Articulo realizado por: Andy Amézquita Toranzo alumno de la UCSM - Perú/Arequipa; para su publicación en la revista estudiantil de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la UCSM (c) Legalis Et Politicam Prospectum

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LA FANTASÍA POPULISTA DE SUDAMÉRICA: ANÁLISIS BREVE DE LA
MODA ACTUAL DE GOBIERNO LATINOAMERICANO
Andy Amézquita Toranzo
Resumen
Este articulo tiene por objeto identificar a modo breve y conciso el fenómeno
político de moda en Latinoamérica bautizado como “El populismo del Siglo
XXI”, sus orígenes y analizar someramente las razones por las que este
fenómeno existe, su evolución en Latinoamérica y los rasgos que lo
caracterizan, además de dar una particular mirada a otro fenómeno muy
vinculado a este: La demagogia, especificar la relación entre ambas y la razón
del por qué estos fenómenos son un daño para la política, la democracia y la
población latinoamericana.
Abstract
This article aims to identify a short and concise mode of fashion political
phenomenon in Latin America as the “21st century populism”, its origins and
briefly analyze the reasons for what the phenomenon exists, its evolution in
Latin America and the characteristics that characterize, In addition to give a
particular look at another phenomenon closely linked to this: Demagoguery, to
specify the relationship between both and the reason why these phenomena
are a cancer for politics, democracy and the Latin American population.
I. El origen del populismo como doctrina
A muchos de nosotros, la doctrina populista podría parecernos un fenómeno de
reciente data sobre Latinoamérica, una “amenaza” que pretende corromper con
la institucionalidad política latinoamericana, grupos movidos por un líder el cual
sostenido por su gente logra el acceso al poder para “cambiar” su país y
solucionar tal cual mesías divino los problemas que aquejan a su pueblo.
Venezuela, Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador son esos ejemplos los cuales
vienen a nuestra mente cuando mencionamos la palabra “populismo”, acto
seguido se implanta un temor sobre nosotros ya que al día de hoy y tras más
de una década de existencia, esta moda de gobierno latinoamericano y sus
líderes poco a poco caen como hojas de árbol en otoño, asediados por la
corrupción, la inestabilidad, la crisis política, social e institucional; en resumidas
cuentas, dejando sus países peor que cuando tomaron el poder, sin dar
solución alguna a los problemas de su región y generando muchos otros.
No obstante, sorprende saber la basta antigüedad de este fenómeno (de más
de un siglo por lo menos) además de la constante mutación del significado del
mismo hasta la concepción que tenemos el día de hoy (a pesar de no cambiar
en esencia).

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Aun así, ni la doctrina ni los autores logran ponerse de acuerdo respecto a lo
que verdaderamente representa el populismo, postulando entonces diversas
tesis respecto a ello y generando sumas controversias y discusiones de todo
nivel.
Respecto al origen del populismo, en los estudios de Richard Pipes1, por
ejemplo, se describe originalmente al populismo como la ola anti-intelectualista
de la década de 1870 y la creencia basada en que los socialistas tenían que
aprender del Pueblo, antes que pretender convertirse en sus líderes. Poco a
poco entonces este concepto iría mutando conforme la historia mundial
avanzara y la sociedad también.
Sus origines se remontan a la Rusia del Siglo XVIII, la cual agitada por un
profundo descontento social producto de los conflictos bélicos, el relegamiento
de la actividad agrícola a un segundo plano (y constantemente en caída),
además de una profunda crisis social caracterizada por la existencia de la
servidumbre2 y la gran brecha socioeconómica entre las clases crearía en los
campesinos y entre la población en general los ingredientes perfectos para dar
origen a la “ideología” populista, que finalmente desembocaría tras muchas
perturbaciones de orden social, en la revolución bolchevique de 1917.
