PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO: CLAVES PARA LA REFLEXIÓN.pdf
La amazonía y la visita del Papa Francisco Pedro Hughes
1. Reflexión
Reflexión
Páginas 248. Diciembre, 2017.
6
La Amazonía y la visita
del papa Francisco
Pedro Hughes
El papa Francisco se encuentra en vísperas de realizar su primera
visita formal a la Amazonía, Madre de Dios, en la selva sur del Perú,
fronteriza con Brasil, en enero del 2018. La zona encapsula la proble-
mática compleja de los enormes desafíos y amenazas que la vasta
región amazónica confronta. La deforestación, por la construcción de
la carretera interoceánica, que atraviesa, sin consulta, el territorio de
un pueblo indígena que une Río Branco con la costa pacífica; el daño
a los recursos hídricos causado por la proliferación de la minería ilegal
en la explotación del oro, que involucra el trabajo forzado de niños, la
trata de personas y la prostitución infantil en el creciente centro urba-
no de Puerto Maldonado; el narcotráfico y la violencia, la cercanía de
una zona aislada reconocida oficialmente como Pueblo en aislamien-
to voluntario…
Esta situación de la destrucción de la Amazonía preocupa al papa
Francisco, por ir en contra de la voluntad del Dios Creador y el man-
dato de cuidar la casa común. La Iglesia tiene la responsabilidad de
proclamar la vida, sobre todo en situaciones donde ésta es amenaza-
da. Defender la vida en el sentido pleno implica proteger la creación
y conservar el orden natural como alabanza y responsabilidad, que
reconoce el don gratuito de Dios. Expresa la hondura espiritual que se
conmueve ante la destrucción de esta región tan importante para la
vida del planeta. Convoca a la Iglesia a asumir su misión propia en la
tarea universal de cuidar la creación.
2. 7
El Papa, en su primera visita a América Latina hizo un llamado a los
obispos a comprometerse en la defensa de la Amazonía1
. Le asombra
que el 20% de la región esté perdido, con un futuro sombrío si no se
producen cambios radicales. Invoca a la Iglesia a asumir su propia
responsabilidad frente a la grave situación que afecta a la Amazonía,
implementando medidas nuevas y audaces. “Tenemos que ser coraju-
dos”, dijo, empleando una expresión coloquial porteña para anotar la
urgencia. Recuerda la preocupación, expresada en Aparecida, sobre
la importancia de la Amazonía para la humanidad2
. Cabe anotar que,
como arzobispo de Buenos Aires, fue anfitrión de un encuentro del
CELAM sobre la Espiritualidad y la Amazonía. Ha apoyado con inte-
rés el proceso de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) desde su
fundación en 2014. Su horizonte mayor, en relación con la Amazonía,
está enmarcado en la encíclica Laudato sí. La decisión reciente de
convocar el Sínodo de la Iglesia en la Amazonía será un hito en la
renovación eclesial, tanto en la región como en la Iglesia universal.
La región panamazónica
La inmensa región de la Amazonía cubre 7.8 millones de kilómetros
cuadrados en el corazón del subcontinente de América Latina. El te-
rritorio posee el bosque tropical más grande del mundo, es la biós-
fera geológica más compleja del planeta. Contiene la tercera parte
de la biodiversidad, la mitad de las especies y principios activos de
la ingeniería genética que han sido descubiertos. La Amazonía pro-
vee 20% del oxígeno y el agua potable del planeta. Abarca el 34%
de los bosques naturales necesarios para preservar el equilibrio cícli-
co del carbono. El río Amazonas se extiende sobre 7,000 kilómetros,
es el río navegable más largo del mundo. La región se divide en 12
macrocuencas y 158 subcuencas. Se están extendiendo estrategias
de protección para las Áreas Naturales Protegidas y para los Territo-
rios Indígenas que, juntos, forman el 45% de la superficie total de la
Amazonía.
