El documento compara el romance en el matrimonio con una hoguera que debe encenderse y mantenerse encendida. Explica que los malos tratos, las palabras hirientes y los comportamientos negativos entre los cónyuges apagan el fuego del romance, requiriendo reiniciar desde cero el proceso de encenderlo nuevamente. Concluye que con la ayuda de Cristo es posible mantener un romance continuo muriendo a la carnalidad.