Lo que al parecer sería un movimiento o corriente fruto de los diversos
fenómenos sociales que acaecieron en Rusia, se repetiría en un contexto
similar del otro lado del mundo, específicamente en Estados Unidos donde
también surgiría un movimiento populista alrededor de la misma época (1867),
que sorprendentemente, al igual que el populismo ruso tendría su origen en
movimientos de campesinos afectados por la relegación de sus actividades y la
brecha social entre los grandes industriales y el “hombre común”. Como señala
Hans Jürgen Puhle3: “fueron movimientos de protesta del campo contra las
crecientes tendencias de organización de todos los ámbitos políticos y sociales,
desde el comienzo de la alta industrialización y el fin de la reconstrucción
después de la Guerra Civil norteamericana. (...) en contra de la superioridad
política de las grandes ciudades, (...) Exigían la reimplantación de los viejos
ideales americanos de la "democracia agraria"”
En América Latina el populismo no llegaría sino hasta los años 20 del siglo
pasado y tendría un amplio campo de desarrollo debido a que la sociedad
latinoamericana atravesaba grandes dificultades, entre ellas:
1 Pipes, Richard, "Russian Marxism and its Populist Background: The Late Nineteenth Century",
Russian Review, vol. 19, núm. 4, octubre, 1960
2 Como señala Roberto García Jurado: “En 1861 llegó por fin el tan anhelado decreto de
emancipación. No obstante, las condiciones en las que se otorgó produjeron una total
decepción (…) no sólo provocó disturbios campesinos, sino que también alimentó una
efervescencia nunca antes vista en muchos otros estratos de la sociedad, específicamente en
los ambientes universitarios e intelectuales, cuna del populismo en la década de 1870”.
3 Jürgen, Hans (1987) Populismo en América latina. Revista de Ciencia Política, volumen IX, pp
90. Recuperado de http://www.revistacienciapolitica.cl/rcp/wp-
content/uploads/2013/08/07_vol_09_1.pdf

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- Profundas brechas y diferencias sociales entre las clases altas y la clase
obrera o trabajadora.
- La búsqueda de la industrialización de Latinoamérica
- La gran crisis de 1929
- El descuido de los derechos de los trabajadores y la pobreza, así como
la inestabilidad y precariedad económica y la intervención
norteamericana a través de la entrada de sus empresas e industria en el
mercado latinoamericano
Todo esto, entre otros factores, contribuiría y generaría el ambiente propicio
para el levantamiento de revoluciones populares, golpes de Estado y
dictaduras (casos de Cuba con Castro, Argentina con Perón, Perú con Velasco,
entre otros) orientadas al establecimiento de un sistema que pueda poner fin a
la brecha social y desarrollar un sistema económico que genere progreso en la
región.
No obstante, es de saber que ninguno de estos regímenes, revoluciones y
dictaduras tuvieron efectos positivos en el desarrollo latinoamericano, ni mucho
menos lograron cumplir con sus objetivos principales, contrario sensu,
retrasaron la región y generaron nuevos problemas, razón por la cual muchos
Estados latinoamericanos abandonaron y dejaron de lado estos regímenes
fracasos.
II. Neopopulismo latinoamericano y sus características
Tras el notable fracaso del populismo “clásico” e influenciado por el contexto
mundial caracterizado por la caída de la URSS, la consolidación definitiva de
Estados Unidos como única superpotencia y su consecuente hegemonía tanto
política, social, armamentista, tecnológica y cultural, además de la aun
existente (y amplificada) crisis de representatividad y descontento social,
Latinoamérica pronto vería el resurgimiento de este fenómeno pero con
algunas variaciones sustanciales que siguen vigentes al día de hoy.
Como señala en uno de sus artículos el Banco de la Republica de Colombia:
“…Históricamente, los líderes populistas del continente siempre han mostrado
una afinidad por políticas izquierdistas; sin embargo, más recientemente han
aparecido líderes populistas que han implementado políticas
inconfundiblemente de derecha, particularmente en el área económica. (…) Lo
que diferencia un líder neo-populista de un líder populista es su política
económica.”4
Es entonces que tras el fracaso del populismo de tintes izquierdistas, se opta
por gobiernos más afines a la apertura de mercados, el libre comercio y de
tendencia pro-estadounidense, es así que Alberto Fujimori en Perú5, Carlos
4 http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/ayudadetareas/politica/populismo_y_neo_populismo
5 Fujimori llegaría a la presidencia peruana ganando sorprendentemente a su adverso Mario
Vargas Llosa en las elecciones de 1990, rompiendo el esquema de los partidos políticos

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Saúl Menem en Argentina, entre otros serían sus principales promotores y
representantes de este fenómeno de finales de los 90 del siglo pasado.