La Amazonía cobija una gran diversidad social. Los primeros rastros
humanos datan de más de 10,000 años. Existen 385 grupos étni-
cos, que habitan 1.6 millones de kilómetros cuadrados; 137 grupos
aislados, de los cuales algunos se han declarado con el estatus de
aislamiento voluntario. Hay 240 idiomas hablados por 49 familias lin-
güísticas, las más conocidas son aruak, karib y tupi-guarani. En déca-
das recientes, la región ha registrado el arribo masivo de migrantes
1 Discurso al CELAM, Río de Janeiro, julio 2013.
2 Aparecida 475.
3. 8
y colonos de otras zonas de Brasil, del área andina y del Caribe. La
población actual se calcula en 33 millones; la urbanización de la Ama-
zonía se nota en el crecimiento de centros urbanos como Manaus,
Belém, Iquitos.
Geográficamente el territorio se extiende sobre nueve países de Amé-
rica del Sur. Bolivia ocupa 6.2%, Brasil 64.3%, Colombia 6.2%, Ecua-
dor 1.5%, Guyana 2.8%, Perú 10.1%, Suriname 2.1%, Venezuela 5.8%
y Guyana francesa 1.1%. El término Panamazonía comprende esta
extensión geográfica.
En medio del inmenso bosque tropical y de los ríos, el variado sonido
cacofónico de la vida de la selva ha disminuido. El maravilloso mosai-
co de la flora se reduce frente al impacto del llamado desarrollo y el
progreso impulsado por el impacto de las industrias extractivas de los
recursos naturales. La región y sus pueblos son una frontera global,
son los guardianes de uno de los ecosistemas más importantes para
la salud del planeta. El acceso y control de sus recursos son hoy te-
mas de estrategia geopolítica y prioridad económica. Las culturas mi-
lenarias que vinculan los ancestrales habitantes a los ríos, los peces,
los bosques, el aire, la inmensa biodiversidad están arrinconadas. La
relación armónica con el hábitat, el respeto y el equilibrio, enraizada
en el sentido profundo de lo sagrado, está en peligro de desaparecer.
La inversión gigantesca en extraer los recursos naturales está arra-
sando la Panamazonía, poniendo en peligro la vida de sus habitantes
originarios. La región, que siempre fue considerado el patio trasero
del continente, se ha transformado en la plaza principal del nuevo El
Dorado.
La situación actual3
Perdura la visión de la Amazonía como una región llena de recursos
naturales para ser transformados en tierras para la agricultura y la
explotación de las industrias extractivas. La Amazonía es también la
base de producción energética de los países y la fuente de ingresos
por la producción y comercialización de los recursos materiales.
Al nivel global, la región es vista como la fuente más importante de oxi-
geno, agua potable y biodiversidad, una reguladora del clima planeta-
rio y acequia de carbón para los gases tóxicos cargados en la atmós-
fera. Las actividades humanas, la manera de operar de las industrias
3 Los datos informativos son de Amazon Under Pressure, RAISG, Amazonian Network of
Geo Referenced Socio-Environmental Information, Belém, Sao Paulo, 2012 (traducción del
autor).
4. 9
extractivas en la Amazonía ponen en peligro la integridad de los eco-
sistemas, los derechos humanos y colectivos de sus pueblos.
La deforestación
Durante los últimos 30 años, 70 millones de hectáreas del bosque
tropical, 10% de la superficie de la Amazonía, han sido destruidas. Se
calcula que la mitad del bosque tropical de la Amazonía puede desa-
parecer en un futuro cercano. La regulación es todavía incipiente. No
hay voluntad de políticas adecuadas.
