La evolución tecnológica ha transformado la educación y exige cambios en los métodos de enseñanza para satisfacer las demandas de una economía globalizada, como la transformación de las aulas tradicionales en centros de aprendizaje basados en la práctica y el pensamiento. La realidad actual requiere ofrecer herramientas a los estudiantes para que construyan su propio conocimiento y sean sensibles a los problemas sociales.