Las lesiones deportivas incluyen raspones, cortes, contusiones, desgarros musculares, esguinces y fracturas. Se producen por contacto con superficies ásperas, objetos punzantes o romos, o fuerzas físicas que exceden los límites normales de los tejidos. El tratamiento inicial suele incluir hielo, compresión y reposo para reducir la inflamación y permitir la recuperación.