En la Edad Media, el aprendizaje se daba principalmente de padres a hijos y entre los propios niños, y se confundía con las actividades domésticas y religiosas. Jean-Baptiste de La Salle destacó en su libro "La Civilite Chretienne" que todas las tareas del hogar eran realizadas por los niños. El aprendizaje se transmitía de generación en generación de manera empírica, sin necesidad de escuelas. El propósito de alejar a los jóvenes del mundo de los adultos y acercar más