Este poema homenajea a Osvaldo Pos, un héroe argentino que luchó por los derechos de los campesinos y niños. El poema describe cómo Pos trajo esperanza a través de su lucha por el pan y la justicia social desde el norte de Argentina hasta el valle de Zenta. Aunque murió joven, su recuerdo perdura y su ejemplo continúa inspirando a los niños a través de la escuela que lleva su nombre.