Juana de Castilla, conocida como "Juana la Loca", fue hija de los Reyes Católicos. Se casó con Felipe el Hermoso y tuvieron varios hijos que llegaron a ser reyes de gran parte de Europa. Sin embargo, tras la muerte de su esposo e hijos cayó en una profunda depresión que fue considerada locura. Esto la llevó a ser apartada del poder a pesar de ser la heredera legítima, dejando a su hijo Carlos como único gobernante del imperio.