Compilación de 6 artistas mexicanas que incursionaron dentro de la plástica mexicana.
Biografías e ilustraciones de autor.
Técnica: Acuarelas.
Año: 2019
3. Aurora Reyes, la primera muralista mexicana
Aurora Reyes, poeta, activista, pintora y maestra mexicana cuya
primera infancia transcurrió en un país agitado por las olas de la
Revolución. Su padre, un militar del porfiriato, mudó a su familia de
Hidalgo del Parral a Jiménez, ambas ciudades localizadas en
Chihuahua. No por nada su obra está tan profundamente inspirada
en paisajes desérticos.
Más adelante se mudaría a la Ciudad de México. Durante varios
años estudió en la Academia de San Carlos y eso la llevó a codearse
con la crema y nata de la sociedad intelectual de la ciudad.
Aurora Reyes se autonombró la primera muralista mexicana,
siguiendo el que era reconocido por sus contemporáneos como un
espíritu libre. Desafortunadamente, no fue sino hasta varios años
después de su muerte que su obra plástica comenzó a ser
reconocida.
6. MARÍA IZQUIERDO, FEMENINA Y SURREALISTA
María Izquierdo, fue la primera pintora mexicana que expuso su obra fuera de México: en 1930, en el Art Center
de Nueva York. Este hecho le da un lugar muy especial no solamente en la historia del arte mexicano y en la
historia del surrealismo como corriente artística, sino en la historia del feminismo en México.
María Cenobia Izquierdo Gutiérrez nació en San Juan de los Lagos, Jalisco, en 1902 (aunque algunos de sus
biógrafos sostienen que nació en 1906). Vivió en Aguascalientes y Saltillo, durante su infancia y juventud. En
1927, entró a la Academia de San Carlos. Su primera exposición se realizó en el Palacio de Bellas Artes, dentro de
una galería atendida por Carlos Mérida.
Colores intensos, elementos de la naturaleza y retratos con tintes claramente surrealistas caracterizan su obra,
marcada por el éxodo del entorno rural originario a la Ciudad de México. La plástica de Izquierdo también se
distingue por sostener un hermoso balance entre lo mexicano y lo universal, una característica generalizada del
arte visual de la época.
La figura femenina es uno de los motivos más recurrentes de la pintura de María Izquierdo, en donde la mujer y lo
femenino tienen, sin duda alguna, un alcance de significación metafísica, simbólica, existencial y profundamente
social.
María Izquierdo murió pobre y enferma en la Ciudad de México en 1955, pero su nombre, la precede como el que
nombró a una joya del arte mexicano, y una de las mujeres artistas más valientes de la historia, una que abrió
camino para muchas que abrían de venir tras de ella.
10. Lola Álvarez Bravo
Considerada la primera fotógrafa mexicana, Lola Álvarez Bravo (Dolores Martínez de Anda) se desempeñó como reportera gráfica, fotógrafa
comercial y documental, retratista profesional y artista plástica. Destacan sus imágenes documentales de la vida cotidiana y sus experimentos
con el fotomontaje y el fotomural.
Apasionada de la imagen, la artista es considerada una de las fotógrafas más prolíficas, cuya obra es apreciada como una “biografía visual” de
los ámbitos artístico, urbano y rural del México del siglo XX.
En la década de los años sesenta, Lola Álvarez Bravo fue jefa del Departamento Fotográfico del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura
(INBAL) donde registró la obra de destacados pintores, además trabajó para el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM y para diversas
secretarías de Estado.
Nació en Lagos de Moreno, Jalisco en 1907 y falleció el 31 de julio de 1993. Se trasladó a la Ciudad de México en 1916 y después conoció a
Manuel Álvarez Bravo, con quien se casó en 1924; de él aprendería el arte de la fotografía, posteriormente cambiaron su residencia a Oaxaca
donde vivieron hasta finales de los años veinte. Su carrera como fotógrafa inició a mediados de los años treinta en la revista El maestro rural,
editada por la Secretaría de Educación Pública. También colaboró con la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR) y participó en una
exposición organizada por la pintora María Izquierdo que agrupó a varias creadoras de la Sección de Artes Plásticas de Bellas Artes.
