UNIDAD DE APRENDIZAJE DE PRIMER GRADO DEL MES DE MAYO PARA TRABAJAR CON ESTUD...
guia 5° CONQUISTA DE CHILE y colonia de chile
1. COLEGIO MONSEÑOR MANUEL LARRAÍN LA CONQUISTA DE CHILE (1535 - 1600)
TALCA
OCUPACIÓN ESPAÑOLA Y RESISTENCIA INDÍGENA
LA FUNDACIÓN DE SANTIAGO
En el valle del Mapocho, los españoles pudieron apreciar una llanura cruzada
por dos brazos del río, del cual se desprendían varios canales construidos por los
indígenas para regar sus cultivos. Además, había varios tipos de árboles ideales para
la obtención de leña y madera para construir sus casas. Fue en este lugar donde
Valdivia decidió establecer una ciudad.
El 12 de febrero de 1541, a la usanza española, se fundó Santiago del Nuevo
Extremo, a los pies del cerro que los indígenas denominaban Huelén y que fue
bautizado por los españoles como Santa Lucía. El alarife Pedro de Gamboa
trazó con cordeles el plano de la ciudad como si fuera un gigante tablero de
ajedrez y se repartieron los solares a los vecinos de la ciudad.
El 7 de Marzo se formó el primer cabildo de Santiago. Fueron
nombrados alcaldes Francisco de Aguirre y Juan Dávalos Jufré, además de
seis regidores, un procurador y un mayordomo. En el mes de junio este
cabildo designó a Valdivia gobernador interino de Chile.
Para consolidar la fundación de Santiago había que empezar a
organizar la vida en el pueblo. Comenzaron a construir la plaza de armas,
la iglesia, las casas y las demás instalaciones para administrar la aldea, todo
esto con la ayuda de los indígenas que habían logrado sobrevivir al viaje
desde el Perú.
Había que atraer a más españoles y obtener ayuda desde el Perú. Para
tal efecto se necesitaba oro, razón por la cual Valdivia puso a indígenas a
trabajar en el lavadero de oro de Marga-Marga. Para mejorar la comunicación y el transporte, así como la exploración del
territorio hacia el estrecho de Magallanes, ordenó la construcción de una embarcación en la desembocadura del río
Aconcagua, en la actual bahía de Concón. Al poco tiempo, los indígenas se organizaron, quemaron todo lo avanzado y
mataron a varios de los españoles que participaban en la obra.
LA CRISIS DE LOS PRIMEROS AÑOS
Las dificultades también se extendieron a la recién fundada ciudad de Santiago.
El día 11 de septiembre de 1541, Michimalonco junto a una gran cantidad de
indígenas atacaron la aldea, envalentonados por el triunfo alcanzado en Concón. La
asediaron con gran vehemencia, prendiendo fuego a las débiles construcciones y
destruyendo sus plantaciones y animales. Sin embargo, los españoles resistieron la
embestida y lograron dispersar a sus adversarios. Los indígenas no lograron recuperar
sus tierras y tuvieron que replegarse hacia el sur.
Santiago quedó en ruinas. Cuentan los cronistas que quedaron a disposición de
los conquistadores españoles solo tres cerdos, dos pollos y unos cuantos puñados de
trigo, y la mayoría de sus construcciones en el suelo o incendiadas.
La continuación de la conquista estaba en peligro. Era fundamental traer
refuerzos desde Perú y se envió a Alonso de Monroy y una comitiva a buscarlos. En
septiembre de 1543 llegó a Valparaíso el “Santiaguillo” con suministros, y en
diciembre del mismo año, llegó Monroy por tierra con cerca de setenta soldados. Por
otra parte, y en vista de la importancia de la ruta al Perú, en 1544 Juan Bohón fundó
la ciudad de La Serena en el valle de Coquimbo, por orden de Valdivia. Inés de Suárez en la defensa de Santiago
En Perú, mientras tanto, se iniciaba un nuevo conflicto. Gonzalo Pizarro, hermano de Francisco, se había rebelado
contra el rey y este había enviado a un representante, Pedro de La Gasca, a solucionar el problema. Esperando obtener
algún beneficio para su causa, en 1547 Valdivia viajó a Perú para ponerse bajo las órdenes de La Gasca. Al resultar este
victorioso, Valdivia recibió el título de Gobernador de Chile en el año 1548 y una gran cantidad de bienes para seguir con
su conquista.
