1. La Economía Española ha experimentado en las últimas cuatro décadas profundas transformaciones en la esfera política, económica y social y ha asado de una situación importante de retraso en el contexto europeo a inaugurar el siglo XXI formando parte de la Europa del Euro, con un nivel de renta por habitante todavía significativamente inferior promedio comunitario (sobre el 82 por 100), pero no superaba el 60 por 100 al inicio de la década de los sesenta, nivel similar al de algunos países candidatos de la primera ampliación de la EU del siglo actual. El crecimiento español fue superior al de prácticamente todos los países industrializados en la década de los sesenta. Análogamente, los efectos negativos de la denominada crisis de los setenta fueron sufridos también con mayor intensidad, además de cierto retraso, por la economía española. Desde el punto de vista del perfil cíclico , la economía española ha experimentado un creciente ajuste con la Unión Europea, hecho que resulta especialmente claro desde finales de los setenta, y sobre todo a partir de mediados de los ochenta, coincidiendo con la incorporación española a al EU. La evolución de la economía española queda reflejada perfectamente en el perfil evolutivo de los niveles de renta españoles en relación con los niveles de renta europeos de la figura. El importante avance de los años sesenta queda truncado en la primera mitad de los años setenta y sólo se recupera veintitrés años después. No obstante, en términos generales, la evolución de largo plazo de nuestro país ha sido claramente positiva no sólo en sus resultados generales medidos en el nivel de renta, sino también en el propio funcionamiento operativo de la economía, que ha pasado de desarrollarse sobre la base de un esquema que Fuentes Quintana denomina modelo castizo hacia formulas de actuación en la política económica mas acordes con un esquema de economía abierta e integrada en Europa.