La princesa se enamoró de un joven pobre que le regaló una piedra tosca representando su duro corazón. Al arrojar la piedra al fuego, se transformó en oro revelando la bondad dentro. Inspirada, la princesa usó su sabiduría para mejorar el reino, ganándose el apodo de "Princesa de Fuego". Su pasión ablandó el corazón del joven y vivieron felices.