La cólera de Aquiles tuvo un impacto significativo en el ejército aqueo durante la Guerra de Troya. Cuando Agamenón le quitó a su criada Briseida, Aquiles se enfureció y pidió ayuda a su madre Tetis para que los dioses favorecieran a los troyanos. Como resultado, los aqueos sufrieron varias derrotas y bajas considerables que pusieron en peligro su victoria en la guerra.
1. “REPÚBLICA DE PANAMÁ”
• NOMBRES: Dionicio Méndez María
Fernández León Mirko
Risco Casanova Omar
Tipte Alvarado Andrea
• TEMA: La Ilíada
• DOCENTE: Paola Cabrejos
• GRADO: 5° “C”
2. I. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
¿De qué manera la cólera de Aquiles impacta en el ejército aqueo en
la Guerra de Troya?
II. IMPORTANCIA DE LA INVESTIGACIÓN
Nuestra investigación nos permitirá ampliar nuestros conocimientos sobre un
tema en específico, esto nos ayudará en nuestra evolución como personas, ya
que permite que progresemos y nos desarrollemos por medio de los
conocimientos adquiridos. En este caso en nuestra investigación de la obra “La
Ilíada”, es necesario que la conozcamos detalladamente, debido que es un
legado mundial, que ha traspasado muchos años, además, era considerada
como una biblia por grandes filósofos como: Platón, Pericles, Aristóteles,
Alejandro Magno. Además, es un poema épico rescatada de la tradición oral
griega; representa la base de la literatura griega, y Grecia representa la raíz de
todas las formas de expresión del arte occidental.
3. III. HIPÓTESIS
La cólera de Aquiles impacta significativamente en el ejército aqueo en la Guerra de
Troya, ya que, cuando el rey Agamenón le quita a Briseida, Aquiles siente enojo
inmediato, pidiendo ayuda a su madre Tetis para que interceda por él a los dioses y
perjudique a los aqueos.
IV. MARCO TEÓRICO
El Sacerdote Crises reclama a Criseida: Matos, E. (2012, pág. 12) sostiene: Un día se
en el campo aqueo un anciano de aspecto solemne, envuelto en una blanca túnica. Era
sacerdote de Apolo. Su hija Criseida,, había sido capturada por los aqueos y ofrecida
esclava a Agamenón. El anciano padre, venía de pedir su restitución, y ofrece un gran
rescate, a cambio de que se la regresaran. -¡Que los dioses os concedan apoderaros de
poderosa Troya- así habló a los aqueos reunidos en torno a él-, pero devolvedme, os lo
ruego, a mi hija! ¡Aceptad estos regalos y respetad en mí al luminoso Apolo! -¡Es justo!
justo!- fue el comentario de los aqueos, conmovidos por el venable aspecto del
Pero Agamenón, a quién disgustaba renunciar a la bellísima esclava, fue de parecer
contrario. Y e respondió al anciano: -No pienses recuperar nunca a tu hija: ¡Me la llevaré
conmigo a Argos, la capital de mi reino y ella envejecerá en mi casa! ¡Vete, por tanto, y
no te vea más o no tendré ningún respeto por tu dignidad de sacerdote! Asustado, con
corazón lleno de amargura, Crises se alejó encaminándose a lo largo de la costa. Pero
cuando ni el feroz Agamenón le podía ver desde el campamento aqueo.
4. Se detuvo y elevando las manos al cielo comenzó a orar así: -Oh dios que iluminas el
mundo, si siempre te he honrado devotamente, si siempre te he sacrificado las
mejores víctimas, escúchame ahora y atiende mi petición: ¡véngame, y haz que los
griegos paguen la ofensa que he tenido que padecer! Sus palabras no quedaron sin
ser escuchadas.
