Los romanos fueron los primeros en establecer una clara división entre el espacio público y privado. Inicialmente, los romanos veían su hogar como un espacio privado y sagrado, mientras que el espacio exterior era peligroso. Con el tiempo, surgieron las comunidades y la necesidad de espacios para asuntos cívicos y religiosos, dando origen al espacio público. Esta división del espacio público y privado ha moldeado la organización de las ciudades occidentales hasta el día de hoy.