena que es el mismo Logos divino, este autor distingue la existencia de dos niveles de la vida en Cristo. El primero está compuesto por los seguidores de Cristo que viven la fe de una manera común, permaneciendo abiertos a los horizontes de la vida saludable o santidad. En el segundo nivel encontramos a los ‘gnósticos’, o sea, los que ya llevan una vida de perfección espiritual; en todo caso, el cristiano debe comenzar por la base común de la fe; a través de un camino de búsqueda debe dejarse guiar por Cristo, para llegar así al conocimiento de la Verdad, que no es otra cosa que alcanzar la semejanza divina, recibida en la creación como una suerte de connaturalidad con Dios. Esta connaturalidad permite conocer las realidades divinas que el hombre acepta ante todo por la fe, que según el alejandrino incluye la racionalidad humana, con sus potencialidades, y también se da por la práctica de las virtudes; así el ser humano concreto puede crecer hasta llegar a la contemplación de Dios. Clemente, en el camino de la perfección humana, le da al requisito moral la misma importancia que al intelectual. El planteo alejandrino es la unidad de ambos aspectos de la vida humana, ya que no es posible conocer sin vivir y no se puede vivir sin conocer. No es posible asemejarse a Dios y contemplarlo solamente con el conocimiento racional: para lograr este objetivo hay que llevar una vida según indica el ‘Pedagogo’, una vida según la verdad. Como consecuencia de este pensamiento las buenas obras deben acompañar al conocimiento intelectual, como la sombra sigue al cuerpo. Este tipo de conocimiento se convierte en una realidad viva, en un amor transformante, que crea comunión con el pedagogo, en tanto presencia de la verdad divina: el Logos de Dios. En esta comunión, que es conocimiento perfecto y amor, el seguidor de Cristo alcanza la contemplación, y por ende la unificación con Dios. La vida virtuosa y saludable del ‘auténtico gnóstico’ tiene dos virtudes principales según San Clemente, ellas se tratan de la virtud de la libertad de las pasiones; y la segunda es el amor, que asegura la verdadera unión con Dios. Cuando se ama se vive en paz incluso las dificultades más intensas y arduas. Es el amor el motor que hace que el creyente alcance la perfección en Cristo Jesús, llegando hasta la cumbre de la virtud que se identifica con la misma persona del ‘pedagogo’. La verdadera pedagogía divina es la entrega amorosa del mismo pedagogo que se entrega al instruido para que éste no solo conozca la verdad sino que se adhiera a ella con su intelecto, con su fe y con su vida. Esforzándose por llevar una vida virtuosa que no es otra cosa que vivir en amor, como vive el pedagogo divino, que dio su vida por sus amigos.
  • 32. 32 Resumiendo según los Santos Padres presentados en este trabajo, la pedagogía divina es esencialmente salvífica, pues reconoce al hombre como creado y destinado a ser glorificado en su carne. Es una pedagogía Trinitaria, pues todo ella, actúa educativamente sobre el ser humano; el Hijo le da la imagen divina, el Espíritu la semejanza, y el Padre lo crea de la nada. Esta pedagogía Trinitaria tiene su cima en el acontecimiento Cristo, que sella su misión con la entrega de su espíritu en la Cruz, y de esta manera abre un tiempo de pedagogía divina apostólica, pues su cuidado y transmisión es confiada a los apóstoles. Dios en su pedagogía revela al hombre su condición de pecador y condenado a muerte, pero destinado a la salvación, por un plan amoroso. Dios conoce la inaccesibilidad humana para alcanzar por si mismo la vida eterna, por su realidad de pecado, y como gesto amoroso rompe las barreras que los separaba ontológicamente, y sin poner el énfasis en la miseria, sino más bien en su fuerza de amor misericordioso y gratuito ‘sale al encuentro’, haciendo de la carne humana una carne capaz de salvación, capaz de vida inmortal, y de esta manera encuentra la creatural su verdadera identidad: objeto de un amor divino sin medida. Dios en su ‘synkatábasis’ desarrolla una pedagogía basada en el amor gratuito y por ende misericordioso, que incita al ser humano a imitarlo permaneciendo en la verdad de si mismo, y en el amor a Dios que se nutre en los sentimientos y actitudes de gratuidad. Dicha pedagogía señalada por los Santos Padres, asume al ser humano y su condición creatural, carnal, y necesariamente histórica, y por ende se trata asume la evolución contextualizada del ser humano; esto nos pone de cara a la necesidad de continuar nuestra investigación en la etapa histórica que continúa directamente a los Santos Padres, como es el período medieval, donde es perceptible algunas acentuaciones diversas que enriquecen nuestra profundización.
