1. LEONOR DE AQUITANIA - LA MUJER MAS PODEROSA DE LA EDAD MEDIA
En la Francia del siglo XII una mujer, Leonor de Aquitania, heredó el mayor
feudo del reino. En un mundo gobernado por hombres, su fuerte personalidad y su
educación le permitieron no sólo gobernar el ducado que heredó sino también ser
reina de Francia y de Inglaterra.
Francia en el siglo XII
Tras la muerte de Ludovico Pío, hijo y heredero de Carlomagno, los hijos de
éste, Lotario I, Luis el Germánico y Carlos el Calvo, se repartieron el imperio
en el Tratado de Verdún, a mediados del siglo IX. La parte más occidental del
territorio franco (Francia Occidental, regnum Francorum occidentalium) quedó
bajo el gobierno de éste último, suponiendo el embrión de la Francia medieval.
El fuerte poder central que había caracterizado el gobierno de Carlomagno se
había terminado. Y no me refiero sólo a la división del imperio: la cosa fue aún
más lejos.
Esa manifiesta ineficacia del poder real provocó que la defensa territorial
cayese cada vez más en los nobles locales. El asunto ya sabes cómo terminó: la
tendencia fue a más, y los poderes locales terminaron usurpando funciones
reales, como la acuñación de moneda o la administración de justicia. Había
nacido la monarquía feudal.
El ducado de Aquitania
El origen del ducado de Aquitania es bastante confuso, aunque se puede situar en
el siglo VII siguiendo el territorio de la provincia romana de Galia Aquitania,
conquistado por Craso cuando aún era lugarteniente de Julio César y le quedaban
unos añitos (aunque no muchos) antes de que le dieran las del pulpo en Carrhae.
El caso es que, tras la centralización de poder por parte de Carlomagno, la
corona de Aquitania (que durante los primeros siglos fue ora ducado, ora reino)
recayó en Carlos el Calvo, junto al resto de Francia Occidental.
Pero eso no gustaba demasiado a los nobles aquitanos que, aprovechando la
pérdida del poder real que comentaba más arriba, ofrecieron la corona de
Aquitania a Luis el Germánico, rey de Francia Oriental y hermano de el Calvo.
Tal era el descontento de los aquitanos con Carlos II que amenazaron con
entregar la corona a los vikingos (asentados en Normandía) o a los sarracenos de
al-Ándalus.
Para evitar el mal mayor (que buena parte de su reino acabara en manos de los
moros, los vikigos o, peor aún, de su hermano), Carlos terminó entregando
finalmente la corona de Aquitania a Ranulfo I de Poitiers; y su gobierno quedó
así bajo los condes de Poitou durante todo el siglo siguiente.
En fin, ya sabes como eran las cosas en la Europa de la época, así que narrar
todas las intrigas, sucesiones y cambios de corona sería tedioso tanto para mí
como para ti. Así que, con tu permiso, despacho el asunto diciendo que el ducado
de Aquitania y el condado de Poitou quedaron unidos entre ellos y al ducado de
Vasconia, con lo que la corte de Poitiers fue adquiriendo cada vez mayor
importancia.
Y así, más o menos, estaba la situación a comienzos del siglo XII, con un Reino
de Francia fuertemente feudalizado con la mitad o más de su territorio fuera del
poder efectivo del rey, y la corona de Aquitania siendo la más fuerte de los
feudos, con un poder prácticamente equiparable al real.
Leonor y la corte de Poitiers
En 1122 nació Leonor en la corte de Poitiers, primogénita del futuro duque de
Aquitania, Guillermo X. Digo futuro porque, al momento de nacer Leonor, el duque
de Aquitania y conde de Poitiers era su abuelo Guillermo IX, el Trovador.
Que el sobrenombre de el Trovador no te engañe. Guillermo IX era un gobernante
fuerte, que sostuvo varias guerras con el vecino condado de Tolosa, que llegó a
conquistar, gobernando unos territorios más extensos que los del propio rey de
Francia, Luis VI el Gordo.
