La nueva ley universitaria aborda cuatro preguntas clave: 1) Si la ley puede cerrar universidades privadas, 2) Si la educación superior es un servicio público esencial, 3) Si las universidades privadas deben publicar información como estatutos y estados financieros, y 4) Si los miembros de la superintendencia deben ser ajenos al quehacer universitario. El documento presenta argumentos a favor y en contra de estas posiciones.