Según la FAO, los bosques comenzaron a recuperarse a nivel global
desde 2010. Sin embargo, la deforestación persiste en las regiones
tropicales como la Amazonía. Aquí los bosques han sido transforma-
dos en tierras agrícolas. La exportación de la madera, la extracción
minera, la producción de petróleo y de gas, la construcción de infraes-
tructura, carreteras, represas, líneas de transmisión de energía, tu-
berías para el petróleo y gas, etc. son las causas del deterioro de la
mayoría de los bosques. Hay una tensión fuerte en la construcción de
las carreteras interoceánicas (IIRSA). Éstas, por un lado representan
progreso y desarrollo económico, pero por otro representan la des-
trucción que llega con las industrias extractivas4
.
El petróleo, el gas
La demanda de petróleo y de gas ha impulsado actividades de explo-
ración y producción en la Amazonía a niveles sin precedentes (Finer et
al, 2008). Los gobiernos hacen concesiones territoriales sin tomar en
cuenta los impactos negativos generados por la extracción de estos
recursos en el ambiente. Entre los daños mayores en relación con las
actividades extractivas están el deterioro de la calidad del agua y el
aire, la contaminación y la erosión de las tierras, la destrucción del
hábitat, cambios en la conducta de los especies y la introducción de
conductores de enfermedades (Correa-Viana y Esclasans, 2011). Los
países emergentes viven un gran dilema dentro del contexto económi-
co global: necesitan superar su problema de pobreza, hambre, pero
no a cambio de destruir la Amazonía y pagar altos precios en la vida
de sus habitantes.
El tema del derecho de consulta de los pueblos indígenas establecido
en la Convención 169 de la OIT, 1989, ratificada por los países ama-
zónicos, constituye un gran enfrentamiento entre los pueblos compro-
metidos y los gobiernos, que tratan de evadirlo.
4 Op. cit. p. 50.
5. 10
Perú tiene el área de superficie más grande dedicada a la producción
de petróleo, 84% de su área de la Amazonía. Representa la situación
más crítica, porque 49% de las áreas concesionadas pertenecen a las
áreas naturales protegidas.
La minería
Los países amazónicos siguen empleando la práctica tradicional colo-
nial de reservar la propiedad de los recursos mineros para el Estado,
sin importar el tipo de tenencia de la tierra, privada, colectiva o públi-
ca. Esta práctica es la causa de conflictos graves, por no implementar
el derecho a la consulta de los pueblos indígenas en las concesiones
a las compañías mineras.
Las áreas concesionadas a las compañías mineras son en total 1.6
millones de kilómetros cuadrados, 21% de la superficie de la Amazo-
nía. 31% está en etapa de exploración y 51% está en el mercado. Es-
tas áreas ocupan 19% de los territorios indígenas y 15% de las áreas
naturales protegidas5
. La situación es particularmente grave en Ma-
dre de Dios, Perú, donde la deforestación, debido a la minería de oro
informal, ha crecido desde 292 Has. por año en 2006 a 1,915 Has.
en 2008.
La minería de oro ilegal ha destruido totalmente 150,000 has. de tie-
rras fértiles aptas para la agricultura (Dourojeanni, 2009).
Por el alza de precios del oro y otros metales preciosos, sobre todo en
2012, la extracción minera ha crecido sustancialmente en los últimos
20 años. Las poblaciones locales están cada vez más afectadas por
la presencia de las mineras en sus tierras. El impacto de sus activida-
des en la calidad del agua y los nutrientes de la tierra, la diversidad
cultural y biológica, es muy serio. La contaminación del agua por los
metales pesados, como el mercurio, el arsénico y el cadmio, produce
riesgos de larga duración en las comunidades afectadas por estas
aguas.
5 Op. cit., p. 30.
6. 11
Los proyectos hidroeléctricos
Brasil cuenta con el mayor número de plantas hidroeléctricas, alrede-
dor de 340. Perú es el segundo país, con 33 plantas en construcción
y otras más en etapa de planificación. La mayoría están ubicadas en
la cuenca de la Amazonía alta, que incluye las selvas de los países an-
dinos de Perú y Bolivia. Los temas en relación con las hidroeléctricas
que cruzan las fronteras no se debaten en público6
.
