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Hugo Ordóñez Espinosa
ISBN 9978-45-551-5
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3. LAICISMO VIVO
DEL FELIGRÉS AL CIUDADANO
100 AÑOS DE LAICISMO EN EL ECUADOR
1906 - 2006
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GRAN LOGIA EQUINOCCIAL DEL ECUADOR
)
4. Coordinador general de la obra
Pablo Espinosa Córdova
Corrección de estilo
María Belén Villacís
LIzeJCSIZd
LAICISMO Vivo es una obra publicada bajo la responsabilidad de la GLEDE. Los
artículos son responsabilidad de sus autores y no constituyen, necesariamente, el
criterio de la institución patrocinadora.
Aclaración necesaria los autores cuyos nombres figuran acompañados por la
grafía masónica (...) se reconocen como miembros pertenecientes a la Orden.
LAICISMO VIVO
DEL FELIGRÉS AL CIUDADANO
U:1247
52j
Editores
José Rodas Cabrera
GRAN MAESTRO DE LA GRAN LOGIA EQUINOCCIAL DEL ECUADOR
Marco Ordóñez Andrade 33
SOBERANO GRAN COMENDADOR
1.25
D
4
Z5z5
Zd
Consejo editorial
Ángel Enrique Arias
Pablo Espinosa Córdova
Pablo Granja Ávalos
Edgar Moncayo Gallegos
Amilcar Proaño Ramos
José Rodas Cabrera
Glen Soria Echeverría
Alfredo Terán Almeida
IS25
DOSIJ
GRAN LOGIA EQUINOCCIAL DEL ECUADOR (GLEDE)
) Responsable de la obra: José Rodas Cabrera
Coordinación general: Pablo Espinosa Córdova
)iseño editorial: Tribal
l)stilo: Marta Belén Villacís
1BN-978-9978-45-551-7
)erechos de Autor No 025591
A
preso en Ecuador
5. CONTENIDO
PRESENTACIÓNPRESENTACIÓN 1 José Rodas Cabrera
11
ANTECEDENTES
DE LAS LUCES A LA LEY DE 19051 Jaques Lafouge
15
LA CONQUISTA DEL LAICISMO EN EL ECUADOR Jorge¡ Núñez Sánchez
25
EL LADO OSCURO DE LA SECULARIZACIÓN
LA DISCRIMINACIÓN DE LA MUJER ! Pilar Pérez Ordóñez
65
DEL FELIGRÉS AL CIUDADANO
UNA APROXIMACIÓN AL LAICISMO ALFARISTA 1
Pedro Saad Herrería
75
LAICISMO, ESTADO Y SOCIEDAD
LAICISMO Y POSTMODERNIDAD1 Ángel Enrique Arias Barriga
81
ESPACIO PÚBLICO Y LIMITES A LA LIBERTAD INDIvmurAL1Marco Ordóñez A
105
LAICISMO Y DEMOCRACIA, A LA LUZ DEL CAMBIO
EN LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 1 Edgar Moncayo Gallegos
113
LAICISMO, DEMOCRACIA Y GREMIALISMO 1 Fausto Dután Erráez
129
LAICISMO, PARTICIPACIÓN Y REPRESENTACIÓN CIUDADANA
EN EL ECUADOR'Gaitán Villavicencio Loor
147
EL LAICISMO Y LA PRÁCTICA POLÍTICA1 Diego Monsalve Vintimilla
155
ViscisrrunEs DEL LAICISMO EN EL ECUADOR1 René Maugé Mosquera
169
6. PRESENTACIÓN
La Constitución de 1906 tiene importancia capital en nuestra histo-
ria. Es la Carta ecuatoriana liberal por antonomasia... no hay men-
ción del nombre de Dios... tampoco disposición que ataque o niegue
la religión de los ecuatorianos; simplemente la Ley fundamental no
se pronuncia sobre la materia. El Estado es laico. La intruducción
del laicismo estatal es quizá la característica definitoria de la Cons-
titución de 1906. - - - — -
DR. HUGO ORDÓÑEZ ESPINOSA
4
I laicismo ha constituido por más de doscientos años
do los Estados modernos. Desde la Declaración de los
el concepto fundamental sobre el cual se han cimenta-
F
, Derechos del Hombre y del Ciudadano, en 1789, hasta
la Declaración de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas
y las luchas anticolonialistas de la segunda mitad del siglo XX,
la separación del Estado respecto de cualquier creencia religiosa
ha cumplido con el objetivo central de permitir al ciudadano el
ejercicio del libre albedrío y de su libertad individual.
Con el transcurso del tiempo el laicismo ha conseguido que
el Estado no auspicie ni promocione creencia religiosa alguna,
ya que en esa facultad del fuero interno, del espacio privado, no
debe intervenir el poder público, sino más bien garantizar la li-
bertad de culto de las personas. Esta conquista se logró, en el
Ecuador, con la promulgación de la Constitución de 1906; razón
por la cual, estamos celebrando el centenario de este magno
acontecimiento.
Mas este logro, base de la democracia actual, no ha sido sufi-
ciente para superar profundos desequilibrios que acosan a la hu-
manidad de nuestros días; pues hoy nos vemos abocados a luchar
11
DERECHOS HUMANOS Y LAICISMO Patricio Crespo Coello
181
LAICISMO Y CIVILIZACIÓN 1 Rodrigo Borja Cevallos
203
LA RELIGIÓN DE LOS MODERNOS 1 Bolívar Echeverría
211
LAICISMO Y MASONERÍA1 Enrique Silva Cima
223
LAICISMO, CULTURA Y EDUCACIÓN
A COMPLETAR LA REVOLUCIÓN INCONCLUSA: LAICISMO, ALPARISMO Y
EDUCACIÓN EN EL ECUADOR 1 Milton Luna Tamayo
237
CAMINANTE NO HAY CAMINO... ¡José Dávalos
245
LAICISMO Y EDUCACIÓN 1 Gustavo Vega Delgado
259
LAICISMO Y MULTICULTURALIDAD1 Eduardo Puente H.
269
DE LA SOCIEDAD TRADICIONAL REPRESIVA A LA LIBERACIÓN
SUBJETIVA DEL ESPÍRITU 1 Manuel Espinosa Apolo
285
LAICISMO Y ECONOMÍA
LAICISMO Y ECONOMÍA1 Eduardo Santos Alvite
293
LAICISMO Y ECONOMÍA: EN LA ENCRUCIJADA
DE LA CIVILIZACIÓN MODERNA1 Jaime Gallegos Londoño
307
CONCENTRACIÓN DE LA RIQUEZA
Y DISCRIMINACIÓN EN EL ECUADOR !Jorge Rodríguez T
327
7. LAICISMO VIVO
por los derechos llamados de segunda y tercera generación: los
derechos económicos, los derechos a un ambiente sano, a la edu-
cación, a la salubridad y al uso apropiado del espacio público.
En el Ecuador, los derechos de ciudadanía de las mujeres y
de sectores étnicos que habían sido postergados, poco a poco se
han ido integrando en el contexto político. Sin embargo, vemos
con asombro que las condiciones de la democracia y de la poli-
tica como tal, están degenerando dramáticamente, a tal punto
que se atenta contra la justicia y la paz como derechos elementa-
les que permiten formas superiores de convivencia y respeto.
Estas inquietudes conducen a los masones a reflexionar
sobre la urgencia de rememorar, revisar, y de ser necesario, ac-
tualizar la comprensión del laicismo; no únicamente como el
principio jurídico que sustenta la separación de las iglesias y el
Estado, sino como el conjunto de las más desarrolladas formas
de convivencia social, con la misma fuerza e intensidad de hace
cien años, cuando se lo identificaba como el faro luminoso que
nos enrumbaría hacia mejores días.
En la medida en que el laicismo ha servido para apuntalar el
ejercicio de la libertad de conciencia, este principio se ha identi-
ficado con el más profundo motivo de existencia de la Francma-
sonería que fundamenta su práctica filosófica en la necesidad de
ser hombres libres. La tolerancia y el respeto a la opinión ajena
constituyen la base de su accionar al igual que su desacuerdo
con toda forma de discriminación y exclusión.
