Trabajo de la alumna Lorena Madurga jiménez sobre la poesía de Lorca acompañado de canciones grabadas por los alumnos de 4º de música basadas en las canciones populares andaluzas que grabó el mismo poeta con "la Argentinita"
1. F E D E R IC O
G A R C ÍA L O R C A
PO ETA, M ÚSIC O Y PINTO R.
GENERAC IÓN D EL 27.
LO RENA M AD URGA J ÉNEZ
IM
2. Nace en Fuentevaqueros
(Granada) el 5 de junio 1898.
Hijo de Federico García
Rodríguez y Vicenta Lorca
Romero. Ya a muy temprana
edad, le fascinaban la música,
los títeres y las marionetas.
En Granada inició sus estudios
de Derecho y de Filosofía y
Letras. Además, estudió música
con pasión y fue amigo
entrañable de Manuel de Falla,
quien contribuyó a su
entusiasmo por el cante
flamenco.
Conoce también a Machado,
en un viaje a Baeza.
Empieza su labor como poeta,
que luego quedará reflejada
en su Libro de Poemas. Aflora
ya su crisis juvenil relacionada
con su condición de
homosexual.
3. Balada interior
El corazón Pero mi corazón
que tenía en la escuela roído de culebras,
donde estuvo pintada el que estuvo colgado
la cartilla primera, del árbol de la ciencia,
¿está en ti, ¿está en ti,
noche negra? noche negra?
(Frío, frío, (Caliente, caliente,
como el agua como el agua
del río) de la fuente.)
El primer beso Mi amor errante,
que supo a beso y fue castillo sin firmeza,
para mis labios niños de sombras enmohecidas,
como la lluvia fresca, ¿está en ti.,
¿está en ti, noche negra?
noche negra? (Caliente, caliente,
(Frío, frío, como el agua
como el agua de la fuente.)
del río)
4. En 1919 se instala en la
Residencia de Estudiantes de
Madrid, donde vivirá hasta
1928. En estos años conoce a
artistas consagrados (Juan
Ramón), a artistas jóvenes
(Dalí, Buñuel) y a poetas que
constituirán la Generación del
27.
Nacen en esta etapa sus obras
Canciones, Poema del Cante
Jondo y Romancero Gitano. Se
hacen presentes la Andalucía
del llanto y el gitano, mito del
destino trágico.
5. Luna negra
En el cielo de la copla
asoma la luna negra
sobre las nubes moradas.
Y en el suelo de la copla
hay unos yunques
negros que aguardan
poner al rojo la luna.
6. En 1929 marcha a Nueva York como becario, experiencia que lo marcará
profundamente. Sus poemas son ahora gritos de dolor y protesta contra
la injusticia social y la absoluta deshumanización.
La aurora
La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean en las aguas podridas.
(…)
La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.
8. De regreso a España, funda en 1932 La Barraca, grupo teatral
universitario con el que recorre los pueblos de España representando
obras clásicas. Y prosigue su trabajo infatigable de poeta, autor
dramático, director escénico, conferenciante… En 1933 viaja a
Buenos Aires, donde triunfan sus estrenos teatrales Mariana Pineda,
Bodas de sangre y La zapatera prodigiosa. Allí conoce a Pablo Neruda.
Escribe Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías, torero amigo de los
poetas del grupo del 27.
9. La sangre derramada.
Llanto por Ignacio Sánchez Mejías
Que no quiero verla! ¡Qué gran torero en la plaza!
Dile a la luna que venga, ¡Qué gran serrano en la sierra!
que no quiero ver la sangre ¡Qué blando con las espigas!
de Ignacio sobre la arena.
¡Qué duro con las espuelas!
(…)
¡Qué tierno con el rocío!
¡Avisad a los jazmines
(…)
con su blancura pequeña!
(…) ¡Que no quiero verla!
Que no hay cáliz que la contenga,
Por las gradas sube Ignacio
que no hay golondrinas que se la
con toda su muerte a cuestas.
beban,
¡Quién me grita que me asome
no hay escarcha de luz que la enfríe,
¡No me digáis que la vea! no hay canto ni diluvio de azucenas,
(…) no hay cristal que la cubra de plata.
No.
¡¡Yo no quiero verla!!
10.
11. En 1936, Lorca ya es un artista internacional. Su labor tiene como
recompensa una enorme admiración y homenajes, pero también ha
suscitado recelos y envidias.
Sólo el odio y la mezquindad explican su incalificable asesinato en agosto
de 1936, en el comienzo de la Guerra Civil. El día antes de su muerte, leía
para sus amigos su última obra teatral ,La casa de Bernarda Alba.
La casa de Bernarda Alba
Abrir puertas y ventanas
las que vivís en el pueblo;
el segador pide rosas
para adornar su sombrero.
12. Federico tenía una
personalidad arrolladora; su
simpatía y su talante
generoso hicieron que se
ganara a todos cuantos lo
conocían. Sin embargo, en el
fondo de su corazón latía
una “pena negra”, un dolor
de vivir que bulle en el fondo
de sus poemas y en el ánimo
de algunos de sus personajes
teatrales.