El documento resume un sermón sobre el Evangelio del 24o domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B. Jesús le pregunta a sus discípulos quién dicen que él es. Pedro responde que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios. Jesús les advierte que no digan esto a nadie y les explica que él sufrirá y morirá, pero resucitará. Jesús les dice a sus discípulos que deben cargar su cruz y seguirlo, renunciando a sí mismos, o se perderán.
El libro nos muestra lo que es la llamada al seguimiento de Cristo. A Bonhoeffer le preocupa lo que puede significar esta realidad para todos los estamentos humanos. Partiendo de una base bíblica, ve el seguimiento de Cristo como la liberación del hombre con respecto a los preceptos humanos, a todo lo que oprime y agobia, a todo lo que preocupa y atormenta a la conciencia. En el seguimiento, los hombres abandonan el duro yugo de sus propias leyes para tomar el yugo suave de Jesús. La liberación plena del hombre para alcanzar la comunión con Jesús sólo es posible allí donde subsiste el precepto íntegro de Jesús y su llamada a seguirle sin reservas.
Un libro de José Antonio Pagola que nos habla de ¿Quién fue Jesús? ¿Qué secreto se encierra en este galileo fascinante, nacido hace dos mil años en una aldea insignificante del Imperio romano y ejecutado como un malhechor cerca de una vieja cantera, en las afueras de Jerusalén, cuando rondaba los treinta años? ¿Quién fue este hombre que ha marcado decisivamente la religión, la cultura y el arte de Occidente hasta imponer incluso su calendario? Probablemente nadie ha tenido un poder tan grande sobre los corazones; nadie ha expresado como él las inquietudes e interrogantes del ser humano; nadie ha despertado tantas esperanzas. ¿Por qué su nombre no ha caído en el olvido? ¿Por qué todavía hoy, cuando las ideologías y religiones experimentan una crisis profunda, su persona y su mensaje siguen alimentando la fe de tantos millones de hombres y mujeres?
El libro nos muestra lo que es la llamada al seguimiento de Cristo. A Bonhoeffer le preocupa lo que puede significar esta realidad para todos los estamentos humanos. Partiendo de una base bíblica, ve el seguimiento de Cristo como la liberación del hombre con respecto a los preceptos humanos, a todo lo que oprime y agobia, a todo lo que preocupa y atormenta a la conciencia. En el seguimiento, los hombres abandonan el duro yugo de sus propias leyes para tomar el yugo suave de Jesús. La liberación plena del hombre para alcanzar la comunión con Jesús sólo es posible allí donde subsiste el precepto íntegro de Jesús y su llamada a seguirle sin reservas.
Un libro de José Antonio Pagola que nos habla de ¿Quién fue Jesús? ¿Qué secreto se encierra en este galileo fascinante, nacido hace dos mil años en una aldea insignificante del Imperio romano y ejecutado como un malhechor cerca de una vieja cantera, en las afueras de Jerusalén, cuando rondaba los treinta años? ¿Quién fue este hombre que ha marcado decisivamente la religión, la cultura y el arte de Occidente hasta imponer incluso su calendario? Probablemente nadie ha tenido un poder tan grande sobre los corazones; nadie ha expresado como él las inquietudes e interrogantes del ser humano; nadie ha despertado tantas esperanzas. ¿Por qué su nombre no ha caído en el olvido? ¿Por qué todavía hoy, cuando las ideologías y religiones experimentan una crisis profunda, su persona y su mensaje siguen alimentando la fe de tantos millones de hombres y mujeres?
Benedicto 16, audiencia general, catequesis; año de la fe 2012/2013; Power point Emilio Perucha Herrnaz.
Los vínculos entre presentaciones y con Slideshare.net no funcionan; cuando lo consiga se emitirá nuevo índice
"Tomar la Cruz"... ¿Qué significa? La cruz era un método de tortura Romano destinado no a cualquier delincuente, sino específicamente a personas que ponían en duda la autoridad de César.
Ningún ciudadano Romano moría en la Cruz, porque ese método de tortura estaba pensado para los que no estaban dentro del Imperio, para aquella escoria humana que vivía al margen del sistema.
No obstante, Jesús "grita" valientemente su identidad: "yo no vengo por mi cuenta, sino enviado por el que es veraz, a Ése vosotros no le conocéis; yo le conozco porque procedo de Él y Él me ha enviado."
En la palabra de Jesucristo: "Mi doctrina no es mía". No anunciamos teorías y opiniones privadas, sino la fe de la Iglesia, de la cual somos servidores.
Pero esto, naturalmente, en modo alguno significa que yo no sostenga esta doctrina con todo mi ser y no esté firmemente anclado en ella.
Un abrazo y que Dios nos bendiga.
Luis J. Balvín Díaz
Diseña una experiencia de aprendizaje sobre lectura y escritura como
herramientas de aprendizaje transversal integrando recursos digitales.
La experiencia se debe planear en el formato 1 y luego, se socializa en
una presentación Power Point y se sube a un Slide Share, Issu u otro
recurso que genere un enlace para su visualización.
Fuente: Emeric Amyot d'Inville, C.M. "Anunciar la Buena Nueva de la Salvación siguiendo las huellas de San Vicente", Vincentiana: Vol. 41: No. 4, Artículo 7.
Esta guía es una ayuda para hacer por tu cuenta el retiro mensual, allí dónde te encuentres, especialmente en caso de dificultad de asistir en el oratorio o iglesia donde habitualmente nos reunimos para orar.
Guia de las cartas del tarot de el extraño mundo de jack.
Arcanos mayores y arcanos menores.
Primera guía cien porciento en español!
Con 5 tiradas para comenzar predicciones.
Aprende y utiliza este mazo para divertirte.