Por esta razón hemos creído conveniente abordar en este
libro, que presentamos hoy a la comunidad, temas afines al
laicismo, tratando de enmarcarlo históricamente en nues-
tro país y el mundo, desde los más variados puntos de vista,
como por ejemplo, desde la democracia, el espacio público,
las discriminaciones (en particular de la mujer), los aconteci-
mientos que han conmocionado a la humanidad en los últi-
mos arios, la educación, la política como derecho ciudadano,
la economía, etc.
LAICISMO VIVO
Con esta finalidad hemos convocado a destacados pensado-
res de nuestra sociedad y de otros países para que contribuyan
con su palabra ilustrada en el desarrollo de estos importantes
temas. Los artículos que forman parte de esta compilación han
sido escritos por distinguidos intelectuales. Algunos de ellos pro-
fesan la convicción masónica y otros son prestigiosos ciudada-
nos que se reconocen en las vías emancipatorias del laicismo.
Como Institución nos sentimos honrados de contar con su par-
ticipación y les manifestamos nuestro sincero reconocimiento
por su valioso aporte. Estamos seguros de que sus pensamientos
germinarán, tanto dentro de la Orden como fuera de ella.
Laicismo Vivo es el inicio de una serie de publicaciones que
hemos planificado realizar en el marco de nuestros ideales de li-
bertad, igualdad, justicia, fraternidad y honestidad, valores que
guían nuestra acción. Por ello en adelante buscaremos publicar
otros temas relacionados fundamentalmente con los derechos
humanos, protección y equilibrio ambiental, anticorrupción,
etc., siempre con la idea de contribuir a formar mejores personas
y mejores ciudadanos.
Reciban, estimados lectores, este producto que es la faceta
exterior de lo que pensamos y somos al interior de nuestros ta-
lleres, a los cuales nos permitimos invitar a todos aquellos que
sientan el deseo de formarse moral y espiritualmente, de vivir
los misterios de la Francmasonería, de descubrir en su interior
aquel filósofo incansable buscador de la verdad.
JOSÉ RODAS CABRERA
GRAN MAESTRO
GRAN LOGIA EQUINOCCIAL. DEL ECUADOR
Noviembre, 2006
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1 ter ondea dnnits lee plus peedeux de lhosenne tont ene.,
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ll1.1.Srunyen e efrst ,v•ziret:t no e",,tem.r ¡Ore ti›. Illé'
reNC. Ola —
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ligue, delaeunnuenrir IsIscutent , den 5 olvre len5plen,ct dén
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XV.
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publie de son a51~51.1iin.
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Jacques lafouge.
Abogado, escritor,
humanista y
librepensador
francés. Gran
Maestro del Gran
Oriente de Francia
(1
996-1
997).
DE LAS LUCES A LA LEY DE 1905
I...y P...H... Jacques Lafouge 33
El espíritu francés siempre ha buscado el equilibrio entre el co-
razón y la razón. Un buen ejemplo de ello constituye la literatura
de todos los tiempos. En este sentido vale la pena mencionar a
Rebelais y a Montaigne, en cuyos escritos se puede apreciar co-
mo que si los excesos del uno tuvieran su contrapartida en la na-
turalidad del otro. Rebelais, habla de sus grandezas, pero sobre
todo del hombre, con mucha agudeza, siempre desde la óptica
del corazón, expresivamente, casi con imágenes; Montaigne, en
cambio, utiliza la razón como herramienta para hablar de sus ob-
servaciones, sus dudas, sus certezas, pero también aborda el te-
ma del hombre con profundidad. Es decir, cada uno a su manera,
por caminos diferentes, reflexionan sobre la misma realidad.
El corazón y la razón se encuentran casi indisolublemente uni-
dos a lo largo de toda la historia literaria. Para comprender el modo
de ser de los franceses, tal como somos hoy en día, es necesario sa-
ber lo que Descartes le respondió a Pascal, lo que Comeille le res-
pondió a Racine, lo que Voltaire le respondió a Rosseau. No tenemos
el pragmatismo anglosajón ni la rigurosidad metódica de los ger-
manos, quizá por ello no llegan a comprender nuestras reacciones.
15
9. LAICISMO VIVO
Intentaremos aclarar la visión de los franceses con la siguiente anéc-
dota: un día el Rey convocó a los "Estados Generales" para propo-
ner ciertas reformas que le procurarían mayores ingresos. Esta es la
razón.En cambio, los "Estados Generales" le propusieron hablar de
"libertad, igualdad y fraternidad". Este es el corazón.Obviamente, no
se entendieron; sin embargo, si bien la razón del Rey se hizo presen-
te, el corazón del pueblo nos llevaría ser lo que somos.
Paul Hazard escribió: La autoridad se encarga de asegurar je-
rarquía, disciplina y orden: he ahí lo que amaban los hombres del
siglo XVII. Coacciones, autoritarismo, dogmas: he ahí lo que detes-
taban los hombres del siglo XVIII, sus descendientes inmediatos.
Considero que este pensamiento es verdadero y falso a la vez,
puesto que no se produjo un salto brusco de una generación a
otra; más bien sucedieron una serie de acontecimientos que el
pueblo, o los estratos sociales más ilustrados, no los pudieron
soportar y provocaron su terminación. Lo que no se planteó es
que las cosas debían cambiar, en la medida en que poco a poco
surgían los sentimientos en contra de las guerras, los privilegios
de la aristocracia, los obstáculos a la libertad de comercio, y en
contra de todo lo que constituía impedimento para el progreso.
Si buscamos el hecho generador; es decir, el punto de quie-
bre, probablemente lo encontremos en la r
i
l
e
xpiaujaskl Edicto
de Nantes. El buen Rey Enrique IV, el que quizá no era tan bueno
pero si inteligente, comprendió bien que la prosperidad de su
reino era fruto de la paz, que la paz se basaba en la tolerancia y
que las cuestiones de la fe religiosa debían permanecer dentro
del ámbito de lo privado. Los protestantes se encontraban satis-
fechos, pues obtuvieron la libertad de culto, en lugar de la im-
posición de convertirse al catolicismo, lo que ciertamente había
provocado la migración de muchos de ellos en años anteriores.
Pero esta reforma que en esencia estaba bien realizada, provo-
có la feroz reacción de la Iglesia Católica, que hasta entonces se
había mostrado vacilante. BLEdicto de Nantes fue revocado en
111.En 1687 Fontanelle escribe en su libro La Historia de los
gismar~,
e.
-
1.6 Jacques Lafouge
LAICISMO VIVO
Oráculos, que la religión es una mistificación organizada por los
clérigos y los políticos en su propio beneficio. Auguste Compte
sostuvo que cada época debe medir los riesgos a los que se expo-
ne. ¿Por mucho menos, el Caballero de La Barre no fue torturado
y ejecutado poco antes de la Revolución?
***
La génesis de la Ley de 1905 se inscribe dentro de un vasto
proyecto de cambio de la sociedad.
Es entonces cuando nace una línea de pensamiento repre-
sentada por una serie de escritores que pretenden arremeter con-
tra las bases de la sociedad en la que viven. Ellos quieren escribir,
hablar, protestar; ellos son los primeros activistas. Sus palabras
se fundamentan en los antiguos filósofos: Sócrates, "Conócete a
ti mismo" o "Solo sé que nada sé"; Terencio, "Soy un hombre y
pienso que nada de lo humano me debe ser extraño"; Lucrece,
"La religión es el origen de los actos impíos y criminales". Se trata
de imaginar el mejor de los mundos posibles, de reencontrar una
antigüedad que se suponía perdida, de pensar en las utopías filo-
sóficas que retomaron más tarde, sin éxito, las escuelas de socia-
listas utópicos franceses. Todo esto se fundamenta en una idea
fuerza: la felicidad es posible en la tierra y de manera inmediata.
