Las herramientas digitales ayudan a las personas con discapacidad en dos áreas principales: la laboral y la personal. Algunas herramientas incluyen reconocimiento facial o de voz para facilitar el movimiento, aplicaciones que transcriben audio a texto para personas sordas, y aplicaciones que ayudan a encontrar lugares accesibles para personas con movilidad reducida. Las herramientas también permiten adaptar tareas y el hogar a las necesidades individuales.