La construcción de estos megaproyectos causa daños al ambiente,
produciendo interrupción en las cuencas de los ríos, causando inun-
dación y destrucción de tierras y sequías, además de desalojo forzado
de las comunidades nativas.
La Iglesia en la Panamazonía
Francisco, Laudato si': una nueva etapa
La Laudato si’, que convoca a la Iglesia y a la familia humana a mo-
vilizarse en la defensa de la casa común, es también un hito en el
devenir de la evangelización y la defensa de la Amazonía. Es la carta
magna por excelencia que inspira y abre nuevos horizontes de alegría
y de esperanza para este territorio que hoy se encuentra bajo múlti-
ples amenazas.
El papa Francisco visita la Amazonía consciente de la presencia histó-
rica y la labor de los misioneros en la región desde tiempos coloniales.
Recordará su estatus de territorio de misión, de proclama del evange-
lio, que exigía el compromiso generoso de entregar la vida en lugares
distantes, aislados, en condiciones humanas primitivas, no exentas
de enfermedades y peligros por el ambiente inhóspito. El martirologio
siempre marcó a esta Iglesia que ha acompañado y entrado en la vida
de los pueblos amazónicos.
Francisco insiste en que nosotros somos parte de la naturaleza, no
podemos sobrevivir o separarnos del orden natural. Dice: “Cuando se
habla de ‘medio ambiente’ se indica particularmente una relación, la
que existe entre la naturaleza y la sociedad que la habita” (LS 139).
La relación de amor entre los humanos se realiza inevitablemente en
el contexto social que nos conecta con los elementos vitales del am-
biente. Francisco hace referencia directa a los ríos Amazonas y Congo,
los reconoce como pulmones del mundo, necesarios para el equilibrio
climático del planeta (LS 38). La casa común es vista en Aparecida
6 Op. cit. 40.
7. 12
como herencia gratuita que tenemos que cuidar, como responsables
de ella. Es expresión de la sabiduría, la belleza y la providencia de
Dios, que se manifiesta en la relación trinitaria de Dios unida a la na-
turaleza y los humanos. Salvar la Amazonía nos permitirá recuperar
la esperanza, la alegría, cantar el himno de alabanza al Creador que
habita en esta increíble y maravillosa obra.
Los ecosistemas, la enorme riqueza de la biodiversidad y las especies
constituyen el llamado a reconocer el tema repetido y subyacente en
toda la encíclica de que “todo está conectado”7
. Esta raíz, que abarca
todas las miradas científicas, tiene una hondura espiritual que eng-
loba culturas, historias y tradiciones religiosas y ofrece la clave de
lectura para asumir la declaración de Francisco: “No hay dos crisis
separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis
socio-ambiental. Las líneas para la solución requieren una aproxima-
ción integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a
los excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza” (LS 139).
La defensa de la Amazonía está ligada directamente a cuestionar el
modelo económico de desarrollo vigente8
. La relación de responsabili-
dad entre el hombre y la naturaleza apunta hacia una ética que invita
a ampliar el concepto de derecho basado en lo humano y ligado a la
protección del orden natural.
La Amazonía hoy es lugar de violencia contra los líderes de las comu-
nidades, los trabajadores ambientales y la integridad del ambiente.
Los asesinatos, las masacres no siempre llegan a los primeros planos,
sin embargo reclaman un compromiso valiente para transformar la re-
gión en nueva vida. Desde la fe, la opción preferencial por los pobres
se impone para poder vislumbrar la Pascua.
Iglesia con rostro amazónico
La Red Eclesial Panamazónica (REPAM) se fundó en 2014, a partir de
la convicción de utilizar mejor los recursos disponibles de la Iglesia en
el contexto actual de la Amazonía. El número de religiosos y religiosas
no es muy grande, aunque también es cierto que disponemos de ca-
pacidad técnica para trabajar con eficacia empleando el uso de redes.