Louis de Saint-Just expresará más tarde: "La felicidad es una idea
nueva en Europa".
aUlrabean acotará en la misma época: "La ignorancia, el olvi-
do o el desprecio de los derechos del hombre, son las verdaderas
tantas de los males públicos y de la corrupción de los gobier-
nos". Sería demasiado largo citar los razonamientos de filósofos
como Fénelon, Pierre Bayle, Fontenelle, Condorcet, Diderot,
Voltaire, Rousseau, el mismo Sade y muchos otros, que hablan
en este sentido.
Esto es lo que nos lleva a la libertad. Esta es la razón. Ella es
el motor del progreso. Hemos visto cuáles fueron los excesos que
Jacques Lafouge 17
10. LAICISMO VIVO LAICISMO VIVO
llevaron a la "revelación" (divina) y sus interpretaciones perver-
sas. Hemos visto quemar a Miguel Server y a Giordano Bruno,
retractarse a Galileo; hemos visto rodar la cabeza de La Barre.
¿Dónde está la verdad, dónde está la humanidad? Es necesario
recibir la luz. ¿Los que se oponen no pueden tener la razón? La
duda construye mucho más que el fanatismo y la superstición.
Estos principios van a esclarecer todos los aspectos de la vida
social.
Primero la vida política. Francia vivió por siglos bajo el régi-
men de monarquía absoluta, o más exactamente, que degene-
ró en más y más absoluta. Hasta Luis XIII, el Rey era el último
recurso del pueblo contra los abusos de la nobleza y del clero;
aunque al mismo tiempo, sus poderes se encontraban limitados
por una serie de contrapoderes, que iban desde la resistencia del
Parlamento hasta las costumbres locales, difíciles de pasar por
alto. Todo cambió con Luis XIV, pues la monarquía absoluta se
transformó en despótica, y justamente este es el momento cuan-
do los movimientos de ideas pretenden poner en duda los viejos
esquemas.
El ejemplo vino de Inglaterra. La monarquía se convirtió en
constitucional y por Ley se reducen sus prerrogativas en bene-
ficio del Parlamento. De igual manera, se produjo la separación
de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial. Hay que señalar
que Inglaterra se convirtió en la fuente de inspiración, ya que
Montesquieu y Voltaire vivieron allí, y Diderot y D'Alembert se
apoyaron en la Cyclopaedia de Chambers (inglesa) para crear
l'Encyclopédie (francesa).
Lo que en realidad surge es la necesidad de justicia y liber-
tad, las mismas que debían fundamentarse en un sistema que
garantice las libertades civiles. Diderot lo expresa claramente en
dos ideas: "El pqgler que se adquiere por la violencia no es más
Lctryna usurpación"; en otras palabras, sólo se puede reconocer
como legítima la autoridad que es otorgada por los mismos ciu-
dadanos en el marco de un pacto social. Y, "ningún hombre ha
Jacques Lafouge
recibido de la naturaleza el derecho de ordenar a los otros".
`"I
'Ditlerot irá aun más lejos según lo que le escribe a Catalina
II de Rusia:
No hay soberano más verdadero que la nación. No puede ha-
ber legislador más verdadero que el pueblo. Es raro que un pue-
blo se someta sinceramente a las leyes que le han sido impues-
tas. El pueblo amará, respetará, obedecerá y defenderá como su
propia obra, aquellas leyes de las que él mismo es el autor. Ya no
será más la voluntad arbitraria de una sola persona; será aquella
que provenga de un gran número de hombres consultados sobre
su felicidad y seguridad.
Voltaire acota: "Todos nosotros somos hombres iguales, pero
no somos miembros iguales de la sociedad".
La idea de la República estaba ya en el aire para algunos pen-
sadores como Rousseau y Diderot, o bajo la forma de Monarquía
Constitucional para otros, como Montesquieu y Voltaire.
Sin embargo, el poder vigilaba para ejercer un control efi-
caz sobre las ideas. El Estado mantenía "una serie de subsidios
sensibles", y de ellos solo nueve eran para la Enciclopedia. Ésta
fue quemada en la plaza pública y el Espíritu de las Leyes de
Montesquieu fue a dar al "índice" . En síntesis, sucedió algo pa-
recido a lo que Beaumarchais le hacía decir a Fígaro:
Esperemos que no se hable ni de la autoridad, ni del culto, ni
de la política, ni de la moral, ni de la gente que ocupa puestos re-
levantes, ni de los cuerpos en venta (prostitutas ), ni de la ópera,
ni de otros espectáculos, ni de las personas que tienen cualquier
cosa; todo se puede publicar libremente, bajo la inspección de
dos o tres censores.
Ahora bien, al mismo tiempo ocurría la segunda Revolución
Industrial, que impulsó el desarrollo de lo que en esa época se
llamaban las fábricas; se multiplicaron tanto los productos en
oferta como los consumidores potenciales y se produjo un in-
menso desplazamiento de la población: la proletarización de los
campesinos que se dirigían a las ciudades, los cuales finalmente
Jacques Lafouge 19
11. LAICISMO VIVO
también se convertieron en consumidores.
Mientras se denunciaban las injusticias y se reconocía el va-
lor del trabajo, como consecuencia lógica se reclamaba también
la abolición de los privilegios atribuidos a la nobleza y al clero.
Rousseau dice al respecto: "Todos quieren que las condiciones
sean iguales para todos, y que la justicia no sea más que igual-
dad". Sin embargo, hay que señalar que aquello no se considera
ni siquiera como tema para la "trata de negros". La Enciclopedia
condena sin apelaciones:
Un negocio que viole la religión, la moral, las leyes naturales
y todos los derechos de la naturaleza humana (...) que las co-
lonias europeas deban ser destruidas antes de que causen más
desgracias. (...) Es ir contra los derechos de la gente y contra la
naturaleza, creer que la religión cristiana da a aquellos que la
profesan el derecho a reducir a la servidumbre a aquellos que no
la profesan.
Observemos sobre este punto que las órdenes religiosas, co-
mo los jesuitas, por ejemplo, eran grandes consumidores de es-
clavos y que la conversión de los esclavos al catolicismo no les
hacía hombres libres.
Más allá de la lucha contra el absolutismo real y sus barreras
frente al desarrollo económico, que impedían la marcha hacia el
progreso, los ataques fueron violentos contra el fanatismo y la
dominación del clero, y en ello convergían todos los autores de
la Iluminación. Estos pensadores se referían con virulencia a los
dogmas incompatibles con la razón, a los ritos que destruían a
los hombres, y al clero, más preocupado del poder temporal que
de la religión.
Uglynibmvcrib irá:
Enfoquemos la mirada hacia el norte, el sur, el oriente y el oc-
cid ente del mundo, donde quiera veremos el cuchillo sagrado de
la religión levantándose sobre el pecho de mujeres, de niños y de
ancianos, de la tierra humeante de sangre de las víctimas inmo-
ladas a los falsos dioses o al Ser Supremo; no ofrecer en cualquier
LAICISMO VIVO
parte donde se extienda, el desagradable y horrible osario de la
intolerancia.
Voltaire, por su parte, manifiesta en su plegaria a Dios: "Tú
no nos has dado un corazón para odiarnos, ni manos para dego-
llarnos".
Este autor decantará, de manera natural, una evolución de
los espíritus hacia una suerte de deísmo panteísta, por el cual, 1
Dios está presente en toda la naturaleza, pero sin revelación; o
bien, hacia el ateísmo. Dios es desmontado de su pedestal de fa-
natismo e intolerancia, para convenirse en un objeto filosófico.
Contra los abusos de las religiones, Diderot, en el contexto de
su discurso filosófico, le dio un consejorRey:
Ustedes tienen, me dirán, de los filósofos y de los clérigos: los
filósofos son pobres y poco creíbles, y los clérigos son ricos y muy
peligrosos. Ustedes no tienen que preocuparse por enriquecer a
los filósofos, porque la riqueza molesta a la filosofía; su propósi-
to será, más bien, guardarlos. Ustedes quieren empobrecer a los
clérigos y deshacerse de ellos; seguramente lo van a conseguir y,
-al hacerlo, se librarán también de todas sus mentiras, que infec-
.tan a su nación y la empobrecen; ya que las naciones empobre-
cidas serán pronto degradadas, y quién querría pertenecer a un
Estado donde no hay honor que enarbolar, ni fortuna que hacer.
