La corrupción política y administrativa es una consecuencia del sistema capitalista actual, donde los sectores económicos y financieros se benefician de actividades ilícitas como el fraude fiscal y la evasión de impuestos. La compleja ingeniería financiera y la desregulación han generado irregularidades en el sector público y privado. Los escándalos de corrupción se multiplican en los países, pero las denuncias internacionales y las medidas adoptadas no han logrado impedir que continúen estos delitos. La impunidad es hija del olvido, y no se puede permitir