1. La felicidad es posible. Es lo que dice el actual
Dalai Lama. Una convicción budista
determinante para la psicóloga Annie de
Acevedo, que cobró más importancia en su
vida luego de que participó en un simposio en
California, el año pasado. Allí, la comunidad
científica reconoció haber descubierto que el
ser humano tiene dos amígdalas, que hacen
parte del centro emocional del cerebro, las
cuales no dejan pasar los estímulos y logran
bloquear el comportamiento del implicado
cuando este siente tristeza.
La ciencia estaba dándole una pista sobre la
importancia de la felicidad en la salud y
Acevedo lo interpretó como la señal para
escribir Hazlos felices para que sean buenos,
un libro que acaba de lanzar con editorial
Planeta, en el que la experta en crianza
y familia les explica a los padres cómo pueden
lograr lo que tanto anhelan: la felicidad de sus
hijos.
2. La columnista de ABC del Bebé, coordinadora
del Learning Center del Colegio Nueva
Granada en Bogotá y autora de siete libros,
confiesa que este es el texto que más se ha
gozado, ya que aprendió cosas para aplicar en
su vida, y sueña con que sea igual de útil para
otros padres; por eso, le respondió a ABC del
Bebé algunas inquietudes sobre la felicidad.
Un abrebocas de su libro.
¿Qué es la felicidad?
Mi libro tiene muchas definiciones. Como dice
Aristóteles, es relativa y subjetiva. Para mí, es
el estado en el que hay ausencia de
problemas, uno está tranquilo y puede ser
generoso con los demás porque está pleno.
¿Qué dice la neurociencia?
Tres cosas mantienen a la gente feliz: un
grupo de amigos o núcleo familiar cohesivo y
solidario, un carácter generoso y altruista, y la
creencia en algo espiritual.
3. ¿La psicología positiva cómo define la
felicidad?
Equivale a algo que ya traes (herencia), a lo
que pasa en la vida y a la manera como
reaccionas.
¿Cómo logran los padres esta felicidad en
sus hijos?
Pueden crear hijos que se quieran y estén
tranquilos con lo que son, pero hay que
trabajarle al hogar con espacios familiares y
diálogo emocional. Además, el niño debe tener
sentido de pertenencia para que identifique
quién es y tenga seguridad. Hay que trabajar
su inteligencia emocional, para que pueda
entender sus emociones y las de los demás.
Para eso, los padres pueden preguntarle qué
fue bueno en el día y qué lo hizo sentir mal; así
comienzan a ver la diferencia. Los padres
deben entender que cada hijo es un universo y
hay que ver cuál es la fórmula ganadora de la
4. felicidad de cada uno. También deben
enseñarles a manejar los fracasos.
¿Dónde queda el ejemplo?
Los padres no se dan cuenta de que
los niños imitan el 90 por ciento de lo que ven.
Un padre que sea amargado y negativo y con
mensajes de preocupación y tristeza creará en
el hijo zozobra y angustia. Einstein decía que
la única manera para aprender es a través de
la imitación, pero no es una fórmula, y, como
toda regla, tiene su excepción, pero así
los niños no crezcan con sus padres sino con
sus tíos o sus abuelos, siempre verán en ellos
un ejemplo.
¿Qué conceptos errados tienen que
cambiar los padres sobre la felicidad?
La concepción de que el niño feliz es aquel
que hace todo lo que quiere, es el primer mito
que hay que acabar. Eso ha creado niños
infelices porque están mal acostumbrados y
5. nada es suficiente para ellos. También se
piensa que los niños felices son aquellos a los
que les pasan cosas buenas y que los infelices
son quienes viven experiencias malas. Eso no
es así. La gente que es feliz ha vivido
momentos difíciles y ha logrado superarlos.
Por otro lado, erróneamente se cree que los
niños con autoestima y buenos amigos son
felices, pero es al revés: el que es feliz buscará
amigos, buenas situaciones, y la felicidad lo
llevará a eso.
¿Qué tanta importancia tiene el colegio?
Hay que buscar uno donde sea indispensable
el desarrollo emocional del niño, en el que se
sienta bien y que le dé seguridad.
¿Qué se necesita en la educación?
Límites, estructura, energía positiva y tiempo.
¿Qué quita felicidad?
El maltrato, el conflicto y el desorden; una casa
organizada podrá criar hijos en paz, así que
6. hay que identificar las cosas que son
obstáculos para la felicidad de su hijo y
quitarlas poco a poco.
¿Cómo es un niño feliz?
Es el que está cómodo en su propia piel, el
que está tranquilo, el que sabe que puede
confiar en sus papás, en sus compañeros y
profesores; el que tiene claridad sobre las
consecuencias de sus actos y no está ansioso
ni temeroso, sino dispuesto a dar. Es un niño
que comparte con otros.
¿Para qué le sirve esto?
Sirve para tener calidad de vida y buena salud.
Aristóteles dice que la finalidad de la vida es
ser feliz.
Sello: Diana, grupo editorial Planeta.
180 páginas
Precio: $ 29.000