Vemos entonces, que Emile Combes no inventó nada cuando
confiscó las propiedades del clero.
Yo considero que a partir de ese momento es cuando se for-
mularon claramente los principios del laicismo: la separación de
las Iglesias del Estado, con la consiguiente libertad absoluta de
conciencia y de culto. La ley debe estar siempre por encima de
la fe; para ello es necesario educar a los hombres y promover un L.
espíritu crítico y el ejercicio de la razón. Es por esto que la educa-
ción debe ser fomentada.
D'Alembert dice: "El género humano debe ganar su instruc-
ción".YDiderot agrega: "La ignorancia es compartida por el esclavo
y el salvaje. La instrucción le da al hombre dignidad, y el esclavo no
Jacques Lafouge20 Jacques Lafouge 21
12. LAICISMO VIVO
tarda en sentir que no nació para la servidumbre". Reconozcamos,
de paso, que ésta será la fraseología de la Revolución: salir de la
opresión y del esclavismo, romper sus cadenas, lo que finalmente
quedará simbolizado en el "gorro frigio".
En este contexto, en su Memoria sobre la instrucción públi-
ca se le concedió a Condorcet el honor de resaltar a una escuela
pública independiente del poder religioso, durante la Asamblea
Legislativa de 1792. Esta postura retomará un siglo más tarde,
Tules Ferry. Cjákzet, igualmente, prevé que las niñas tengan
la misma instrucción que los niños; lo que constituye una preci-
Sión innovadora, en razón de que, ni los filósofos de las "Luces"
creyeron que se podrían demandar los mismos derechos para las
ciudadanas y los ciudadanos.
,.Revolución Francesa comienza por aplicar en la práctica
los principios enunciados por las "Luces". El Decreto N.. 3, del
tercer año de la Revolución dispuso que la República no pague
emolumento alguno a ningún culto. El Decreto N.. 7 del año
cuarto, prohibía las manifestaciones externas de la religión. El
Directorio (de la Revolución) decidió no asignar locales para el
etrcicio de cualquier culto, ni dar albergue a ningún ministerio
de esos mismos cultos.
¿Y luego?
Después de que todo comenzó tan bien, con la práctica de
los principios enunciados, habría de llegar un siglo de tristeza.
Napoldn I, el asesino de la libertad, comenzó por restablecer
la cl
éntlEsinc—
eim.
otodos los`clictadores cuando usurpan el poder;
ce€PSftºa flainanletiobleza y firmó un concordato con el Vaticano.
iteeró o fulVia omparado con la Restauración: Luis
Car.
•flb
.,Y la tibIller regresaron del exilio y por supuesto,
ri o'apren'aiefón ni régplaron nada (de los avances anteriores), al
'• • • • 9'contrario, -implantar9,nAl "terror blanco" y responsabilizaron a
la Luces1
de 11 Ryyólución.L
~ y
De todüdhrtnas, el endurecimiento de los ataques permi-
tió la aparición de un férreo espíritu de resistencia. A pesar de la
22 Jacques Lafouge
LAICISMO VIVO
censura y de la policía, los Republicanos de 1848 se alimentaron
de las "Luces".
La Segunda República, de vida corta, buscará el bien del pue-
blo y será violentamente anticlerical.
Napoleón III, el hombre pequeño que calzó las botas de su
tío, se dará cuenta un poco tarde, de que esas botas no le queda-
ban, y desparecerá en la Debacle de 1870.
La Comuna de París, en el curso de su breve existencia, tra-
tará en vano de retomar la llama de las "Luces", pero no tendrá
tiempo siquiera para decidir la nueva separación entre la Iglesia
y el Estado.
Habrá que esperar a que la Tercera República, denominada
"la gueuse" (ramera, meretrizrpor los clérigos, se consolide para
impulsar el nacimiento de la Ley del 9 de diciembre de 1905, que
garantizará la libertad y la tranquilidad públicas.
Es así como, en 1905, el acuerdo entre el corazón y la razón
pudo ser por fin celebrado.
Trabajo presentado en el Congreso Mundial del Libre Pensamiento, París, 5 de
julio de 2005.
"fraducción:
Cristina Moncayo Sáenz, Katya Medina Rubio, Édgar Moncayo Gallegos.
Jacques Lafouge 23
13. LA CONQUISTA DEL LAICISMO
EN EL ECUADOR
Q.-.y R...H... Jorge Núñez Sánchez M.-.M.-.
•,•
e
Jorge Núñez
Sánchez.
Historiador y
antropólogo.
Doctor en
Jurisprudencia,
Geografía
e Historia.
Catedrático
universitario y
ex-Presidente de
la Asociación de
Historiadores
Latinoamericanos
y del Caribe y ex-
Subsecretario de
Cultura. Miembro
de la Academia
Nacional de
Historia, de la Real
Academia Española
de la
Historia.
Condecoración
"Vicente
Rocafuerte" del
Congreso Nacional.
Interesados en dilucidar algunos aspectos poco conocidos del
origen y desarrollo del laicismo en nuestro país, hemos optado (
por plantearnos algunos interrogantes para los que buscaremos
respuesta en este texto.
El primero de esos interrogantes es ¿cuándo y por qué surgió (
, en nuestro país la lucha por el laicismo?
La respuesta no es fácil, pues no hay una fecha definida.
Empero, hay elementos históricos que nos permiten asegurar
con cierta certeza que los primeros rasgo deEstado__laiGQ~
manifiestan en lo 'as cs d J9111ndependencia y se concretan en los
textos constitucionales de la naciente República de Colombia.
----
Antes de ese momento, el peso de la Iglesia y de la ideofogía
eclesiástica fue tal que en la "Ionstitución Quiteña deQL31_2_,,
dictada por las ocho provincias libres del país (Quito, Ibarra,
Riobamba, Latacunga, Ambato, Riobamba, Guaranda y Alausí),
,§9 manifestaban criterios absolutamente totalitarios en materia
religiosa. Así, por ejemplo, la introducción decía:
En el nombre de Dios Todopoderoso Trino y Uno, el Pueblo
Soberano del Estado de Quito, legítimamente representado por
25
14. LAICISMO VIVO
independencia que se hallaba planteada y en pleno furor, se
enfilaba contra el gobierno colonial, pero no contra ninguna de
"las dos Majestades" imperantes en el sistema colonial, esto es, ni
contra el Rey ni contra el Papa, a los que se seguía reconociendo
como autoridades superiores del Estado quiteño.
Bastante distinto fue el sentido ideológico que tuvieron los
estatutos constitucionales de Colombia. El primero de ellos fue
la Ley Fundamental de la República de Colombia, acordada por
el Congreso de Venezuela en la ciudad de Angostura, el 17 de
diciembre de 1819, y ratificada en Cúcuta por el Congreso General
de Colombia, el 12 de julio de 1821. En ambos documentos, la
única mención religiosa que se hacía era una invocación ritual
que decía:
Nos, los representantes de los pueblos de la Nueva Granada y
Venezuela, reunidos en Congreso General, ... y considerando:
1.. Que reunidas en una sola República las Provincias deVenezuela
y de la Nueva Granada tienen todas las proporciones y medios
de elevarse al más alto grado de poder y prosperidad; (...)
2°. Que constituidas en Repúblicas separadas, por más estrechos
que sean los lazos que las unan, lejos de aprovechar tantas
ventajas llegarían difícilmente a consolidar su Soberanía', (...)
En el nombre y bajo los auspicios del Ser Supremo, hemos
venido en decretar y decretamos..."
¿Por qué ese cambio sustancial en el tratamiento del tema
religioso en el ámbito constitucional de los países independientes?
¿Por qué en vez de declaratorias absolutistas se utilizaba ahora
esa simple y escueta fórmula de mencionar al Ser Suprefflo?
La respuesta hay que hallarla, sin duda alguna, en la influencia
de las ideas liberales de la Ilustración, que se concretaran en 1789,
en la Francia revolucionaria, en la archifamosa "Declaración de
los Derechos del Hombre y del Ciudadano" y que se expresasen
ricamente un par de décadas más tarde, por parte del liberalismo
español, en las Cortes Constitucionales de Cádiz, de 1812.