No obstante, con el comienzo del nuevo milenio, nuevos personajes como
Hugo Chávez en Venezuela, Néstor Kirchner y Cristina Fernández en
Argentina, Evo Morales en Bolivia y otros surgieron en el escenario político
latinoamericano para tratar de reivindicar el viejo populismo afinado a las
practicas izquierdistas con tintes más modernos y aparentemente
“democráticos” que los distinguirían del populismo clásico que ya se conocía,
creando así el concepto del “Socialismo del Siglo XXI” popularizado por
Chávez.
Ahora bien, ¿Cuáles serían las características de estos nuevos líderes
populistas que los diferenciarían del populismo “clásico” latinoamericano?
Según Gloria Álvarez6, las características de estos líderes y del populismo
contemporáneo serían las siguientes7:
- Persuaden a la ciudadanía de votar por ellos con promesas que son
insostenibles
- Juega con las necesidades de una población
- Emiten un discurso de odio en la sociedad que debilita la cooperación y
la empatía
- Muchos casos sus objetivos dentro de gobierno son eliminar del
Legislativo cualquier oposición, que los Congresos se vuelvan sus
escribanos; reformar la Constitución y pedir reelección indefinida
- Limitan las libertades económicas y la de expresión muchas veces para
perpetuarse en el poder.
Adicionalmente habría que añadir las siguientes características:
- Generalmente, son partidos políticos personalistas: Es decir, basados en
las ideas y la imagen de un individuo (Kirchnerismo, peronismo,
fujimorismo, chavismo)
- Suelen ser líderes carismáticos y empáticos: Dicen lo que el pueblo
quiere escuchar y por ello reúnen masas de seguidores
- Suelen tener un doble discurso: Durante la campaña prometen medidas
que probablemente sean aceptadas y apoyadas por las masas pero
estas no serían cumplidas una vez en el gobierno
- En su mayoría, los líderes o miembros de los partidos populistas
terminan envueltos en problemas de corrupción y poca transparencia
tradicionales y simbolizando la esperanza que el Perú buscaba ansiosamente en sus horas
más difíciles.
6 Politóloga Guatemalteca dedicada al estudio del fenómeno populista en Latinoamérica.
7 http://www.eluniverso.com/noticias/2015/04/27/nota/4815436/gloria-alvarez-populismo-tiene-
agenda-seguir-hay-paises-mas

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- Sus partidos carecen de una ideología establecida o afinación política, y
optan por adaptarse a las necesidades y problemas actuales de las
mayorías. (sin embargo sus políticas y medidas siempre están
orientadas hacia alguna ideología, sea esta de derecha o izquierda)
- Las soluciones que ofrecen a los problemas en su mayoría son de corto
plazo y solamente resultan intentar opacar o controlar el problema
aparente y momentáneamente mas no eliminarlo de raíz, muchas veces
incluso la solución termina originando un problema más grave que el
original (conocido como el efecto Cobra)
- En la mayoría de los casos, por no decir siempre, los regímenes
populistas y sus principales protagonistas crear un sinfín de
circunstancias y agentes a los cuales culpar de los fracasos de sus
medidas o problemas que surgen durante la vigencia del régimen (ej. El
imperio yanqui, los terroristas, la CIA, etc.)
III. ¿Populismo de izquierda o populismo de derecha?
Debido al contexto latinoamericano actual, se suele relacionar al populismo con
las ideas afines a la izquierda, pero realmente el populismo no contempla ni es
afín a ninguna ideología en particular, pues puede existir un populismo de
derecha (afín a las políticas económicas liberales) o de izquierda (afín a las
ideas socialistas).
