El documento discute el futuro del tratamiento de la discapacidad. Señala que el tratamiento debe enfocarse en ayudar al progreso cognitivo, de personalidad y la integración social y laboral del niño. Aunque los medicamentos no mejoran las habilidades cognitivas, los tranquilizantes pueden mejorar conductas agresivas y ansiedad. La colaboración y orientación de la familia también es importante, ya que la ayuda familiar juega un papel fundamental en la adquisición de destrezas.