La ley de bioterrorismo de los Estados Unidos establece normas de seguridad alimentaria para prevenir ataques biológicos, incluyendo el registro de instalaciones alimentarias, notificación previa de alimentos importados, mantenimiento de registros de distribución de alimentos y capacidad de la FDA para retener alimentos sospechosos. La FDA es responsable de implementar estas medidas de acuerdo con la ley.