La ratita Mary vivía feliz en un molino donde siempre tenía comida disponible. Un día se aburrió de comer lo mismo y decidió irse de aventura para conocer el mundo. En su viaje, un cangrejo le mordió el hocico y un caballo le lastimó una patita, dejándola hambrienta y adolorida. Un hada buena la ayudó a regresar a su hogar, donde fue recibida con alegría por su familia. Mary aprendió a valorar lo que tenía.

1. LA RATITA ATREVIDA
Por: María E. Novillo F.

2. LA RATITA ATREVIDA
Érase una vez una linda ratita llamada Mary que vivía en
un molino. El lugar era seguro, cómodo y calientito.
Pero lo mejor de todo era que en
él siempre había abundante
comida disponible.
Todas las mañanas los molineros
aparecían con unos cuantos kilos
de grano para moler, y cuando se
iban, ella hurgaba en los sacos y se ponía morada de trigo
y maíz.

4. A pesar de sus indudables ventajas, un día dio una noticia
a sus compañeras.
-¡Chicas, estoy cansada de vivir aquí! Siempre comemos
lo mismo: granitos de trigo, granitos de maíz, harina
molida, mas granitos de trigo, mas granitos de maíz….
¡Qué hartura!
Una de sus mejores amigas, la ratita Anita, se quedó
pensativa un momento y le dijo:
-Bueno, pues yo creo que no deberías quejarte, querida
Mary. A mí me parece que somos afortunadas y debemos
estar muy agradecidas por todo lo que tenemos ¡Ya
quisieran otros vivir con posibilidades!
Mary negó con la cabeza.
- Yo no lo veo así… ¡Esto es aburrimiento y no quiero
pasarme la vidas entre estas cuatro paredes!
Su amiga empezó a preocuparse y quiso advertirla.
Pero Mary ¡tú no puedes irte de aquí! Piensa bien las
cosas…. ¡Aún eres demasiado joven para recorrer el
mundo!

6. No, no lo soy, así que sabes, ¡pues
que me voy a la aventura, a vivir
nuevas experiencias! Necesito
visitar lugares exóticos, conocer
otras especies de animales y
saborear comidas de culturas
diferentes ¡Ni siquiera he probado
el queso y eso que soy una ratita!
Sus amigas la escuchaban boquiabiertas y las palabras de
la sensata Anita no sirvieron de nada. ¡Mary estaba
empañada en llevar a cabo su alocado plan! Dando unos
saltitos se fue a la puerta y desde allí, se despidió.
¡Adiós, chicas, me voy a recorrer el mundo y ya volveré
algún día!
¡Que feliz se sentía Mary! Por primera vez en su vida era
libre y podía escoger que hacer y el lugar al que iría sin
dar explicaciones a nadie.
Tarareando una canción y pensando en toda la aventura
que se iba a zampar al llegar a su destino, se adentró en el
bosque. Contentísima, correteó durante un par de horas
orientándose gracias a su fino olfato. Tanto anduvo que de
repente le entro mucha sed.
¡Anda, ahí hay un rio! Voy a beber un poco de agua.

8. La ratita mary se acercó a la orilla y sumergió la cara. El
agua estaba fresquísima y deliciosa, pero no pudo
disfrutarla mucho porque un antipático cangrejo le agarró
el hocico con sus pinzas.
Bichito, bichito me haces daño ¡suéltame el hociquito!
El cangrejo obedeció y Mary le reprendió.
No vuelvas hacerlo ¿no ves que duele un montón?
La pobre Mary quedo con la nariz encarnada y dolorida,
pero no dejó que eso la desanimara y continuo su
emocionante viaje.
Hacia el mediodía dejo atrás el bosque y llego a un camino
de piedra.
Esta camino va hacia el norte atravesando una pradera ¡no
hay duda de que voy bien!
Muy resuelta y segura de sí misma echo andar sobre los
adoquines. De repente, un carruaje paso por su lado a toda
velocidad y un caballo le piso una patita.
¡Ay, ay, que dolor! ¿Qué voy hacer ahora? ¡Me cuesta
mucho andar!

10. Sus gemidos llegaron a oidos de una hada buena que
pasaba por alli.
¡Hola, ratita linda! ¿Cómo te llamas?
Muy triste le contesto:
Mary, señora, me llamo Mary.
¿Y por qué estas tan triste con lo bonita
que eres pequeña?
Mary confesó lo que sentia en el fondo
de su corazon.
Pues desde que Sali me ha mordido un
cangrejo en mi hociquito, un caballo me
ha dañado una patita y estoy muerta de
hambre. ¡quiero volver a mi casa!
Vaya… ¿ya no quieres una vida llena
de emociones?
Mary fue sincera.
Si, si me gustaria pero por ahora quiero volver a mi casa
con mi familia y comer ricos granitos de trigo y m,aiz.
El hada sonrio, y la llevo de vuelta al lugar que habia
nacido y lo tenioa todo. Por su puesto la recibieron con los
brazos abiertos y desde ese dia el grano del mlino le supo
mas delicioso que nunca.
Moraleja: Nunca seas mal agradecido con las personas
y cosas que te rodean ¡no sabes el valor que tienen!.