Los avatares para el juego dramático en entornos virtuales
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1. La politica
( a propósito de escenario actual en gobierno de Gustavo Petro)
En devenir de los hechos marca, tal vez, algunos puntos de inflexión. Casi siempre nos encontramos
con expresiones que merecen ser analizadas en un contexto determinado. Ante todo tratándose del
ejercicio de la politica. Se ha dicho, de la politica, que es una ciencia. Fundamentalmente en el
espectro de lo social, entendido que abarca las relaciones entre sujetos individualmente
considerados; pero también las organizaciones gubernamentales y de la sociedad civil. Tanto como
entender lo siguiente:
Gobernar es ejercer diferentes formas de control. Tanto en lo social, politico y económico. Inclusive,
trascendiendo el escenario territorial físico; se dice que el control también se ejerce sobre lo que
denominamos “cultura”, que yo entiendo como expresión de “alma del pueblo”, de los gobernados.
En este hilo conductor, es posible imaginarse que un gobernante debe tener una visión extensa y
compleja, fundamentada en saberes precisos. El derecho, la ciencia politica, la economía, la
sociología. O por lo menos unas ideas generales pero ciertas que le permitan saber asesorarse de
manera adecuada; sin que esto implique perder el pulso.
Ahora bien todo proceso previo a la elección de un gobernante, en el caso particular presidente y
presidenta de República; supone la definición de opciones en términos de la definición de un
programa. A su vez esto debe estar relacionado con las condiciones que marcan aspectos como el
entendido de partidos políticos. Bien sea que, en el proceso eleccionario, quien aspire a la presidencia
lo haga como miembro de un determinado partido y solo con su apoyo; o que lo haga en coalición
con otros partidos. Aquí cabe una acotación: en la denominada ciencia politica y sus aristas, se ha
asumido la necesidad de algunas definiciones desde el punto de vista del significado de partido
politico, movimiento politico u otras expresiones que acogen eventos puntuales transitorios de la
participación de los y las votantes. Particularmente en Colombia, sucesivas modificaciones en cuanto
a la normativa general relacionada con la participación politica; han permitido la creación de
diferentes organizaciones, muchas de ellas transitorias, con el propósito de acceder a la participación
electoral en periodos puntuales
En Colombia, diríamos, en estricto, que la definición ortodoxa clásica que asocia partido politico con
ideología y principios relacionados con una clase económica y/o con idearios de cierta duración en el
tiempo; si bien se mantiene formalmente; en la práctica no existe. Y que lo que prevalecen son
escenarios en los cuales los procesos eleccionarios se desarrollan bajo la modalidad de coaliciones
transitorias que agrupan diversidad de movimientos políticos (a su vez transitorios).
Visto así, entonces, se entiende que un determinado candidato o candidata a la presidencia de la
República se postula a nombre de un determinado movimiento politico propio o en coalición con otros
movimientos.
Esto deviene en opciones ideológicas endebles; en la minusvalía de los principios políticos y, en
general, en concesiones que ejercen como atadura al momento de definiciones cruciales. Y, lo que
es más importante, en veces, la pérdida del pulso o control por parte de quien resulta elegido.
En el caso particular del proceso electoral presidencial en Colombia para el periodo 2022-2026: el
candidato Gustavo Petro Urrego se postuló a nombre de la coalición denominada Pacto Histórico
(Colombia Humana, Polo Democrático; Unión Patriótica, Movimiento Alternativo Indígena y Social)
2. Si bien es cierto que ejercer, de una u otra manera, el oficio de conductor politico; supone cierto
grado de complejidad. Y que, por lo general, conlleva a matizar lo que, en principio, pueda ser su
hilo conductor; no es menos cierto que, de todas maneras sea cual sea el momento no se puede
perder el pulso al momento de definiciones concretas, precisas.
De entrada, al hecho de la hibridez en sí de una coalición politica (en este caso Pacto Histórico) se
suma un hecho como el de recibir el apoyo de representantes de luna denominada oposición como
Gustavo Bolívar y Roy Barreras. Porque se introduce una figura a la vez hibrida e incierta.
Lo cierto es el escenario actual era previsible: el presidente Gustavo Petro Urrego inmerso en sucesión
de decisiones ambiguas en lo inmediato. Si bien es cierto que el Programa Politico Básico se mantiene;
tendencialmente su aplicación puede diluirse total o parcialmente, porque va a estar atado a futuras
concesiones. Porque él (el presidente), ha venido perdiendo el pulso y el control de lo que es en sí
su ideología y principios políticos.
Si bien es cierto que, en politica, existe el denominado margen de maniobra, en alusión a decisiones
sujetas a determinadas variables asociadas con recomposiciones necesarias en determinados
momentos; no es menos cierto que este margen no puede ser una patente de corso. Porque, siendo
así se convierte en la perversión politica de “todo se vale”.
Veamos lo anterior en esta óptica: si para sacar adelante en el Congreso de la República el Proyecto
de Ley de Reforma a la Salud, el presidente de la República, realiza acuerdos con movimientos o
partidos políticos de la oposición que supongan vulnerar los principios fundamentales que defendió
durante su campaña y que se constituyeron en lo que llaman uno de los pilares de la politica de
transformación de la tradicional manera de ejercer la politica; es decir de alternativa innovadora,
reformadora; simplemente sería una regresión.
Lo anterior a propósito de la decisión presidencial en torno a la remoción de las ministras Patricia
Ariza (Cultura) y de María Isabel Urrutia (Deporte). Analizando las expresiones, tanto de Patricia
Ariza, como de María Isabel Urrutia; queda la certeza que la decisión presidencial no fue una maniobra
ni ética ni políticamente aceptable en el contexto que he presentado. Caso aparte es el de Alejando
Gaviria (aquí sí es válido aplicar el principio de que un ministro o ministra tiene que mostrar lealtad
respecto al programa de gobierno.).