  • 33. 33 4 DESDE LA PERSPECTIVA MEDIEVAL A nivel social la forma de gobierno reinante en Europa Occidental era el feudalismo, que predominó durante todo el siglo X, se expandió en el siglo XI, y llegó a su apogeo durante todo el siglo XII, y XIII, perdurando hasta mediados del siglo XV. Este sistema contractual se caracterizó por la concesión de feudos (casi siempre en forma de tierras y trabajo) a cambio de una prestación política y militar, contrato sellado por un juramento de homenaje y fidelidad. A nivel teológico y eclesial se viven tiempos de la cristiandad imperial, y del pensamiento ordenado de la escolástica. Desde un punto de vista teológico es posible distinguir tres grandes corrientes de pensamiento acerca de Dios. Por un lado tenemos la teología monástica, cuyo ejemplo más acabado y conocido es San Antonio de Padua; por otro lado tenemos la teología escolástica de la que tenemos mayor conocimiento por su gran relevancia académica, en la que ubicamos a San Buenaventura y a Santo Tomás de Aquino; y como una tercer vía del pensamiento teológico tenemos, una teología que para algunos teólogos es conocida por teología laical, característica de los movimientos evangélico-pauperísticos entre los cuales San Francisco de Asís, constituye uno de los ejemplos de mayor relevancia. En base a las dos últimas posturas medievales sobre el ser y del hacer de Dios, nos acercaremos al concepto de pedagogía de Dios. En algunos casos, siguiendo la referencia explícita al concepto, y en otros casos leyendo entre líneas, pues no hemos encontrado dichas referencias. 4.1 Santo Tomás Tomás de Aquino nació en el año 1225, en Nápoles. Para profundizar mejor en la temática en cuestión nos parece oportuno detenernos en el período de la baja edad media (1250-1500), pues se trata del período donde Santo Tomás, ya maduró en su pensamiento, ‘da a luz’ a la obra: “De Magistro” (1256-1259). El contexto eclesial y social después del Primer Concilio de Lyón (1245), en el que Inocencio IV excomulgó al emperador Federico II, se vivió tiempo de una verdadera ‘muerte’ de la así llamada ‘cristiandad medieval’: el papado se unión cada vez más con Francia , lo llevó a su permanencia en Aviñón y al cisma de Occidente. Por la gran fragmentación política y religiosa que se vivía, el Imperio perdió su hegemonía en Europa, y de igual manera perdió la posibilidad
  • 34. 34 de recuperar Tierra Santa, con el costo de numerosas epidemias mortíferas, como la famosa ‘peste negra’, que penetraron en el imperio tras las numerosas derrotas. Fueron tiempos de grandes movilizaciones sociales que terminaron por tirar abajo la estructura feudal. 4.1.1 Pedagogía divina Es importante señalar que el Santo Doctor no aborda el tema de manera directa e explícita, pues no encontramos en sus obras referencias explícitas acerca de la pedagogía divina, pero sí aborda el tema implícitamente en casi toda su obra. Nos detendremos en la obra: ‘De Magistro’ pues en ella, hay una preocupación educativa que tiene que ver con la situación histórica, como ya lo hemos señalado. En ella aborda el tema del único maestro, basándose en la doctrina aristotélica de la potencia y del acto, de las causas primeras y de las causas segundas, y desde esta perspectiva reconoce a Dios, y muy especialmente al Verbo divino, la causalidad principal en toda forma de enseñanza y pedagogía. Igualmente otorga al maestro humano la característica de causalidad secundaria e instrumental. Tomás de Aquino, afirma constantemente en su obra, que el ser humano es elevado al orden sobre natural, y allí recibe comunicación de otros conocimientos además de los naturales; dicha comunicación es la Revelación divina, o sea, la Doctrina fidei, o Sacra Doctrina, o Sacra Scriptura; todas