El documento habla sobre la importancia de enseñar aprendizajes afectivos e inteligencia emocional junto con conocimientos académicos en la formación integral de los niños. Se refiere a la necesidad de desarrollar actitudes como disposiciones hacia uno mismo, los demás y el mundo. Incluye estrategias para el manejo de conductas disruptivas en los niños y actividades para trabajar en el autoconocimiento y las habilidades socioemocionales como la escucha, el trabajo en equipo y la comunicación.