1. 24º domingo Tiempo Ordinario Ciclo B
1
Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
El les preguntó: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Pedro, le dijo: Tú
eres el Mesías. Y les encargó que a nadie dijeran esto de él.
Mc 8, 27-35
Una pregunta al corazón
Jesús generaba interrogantes en la gente de su tierra. Sus coetáneos decían muchas
cosas de él: para unos era un visionario, otros lo consideraban un profeta, otros veían
a un loco, otros reconocían el misterio del Hijo de Dios.
Cuando Jesús se dirige a los suyos la respuesta será crucial, porque demostrará hasta
qué punto se sienten unidos a su maestro. ¿Quién dice la gente que soy?, comienza.
Mucho se ha escrito sobre Jesús. Libros, estudios, asignaturas de las universidades de
teología estudian la figura de Jesús y dicen muchas cosas sobre él.
Pero la segunda pregunta de Jesús es más directa: ¿Quién decís vosotros que soy yo?
Es una pregunta que va dirigida al corazón de sus seguidores. Vosotros, que habéis
caminado junto a mí, que habéis convivido conmigo, que habéis visto y oído, que
habéis compartido tantos ágapes… ¿quién decís que soy yo?
Una respuesta sincera y vehemente
La respuesta implica un conocimiento afectivo y emocional, una adhesión profunda,
amor y reconocimiento de su dimensión divina. Pedro, impulsivo y espontáneo,
responde de inmediato: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios.
Mesías no sólo es el ungido de Dios. También es el que salva. Pedro reconoce que, sin
él, todos están perdidos. En Jesús se da un misterio profundo. Dios está
profundamente arraigado en su corazón. Los discípulos están caminando con Dios
mismo.
El secreto y la incomprensión
Jesús advierte a sus seguidores que callen y no digan nada. Es el llamado secreto
mesiánico. Hay misterios que deben desvelarse poco a poco. El pueblo judío no estaba
preparado aún, no tenía la madurez suficiente para comprender el misterio de Jesús y
su relación con Dios Padre.
Al mismo tiempo, Jesús se arriesga a explicar a sus discípulos las consecuencias de su
adhesión a Dios. Es muy consciente de que su mensaje, novedoso y diferente, que toca
los corazones, hace tambalearse las estructuras civiles y religiosas de su tiempo. No
oculta a sus discípulos que padecerá y morirá a manos de aquellos que detentan el
poder, tanto político como religioso: los senadores, los letrados, los sumos sacerdotes.
Les habla con claridad de su muerte: será ejecutado pero resucitará.
2. 24º domingo Tiempo Ordinario Ciclo B
2
Asumir el rechazo y el dolor
Jesús no esquiva el sufrimiento. Asume el rechazo, el dolor y el pecado de la
humanidad, el peso de la negligencia y el repudio. Y señala a los suyos la importancia
de sus palabras. No deben pasarlo por alto.
Esas palabras son muy actuales. Ser fiel al Padre y reafirmar nuestra identidad cristiana
implica dolor, sufrimiento y rechazo. Hoy, en Occidente, no se dan martirios cruentos,
pero existen otras formas de cruz y de persecución. Por ejemplo, las leyes que se
promulgan para arrinconar la fe de la vida pública. Desde algunos gobiernos se atacan
las convicciones y la práctica cristiana, e incluso se critican sus obras sociales y de
caridad. En diversos países de Oriente vemos cómo los cristianos sufren situaciones
muy dolorosas, de persecución e incluso de muerte violenta.
Pedro, ingenuo y de buena fe, quiere apartar a Jesús de todo mal y lo increpa. De la
afirmación de la fe cae en la reacción, ¡tan humana!, de querer evitar el sufrimiento.
Jesús le contesta con rotundidad. ¡Apártate, Satanás! No piensas como Dios, sino como
los hombres. No olvidemos que la dimensión sacrificial y heroica del martirio está en
las entrañas mismas de nuestra fe.
Toma tu cruz y sígueme
Jesús mira a los suyos y luego a toda la gente que lo sigue. Escuchad todos, continúa.
La consecuencia del seguimiento a Cristo es ésta: Quien quiera venir tras de mí, que se
niegue a sí mismo…
Uno mismo es a menudo el mayor obstáculo para seguir a Jesús: nuestros egoísmos,
inmadureces y tonterías… Cargar con nuestra cruz significa tomar nuestras
incoherencias y contradicciones, nuestras pequeñeces, nuestro pecado. Jesús ya cargó
con el mal de todos, nuestra carga es liviana comparada con la suya. Pero hemos de
llevar la cruz de nuestras limitaciones, miedos y orgullos, que nos pesan y dificultan
nuestro crecimiento.
Carga con todo y sígueme, continúa Jesús. No es fácil. Seguirle requiere un cambio en
el pensamiento, en la actitud, hasta en nuestra visión del mundo y nuestra forma de
entender la religión. Pide una conversión total.
Hoy la Iglesia necesita gente valiente, heroica y buena, que se sienta familia de Jesús y
esté dispuesta a seguirlo. Necesita voceros que anuncien el amor de Dios y su deseo de
felicidad para la humanidad.
Quien pierda su vida, la ganará
Quien vive sólo para sí, buscando su pequeño nirvana personal, se perderá. Es la
consecuencia de cerrarse en sí mismo y aferrarse a los miedos y las falsas seguridades,
negándose a oír y a cambiar.
En cambio, quien esté dispuesto a abrirse, a sacrificarlo todo y a darlo todo por amor,
lo ganará todo. Obtendrá la felicidad plena, el encuentro con Dios Padre para disfrutar
de su amor inmenso. Darlo todo, darse a sí mismo, es la única vía para encontrar la
plenitud humana y espiritual.
Joaquín Iglesias - jiglesias@arsis.org