Jorge Núñez Sánchez 27
LAICISMO VIVO
los Diputados de las Provincias libres que lo forman, en uso de
los imprescindibles derechos que Dios mismo como autor de
la naturaleza ha concedido a los hombres para conservar su
libertad...; deseando estrechar más fuertemente los vínculos
políticos que han reunido a estas Provincias hasta el día... y darse
una nueva forma de Gobierno análogo a su necesidad.... para
gloria de Dios y conservación de la Religión Católica, y felicidad de
estas provincias..., sanciona los siguientes artículos que formarán
en lo sucesivo la Constitución de este Estado.
Concomitantemente, en el artículo 4 se declaraba:
La Religión Católica como*
la han profesado nuestros padres,
y colno la profesa y enseña la Santa Iglesia Católica, Apostólica,
Romana, será la única religión del Estado de Quito, y de cada uno
de sus habitantes, slyolerarse otra ni permitirse la vecindad del
que no profese la Católica Romana.
A su vez, por el aurksiiilled16:serexch4de, "tener parte en el
Congreso y en los demás cuerpos de la Representación Nacional"
a "los sospechosos en materia de religión", equiparados así a los
enemigos del país, a los extranjeros, a los deudores del fisco y
a los menores de veinticinco años, que también quedaban
excluidos de ello.
En eLartículo 20, al tratarse de las garantías constitucionales,
se consagraba la libertad de pensamiento, hablada o escrita,
l
i
nj
e
zzgusw.g le tratara de "materia de Religión".
Finalmente, por el artículo 53 se reglamentaba la asistencia
de las altas autoridades del Estado a la Iglesia y se señalaba
) '—'su presencia obligatoria en las "fiestas juradas y de tabla", así
') como en la Navidad, Jueves Santo, Corpus y el Diez de Agosto,
aniversario de la libertad.
Todo esto revela, pues, el profundo sentido eclesiástico que
prevalecía en los conceptos políticos de los Padres de la Patria
y que los llevaba a consagrar, en los textos constitucionales del
naciente Estado quiteño, la antigua y oscurantista intolerancia
religiosa de la época colonial. Revela también que la gúerra de
26 Jorge Núñez Sánchez
15. LAICISMO VIVO
EL CONFLICTO ENTRE EL ESTADO REPUBLICANO Y LA IGLESIA
f
Inevitablemente, el aparecimiento del Estado republicano como
una institución nueva y poderosa, de carácter político-militar,
debía generar y generó choques con la otra gran institución
histórica del país, que fungía como única heredera del sistema
colonial: la Iglesia. Durante tres siglos, ésta había sido parte
sustantiva del andamiaje de poder colonial y sus funciones
traspasaban largamente el campo estrictamente religioso para
alcanzar otros ámbitos propios de la autoridad pública: el
juzgamiento de delitos, el cobro de tributos, la educación y la
colonización de territorios.
En verdad, ese enorme poder empezó a ser recortado por
el mismo Estado monárquico, que, en la época del despotismo
ilustrado, impuso el Patronato Regio sobre la Iglesia y exigió la
sumisión de ésta al poder real.
Luego, al producirse la guerra de independencia, las jerarquías
eclesiásticasTel alió clero optaron mayoritariamente por la
afensa de la monarquía y del sistema colonial, aunque buena
Parte del bajo clero, más próximo a los sectores populares, plegó
a la causa patriótica. Ello produjo graves enfrentamientos entre
los jerarcas de la Iglesia y los líderes militares del bando patriota.
En el caso de nuestro país, fue durísimo el enfrentamiento del
general Sucre, nombrado primer Intendente del Departamento
de Quito, con el obispo de la capital, Leonardo Santander y
Villavicencio, quien se resistió a acatar las disposiciones políticas
de la autoridad republicana, exasperando con ello al manso y
tolerante Sucre, que llegó a amenazar con tirar por la ventana a
ese obispo enemigo de la independencia. Por su parte, Bolívar
se burlaba de las autoridades religiosas de Bogotá, que lo habían
excomulgado antes de la batalla de Boyacá y que luego del triunfo
lo alabaron e hicieron entrar bajo palio en la ciudad.
En gran medida, fueron esas experiencias las que
determinaron la imposición del Patronato Estatál sobre la Iglesia,
28 Jorge Núñez Sánchez
LAICISMO VIVO
como una reivindicación de los atributos que antes tuviera el
Estado español. Además, con esta medida el Estado republicano
buscaba demostrar su soberanía absoluta y marcar su hegemonía
sobre cualquier otra institución existente en el país. De este
modo, cuando el obispo de Mérida, Venezuela, monseñor Lasso
de la Vega, se resistió en 1824 a ciertas disposiciones del senado
colombiano, el congreso de Colombia emitió la Ley del 28 de
julio del mismo año, sobre derechos patronales, que rezaba:
Art. 1.. La República de Colombia debe continuar en el ejercicio
del derecho de Patronato que los Reyes de España tuvieron
en las Iglesias metropolitanas, catedrales y parroquiales
de esta parte de América.
Art. 2.. Es un deber de la República de Colombia y su Gobierno,
sostener este derecho y reclamar de la Silla Apostólica que
en nada se varíe ni innove, y el Poder Ejecutivo, bajo este
principio, celebrará con Su Santidad un Concordato que
asegure para siempre irrevocablemente esta prerrogativa
de la República".
En uso de sus atribuciones de patrono eclesiástico, el
gobierno grancolombiano eliminó por decreto ejecutivo a las
Comisarías de la Inquisición existentes en el país y prohibió la
censura eclesiástica a la publicación o importación de libros.
Más tarde, obedeciendo los mandatos del Congreso de Cúcuta,
el gobierno tomó varias otras medidas de reforma eclesiástica:
decretó la supresión de conventos con menos de diez religiosos;
amplió el patronato estatal sobre la Iglesia; fijó en veinticinco
arios la edad mínima para profesar como religiosos; suspendió el
nombramiento de prebendas eclesiásticas vacantes, en beneficio
del erario nacional; liberó del pago del diezmo eclesiástico a los
nuevos cultivos y plantaciones del país, y reguló el cobro de
derechos eclesiásticos, en busca de eliminar abusos contra la
ciudadanía.
Fue así como el naciente Estado republicano buscó refrenar a
Jorge Núñez Sánchez 29
16. LAICISMO VIVO LAICISMO VIVO
una Iglesia opulenta, intolerante y fundamentalista, que pretendía
continuar manteniendo su antigua hegemonía ideológica sobre
la sociedad, así como el sistema socio-económico heredado de
la colonia, que la beneficiaban largamente. Precisamente en
nombre de esos intereses, la Iglesia se oponía sistemáticamente a
todo cambio que procurase la democratización y modernización
del país o que consagrase la libertad de pensamiento.
ZulgIe,sia decimonónica venía de ser uno de los beneficiarios
fundamentales del sistema colonial. Sus propiedades rústicas —
obtenidas generalmente mediante coacción moral a los enfermos
y moribundos— cubrían gran parte del territorio nacional, al
mismo tiempo que sus capitales, de parecido origen, financiaban
a muchas haciendas y negocios de la oligarquía terrateniente.
'también poseía un monopolio ideológico casi total, puesto
41k,
que abarcaba desde el control de la educación básica hasta las
orientaciones de la política. Organizada desde siglos atrás como
el poder espiritual del sistema colonial, lz.íglesia se veía a sí misma
como el único e indispensable referente moral de los pueblos, a
los que concebía como masas inmaduras y peligrosas, siempre
expuestas a la degradación moral y a la anarquía política.
Esas ideas básicas (la intrínseca superioridad moral de
la Iglesia y la peligrosidad potencial del pueblo) abarcan
prácticamente todo el discurso eclesiástico del siglo XIX
republicano, que muy poco se diferencia de su similar colonial.
