Este documento discute la posibilidad del conocimiento del futuro a través de la clarividencia y la profecía. Explica que los espíritus desencarnados, que no están limitados por el tiempo y el espacio, pueden ver los acontecimientos futuros como cuadros y transmitir este conocimiento a algunos seres encarnados. También señala que Dios a veces permite que determinadas personas presientan ciertos eventos futuros cuando es necesario para el progreso de la humanidad.