La situación describe cómo una maestra llamada Srta. Sánchez tuvo que adaptar su sistema de enseñanza cuando su escuela implementó un programa de computación 1:1 que proporcionaba una computadora portátil a cada estudiante. La Srta. Sánchez creó grupos en línea para que los estudiantes publicaran sus opiniones y se respondieran entre sí, lo que resultó en discusiones más significativas y profundas incluso fuera del horario de clase. Esto también facilitó la colaboración entre maestros. La computación 1:1 representó tanto