La comunidad eclesial ha comenzado a implementar estas formas de
comunicación, convocación y prácticas transformadoras.
La REPAM es una plataforma al servicio de la Iglesia y su misión evan-
gelizadora.. Su horizonte es hacer las conexiones entre los diferentes
7 Cf. Summa Theologica, 1a, q.47, ai.
8 Mensaje al segundo encuentro de movimientos populares en Santa Cruz, Bolivia,
2015.
8. 13
niveles que conectan la realidad vivida en el territorio con las instan-
cias eclesiales y civiles en el nivel nacional e internacional. Los refe-
rentes y primeros protagonistas son los mismos pueblos amazónicos
y los misioneros/as que trabajan en el territorio. De hecho, ellos se
vinculan con los obispos de los vicariatos, quienes son un estamento
importante en sus respectivas conferencias episcopales nacionales.
Los religiosos/as son miembros de congregaciones y cuentan con
institucionalidad y organización nacional e internacional. La instancia
mayor es la misma Santa Sede. Las instituciones fundantes de la RE-
PAM son el CELAM, la CLAR y Caritas de América Latina, con el apoyo
activo del Pontificio Consejo de Justicia y Paz, hoy Congregación de
Desarrollo Humano.
Las líneas de trabajo se realizan en los diferentes ejes: los derechos
humanos y de los pueblos vulnerables; la formación de los misione-
ros en la región; los pueblos indígenas amazónicos; las iglesias en
las fronteras; las redes de comunicación; las redes internacionales; el
modelo de desarrollo y las alternativas. La REPAM se realiza en coor-
dinación con las diferentes iglesias nacionales de la Panamazonía.
Algunos logros en la aún corta vida de la REPAM frente a los grandes
desafíos son:
—— La inauguración y primera experiencia de la escuela de derechos
humanos para líderes indígenas, acreditada por la PUC de Ecua-
dor y el CELAM, con la participación de líderes de 13 lugares de
alta conflictividad en cuatro países, en régimen de internado en la
selva ecuatoriana, 2016.
—— El último módulo se dedicó a la incidencia política, con la partici-
pación de los líderes en la audiencia pública de la Comisión Inte-
ramericana de Derechos Humanos (CIDH) en Washington, cuyo
resultado fue el compromiso asumido por la CIDH de presionar
a los gobiernos de los Estados miembros para cumplir con el de-
recho a la consulta de los pueblos indígenas en las concesiones
mineras y petroleras, marzo 2017.
—— La participación en el Foro de Pueblos Indígenas en la ONU, Nueva
York, abril 2017, además de diversos foros políticos, académicos
y religiosos.
—— El convenio firmado por la CIDH y la REPAM para compartir la de-
fensa de los derechos humanos en el continente, agosto 2016,
—— La elaboración de un informe detallado y actualizado por las uni-
versidades católicas, pedido por la CIDH, sobre la situación de
abuso y violencia en la Amazonía.
9. 14
—— La REPAM está realizando un mapeo del conjunto de las obras,
actividades de la Iglesia en la Amazonía con la finalidad de preci-
sar el aporte de la tarea evangelizadora en promover la vida plena
de los pueblos y la defensa del ambiente.
En el ámbito eclesial, además de iniciativas y otras actividades en los
distintos países, se destacan los dos encuentros eclesiales de líderes
indígenas en Puyo, Ecuador, 2016, e Itautuba, Brasil, 2017, con la
participación de los pastores y agentes pastorales. Una iglesia con
rostro amazónico se plasma en la declaración de una mujer líder en
Puyo: “Nosotros tenemos que caminar en dos pies, uno es nuestra
identidad, historia, luchas y cultura, el otro es nuestra fe cristiana in-
tegrada como fuerza en nuestro caminar. Aquí estamos presentes no
sólo con flechas y plumas, sino con computadoras e internet para re-
clamar nuestros derechos”.