2. EL INICIO DE LA GUERRA DE ARAUCO
De regreso en Santiago, Valdivia y sus hombres emprendieron la conquista del sur
avanzando hasta la desembocadura del río Biobío. La noche del 22 de febrero de 1550 los
españoles se vieron atacados por un ejército indígena en el valle de Andalién. Una vez que
lograron resistir el ataque, siguieron avanzando y asentaron un fuerte en la bahía de Penco, donde
se fundó la ciudad de Concepción el 3 de marzo de ese mismo año.
El avance de las tropas españolas sirvió para reafirmar lo diverso del territorio que estaban
conquistando, ya que se encontraron nuevas especies de animales y plantas, así como recursos
minerales que aún no habían sido explotados. En estas tierras lluviosas y boscosas vivía, además,
gran cantidad de indígenas que los españoles
creían que podían someter a distintos
trabajos. Comenzaron a dirigir la explotación
de lavaderos de oro y a fundar fuertes y
ciudades. De esta iniciativa surgieron las ciudades de La Imperial,
Valdivia, Villarrica y Los Confines (Angol).
Sin embargo, la conquista era más aparente que real. Los españoles
eran pocos, estaban dispersos en un extenso territorio que desconocían
y la resistencia mapuche crecía. Los enfrentamientos no se hicieron
esperar. Se iniciaba la Guerra de Arauco, una larga lucha armada por
la disputa de un territorio que para unos era propio y que otros querían
hacer suyo.
Los españoles debieron enfrentar ataques menores y
“levantamientos”. En el primer gran levantamiento, liderado por
Lautaro, se escribió el fin del gobierno de Valdivia. En el fuerte de
Tucapel cayó prisionero y luego fue ajusticiado. Corría el mes de
diciembre de 1553.
LAUTARO Y EL PRIMER LEVANTAMIENTO INDÍGENA
Con la muerte de Valdivia se produjo un
quiebre en el proceso de la conquista de Chile.
Entre los años de 1554 y 1557 sus
compañeros se disputaron el derecho a
sucederlo. Francisco de Villagra se encontraba
en Concepción en la guerra contra los
indígenas y todos los cabildos del sur lo
nombraron gobernador. Por su parte,
Francisco de Aguirre, que se localizaba en
Santiago del Estero (actual Tucumán,
Argentina), fue reconocido por el cabildo de
La Serena, mientras Rodrigo de Quiroga fue
nombrado Capitán General por el cabildo de
Santiago.
Mientras tanto, la guerra se extendía y el levantamiento indígena
continuaba. Lautaro lo lideraba y demostraba sus dotes estratégicas y sus
conocimientos sobre el enemigo. Cuando niño había sido tomado prisionero
por las huestes españolas y, con el nombre de Felipe, a los 16 años se había
convertido en mozo de caballerizas al servicio de Valdivia. Desde esa
posición aprendió las estrategias de guerra hispanas y conoció de cerca sus
fortalezas y debilidades. Toda esta información la puso al servicio de su
pueblo, lo que le permitió obtener importantes victorias.
Entre sus triunfos destaca el logrado en la llanura de Marigüeñu, al sur
de Concepción, donde derrotó a los españoles al mando de Francisco de
Villagra, quienes debieron abandonar la defensa de aquella ciudad. Lautaro
La Guerra de Arauco es considerada una de las
guerras más extensas. Indígenas y españoles lucharon
por casi trescientos años, los indígenas sentían un gran
apego a su libertad, a sus tierras y a sus creencias. Los
españoles por otro lado, realizaron un gran esfuerzo
bélico que se prolongo por muchos años consumiendo
vidas y recursos económicos.
Los españoles intentaron innumerables maneras de
doblegar al pueblo araucano pero ninguna dio
resultado, incluso trataron de evangelizarlos pero aun
así esto no dio el resultado deseado, solo el intercambio
comercial que se producía lograba distraerlos del
conflicto en el que se encontraban. Por esto y a pesar de
que la guerra fue extensa entre araucanos y españoles,
no siempre hubo periodos de gran lucha también hubo
momentos de paz, se cree que esto se debe a que los
araucanos nunca aceptaron el sometimiento español.
Ciudades y Fuertes fundados por los españoles
durante la Conquista.
3. comenzó entonces a avanzar hacia el norte con el objetivo de atacar Santiago. Llegó incluso a cruzar el río
Maule, pero Villagra logró detener las fuerzas mapuches en la batalla de Peteroa (1557), donde Lautaro encontró la
muerte.
