La autora analiza cómo su identidad cultural influye en su apariencia física a través de fotos de diferentes partes de su cuerpo. Explica que lleva el pelo largo y se maquilla de acuerdo a las costumbres culturales de su país, aunque valora más la belleza natural. Su vestimenta refleja la liberación de las antiguas restricciones machistas sobre cómo deben vestir las mujeres. Concluye que todos tenemos una identidad cultural heredada pero que hemos progresado en pensamiento libre para decidir nuestra propia forma de vestir.