El documento describe los orígenes del comercio desde la agricultura en el Neolítico, cuando las cosechas excedían las necesidades de subsistencia y permitieron el intercambio de productos. Dos factores favorecieron el comercio: 1) cosechas mayores que la necesidad de la comunidad y 2) especialización de la población no agrícola en otras tareas como alfarería o herrería. Esto llevó al intercambio de excedentes agrícolas por objetos de otras comunidades.