estas expresiones, tomadas de la primera cuestión de la primera parte de la Suma Teológica, son consideradas por el autor, de manera indistinta y unívocamente. Desde la doctrina Aristotélica de la abstracción corrige la teoría platónico- agustiniana de la iluminación, señalando la importancia de la aportación del destinatario mismo de la enseñanza en el proceso pedagógico al que es introducido. A lo que se refiere dicho proceso, Santo Tomás afirma: “Si un hombre propone a otro signos de algunas cosas, aquel al que se le proponen, o conoce aquellas cosas de las que son signos, o no. Si ya las conoce, no puede ser instruido en ellas. Si no las conoce, al ignorarlas, tampoco puede conocer el significado de los signos. (...) Por tanto, si la enseñanza, no hace más que proponer signos, se sigue que un hombre no puede enseñar a otro hombre...Enseñar no es más que producir, de algún modo, ciencia en otro…La ciencia se produce interiormente en la mente y no exteriormente en el sentido. Luego el hombre sólo es instruido por
  • 35. 35 Dios, no por otro hombre.”108 . “Las cosas que se nos enseña por signos, nos son en parte conocidas y en parte ignoradas. Por ejemplo, si se nos enseña qué es el hombre, es necesario que antes sepamos algo de; a saber, el concepto de animal o el de sustancia; o, al menos, que es un existente, lo cual es imposible ignorarlo. De modo, si se nos enseñan una conclusión es necesario que sepamos con anterioridad, qué son un predicado y un sujeto, como también los principios de los que se deduce esa conclusión: Toda disciplina se forma por un conocimiento preexistente109 ”. Si aceptamos que Dios, y más especialmente el Verbo de Dios nos quiere enseñar ‘algo’, debemos concluir que tenemos algún ‘conocimiento previo’ al respecto. Para Santo Tomás existe una cierta connaturalidad entre Dios y el hombre que viene dada por el gesto creador de Dios, que lo hace en cierto modo partícipe de la verdad. Dios es la Verdad absoluta y su pedagogía consiste en hacer que el ser humano llegue al conocimiento pleno de la verdad. Es importante considerar que el conocimiento para Tomás no es un acto solamente del intelecto, de manera aislada sino en perfecta relación con las demás potencias humanas. Esta pedagogía divina requiere y exige la apertura total a Dios y a su verdad. Efectivamente, en este nivel es donde la doctrina pedagógica pasa de abstracta a concreta, de especulativa a existencial e histórica. Antes de comunicar la verdad, en efecto, hay que haberla alcanzado, para ello Dios se vale de la fuerza unitiva del conocimiento y de la caridad, que une y hace uno al que conoce y al que ama, con el objeto conocido y el objeto amado. Dios es causa absoluta, necesaria, perfecta y fin último de todas las cosas; él es perfección, bondad suprema, poder absoluto, verdad plena, suprema inteligencia, voluntad y vida absoluta, y se hizo ser humano para salvarnos. La pedagogía divina que la suprema inteligencia y sabiduría eligió para conducir a su pueblo hasta el conocimiento de la verdad, es la de dejar sus huellas en la contingencia, para que el ser humano desde su propia contingencia, contemplándolas; pudiera seguirlo y amarlo. Dos son las vías para conocer la única verdad: la razón y la fe. Dentro de esta mirada una de las huellas está en la razón humana capaz de conocer y contemplar a Dios desde las cinco vías propuesta por el Aquinate. Mediante la razón conocemos el mundo natural y en él las huellas de Dios, y mediante la fe, comprendemos mejor la verdad revelada. Santo Tomás pensaba que la 108 SANTO TOMÁS, “De Magistro”, Artículo I, en Opúsculos y cuestiones selectas, Edición Bilingüe, Tomo I, ANTONIO OSUNA FERNÁNDEZ-LARGO (Cood). Bac, 2001,298-299. 109 Ídem OC 309-310.
