La arquitectura griega se desarrolló desde el primer milenio a.C. hasta el siglo II a.C., sentando las bases de la arquitectura occidental. Se caracterizó por ser adintelada y monumental pero no colosal, con plantas equilibradas y proporcionadas. Los materiales principales fueron la piedra y el mármol, con elementos decorativos escultóricos. Los edificios públicos más importantes fueron el ágora y el teatro.