La estructura de la población española ha evolucionado de la siguiente manera: tuvo una alta tasa de natalidad y mortalidad en el pasado, pero ambas tasas han disminuido con el tiempo debido a factores como la guerra civil, la emigración y el envejecimiento de la población. Recientemente, la tasa de natalidad se ha mantenido baja aunque con un ligero aumento debido a la inmigración, mientras que la población continúa envejeciendo pero a una tasa más lenta.