  • 36. 36 verdad entera estaba en los dogmas de la iglesia católica. Afirmaba la existencia de dos leyes: la positiva, que se desarrolla por uso y costumbre en cada país, y la natural, que conocemos por la razón, y que nos hace participar de la ley divina. Como ya lo hemos mencionado el concepto de razón para el Doctor Angélico está muy lejos del concepto moderno relacionado únicamente con la razón especulativa. En la antropología medieval el ser humano es una criatura dotada de cuerpo material y alma racional, la que incluye inteligencia, voluntad y emociones; dentro de las cuales el amor ocupa un papel relevante. Santo Tomás en sus escritos, pone en evidencia la pedagogía divina como pedagogía de la Creación-Encarnación-Redención, cuyo centro está en la Caridad de Dios, que busca manifestarse creando y redimiendo, por lo que, obra teniendo en cuenta la naturaleza del pecado y la naturaleza del ser humano. Esta es la primera característica de la pedagogía divina según el pensamiento el Aquinate. Dios que pedagógicamente conduce a su pueblo desde las realidades humanas y desde la realidad del mal que coexiste con la gracia. De ese modo, Dios desarrolla una pedagogía basada en el amor, pues ella es la fuerza que destruye el mal a fuerza de bien. “El alma de Cristo poseía –dice- una caridad perfectísima, que excede la capacidad de nuestro conocimiento, según Eph 3,19: la caridad de Cristo supera a toda ciencia”110 . Se podría decir que se trata de una pedagogía caritativa cuya plena manifestación se haya en la caridad de Cristo. El amor, que proviene de la Caridad de Dios hacia el género humano en su totalidad, es como bien, le agrada repetir a Santo Tomás, un amor ‘en cierta manera infinito’: es el mismo Cristo. La creación, la encarnación y la redención son según el Maestro Angélico, presencia y manifestación de amor, tanto por parte de Dios Padre como por parte de Cristo. “Como he sabido, según la doctrina del Aquinate, el amor comporta generalmente tres actos: salir de sí, volviéndose hacia la persona a la que se quiere hacer bien; unirse a ella, por una unión de ideas, de sentimientos, de voluntad; y ayudarle a cumplir su destino” 111 Se trata de un amor que se expresa en la satisfacción, reparación y sacrificio de Cristo. La redención es expresión del misterio de amor que Dios Padre y Dios hijo viven entre sí, y nos comunican para que en el ejercicio del amor nos hagamos uno con Cristo, quién amando hasta el extremo, vivió en obediencia al Padre, y mostró el camino a modo de ejemplaridad a todo el género humano, pero no solo a modo de ejemplaridad, sino 110 SANTO TOMÁS, Suma Teológica, III q. 18, a. 5 in 2. 111 JOSÉ MORALES (Director), Excerpta e Dissertationibus in sacra teología, tomo X, Facultad de Teología Universidad de Navarra, Pamplona, 1986, 346.
  • 37. 37 también en satisfacción por sus muchos pecados, reparando así la condición humana capaz de participar en cierto modo en la naturaleza divina. El término satisfacción es utilizado por Santo Tomás en sentido analógico, pues se trata de una analogía que ayuda a comprender por qué la Redención fue operada por medio de la humillación, el sufrimiento y la muerte en Cruz. Estos misterios según Santo Tomás son enseñados solamente por Dios de manera interna, y el hombre los enseña solamente de manera exterior. Es la sabiduría creada e increada que es infundida en el ser humano la que hace que éste se adelante y sea mejor humanamente y se abra la labor pedagógica del pedagogo por excelencia. Todo ser humano puede cooperar en la acción pedagógica de Dios, en la medida en que coopera exteriormente con la luz de la razón para llevarla a la perfección de la ciencia. Según el Aquinate estos misterios de amor, hecho palabras del divino maestro, sean oídas o leídas, cusan la ciencia en el entendimiento. Si algo sabemos es por la luz de la razón que fue infundida interiormente por Dios en el ser humano y por la que Dios habla a la criatura. 4.2 La pedagogía divina según San Buenaventura112 San Buenaventura nació en Bagnoregio, Italia en 1217; su nombre de bautismo era Juan de Fidanza. Estudió Arte desde el 1236-1242 en la Universidad de París donde fue discípulo de Alejandro de Hales. Ingresó a la orden Franciscana en 1243, e inició sus estudios teológicos en la Sorbone hasta 1253, obteniendo el título de maestro en dicha disciplina. Señalamos algunas de sus obras: El Breviloquium, Itinerario de la Mente hacia Dios (1259), Biografía de San Francisco de Asís (1263). Famoso por su genio y por su juicio, fue elegido general de los franciscanos en 1257 hasta el año 1273. Su ejercicio coincidió con un período en que la comunidad franciscana se hallaba escindida en torno a la controversia de hasta qué punto debía, como orden, respetar el compromiso de san Francisco de Asís con la pobreza. Él logró ayudar a superar dicha división y, por ello, se le considera como el segundo fundador de la orden. Es nombrado Cardenal obispo de Albano en mayo del 1273, por el Papa Gregorio X; colaboró en los preparativos del II Concilio de Lyon. Falleció en dicha ciudad francesa el 15 de julio de 1274. Fue canonizado en 1482, y en 1588 recibe el título de Doctor de la Iglesia. 112 Cfr. BÓRMIDA J., Un itinerario hacia la armonía. Reflexiones sobre el Itinerario de la mente a Dios de San Buenaventura, Multiversidad, 9, 1999,11-33.
