La dictadura de Primo de Rivera se debilitó a finales de 1929, llevando a su dimisión en enero de 1930. Le siguieron gobiernos provisionales que fracasaron en restaurar la confianza en la monarquía, como el de Berenguer. En agosto de 1930, diferentes partidos políticos se reunieron en el Pacto de San Sebastián para acordar el cambio a una república. Las elecciones municipales de abril de 1931 resultaron en un triunfo de la opción republicana en las grandes ciudades. Ante la falta de apoyo