Una de sus primeras exposiciones en el Palacio de Bellas Artes la presentó en 1944, con 28 fotografías; posteriormente en las décadas de los
cuarenta y cincuenta, Lola se erigió en figura importante de la promoción y la organización de exposiciones de arte mexicano, varias llevadas a
cabo en INBAL. Fue en 1965 cuando se expusieron retratos de la artista jalisciense, bajo el título Galería de mexicanos: 100 fotos de Lola Álvarez
Bravo.Colaboradora de grandes artistas, como Diego Rivera, Frida Kahlo, Rufino Tamayo y David Alfaro Siqueiros, impartió clases en la
Academia de San Carlos y creó un taller de fotografía. En 1951 abrió la Galería de Arte Contemporáneo, en la cual organizó la única exposición
en vida de Frida Kahlo en 1953.
Reconocida con diversas distinciones y premios, presentó su primera exposición individual en 1964 y a partir de entonces sus fotografías se
publicaron y expusieron tanto en México como en Estados Unidos. Álvarez Bravo se retiró de la actividad profesional en 1989 y cuatro años
después, el 31 de julio de 1993, falleció en la Ciudad de México.
13. Lilia Carrillo
Pintora informalista mexicana, fundadora del grupo Generación de la Ruptura.
Nacó en la ciudad de México en 1930, recibió sus primeras clases de pintura de M. Rodríguez Lozano. Tras este primer
contacto con el mundo de la pintura, decidió matricularse en la Escuela de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda. Fue
alumna de Agustín Lazo y Pablo O'Higgins y, tras graduarse en 1951, recibió una beca de estudios para completar su formación
en París. Llegó a dicha ciudad en 1953 y se matriculó en la Academia de la Grande Chaumiere. Para entonces sus obras ya
eran abstractas y cada vez más cercanas al informalismo abstracto de la escuela americana. En París participó en dos
exposiciones, una de ellas en la Maison du Mexique (Casa de México), y la otra, en 1954, en la colectiva Artistas Extranjeros en
Francia.
En 1955 regresó a su país y dos años más tarde comenzó a exponer con regularidad en la galería Antonio Souza. Era ya una
artista reconocida en su país como representante de las nuevas tendencias plásticas, cuando fue invitada a participar en
algunas exposiciones celebradas en el Museo de Arte Moderno de México. En la década de los sesenta, su obra traspasó las
barreras nacionales y comenzó a mostrarse en los más importantes núcleos culturales americanos (Washington, Nueva York o
São Paulo), así como en Madrid, Barcelona y Tokio.
Participó en la polémica exposición titulada Confrontación 66, celebrada en 1966 en el Palacio de Bellas Artes de México, que
generó un abierto enfrentamiento generacional entre los últimos representantes de la escuela mexicana de pintura y los
representantes de las nuevas tendencias, de las que estaba ausente el nacionalismo, abiertas a los estilos internacionales. Ante
los hechos acaecidos, estos últimos sintieron la necesidad de organizarse y crearon un grupo que tomó el explícito nombre
de Generación de la Ruptura. Dentro de este grupo, Lilia Carrillo fue considerada como la introductora del informalismo
abstracto en México.
En 1969, con apenas 40 años y en plena madurez artística, contrajo una grave enfermedad que la impidió seguir pintando,
murió cinco años más tarde.
14. Detras de las palabras
1968
Palabras perdidas
1968
Premonición
1970
16. Leonora Carrington
Leonora Carrington nació un 6 de abril de 1917 en Lancashire, Inglaterra. Tres años más tarde su familia se trasladaría a Crookhey Hall, un
castillo neogótico rodeado de inmensos jardines y bosques que Leonora inmortalizo en muchas de sus obras La pintora y escritora
surrealista llegó a vivir a México en 1942, se nacionalizó mexicana e hizo de este país su hogar. Carrington tuvo un genuino interés por la
alquimia y los cuentos de hadas con los que creció, interés que se percibe en su obra pictórica y escultórica. Falleció a los 94 años en la
Ciudad de México el 25 de mayo de 2011.
Su mundo imaginario estaba lleno de gnomos, duendes, gigantes y fantasmas, producto de su educación irlandesa y del contacto con la
mitología celta. Desde una edad muy temprana empezó a entrar en contacto con su propio mundo natural que para otros era sobrenatural,
y a tener visiones y experiencias con espíritus y fantasmas, lo que le valió su paso por un sinfín de escuelas, pues detestaba la educación
convencional y se aburría mortalmente. Fue enviada a una escuela de jovencitas en Florencia. Allí se empapó, del arte de los museos
florentinos. Después fue enviada a París para estudiar en una escuela privada de modales para señoritas, de donde también fue expulsada
y recalando finalmente en la casa de un profesor de arte, apellidado Simon, quien le enseñó a dibujar.