De hecho, si buscamos una definición simple acerca del populismo, según el
Diccionario María Moliner nos encontramos que el populismo “…es la doctrina
política que pretende defender los intereses de la gente corriente, a veces
demagógicamente.”
Como evidenciamos, el partido o personaje populista, lo único que pretende es
ganar el apoyo de la masa, del pueblo, de las grandes mayorías
simbolizándose como la esperanza de estas y enfrentarlas contra el
establishment para de esa manera conquistar el poder
El populismo puede ser autoritario, como liberal, puede ser proteccionista como
librecambista, puede ser conservador como progresista, comunista como
capitalista, la mayoría a la cual va dirigida y el tono de cada movimiento
populista depende nada más del momento y el lugar dónde y cómo surge dicho
movimiento con el cual se pretende finalizar el establishment existente (además
del propio establishment en sí). El líder populista (en la mayoría de los casos)
representa lo que una buena parte del pueblo piensa respecto al gobierno de
turno pero no se atreve por algún u otro motivo a decirlo públicamente (Caso
Donald Trump en Estados Unidos)

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IV. Populismo y demagogia
El arma más importante del cual se vale el populismo y sus representantes
para actuar es la demagogia. Este fenómeno (casi tan antiguo como la
sociedad misma) seria descrito por primera vez por Aristóteles en su obra “La
política”8
, definiéndola como una forma de gobierno degradada y corrompida,
como una forma de llegar al poder, donde uno haciendo uso de los
sentimientos y emociones de las mayorías, las convence para así ganar el
apoyo popular.
La demagogia se manifiesta, según Juan Carlos Hernández9 con las siguientes
actitudes o tácticas10:
- Omisiones: donde se ofrecen informaciones incompletas, falseando la
realidad sin caer directamente en la mentira.
- Estadísticas fuera de contexto: Utilizar datos numéricos para apoyar una
idea, pero estos, fuera de contexto, no reflejan la realidad.
- Demonización: Identifica a un grupo o persona, con valores negativos,
hasta que la sociedad los vea así.
- Discurso digerible: Oratoria “sencilla y fácil”, concepto maniqueo de la
realidad.
- Táctica de despiste: si preguntas “A”, respondo “B”.
Además de lo ya mencionado, se puede considerar además que las principales
características del demagogo son las siguientes:
- Aprovechando la situación y contexto actual, suele estimular las
emociones de las mayorías dirigiéndolas para fines propios, para así
ganar el apoyo de estas
- Utiliza intensivamente técnicas publicitarias características del marketing
- Las promesas que suele realizar comúnmente son irrealizables (principal
objeto de crítica).
- Sus partidos y movimientos políticos son eminentemente personalistas:
giran en torno a él (lo iconizan y enaltecen como único capaz de resolver
los problemas de los demás)
- Manipula los medios de comunicación a su favor para ganar la simpatía
del pueblo.
Dicho ya esto, entonces nos encontramos con una vasta similitud entre la
demagogia y el populismo. No obstante, no son lo mismo. En un inicio, la
doctrina del populismo, como se vio anteriormente, era un movimiento político
eminentemente del pueblo y dirigido a terminar con las altas clases políticas, la
8 Aristóteles, Política, Libro III, Cap. V, División de los gobiernos, La Editorial Virtual.
9 Co-responsable diocesano de la Hermandad de Ayuda al Preso y sus Familiares de la
Pastoral Penitenciaria de la Diócesis de Pinar del Río.
Miembro del Equipo de Trabajo de Convivencia. Animador de la sociedad civil.