  • 38. 38 Según su teología, la pedagogía divina es netamente trinitaria pues afirma que cuando entramos dentro de nosotros mismos vemos en nuestro interior, resplandecer la imagen misma de la Santísima Trinidad. “Y porque los dos grados predichos, guiándonos a Dios por los vestigios suyos, por los cuales reluce Él en todas las criaturas, nos llevaron de la mano hasta entrar de nuevo en nosotros, es decir, a nuestra mente, donde reluce la divina imagen; de ahí es que, llegados ya al tercer grado, entrando en nosotros mismos, como si dejáramos el atrio del tabernáculo, en el santo, esto es, en su parte interior es donde debemos procurar ver a Dios por espejo: allí donde, a manera de candelabro, reluce la luz de la verdad en la faz de nuestra mente, en la cual resplandece, por cierto, la imagen de la beatísima Trinidad”113 De esta manera podemos ver cómo Dios para conducir al ser humano hacia la meta, decide habitar en el interior de nosotros mismos, y así, espera al ser humano, para que éste habite en su propio interior, para encontrarse con él desde su identidad más profunda, la mismísima Trinidad Santa a la identidad profunda del hombre y de la mujer. Se trata de un espejo o de un enigma, en el que al sumergirse, el ser humano puede encontrarse con su origen trinitario, con el rostro del Dios uno y trino. Este Dios uno y trino deja sus vestigios en el cosmos para que a modo de reflejo el ser humano, espejo más acabado de su presencia, pueda encontrarlo y escucharlo. El primero de los vestigios se encuentra como ya lo dijimos en el universo cósmico, el segundo vestigio donde Dios se muestra de manera pedagógica, es en el mundo sensible, y de manera especial en la persona humana que busca encontrarlo en su peregrinación por este universo cósmico y sensible. Es en el mundo sensible dónde resplandece el sumo poder y sabiduría de Dios, a través de las cuales podemos contemplar su rostro espejado en la infinidad de cosas, todas ellas muy hermosas y deleitables; todas ellas nos llevan, si nos dejamos seducir por su esplendor, a la contemplación de Dios. Para San Buenaventura las ‘especulaciones’ son ‘espejamientos’. La vida del hombre y de la mujer es entendida como un largo camino entre imágenes reflejadas, entre espejos que exigen capacidad para descifrar las imágenes en movimiento. El Santo los traduce de modo muy llano y simple en la teología narrativa de la Leyenda Mayor: 113 Ídem.
  • 39. 39 “La piedad del Santo se llenaba de una mayor ternura cuando consideraba el primer y común origen de todos los seres, y llamaba a las criaturas todas - por más pequeñas que fueran - con los nombres de hermano o hermana, pues sabía que todas ellas tenían con él un mismo principio. Pero profesaba un afecto más dulce y entrañable a aquellas criaturas que por su semejanza natural reflejan la mansedumbre de Cristo y queda constancia de ello en la Escritura. Muchas veces rescató corderos que eran llevados al matadero, recordando al mansísimo Cordero, que quiso ser conducido a la muerte para redimir a los pecadores”.114 Se trata de una pedagogía divina que es paciente, espera el tiempo del ‘hombre’ lo estimula con su presencia que es fruición amorosa, y es desde la verdad y hondura del propio ser humano, no desde algo, o alguien externo. El camino como paradigma nos coloca ante un Dios respetuoso, paciente que asume la historia humana como lugar de la ‘especulación’ y de la búsqueda. La pedagogía divina es presentada como itinerario humano hacia el sumo bien. Dios camina con su pueblo, con el ser humano en todo tiempo y lugar, pero se deja ver aún con mayor facilidad en los tiempos de desierto, de incertidumbre; es ahí donde él se hace aún más presente como la ‘brújula’, que orienta el paso de los que lo buscan aún a tientas. Orienta, dejándose ver y encontrar en los vestigios anteriormente señalados. Así el ser humano, de espejo en espejo logra contemplar a Dios tanto en la materia, como en la inteligencia, como en el arte eterno. Otra función de estos espejamientos de la creación, es inflamar nuestro deseo de Dios en tanto Bien Supremo, en tanto amor desbordante e infinito: “Los deseos se inflaman en nosotros de dos modos: mediante el clamor de la oración, que nos hace gritar con gemidos del corazón, y mediante el resplandor del espejamiento, por el cual la mente se vuelve a los rayos de la luz de modo directo e intensísimo...”115 Habiendo ya recorrido ese itinerario sensible y humano se sube inmediatamente al espejamiento producido por la ‘gracia’, hasta meterse en el espejo del mismo Dios. La meta es Dios, pero ésta es una meta siempre dinámica, por lo que llegar a encontrarse finalmente con él, sorprendentemente, es dejarse colocar ante la novedad de un nuevo principio. El camino del hombre hacia Dios continúa, pero con un intelecto en reposo y en el desbordamiento del amor efervescente o volcánico del amante. 114 Ídem. 115 Idem, Prol 3.