NUEVOS ESFUERZOS Y DIFICULTADES DE LA CONQUISTA
Las disputas acerca de los sucesores de Valdivia fueron resueltas por el virrey del Perú quien nombró a su hijo García
Hurtado de Mendoza, de tan solo 21 años de edad. Llegó en 1557 al puerto de Coquimbo donde se hizo reconocer como
gobernador y envió parte de sus tropas por tierra. Luego se asentó en la isla Quiriquina, en la costa de Concepción, y al
llegar al continente se propuso la tarea de repoblar los pueblos y fuertes abandonados tras los ataques de Lautaro y sus
tropas.
En la comitiva del gobernador venía el poeta Alonso de Ercilla y Zúñiga, quien dejó
testimonio de la valentía y capacidad militar de los mapuches en su obra “La Araucana”.
García Hurtado de Mendoza comenzó a avanzar hacia el sur repoblando Concepción,
Imperial, Villarrica y Valdivia, y además fundó Cañete y Osorno. Caupolicán, cacique de
Pilmaiquén, era el nuevo líder de las fuerzas mapuches. Menos estratega que Lautaro, pero con
igual decisión, enfrentaba cualquier intento hispano de recuperar los territorios del sur. En las
ciénagas de Lagunillas se enfrentó a los españoles, donde murió gran parte de su tropa. Fue
tomado prisionero en un cahuín en Pilmaiquén, siendo ejecutado públicamente por los
españoles.
Finalizado el gobierno de García Hurtado de Mendoza (1561) la guerra continuó,
manteniendo una fuerte tensión y obligando a grandes gastos en defensa. Los españoles
persistieron porfiadamente en el territorio mapuche, haciendo de la guerra un conflicto sin fin y
continuando con las exploraciones y la fundación de ciudades.
Al peligro que significaba la resistencia mapuche para los españoles, se agregó el ataque de piratas y corsarios. Los
piratas eran salteadores del mar que robaban por cuenta propia y para su beneficio particular. Los corsarios, en cambio,
eran particulares que obtenían del gobierno de su país una “patente de corso”, es decir, un
permiso especial para atacar a los Estados enemigos, lo que obtuvieran en los robos lo debían
repartir con el gobierno respectivo.
A raíz de los conflictos de España en Europa con los reinos de Inglaterra, Holanda y
Francia, se hicieron habituales las expediciones de corsarios ingleses, holandeses y franceses
que saqueaban los puertos americanos y capturaban los barcos del comercio controlado por los
españoles. Los beneficios de los robos se repartían entre los corsarios y el gobierno respectivo.
En Chile, los corsarios asolaron los puertos de Valparaíso, Quintero y Coquimbo. Estas
incursiones hacían ver la importancia de controlar el estrecho de Magallanes y de fortificar
lugares estratégicos de la costa.
Los problemas no solo se limitaron a los constantes conflictos armados entre indígenas y
españoles y a los ataques de los corsarios. Como toda sociedad organizada, los españoles
debían contar con sistemas productivos para obtener recursos. Si bien su gran interés era
obtener oro, también debían alimentarse y vestirse.
Las continuas guerras afectaban las actividades económicas que se desarrollaban en la zona del conflicto. Aunque la
guerra no afectaba directamente a la zona central, había que incurrir en gastos para sostenerla. Por otra parte, los españoles
también se vieron perjudicados por el hecho de que utilizaban el trabajo de los indígenas a través del sistema de la
encomienda y el número de indígenas comenzó a reducirse gravemente debido a los malos tratos y al contagio de
enfermedades.
La economía de los indígenas también tuvo graves inconvenientes. Sus cultivos eran arrasados en cada conflicto bélico
con los españoles y la población se veía afectada por la guerra, la toma de prisioneros y las enfermedades.
La difícil situación de los mapuches no debilitó sus ansias de resistir y expulsar a los españoles de su territorio. A fines
del siglo XVI tuvo lugar un gran levantamiento dirigido por el toqui Pelantaru. Corrían los últimos días de diciembre de
1598 y el gobernador Martín García Oñez de Loyola se enteró de que Angol estaba siendo amenazada. Se dirigió allá desde
La Imperial e hizo campamento en las orillas del río Lumaco, en un sitio denominado Curalaba. Al amanecer del día 23
fue atacado por sorpresa por Pelantaru y su tropa; el gobernador fue muerto y su ejército derrotado. Luego de esa victoria
las fuerzas indígenas continuaron con su avance, obligando a los españoles a abandonar las ciudades al sur del río Biobío.