Este documento narra la historia de los hijos de Efraín que fueron asesinados mientras intentaban robar ganado de sus vecinos. Efraín lamentó profundamente la pérdida de sus hijos durante mucho tiempo, hasta que sus hermanos vinieron a consolarlo. Más adelante tuvo otro hijo al que nombró Bería, que significa "desgracia", debido al dolor que había sufrido. La historia enseña sobre las consecuencias del pecado y la importancia de enfrentar el duelo para seguir adelante.