Fue excomulgado dos veces (Guillermo IX, quiero decir), una de ellas por
repudiar a su esposa por la de uno de sus vasallos, el vizconde de
Châtellerault. Todo un personaje.
Duquesa de Aquitania y condesa de Poitou
Ésa fue la corte en la que Leonor nació y se crió. Su padre, el futuro Guillermo
X, no le dio la educación típica de una dama de la nobleza. Sí, aprendió costura
y bordado, pero también aritmética, historia, latín… Cabalgaba y cazaba, algo
reservado a los varones. Leonor era una muchacha inteligente y despierta, y
recibió la educación necesaria para ser una reina capaz.
2. Cabalgaba y cazaba, algo reservado a los varones. Leonor era una muchacha
inteligente y despierta, y recibi la educaci n necesaria para ser una reina� �
capaz.
A pesar de ser primog nita, el hecho de tener un hermano var n hac a que no� � �
fuera la heredera de Guillermo X, sino que su destino era ser consorte. Sin
embargo la muerte de su hermano en una peregrinaci n a Santiago de Compostela�
la convirti en la heredera del ducado de Aquitania.�
1137. En ese a o Leonor cumpli quince a os. Tambi n fue el a o de la muerte� � � � �
de su padre, y tom posesi n de la corona del inmenso ducado de Aquitania. Se� �
convert a en la persona m s poderosa de Francia Occidental tras el propio rey� �
Luis VI el Gordo. No fue el nico cambio en la vida de Leonor de Aquitania�
aquel a o.�
Leonor, reina de Francia
Puedes hacerte una idea de lo que significaba todo ese poder en manos de una
jovencita de quince a os, por muy despierta que fuera y a n habiendo recibido� �
una buena educaci n. En una poca en que la pol tica se hac a a base de� � � �
intrigas, matrimonios, traiciones y asesinatos, el poder del ducado de Aquitania
en manos de la joven Leonor era una perita en dulce.
Luis VI ser a gordo, pero desde luego no era tonto, y nada m s morir Guillermo� �
X arregl el matrimonio entre Leonor y su hijo y heredero, el futuro Luis VII.�
Luis VI hab a pasado todo su reinado combatiendo el poder de los nobles�
feudales, y la uni n de las coronas de Francia Occidental y Aquitania�
reforzar a el poder de los Capetos. Un negocio redondo.�
Y ese mismo a o Luis VI muri . De joven heredera a duquesa de Aquitania,� �
esposa del futuro rey y reina consorte de Francia, todo en un mismo a o.�
Leonor result no ser la consorte sumisa que Luis VI hab a previsto para su� �
hijo. Al contrario, su fuerte personalidad y su s lida formaci n, unidas al� �
car cter piadoso e ingenuo del nuevo rey, hicieron que su papel en la corte�
fuera muy destacado.
La Segunda Cruzada
El d a de Nochebuena de 1144 ca a bajo poder musulm n el condado de Edesa, uno� � �
de los estados cruzados creados en durante la Primera Cruzada. Fue uno de los
primeros en ser creados en Tierra Santa, como tambi n fue el primero en caer.�
Y su ca da provoc una reacci n inmediata en Europa: el papa Eugenio III� � �
convoc la Segunda Cruzada para reconquistarlo, y numerosos reyes y nobles�
europeos respondieron de forma inmediata. Entre ellos Luis VII de Francia. Y no
fue el nico.�
Leonor, acompa ada de trescientas de sus damas y al frente de la tropas del�
ducado de Aquitania, se uni al ej rcito cruzado. Imagina lo que eso� �
significaba en la mentalidad de la poca. A Luis VII no le gust la idea, pero� �
ella, como duquesa de Aquitania y por tanto la mayor feudataria del reino, hizo
valer su derecho de ocupar su lugar junto al resto de se ores feudales.�
La cruzada no s lo no tuvo buen resultado, sino que hizo que las tensiones�
entre la pareja se agravaran, hasta el punto de que a su regreso (por separado)
solicitaron al papa la anulaci n de su matrimonio, bas ndose en el parentesco� �
entre ambos. Y la consiguieron.