La venganza de Apolo: Matos, E. (2012, pág. 13) nos dice: Lleno de indignación por la
humillación sufrido por su sacerdote, Apolo, que ya era partidario de los troyanos,
descendió del Olimpo con arco y carcaj. Llegado a la vista de las tiendas aqueas,
afianzó la primera flecha… Como un diluvio, durante nueve días llovieron en el campo
de los griegos las flechas mortales del dios. Después una horrible peste hirió a las
bestias y a los hombres por igual. A decenas, centenares, morían los caballos, morían
los guerreros, y en todo el campo era incesante el arder de las piras en las que se
quemaban los cadáveres. La desesperación había invalido los corazones. Es el castigo
con que el Dios ha vengado al sacerdote de los aqueos. Las delgadas galeras de
guerra, cuyos pintados ojos miran desde proa playa descubierta de cadáveres, apenas
tienen sitio para ellas, en arenas donde se encuentra el diezmado ejercito griego.
5. Agamenón reclama a Briseida: Matos, E. (2012, pág.19) sostiene: Aquiles se retiró
desdeñoso a su tienda, y la asamblea se disolvió. Lleno de despecho, no osando desafiar al
dios Apolo, Agamenón ordenó que la bella Criseida fuera liberada y restituida a su padre.
Pero, prepotente y obstinado, se le había ya metido en la cabeza exigir a cambia a Briseida,
la bella esclava de Aquiles. No atreviéndose a enviar soldados o sirvientes, Agamenón
envió un grupo de los más importantes héroes griegos, todos ellos amigos queridos de
Aquiles, a la tienda para ir a buscar a Briseida. Si Aquiles se opone iré yo mismo… Estos
fueron recibidos cortésmente. Al oír la petición éste se enfurece. Sin embargo, recordando
la advertencia de Minerva se contiene y lleno de amargura; consistió en que se llevaran a la
muchacha contra la voluntad de ésta. Les señaló que nada tenían que temer pues ni él ni
sus guerreros deseaban ensuciar sus manos con la sangre de sus antiguos amigos… -Ya sé-
dijo a los heraldos al verlos aparecer-. Ya sé que os pesa tener que ejecutar esta perversa
orden. No tengo nada contra vosotros. Con el ánimo desbordando de tristeza, Aquiles
llamó a su fiel amigo Patroclo. –Entrega tú, amigo, a mi amada Briseida a lo heraldos, no
tengo corazón para hacerlo yo mismo.
6. La venganza de Aquiles: Matos, E. (2012, pág. 20) dice: Aquiles, dejó correr las lágrimas a la
orilla del mar e invocó a su madre, la diosa Tetis, que tenía su morada en el profundo océano.
Todo cuanto quisiera hacer para retenerla le estaba vedado. - ¿Por qué- decía llorando-, por
qué tengo que soportar todo esto? No me rebelo al Hago que ordena que yo muera joven,
pero ¿Por qué tengo que padecer además las ofensas de Agamenón y perder a la joven que
amo?... Desde las profundidades del mar, la diosa Tetis, la bella diosa marina oyó la invocación
desesperada de su hija. Emergió de las aguas y se puso al lado; entonces le invitó a hablar
diciéndole: - Querido hijo, ¿Cuál es la causa de tu llanto? Le contestó con amargura: Estoy
deshonrado, oh madre. Agamenón me ha arrebatado la recompensa que obtuve al
apoderarnos de la ciudad de Etión, en Tebas. El rico botín que habíamos logrado en el saque
fue distribuido con justicia, e incluso dejamos al Atrida escoger a la muchacha que quisiera. Él
mismo eligió a Criseida, el padre de ésta, Crises, sacerdote de Apolo, quiso recuperar a su hija
y fue a implorarle a Agamenón su devolución. Como se negó, Apolo nos castigó con pestes.
Entonces fue forzado a ceder, finalmente, pero el Atrida me quitó a mi Briseida. Pero sólo una
cosa te pido ahora madre mía, si puedes honrarme, ve a Olimpo, y ruégale a Júpiter que le de
las victorias a los troyanos y sucesivas derrotas a los aqueos. ¡Permite a tu hijo recuperar su
honor! Amargada por la desventura del hijo, Tetis prometió: - Ahora mismo subiré al Olimpo a
hablar con Júpiter. Abstente de ir al combate, - le recomendó Tetis- mientras tanto, apártate
de los demás. Tetis subió a la cima del Olimpo, y echándose a los pies de Júpiter, sentado en el
trono celestial, le contó lo que Aquiles le había pedido. Júpiter, aunque temiendo irritar a su
esposa, la malhumorada Hera, prometió cumplir con lo solicitado por Tetis.