Y ellas explican en gran medida esa preocupación del clero por
inmiscuirse en todos los ámbitos de la vida política republicana,
donde nuevos actores sociales y políticos —tales como los
caudillormilitares, los pensadores ilustrados o los líderes de la
burguesía comercial— le disputaban la orientación y control de
las masas populares. Si a esto sumamos el deseo de defender
sus grandes intereses terrenales (bienes, rentas, diezmos, etc.),
que ella creía amenazados por los poderes republicanos, se
explica todavía de mejor manera esa intromisión general del
clero en la política contingenie, que lo llevó a buscar el control
30 Jorge Núñez Sánchez
de los resortes básicos del sistema electoral y aun a estimular
la participación directa de sus miembros como candidatos del
conservador "Partido Nacional".
LA CONQUISTA DE LA LIBERTAD DE IMPRENTA
Frente a esa Iglesia fundamentalista y totalitaria, se levantaron
fuerzas republicanas que deseaban promover el derecho
ciudadano a la libre expresión de las ideas por medio de la
imprenta. Y los masones écuatoriánóS tiMeton en ello un papel
de primera linea.
Hasta ese momento, el país solo había tenido una imprenta,
traída en 1755 por los jesuitas y establecida primero en Ambato
y luego en Quito (1760). Fue utilizada por la curia, las órdenes
religiosas y el gobierno colonial para difundir sermones, oraciones,
pastorales, vidas de santos y alguno que otro asunto oficial o
cívico. Más tarde, en esa imprenta se publicó el afamado periódico
"Primicias de la Cultura de Quito", editado por Eugenio Espejo.
Fue recién en abril de 1821 cuando se importó la segunda
imprenta al país, por iniciativa de la Junta de Gobierno de
Guayaquil independiente (formada por miembros de la logia
"Estrella de Guayaquil") y en especial del vocal Francisco María
Roca, que fue también el principal aportante para su compra. En
esta imprenta comenzó a publicarse casi de inmediato el notable
periódico "El Patriota de Guayaquil". El sentido que para sus
adquirentes tenía la posesión de esta imprenta fue revelado por
el redactor jefe de aquel primer periódico porteño, en su edición
inicial:
Uno de los mayores bienes de la sociedad es el poder que
cada hombre tiene de manifestar libremente su opinión a sus
conciudadanos, comunicándose mutuamente sus conocimientos;
combatir los vicios o defectos de sus gobiernos y censurar y contener
la conducta de los malvados. (...) Preparado está el triunfo de la
razón y la filosofía; y la humanidad quedará vengada.
Jorge Núñez Sánchez 31
17. LAICISMO. VIVO
Unos meses más tarde, a comienzos de noviembre de
1821, la Junta de Gobierno guayaquileña emitió finalmente
el "Reglamento de Imprenta" que debía regir en adelante. Su
mandato fundamental decía:
lo. Todo individuo puede publicar libremente sus pensamientos
sin previa censura ni aprobación, con solo el requisito de dar
su firma al editor.
La tercera imprenta fue adquirida en 1826 por la
Municipalidad de Guayaquil, que para el efecto solicitó y obtuvo
ayuda del poder ejecutivo de Colombia. Una cuarta imprenta fue
traída al país por Vicente Rocafuerte en 1833 e instalada en la isla
Puná, durante la "Revolución de los Chihuahuas", con el objeto
de combatir políticamente al gobierno del general Flores. Y una
quinta imprenta llegó al país en 1839, por cuenta del doctor Luis
Fernando Vivero, y fue instalada también en Guayaquil; en ella se
publicó, a partir de junio de aquel año, el periódico mensual "El
Chanduy", redactado por el mismo doctor Vivero.
Esas imprentas instaladas en el puerto, por iniciativa de
los masones guayaquileños, fueron el punto de partida para la
conquista de la libertad de expresión en la república del Ecuador.
Por medio de ellas y de los varios periódicos que salieron de sus
prensas, los hombres de pensamiento libre ejercitaron sus dotes
intelectuales para promover el progreso nacional, defender los
derechos ciudadanos y criticar altivamente los errores o abusos
del poder.
Luego, otras imprentas fueron instaladas en el resto del país
por iniciativa de los masones, con el fin de contribuir a la libre
expresión pública de las ideas alternativas. Una de ellas fue la
de la "Sociedad del Quiteño Libre", expresión pública de una
logia masónica del mismo nombre que existía en la capital desde
la época colombiana y que integraba a jóvenes profesionales,
estudiantes y militares progresistas, en su mayoría procedentes
de la pequeña burguesía urbana.
32 Jorge Núñez Sánchez
LAICISMO VIVO
'VICENTE ROCAFUERTE Y LA SOBERANÍA REPUBLICANA
Tras la primera guerra civil del país, los líderes de los bandos
enfrentados llegaron a un acuerdo de sucesión en el poder y
una nueva Constituyente se reunió en Ambato, en 1835. Estaba
integrada por una mayoría de diputados del bando terrateniente,
que por lo mismo eran adictos a Flores. En ella, fue nombrado
Presidente Constitucional el doctor Vicente Rocafuerte, hasta
entonces Jefe Supremo del país, y el general Flores se hizo
designar Jefe Vitalicio del Ejército, para cuidar del cumplimiento
cabal del acuerdo de sucesión presidencial. Y fue precisamente
ante este foro, donde se congregaban los representantes del poder
económico y social del país, que Rocafuerte tuvo la valentía de
denunciar el carácter de la república oligárquica fundada cinco
años antes, diciendo:
¿Existe entre nosotros esa pura moral de la que nace el
espíritu público? Es duro decirlo, pero es preciso confesar que
no. ¿Estamos a nivel de las luces del siglo? No. ¿Hay comodidad,
desahogo o instrucción en la masa del pueblo? No. Luego faltan
los fundamentos en que debe apoyarse el edificio democrático...
La Constitución del año 30... presenta raras anomalías. Al lado
de las declaraciones de soberanía del pueblo, de la creación de
un cuerpo legislativo, de la distribución de los poderes, de la
libertad de imprenta, y otras semejantes, que son puramente
democráticas, están la intolerancia de otros cultos fuera del
romano, el reconocimiento de fueros privilegiados, el pupilaje de
los indígenas, y el statu quo de los establecimientos eclesiásticos y
monacales, que han consagrado nuestras leyes coloniales. ¿Puede
existir la democracia en medio de tales contradicciones...?
Ya instalado en el mando de la república, Rocafuerte hizo
un gobierno duro, pero honesto y civilizador, siguiendo el viejo
modelo del despotismo ilustrado. Estaba convencido de que en
el país no había opinión ciudadana y de que ésta debía ser creada
Jorge Núñez Sánchez 33
18. LAICISMO VIVO
por medio de la educación pública, para que la nación pudiera
liberarse algún día de la herencia feudal y clerical proveniente de
la colonia. Su primer interés fue fomentar la educación nacional
y contó para ello con la activa colaboración de otro destacado
liberal: el doctor José Fernández Salvador.
Una simple enumeración de sus principales acciones
nos permite apreciar que su labor fue sin duda ambiciosa y
cpnstituyó un primer avance hacia el anhelado horizonte de
laicismo: r‘stableció las escuelas lancasteriams creadas en la
época colombiana; creó escuelas y colegios para niñas, para lo
cual reorganizó el antiguo Beaterio para mujeres descarriadas,
trajo de Chile a un gran pedagogo, el Sr. Weelwright, mreó una
escuela de obstetricia para mujeres; secularizó y dio apoyo oficial
al antiguo Colegio de San Fernando, arruinado por el mal manejo
de los frailes dominicos; creó un instituto agrario, con el fin de
tecnificar la producción agropecuaria del país; estableció un
colegio militar, en busca de profesionalizar a la milicia y elevar
de este modo su compromiso con la nación, disminuyendo su
ignorancia y su fidelidad al caudillismo; restableció la Escuela
Náutica creada en la época colombiana, con el fin de tecnificar
a la marina mercante y de guerra; creó un anfiteatro anatómico,
útil a los estudios científicos de la medicina; wodernizó la
Biblioteca Nacional; fundó el primer museo de Bellas Artes y
creó en la Universidad Central una cátedra de pintura, para dar
continuidad a la tradición pictórica quiteña.