10 http://www.convivenciacuba.es/index.php/debate-pblico-mainmenu-58/907-populismo-y-
demagogia-enemigos-de-la-libertad

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diferencia radica en que mientras el “populismo” es la doctrina política (algo así
como la ideología aunque no es en sí una ideología) la demagogia es una
estrategia política (la “herramienta”) caracterizada por una forma de gobernar
que destruye y degrada a la democracia. Sin embargo, a través de la historia
se ha visto cómo es que el populismo ha ido mutando hasta que prácticamente
adoptó a la demagogia como su arma y como su principal soporte para su
existencia, es así que la doctrina y muchos politólogos del día de hoy han
llegado a reconocer que el nuevo populismo del S.XXI (aquel de Chávez,
Correa, Evo, entre otros) es eminentemente demagógico, anulando así ya
prácticamente cualquier diferencia. Empero siempre se ha de mantener al
populismo como la “ideología” y la forma de gobierno base y a la demagogia
como la estrategia y a la forma de hacer política que mantiene vivo al
populismo y a quienes lo representan en la esfera política regional.
V. Reflexiones finales: ¿Cómo ha de combatirse el populismo?
En este somero y sencillo análisis, he intentado, al igual que tantos otros definir
y esclarecer un poco más el fenómeno político que azota a nuestra región –
Latinoamérica- desde hace ya varias décadas.
Y es que, si bien es cierto, la existencia de estos fenómenos estudiados han
nacido y se mantienen aún vivos debido a ciertas causas (ya sea, olvido de
ciertos sectores populares, aristocracias, descontento y/o desesperanza
popular, entre muchas otras causas que no son objeto de este estudio),
lamentablemente, al día de hoy los regímenes populistas nunca han
solucionado los problemas de la región. Como alguna vez señalara y advirtiera
Tocqueville cuando estudiaba la joven democracia de Estados Unidos: “Yo no
temo al sufragio universal; la gente votará como se le diga”, y la verdad sea
dicha, un pueblo sin educación es un pueblo que no tiene capacidad de decidir,
de analizar. El populismo y el demagogo se alimentan de la ignorancia de
muchos y de los problemas de todos, busca ser visto como el único capaz de
rescatar a muchos de la miseria y gracias a la ignorancia de las masas todo lo
que dice es verdad irrefutable y dogma de fe.
Sin embargo, la herramienta más poderosa que tenemos nosotros para
combatir a estos fenómenos es la educación, la crítica, el raciocinio y la
información.
En el siglo donde la información está al alcance de nuestros dedos, es
necesario tomar una posición crítica, conocer y no dejarse encandilar por las
falsas promesas de un falso líder. Solo una vez que cada uno deje de ser un
“borrego” y proceda a cuestionarse cada palabra, cada frase y cada mensaje
de quienes son sus líderes, se tendrá un pueblo educado y consciente, al cual
ningún demagogo ni ningún populismo podrá vencer.

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VI. Bibliografía
1. Aristóteles. La Política. Madrid: Ediciones Nuestra Raza.
2. El Universo (2015). Entrevista a Gloria Álvarez: “El populismo tiene
una agenda a seguir; hay países más avanzados”. Recuperado de:
http://www.eluniverso.com/noticias/2015/04/27/nota/4815436/gloria-
alvarez-populismo-tiene-agenda-seguir-hay-paises-mas
3. Fernández, J. Populismo y demagogia: Enemigos de la libertad.
Revista socio-cultural Convivencia. Recuperado de:
http://www.convivenciacuba.es/index.php/debate-pblico-mainmenu-
58/907-populismo-y-demagogia-enemigos-de-la-libertad
4. García, R. (2010). Las raíces del populismo. Los movimientos
populistas del siglo XIX en Rusia y Estados Unidos. Argumentos
(México, D.F.), 23(63), 267-288. Recuperado de:
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0187-
57952010000200011&lng=es&tlng=es.
5. Jürgen, H. (1987) Populismo en América latina. Revista de Ciencia
Política, volumen IX. Recuperado de
http://www.revistacienciapolitica.cl/rcp/wp-
content/uploads/2013/08/07_vol_09_1.pdf
6. Pipes, R. (1960). "Russian Marxism and its Populist Background: The
Late Nineteenth Century", Russian Review, vol. 19, núm. 4.
7. Subgerencia Cultural del Banco de la República. (2015). Populismo
(y Neo-populismo). Recuperado de:
http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/ayudadetareas/politica/popul
ismo_y_neo_populismo