Leonor, reina de Inglaterra
La situaci n era entonces similar a la de quince a os antes: Leonor estaba al� �
frente del mayor y m s poderoso territorio feudal de Francia, lo que la�
convert a en la heredera m s deseada en una Europa gobernada por hombres. Sin� �
embargo ahora ya no era una ni a de quince a os, sino una experimentada mujer� �
que sab a muy bien c mo funcionaban la pol tica y el poder feudal de la� � �
poca.�
Madre de tres reyes
Ese mismo a o Leonor se cas con el heredero al trono de Inglaterra, quien dos� �
a os despu s se convertir a en Enrique II. Ahora calcula: Inglaterra, Gales,� � �
Normand a, Anjou, Maine y Aquitania. Se creaba as el gran Imperio angevino,� �
vasallos del rey de Francia pero controlando un territorio ocho veces superior
al suyo.
Cinco hijos varones y tres mujeres tuvo el matrimonio, con una corte establecida
principalmente (aunque no de forma permanente) en Poitiers. Tres de sus hijos
ser an reyes: Ricardo I Coraz n de Le n, Juan I sin Tierra, ambos reyes de� � �
Inglaterra, y Leonor Plantagenet, reina consorte de Castilla por su matrimonio
con Alfonso VIII.
3. Rebelión y presidio
El golpe definitivo a la relación vino de las continuas amantes de Enrique II.
O, mejor dicho, de una de ellas, Rosamund Clifford, la bella Rosamunda.
Enrique II y Rosamund Clifford se conocieron durante una campaña del rey en
Gales, en 1165 (ella tenía quince años entonces), y fueron amantes hasta su
muerte (la de ella), en 1176. Once años.
Claro que hubo otras, pero la diferencia es que la relación del rey con la bella
Rosamunda llegó al conocimiento público, y el orgullo de Leonor no pudo soportar
semejante afrenta.
Así que, despechada, regresó a Aquitania llevándose a varios de sus hijos, entre
ellos a Ricardo, futuro rey de Inglaterra. Y él, junto a sus hermanos Enrique y
Godofredo, se rebelaron contra su padre.
Aunque la razón oficial fue el reparto de títulos que Enrique II estaba
realizando entre sus hijos, pero manteniendo el poder asociado a esos títulos,
la realidad es que Leonor instigó la rebelión, por cierto apoyada con regocijo
por Luis VII de Francia, deseoso de ver reducido el poder de su vasallo.
Leonor de Aquitania y Enrique II
Monumento funerario de Leonor de Aquitania y Enrique II
El asunto le costó la libertad a Leonor de Aquitania, apresada por Enrique II
tras aplastar la rebelión. Dieciséis años permaneció presa, primero en el
castillo de Chinon y después en el de Salisbury, hasta la muerte del rey.
Viudez y muerte
Tras la muerte de Enrique II, el trono pasó a manos de su hijo Ricardo I, y
durante sus ausencias (la ocupación de Sicilia, la Tercera Cruzada) Leonor fue
la regente del Imperio angevino.
Tras el regreso de Ricardo de su cautiverio en el castillo de Dürnstein se
retiró a la abadía de Fontevrault, de donde sólo salió dos veces: la primera
para asistir a la coronación de su hijo Juan tras la muerte de Ricardo, y la
segunda para viajar a Castilla, cuando ya era una anciana de setenta y ocho
años, para elegir de entre sus nietas a la que habría de ser esposa de Felipe II
de Francia.
Y allí, en aquella misma abadía, murió en 1204 a la edad de ochenta y dos años.
¡82 años en los siglos XII-XIII! Todo un logro, desde luego.
Allí mismo fue enterrada la mujer más poderosa de su época y posiblemente de la
Europa medieval, junto a su amado hijo Ricardo y a su no tan amado esposo
Enrique.