Obviamente, todo esto constituía una suerte de revolución
cultural, que afectaba a la modorra colonial superviviente y al
monopolio ideológico de la Iglesia, y por eso se ganó la resistencia
de la clerecía y el beaterío, que le hicieron guerra subterránea
y también pública, acusándole de pretender acabar con la
eatiFación cristiana para corromper a la juventud y beneficiar a
los herejes.
Otra preocupación fundamental del presidente Rocafuerte
fue la de arreglar la deuda interna del Estado, hasta entonces
Jorge Núñez Sánchez
LAICISMO VIVO
manejada torpe y corruptamente por las autoridades, con
el único objetivo de beneficiar a los agiotistas privados y en
especial a la Iglesia y las órdenes religiosas, que encabezaban la
labor usuraria. Por otra parte, también buscó aliviar las pesadas
deudas que gravaban a las haciendas y empresas productivas,
mediante el mecanismo de asumir el Estado el pago de los
intereses correspondientes. Claro está, todas estas acciones
debilitaban el poder que los agiotistas y el clero tenían sobre la
hacienda pública y privada, y fortalecían la presencia reguladora
del Estado nacional, por lo cual fueron resistidas por los usureros,
que inclusive montaron conspiraciones en contra del gobierno
de la república.
Esa resistencia combinada del poder terrateniente y de la
Iglesia a la afirmación del naciente Estado republicano, fue
denunciada con toda frontalidad y energía por el presidente
Rocafuerte en su revelador mensaje al Congreso ordinario de 1837,
que por su importancia citamos en extenso. Dijo entonces:
Como verdadero ecuatoriano se encoge de pena mi corazón
al verme en el congojoso apuro de confesar, que estamos muy
atrasados en la carrera de la civilización La razón del pueblo
es la seguridad del orden; pero si esta razón, lejos de ser cultivada,
está oscurecida por la superstición, entorpecida por una especie de
esclavitud feudal, y paralizada por hábitos arraigados de inercia y
abatimiento, es lo mismo que si no existiera...
Los gobiernos son para las naciones y no las naciones para
los gobiernos; por no haber atendido suficientemente a este
principio, nuestras instituciones no están en consonancia con
nuestras costumbres coloniales; con los restos de una aristocracia
que funda su mérito en antiguos pergaminos; con los intereses
de un clero que no carece de miembros educados en las máximas
de la Inquisición; con la ausencia de la justicia, que se pierde en
el laberinto de nuestra confusa legislación, compuesta de leyes
góticas, españolas, colombianas y ecuatorianas; con la carencia
de estudios formales en los diversos ramos científicos, de donde
Jorge Núñez Sánchez
35
)
J
T)
34
19. LAICISMO VIVO
resulta una escasez notable de luces y una falta irreparable de
patriotas ilustrados en toda la extensión de la República.
En medio de tantos obstáculos ¿cómo puede la civilización
seguir un curso majestuoso? De esta nueva lucha entre las opiniones
monárquicas y las republicanas, se ha formado una nueva
combinación política, peculiar a estos climas, y es una oligarquía
dominadora, algo parecida a la aristocracia de Venecia, que ha
reemplazado la tiranía española, y que cubierta con el manto de
la libertad se interesa en tener a la mayoría del pueblo sujeta a la
gleba; proclama la igualdad, y continúa la desigual contribución
de indígenas; se jacta de dar libre curso a la industria, y la
encadena con monopolios; se manifiesta admiradora del sistema
liberal, y lo contraría, esforzándose en perpetuar los anteriores
abusos políticos, religiosos, forenses y comerciales.
Durante el gobierno de Rocafuerte se produjo otro choque
frontal entre la Masonería y la Iglesia, con motivo de un acto de
tipo inquisitorial que la curia cuencana efectuara en abril de 1835,
contra el periódico "El Ecuatoriano del Guayas", a causa de éste
haber publicado y comentado favorablemente el artículo 12 del
decreto de convocatoria a la Asamblea Constituyente de aquel
ario, que prohibía fueran electores o diputados "los eclesiásticos
con jurisdicción y los párrocos". El caso fue que el presbítero
Mariano Vintimilla, vicario capitular del obispado de Cuenca, al
que pertenecía Guayaquil, acusó al diario y a sus redactores de
"atacar abiertamente la inmunidad eclesiástica y los dogmas de
nuestra Santa Fe", por lo que pasó los escritos a un tribunal de
censura eclesiástica, que los condenó con razones como éstas:
(El) artículo que excluye a los curas de la representación
nacional, dice:
10. "El derecho de adorar a Dios, según el dictamen de
conciencia':- Esta proposición es opuesta a la unidad de
la religión revelada, y tiende directamente a la tolerancia
teológica.
LAICISMO VIVO
2°. "La religión está siempre separada del gobierno en los
países bien organizados':- Esta sabe a herejía, es errónea y
cismática e injuriosa a los gobiernos católicos.
3°. "El clero debe estar separadamente del Estado':-
Proposición subversiva e injuriosa a las potestades civil y
eclesiástica.
A partir de tales consideraciones, el vicario Vintimilla expidió
"excomunión mayor contra todos los que lean, oigan leer y
retengan en su poder los impresos titulados El Ecuatoriano del
Guayas", mandando que tal edicto se publicara y fijara en las
puertas de iglesias y casas parroquiales del distrito. Pero ese abuso
eclesiástico provocó la fulminante reacción del Jefe Supremo
Rocafuerte, quien, en defensa de las garantías constitucionales
y la libertad de imprenta, suspendió esa censura eclesiástica,
removió de su cargo al vicario capitular del Azuay y dispuso su
expulsión del país, a la vez que amonestó severamente a los
presbíteros Andrés Villamagán, Julián Antonio Álvarez, José
Mejía, Evaristo Nieto, Manuel Cortázar y Vicente Solano, por
haber actuado "a manera de inquisidores" y cometido "un hecho
tan atentatorio a las libertades públicas (...)"
La vigorosa actitud de Rocafuerte reivindicó la autoridad
soberana del Estado, ratificó la vigencia de las libertades
ciudadanas y refrenó por un tiempo la vocación absolutista e
intolerante de una parte del clero ecuatoriano, que pretendía
seguir actuando en la república con los mismos procedimientos
inquisitoriales de la época colonial.
E u último mensaje al Congreso Nacional, el 15 de enero
de 1839, Rocafuerte destacó la necesidad de avanzar hacia el
establecimiento de un Estado laico, mediante la implantación
plena de la tolerancia religiosa:
La tolerancia de cultos es el dogma de las sociedades modernas
y los pueblos de América que se niegan a adoptarla, pueden
resignarse a perpetuar la inmoralidad y la miseria en que están
Jorge Núñez Sánchez Jorge Núñez Sánchez
3736
20. LAICISMO VIVO
sumidos. (...) El tiempo irá descubriendo que la libertad política
no puede existir sin la religiosa, que el buen orden social exige
que haya inteligencia y armonía entre la política y la religión4 El
deber que impone la Constitución a los gobernantes, de proteger
la seguridad, la propiedad, la libertad y la igualdad envuelve
implícitamente la obligación de conceder a los ciudadanos el
ejercicio de cualquier culto público, y por consiguiente, el de
establecer la tolerancia religiosa. Ella está igualmente introducida
por el Derecho de Gentes. (...)
Yo bien sé que los hombres ilusos y poco versados en materia
de colonización, de Gobierno y de ciencias morales, califican la
libertad de cultos de herejía, de impiedad, de ataque directo al
cristianismo y de crimen horrendo contra la Religión; empero,
la elevación de mi posición social exige este nuevo esfuerzo de
patriotismo en favor del principio de tolerancia, del que estoy
convencido depende, en gran parte, la futura prosperidad de la
República.
