El documento resume la hoja de ruta de la UE para una economía baja en carbono. Propone reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 80-95% para 2050 a través de la descarbonización y desenergización progresiva de la economía. Establece objetivos de reducción por sectores como electricidad, transporte y construcción, e inversiones anuales de 270.000 millones de euros para lograrlo. España debería considerar estas metas como mínimas y aumentar sus objetivos de renovables.