La lombriz de tierra tiene un cuerpo cilíndrico formado por segmentos llamados anillos que le permiten arrastrarse. Se alimenta de materia orgánica en descomposición que ingiere mientras excava túneles en el suelo, oxigenándolo y transportando nutrientes. Es vital para la salud del suelo y necesita vivir en suelo húmedo con materia orgánica, aunque se entierra más profundo para protegerse de las heladas o el calor extremo.