  • 40. 40 Según nuestro Santo el pobre es el espejo de Dios por excelencia, a través del cual se hace presente de manera enigmática y velada, provocando desconcierto y atractivo: “Sucedió una vez que uno de los hermanos respondió con cierta dureza a un pobre que importunamente pedía limosna. Al enterarse de ello el piadoso amigo de los pobres, mandó al hermano que, despojado de su hábito, se postrara a los pies de aquel pobre, confesase su culpa y le pidiese el perdón y el sufragio de sus oraciones. Habiendo cumplido humildemente el hermano dicha orden, añadió con dulzura el Padre: ‘Cuando veas a un pobre, querido hermano, piensa que en él se te propone, como en un espejo, la persona del Señor y de su Madre, pobre. Del mismo modo, al ver a los enfermos, considera las dolencias que él cargó sobre Si’”116 Buenaventura señala que la pedagogía divina pasa por seguir a Cristo, que vuelve a hacerse presente en los pobres que caminan por el desierto, desde los usos y medios pobres, desde la austeridad de vida. Dios desde los pobres incita al que lo sigue a construir un mundo fraterno y solidario dónde la lógica no sea la opulencia y el deseo de poseer, sino el uso pobre y respetuoso de los espejos de la creación. La pedagogía divina según San Buenaventura pone al hombre en el camino de su capacidad innata de contemplación. Pues todas las criaturas están en nosotros como espejos, y el ser humano es capaz de dejar su espejo limpio y terso para poder contemplar y reflejar lo que en él se encuentra. “Porque el hombre, según la primera institución de la naturaleza, fue creado hábil para la quietud de la contemplación; y por eso lo puso Dios en el paraíso de las delicias”117 . Otro aspecto de la pedagogía de Dios, es el aspecto de gratuidad y misericordia con la criatura, pues el regala al que no lo merece la dicha de conocerlo a través de los innumerables reflejos. No se trata de una teología que está basada en el mérito humano, sino que se marca la incapacidad del ser humano por si solo de permanecer fiel a lo que Dios propone a través de sus espejos. Eso es pura gratuidad del Divino pedagogo, por lo que hay que agradecer al Creador sirviéndole, disfrutando, admirando y gozando de los innumerables vestigios que él nos ofrece como fruto de su infinita gratuidad y misericordia. 116 Ídem. 117 Itin Cap 1, 7.
