1. Laura
Hoy solo recuerdo el día en que llegué a mi ciudad, después de una larga ausencia. Lo primero que
hice fue visitar a Laura, mi amiga de toda la vida. Estuvimos en el mismo imaginario que ideamos
desde la escuela. En ese territorio agitado por el viento pleno, cálido.
Me dijo, ese día, que su horizonte había cambiado desde el día en que partí. Que el universo de voces
se había convertido en soledad inmensa. Que yo era y soy nutriente de la esperanza. Y de la alegría
inmensa. Ya no estuvieron los barquitos de papel de colores vibrantes. Y que los hacíamos navegar
en el laguito del parque central. Y que los niños y niñas como nosotros se arremolinaban, aplaudiendo
la fuerza del verde y la potencia del rojo severo.
En fin, que, Laura, hizo de ese momento la recordación sublime y sutil. Hoy, ya en mi ocaso, perdura
en mi memoria