La población española ha experimentado una baja natalidad debido a factores como la incorporación de la mujer al trabajo y el retraso en la edad de maternidad, mientras que la mortalidad ha disminuido gracias a mejoras en la alimentación, sanidad y desarrollo económico. A pesar de la baja natalidad, la población creció en el siglo XX debido a la inmigración, y ahora España tiene una de las esperanzas de vida más altas. La mayor parte de la población se concentra en las zonas costeras