El poema describe una noche de mayo en un jardín iluminado por la luna llena. Se escucha el sonido intermitente de una fuente y luego el canto de un ruiseñor oculto. Un músico toca una melancólica melodía en su violín dedicada a la luna, el viento, el agua y el ruiseñor, cantando sobre la fuente y su quimera antes de detenerse, dejando solo el sonido de la fuente y la melancolía flotando en el jardín.