En esta etapa el bebé es capaz de sentir, aprender y memorizar los sonidos de su entorno, la voz de su madre y la música que escucha. Terré (2005) afirma que los fetos y los recién nacidos demuestran un marcado interés en la voz de la madre y que esto se intensifica más si la madre estimula al bebé con música, cuentos y canciones. La memoria del bebé hace que después de nacer puede relajarse luego de escuchar aquella música con que fue estimulado.