Antes de la imprenta, los libros se escribían a mano por monjes en monasterios, donde se transcribían principalmente escritos religiosos. Johann Gutemberg inventó la imprenta en el siglo XV, permitiendo imprimir de forma masiva por primera vez la Biblia. La imprenta se fue perfeccionando y expandió el conocimiento durante la época del Renacimiento, cuando se empezó a imprimir de manera más amplia en Italia y Alemania.