HOMILIA DEL DOMINGO 4º DE ADVIENTO. CICLO BE. LA ESPERANZA SE HACE REALIDAD.
1. LA ESPERANZA SE HACE REALIDAD.
Queridos amigos: Todos, en más de una ocasión, hemos deseado que nuestros
deseos, anhelos y esperanza se hagan realidad.
El niño desea ser mayor.
El jóven espera poder alcanzar sus sueños y deseos.
El adulto se marca unos objetivos y metas con el deseo de que se hagan realidad
en algún momento.
Para los cristianos, la esperanza se hace realidad “porque Dios se hizo hombre
para salvarnos”.
El Señor sigue salvándonos y haciendo realidad la esperanza.
¿Cómo?
La esperanza se hace realidad, cuando nos convertimos en “peregrinos del
deseo”. Es decir, cuando seguimos aprendiendo a superar nuestra ilusión desde
del reverso, desde la dificultad, desde “el cómo puede ser esto, pues no conozco
varón”. (Lc. 1, 36); desde la cara oculta, que es la posibilidad de nueva vida, de
nacimiento y de resurrección.
La esperanza se hace realidad, cuando nuestros deseos se hacen experiencia de
felicidad, de gozo compartido y en nueva capacidad.
La esperanza se hace realidad, cuando somos capaces de disfrutar lo que dilata
nuestro corazón y nos hace sentir gusto por la vida.
La esperanza se hace realidad, cuando somos capaces de disfrutar con lo que
otros poseen o alcanzan, y de lo que pueden hacernos partícipes.
La esperanza se hace realidad, cuando….:
- somos capaces de oírnos sin juzgarnos.
- Nos confiamos sin exigirnos.
- Nos cuidamos sin anularnos.
- Nos protegemos sin mentirnos.
- Nos aceptamos sin pretender cambiarnos.
La esperanza se hace realidad, cuando somos capaces de hacer “que hoy sea
mejor que ayer”. Es decir, cuando mantenemos la esperanza “de que Dios nos
salva”.
“Volver a desear”, es hacer realidad la esperanza.
Gabriel.
2. 4º. Domingo de Adviento. Ciclo. B. Madrid 21 de Diciembre de 2014.