La Guerra Fría dividió el mundo en dos bloques ideológicos rivales liderados por Estados Unidos y la Unión Soviética respectivamente. Esta división dio lugar a períodos de creciente tensión y conflicto entre las superpotencias, así como a disputas por la influencia en países de otras regiones. La Guerra Fría finalmente culminó con el colapso de la Unión Soviética y el fin de su sistema comunista a inicios de la década de 1990.