La canción anima a la persona a encender su luz interior y dejar que brille, a pesar de haberse sentido como una bolsa de plástico a la deriva, una hoja de papel delgada o un castillo de naipes a punto de caer. Compara a la persona con un fuego artificial y dice que debe demostrar su valía haciendo que la gente diga "Oh, oh, oh" y dejando que sus colores estallen mientras cruza el cielo.