  • 41. 41 “... respondía a los que lo elogiaban; hablando, empero, consigo mismo, se decía: Francisco, si el Altísimo le hubiera concedido al ladrón más perdido los beneficios que te ha hecho a ti, sin duda que sería mucho más agradecido que tú. Repetía frecuentemente a sus hermanos la siguiente consideración: Nadie debe complacerse con los falsos aplausos que le tributan por cosas que puede realizar también un pecador. Este - decía - puede ayunar, hacer oración, llorar sus pecados y macerar la propia carne. Una sola cosa está fuera de su alcance: permanecer fiel a su Señor. Por tanto, hemos de cifrar nuestra gloria en devolver al Señor su honor y en atribuirle a Él - sirviéndole con fidelidad - los dones que nos regala”118 . 4.3 La pedagogía divina según San Francisco de Asís119 San Francisco de Asís nació en 1281-82, en la ciudad de Asís Italia, hijo de un rico comerciante de la ciudad en su juventud, pasó a vivir bajo la más estricta pobreza y observancia del Evangelio; constituye uno de los testimonios del movimiento pauperístico medieval más significativo para la Iglesia católica. Este movimiento evangélico laical, elabora en su tiempo una teología y una mística que no siempre estuvo en consonancia con la teología oficial, por lo que fue muy perseguido y mal visto. Sus características más propias están dadas por su constitución, pues estaba formado por laicos, varones y mujeres completamente fascinados por la escucha y la predicación de la Sagrada Escritura. Ellos habían traducido los textos sagrados en lengua vernácula, puesto que el pueblo sencillo no conocía el latín. De este modo leen y comentan el texto en pequeñas comunidades; interpretan y orientan su vida según estas interpretaciones comunitarias. Para ellos la Palabra de Dios no era una teoría, sino que se dejaban interpelar e invadir por su mensaje, y por las actitudes que ella sugería, encaminando de este modo, su vivir cotidiano, desde la sencillez y concretes que los caracterizaba, hacia el querer de Dios que descubrían. Lo escuchado y comprendido acerca de la Palabra de Dios es puesto inmediatamente en práctica. Se trata de una interpretación por fuera de la interpretación oficial de la Iglesia: dada por los sacerdotes y teólogos universitarios del momento. 118 BÓRMIDA, J, Un itinerario hacia la armonía…,11-33. 119 Cfr. BÓRMIDA, J, Francisco, un laico que hace teología, Cuadernos Franciscanos, Chile, Nº 113, julio- setiembre 2001, 133-143.
  • 42. 42 A lo largo de toda la Edad Media es posible encontrarse con numerosos laicos que sin saber leer ni escribir, escuchaban la Sagrada Escritura en la lengua del vulgo, la interpretaban, la traducían a un modo de vida evangélica y lo compartían incesantemente. La Iglesia jerárquica se vio desbordada por este tipo de movimiento, principalmente por su teología que prescindía de la exégesis oficial, de la interpretación muchas veces ‘carente de sentido’, realizada por algunos sacerdotes corruptos e ignorantes. Esta libertad ante la tutela clerical, llevó a la disminución de la participación de las prácticas sacramentales celebradas por dichos sacerdotes, y al sentimiento de independencia de dichos laicos, que se sentían con la fuerza para asegurar que nada ni nadie tenía autoridad sobre la vida humana, que ellos podían libremente unirse con quienes viven o intentan revivir los ideales apostólicos, y que no debían prestar juramento, etc. Todas estas características y la ‘soberbia de algunos pastores’ hicieron que la Iglesia oficial, tuviera para con ellos un trato duro y punitivo. Considerando su teología: ‘teología de idiotas’, pues según la opinión oficial, era propia de gente ruda, trabajadora, ignorante, que sólo podía persuadir a mujerzuelas también ignorantes y rudas. La reacción de la Iglesia jerárquica es drástica; prohibiendo que la Biblia estuviera en la mano de la gente sencilla del pueblo, y sancionando duramente a los así llamados herejes, o ‘teólogos idiotas120 ’. Francisco no es propiamente una persona ruda e ignorante, pero sí ha optado permanecer en el nivel intelectual del pueblo sencillo, no teniendo otra fuente de conocimiento que la lectura de la Sagrada Escritura. Para entender a San Francisco y al movimiento franciscano primitivo es necesario ubicarlo dentro del gran y difuso movimiento de los ‘espirituales’ que tiene como impulsor al abad Joaquín de Fiori, quien es el anunciador del tiempo de gracia que ha de venir. Estos cristianos consideran que la Iglesia necesita ser renovada desde sus fundamentos; es necesario renovar a la sociedad en su conjunto, desde sus cimientos. Es propia de este movimiento la proclamación de una figura alternativa de sociedad, de tipo circular, igualitaria, movida internamente, en todos los sentidos, por los vientos del Espíritu Santo que se posa de igual manera sobre el pobre y sobre el rico. 120 El significado de la expresión es peyorativa, pues idiotas son las personas ignorante, que no tienen ciencia, carente de cultura, gentuzas simples y nómades sin casa. Un teólogo ‘idiota’ es un teólogo que no ha pasado por la universidad, ni tiene misión canónica para hacer u enseñar teología. Cfr. MATTIOLI, A., “Idiota", ausencia de cultura u opción por la privacidad notas de lexicografía franciscana, en Cuadernos Franciscanos, Cefepal-Chile, 1981.