Las herramientas colaborativas permiten a los usuarios compartir y trabajar en información conjuntamente sin importar su ubicación física. Funcionan bajo el modelo de cliente-servidor, donde los clientes son los usuarios y el servidor ofrece el servicio al que acceden los clientes a través de programas como un navegador web. Los servidores coordinan el flujo de información y alojan la información, mientras que los clientes permiten a cada usuario acceder a los servicios y ver u publicar información.