1. ¿POCA COSA?
Latinoamérica, en la mira chavista
Eduardo Posada Carbó. Columnista de EL TIEMPO.
Chávez busca exportar su revolución en una diplomacia agre-
siva.
La publicación del informe sobre 'el fenómeno Chávez' en los
11 periódicos del Grupo de Diarios de América -incluido EL
TIEMPO-, tendría que motivar un amplio debate continental.
¿Qué tanto se ha extendido el chavismo en la región? ¿Qué
busca al expandir su presencia en Latinoamérica? ¿Debe ser
motivo de preocupación?
Los informes de los diferentes periódicos confirman (por si hubiese dudas) que estamos
frente a una política exterior extraordinaria, por lo activa, por sus costos y por los fines
perseguidos. Su naturaleza tampoco es muy común. Algunas de sus manifestaciones
-como en ciertos acuerdos binacionales- no se apartan de la diplomacia tradicional. Pero
lo que más se destaca allí es la quot;diplomacia paralela con los pueblos, con la sociedad ci-
vil, con las organizaciones no gubernamentalesquot;, anunciada por Chávez en su propuesta
de gobierno.
Ya sea 'tradicional' o 'paralela', es una diplomacia con millonarios recursos originados en
el petróleo, de los que Chávez parece disponer a su antojo. Su instrumento más visible es
PDVSA, la empresa petrolera, pero tiene también acceso a fondos discrecionales sobre
los que no parecen existir controles. El sector energético ha sido, claro está, un campo
preferido en la expansión de sus intereses económicos. La abundancia de recursos le
permite aventuras financieras, como la compra de más de 5.000 millones de dólares en
bonos argentinos.
La racionalidad económica está definitivamente ausente en la 'diplomacia paralela': la ad-
quisición o financiación de medios de comunicación en Bolivia, Chile o Argentina; las be-
cas para miles de estudiantes bolivianos; o las comparsas de samba en el carnaval de
Río que, según O Globo, transformó quot;en un escaparate de su gobiernoquot;. Está así mismo
ausente en las famosas quot;misionesquot; en México o Perú -donde, de acuerdo con El Comer-
cio, la estrategia bolivariana (chavista) quot;implica acuerdos directos con autoridades locales
(...), con gremios sociales y con pequeños empresarios de los sectores popularesquot;-. Ele-
mentos de esta estrategia estarían operando en Colombia.
Hugo Chávez quot;no conoce fronterasquot;, observaron Cristina Marcano y Alberto Barrera
Tyszka en su excelente biografía. quot;Se proyecta y ve enemigos de su quot;revolución bolivaria-
naquot; dentro y fuera de Venezuela. quot;Su diplomacia contiene aspectos defensivos -explícitos
contra Estados Unidos-. Pero es evidente que Chávez busca exportar su revolución a tra-
vés de una diplomacia agresiva de pocos precedentes en Latinoamérica desde Fidel Cas-
tro y, antes del castrismo, desde Perón -dos figuras muy afines a su ideario-.
No es fácil medir el verdadero impacto del chavismo en el continente. quot;Chávez no es Fi-
delquot;, observó hace algunos días el ex presidente uruguayo José María Sanguinetti en una
2. nota escéptica sobre su real influencia. Sanguinetti no sostiene que el régimen venezola-
no sea quot;irrelevantequot;. Advierte su carrera armamentista, pero dice que sus quot;vecinos no se
la toman demasiado en serioquot;. Reconoce su propuesta de quot;socialismo del siglo XIXquot;, mas
quot;por ahora no ofrece otra cosa que agresiones a la prensa, nacionalizaciones de empre-
sas y una cansadora retórica antinorteamericanaquot;. En fin, considera que la revolución
chavista quot;es solo una gastada reedición del viejo populismo latinoamericanoquot;. ¿Es acaso
poca cosa?
Quizá su influencia sea aún limitada, pero sería un error subvalorar la dimensión del reto
que ese quot;viejo populismoquot; sigue planteando al futuro democrático en la región. En Vene-
zuela, Chávez gobierna sin controles. quot;Chávez es la leyquot;, como denunció un editorial de El
País de España a propósito del cierre de RCTV. Su hostilidad contra el mercado anticipa
nuevas ruinas económicas y sociales. Su régimen simboliza la intromisión de las fuerzas
armadas en política. Todos estos son ingredientes centrales del tradicional modelo caudi-
llista y tiránico que, históricamente, ha impedido la consolidación de la democracia liberal
en Latinoamérica.
Eduardo Posada Carbó
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