En 1936 ingresó en la academia Ozenfant de arte, en la ciudad de Londres. Al año siguiente conoció a quien la introdujo indirectamente en
el movimiento surrealista: el pintor alemán Max Ernst, a quien volvió a encontrar en un viaje a París y con quien no tardó en establecer una
relación sentimental y pronto se fueron a vivir a la provincia, al poblado de Saint-Martin-d'Ardèche, en una casa de campo que adquirieron
en 1938. Durante su estancia en esa ciudad entró en contacto con el movimiento surrealista y convivió con personajes como Joan Miró y
André Breton, así como con otros pintores que se reunían alrededor de la mesa del Café Les Deux Magots, como por ejemplo el pintor
Pablo Picasso y Salvador Dalí. En 1939, Max Ernst, fue arrestado y tras su detención Leonora sufrió una desestabilización psíquica. Ante la
inexorable invasión nazi, se vio obligada a huir a España. Por gestión de su padre fue internada en un hospital psiquiátrico de Santander.
De este período la pintora guardó una marca indeleble, que afectó de manera decisiva su obra posterior. Leonora describió, en su obra
autobiográfica (En bas) los pormenores de esta dramática historia.
En 1941 escapó del hospital y en 1942 emigró a México en donde la pintora restableció lazos con varios de sus colegas y amigos
surrealistas en el exilio, quienes también se encontraron en ese país, tales como André Breton, Benjamin Péret, Alice Rahon, Wolfgang
Paalen y la pintora Remedios Varo, con quien mantuvo una amistad duradera.
21. Carmen Mondragón
María del Carmen Mondragón Valseca, conocida por su seudónimo Nahui Olin, nació el 8 de julio de 1893, en el pueblo de
Tacubaya, Ciudad de México donde también falleció el 23 de enero de 1978. Fue una destacada escritora, pintora y poetisa
mexicana. También fue una activista feminista y formó parte del grupo “Las siete cabritas”, que activaron la vida cultural mexicana
de 1920 a 1930.
Su madre, le enseñó a escribir y a tocar el piano, a muy temprana edad. Y tras trasladarse a París con su familia a la edad de cuatro
años, Carmen Mondragón ingresó en un internado donde aprendió arte, danza, pintura, literatura y teatro. Tras su adolescencia,
volvió a la Ciudad de México, donde conoció a Manuel Rodríguez Lozano, con quien se casó en 191, el matrimonio se trasladó a
París, donde convivieron con artistas como Pablo Picasso, Georges Braque, Diego Rivera y Henri Matisse. Tras la muerte de su
recién nacido, regresaron a México en 1921, separándose al poco tiempo, entonces conoció al Doctor Atl (Gerardo Murillo), fue en
ese mismo año cuando pasó a llamarse Nahui Olin.
En la Ciudad de México, retornó a la pintura, conviviendo con artistas como Frida Kahlo, José Vasconcelos, Xavier Villaurrutia,
Guadalupe Marín, Tereza Montoya, Dolores del Río, Tina Modotti, José Clemente Orozco, María Izquierdo, David Alfaro Siqueiros,
Salvador Novo y Lupe Vélez. También trabajó como modelo para Rosario Cabrera, y para el mural de Diego Rivera La
creación (1922). Fue durante esta época, de 1921 a 1924, cuando Nahui Olin fue más prolífica en arte y poesía.
Fue una de las dos únicas mujeres integrantes de la Unión Revolucionaria de Obreros, Técnicos, Pintores, Escultores y Similares, y
en 1935 también fue fundadora de la Liga Feminista de Lucha contra las toxicomanías. También se unió a otros grupos feministas
que demandaban el voto de la mujer, derechos iguales, la integración de las mujeres indígenas, el acceso a la educación de la
mujer, acceso al trabajo con apoyo a la maternidad y el derecho a poseer tierras por parte de las mujeres.
Tras dejar al Doctor Atl y conocer al caricaturista Matías Santoyo, se trasladó a Hollywood, con cuarenta años conoció al capitán
Eugenio Agacino, con quien viajó a Cuba, España y Francia, participando en exposiciones, dedicándose a la pintura y al piano.
Tras la muerte de Eugenio, Nahui Olin se retiró de la vida pública, para dedicarse al arte y a la escritura principalmente. Fue
entonces cuando publicó Energía Cósmica (1930), un libro de poesía, reflexiones y asertos científicos contra la teoría de la
relatividad de Einstein. Durante sus últimos años de vida enseñó pintura en una escuela de primaria y disfrutó de una beca de
Bellas Artes.