La fisiocracia fue la primera corriente económica que consideró a la economía como una ciencia regida por el orden natural. Su fundador, el cirujano francés Quesnay, creía que la única actividad productiva era la agricultura. Los fisiócratas sostenían que el estado no debía intervenir en la economía y que esta debía fluir libremente sin impuestos a las exportaciones. Dividían la sociedad en agricultores productores, artesanos y comerciantes estériles, y terratenientes que vivían de rentas.