7. Crespo. E afirma: “Movido por un sueño engañoso enviado por Zeus, Agamenón
convocó al día siguiente una asamblea para probar a las huestes y propuso huir. La
propuesta fue, y los aqueos se desplegaron para el combate. Sigue un largo catálogo
de las naves aqueas y de las tropas troyanas”.
Desgracia para lo aqueos: Matos, E. (2012, pág. 96) dice: La suerte de la batalla de
repente se tornaba una vez más. Era Héctor ahora quién hacía estragos entro los
aqueos. - ¡Diomedes, acude! - gritó Ulises-. ¡Frenemos el ímpetu de los enemigos o
llenarán a las naves! En aquella jornada fue herido Diomedes, por una saeta que Paris
le disparó, y tan agudo fue el dolor que el guerrero perdió sus fuerzas y hubo de
abandonar la batalla, dirigiéndose a su nave… -Patroclo-dijo a su amigo fiel-, he visto a
Néstor llevar en su carro a un herido. Ve a ver de quien se trata. ¡Ah, ha llegado el día
de mi venganza!
8. V. DISCUSIÓN:
Después de haber realizado la presente investigación que tuvo como propósito
determinar si manera la cólera de Aquiles impactó en el ejército aqueo durante la
Guerra de Troya, se discutirán los principales hallazgos de este estudio que según
Sánchez y Reyes, (2006) surgen de los análisis de los resultados de la variable
dependiente, considerando los resultados, los antecedentes y el marco teórico,
estos los que a continuación se detallan:
Al analizar el marco teórico nos damos cuenta de cómo la soberbia de Agamenón
desencadena una serie de desastres hacia los mismos Aqueos. Él al quedarse sin
decide, sin tener ninguna consideración, arrebatarle a Aquiles la criada que tenía. La
reacción de Aquiles no se hizo de esperar y se tomaron represarías para que el
campamento de los Aqueos no ganara la guerra.
Lo dicho anteriormente es evidencia para poder respaldar nuestra hipótesis; ya como
se menciona en la obra La Iliada, la cólera y rabia que se había provocado en Aquiles
ser despojado de su criada, impactó significativamente y sobre todo de manera
negativa en el gobierno de los aqueos durante la Guerra de Troya.
9. VI. CONCLUSIONES:
Finalizado el presente trabajo de investigación y tomando como referencia la
hipótesis del estudio se concluye que:
La cólera de Aquiles impacta significativamente en el ejército aqueo en la
Guerra de Troya, porque se produjeron diversos episodios que no fueron
favorables para dicho ejército, incluso muchos personajes o guerreros
valientes murieron, todo esto por la furia del semidiós.
La cólera de Aquiles superó incluso su valentía y astucia, fue tanta la rabia
que sintió que no midió sus peticiones y acciones, hasta traicionando a la
nación que representaba, sin embargo, tuvo motivos aceptables para que
desencadenara su rabia.
La guerra de Troya marcó el futuro de ambas naciones, para que finalmente
Grecia salga más beneficiado, se logró la conquista que desde un principio
habían trazado.
10. VII. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Crespo, E. (2008). La cólera de Aquiles. Universidad Autónoma de Madrid y
Fundación Pastor de Estudios Clásicos. España.
Velásquez, F. (2014). La cólera de Aquiles. Gaceta Lenguas y Letras. Recuperado
de https://www.aeroletras.org/personajes/la-colera-de-aquiles.
Matos. E (2012). La Ilíada. Perú: Editorial: Impacto Cultural Editores S.A.C.
PÁGINAS WEB
https://espanol.answers.yahoo.com/question/index?qid=20091106151208AAR9p
VW
https://diosess.com/dioses-participaron-guerra-troya/
https://es.answers.yahoo.com/question/index?qid=20090729155004AAA4If8
https://es.scribd.com/doc/99110133/ANALISIS-DE-TEXTO-LITERARIO-LA-ILIADA