Por desgracia para el país, el Congreso nacional estaba
dominado por clérigos y terratenientes fanáticos e hizo caso
omiso de esta inteligente propuesta de Rocafuerte, que, de
haber sido aceptada, le habría ahorrado a la república males tan
grandes como nuevas guerras civiles y frecuentes persecuciones
político-religiosas. Obviamente, ni la estructura social del país ni
su nivel civilizatorio estaban preparados para dar un paso tan
grande hacia la modernidad y la democracia. Al contrario, el
conflicto religioso siguió alimentando los debates ideológicos,
agriando las relaciones entre el Estado y la iglesia y enervando el
espíritu de los ecuatorianos.
UNA PRIMAVERA DE LIBERTAD
Un nuevo momento favorable para lasideasp_Logesistasstprodujo
a partir de la revolución marcista de 1845. Esta transformación,
38 Jorge Núñez Sánchez
LAICISMO VIVO
al exaltar un espíritu patriótico y de autoafirmación nacional,
-
ábrió-espacios_pafa que floreciera una primavera de libertad. Los
sr--
-
lectores-
Más avanzados de la sociedad ecuatoriananr-ya
1 juventud, encOntraron en ella la oportunidad para expresar
moibiertamente sus ideas de progreso y renovación social y para
lanzarse-
a láhúsc—
Ilrfeda de una auténtica cultura nacional, dejando
atráálls-
ortfiffla herencia de los tiempos coloniales.
(
Obviamente, ellQimplicaba enfrentar a los herederos políticos
ymentales del antiguo régimen y en especial a la Iglesia, que
dos décadas después de la independencia de Hispanoamérica
seguía negándose a reconocer los principios esenciales del poder
republicano, tales como la soberanía popular, la separación
de poderes o la libre elección de los magistrados. Al decir del
historiador jesuita José María le Gohuir, en este período"las ideas
avanzadas comenzaron a propalarse entre el pueblo, socavando
así el principio de autoridad, el amor al orden, las bases de la
moral cristiana y los fundamentos de la religión':
Por su parte, el nuevo régimen, de corte liberal y nacionalista,
contribuyó a afianzar esa búsqueda de nuevos rumbos sociales
y culturales. Un asunto clave en ese sentido fue la implantación
de la instrucción primaria gratuita, por la Convención Nacional
de 1853, en busca de crear las bases para una nueva y ampliada
ciudadanía, que fuera el sostén de la soberanía popular y la
independencia nacional. Igual sentido tuvo la Ley de Libertad
de Estudios, del mismo ario, que permitía la presentación
de exámenes sin haber asistido a las aulas, para facilitar la
legalización de los estudios privados, que se habían popularizado
en el país ante la falta de suficientes escuelas y colegios.
Es necesario reconocer que en el país seguía prevaleciendo,
casi sin cambios, la estructura económico-social heredada de
la colonia. Es más, esa estructura se había fortalecido en gran
medida con el control del poder político republicano por parte
de las elites criollas. Así, las haciendas iban creciendo a costa de
los resguardos y tierras comunales, ahora que ya no existían los
Jorge Núñez Sánchez 39
21. LAICISMO VIVO
antiguos mecanismos coloniales de protección a los indios. Y
muchos jefes militares de la independencia, con Juan José Flores
a la cabeza, lograron constituir grandes latifundios por este y
otros medios ilícitos. Pero no es menos cierto que iba aflorando
una nueva mentalidad cultural y política, especialmente entre
los jóvenes letrados, que soñaban con desarrollar una república
más moderna, democrática y justa.
Una cuestión poco visible, pero de la mayor significación, fue
el trastrocamiento de los personajes simbólicos de la historia y la
historiografía, como efecto inmediato e inevitable de las guerras
y revoluciones, que, con su huracán de violencia, impactan
profundamente en la conciencia colectiva de los pueblos y
recrean el imaginario colectivo.
En el caso de la prolongada y sangrienta guerra de
independencia, ella produjo numerosos héroes y mártires,
que, como necesaria consecuencia ideológica, vinieron a
sustituir a los santos coloniales en el renovado altar patriótico.
Complementariamente, esto produjo otras formas de innovación
cultural y una de ellas fue la relativamente pronta reorientación
de la percepción histórica y de los estudios sobre el pasado, con
lo cual una novedosa crónica político-militar prácticamente
desterró a la crónica religiosa y a las historias de las vidas de los
santos. Ahí se originó también el "arte heroico", que simbolizó
en los héroes y mártires de la independencia a los arquetipos
del ser nacional y la vida republicana, del mismo modo que las
imágenes de los santos habían simbolizado el modelo de vida de
la época colonial.
Desde luego, durantvl primer siglo republicano siguieron
haciéndose esculturas y pinturas de temática religiosa, pero
ClIa vez menos por motivación del propio artista y cada vez
más por encargo, puesto que el nuevo horizonte cultural estaba
dominado cada vez más por la temática del "arte heroico", que
posteriormente, por el mismo impulso nacionalista y la influencia
del romanticismo, sirvió de base al desarrollo de una temática
LAICISMO VIVO
naturalista, centrada en el paisaje, las costumbres sociales y los
tipos humanos del pueblo.
Como se puede apreciar, el fenómeno de cambio iba más allá
de la temática de las obras y apuntaba a una renovación ideológica
del arte y los artistas. Hasta entonces, el arte había estado bajo la
motivación, tutela y financiamiento de la Iglesia y sus entidades
adicionales (órdenes y hermandades religiosas, feligresía). Pero
desde entonces encontró nuevos motivos de inspiración, nuevos
poderes tutelares y nueva clientela artística alrededor de las
entidades y autoridades republicanas. Eso permitió qué el.
arte
y los artistas pudieran liberarse progresivamente de la tutela
eclesiástica y ensayar la búsqueda de una ideología más abierta
y propicia a su creación intelectual.
Más tarde, ese fenómeno se expresó públicamente con
la constitución de la Escuela Democrática de Arte "Miguel de
Santiago", el 31 de enero de 1852 y con noventa y dos socios, todos
ellos artesanos y artistas, cultores de la pintura, la escultura y la
música. Aunque la finalidad explícita de la nueva entidad era
mejorar la formación técnico-académica de sus miembros, en
realidad su acción apuntaba a combatir el viejo espíritu colonial
superviviente y apuntalar el emergente espíritu republicano. Por
eso, su pensum de estudios abarcaba cuestiones tan aparentemente
desconectadas como "cultivar el arte del dibujo, la Constitución
de la república y los principales elementos de Derecho Público".
Uno de los principales animadores de esta escuela fue su
vicepresidente, el pintor, caricaturista, pianista y compositor
Juan Agustín Guerrero, quien fuera además un adalid de las
ideas progresistas -(era públicamente conocido como masón)
y un insurgente cultural, que se empeñó en rescatar las raíces
indígenas de la cultura ecuatoriana, en retratar a los personajes
populares con sus oficios y actitudes, y en ironizar sobre la vida
urbana por medio de la caricatura.
Siguiendo el ejemplo de este maestro, algunos de sus
discípulos iniciaron el rescate y valoración de la música
40 Jorge Núñez Sánchez Jorge Núñez Sánchez 41
22. LAICISMO VIVO
folklórica ecuatoriana y particularmente de los ritmos andinos,
tanto indígenas como mestizos. Otros alumnos destacados de
esa primera Sociedad Democrática fueron los pintores Joaquín
Pinto, Juan Manosalvas, Luis Cadena y Rafael Troya, que
culminaron aquel esfuerzo de renovación artística y acabaron por
nacionalizar el arte ecuatoriano, vinculándolo definitivamente a
las realidades naturales y sociales del país.
Por la misma época, se constituyeron también en Quito
otras dos Sociedades Democráticas: la "Sociedad de Ilustración"
y la "Sociedad Hipocrática". La primera estaba conformada
por jóvenes intelectuales de diversa especialidad, estudiantes
universitarios y gentes letradas, y su objeto era promover la
educación general del pueblo y en especial la educación política
de los ciudadanos, pues consideraba que la ignorancia era la
base de la inacción y el fanatismo. Su presidente, Juan Francisco
Gómez de la Torre, proclamaba:
Aunque los retrógrados maldigan y se irriten, los jóvenes de la
Sociedad de Ilustración mantendremos en continuo movimiento
el pensamiento regenerador. No nos intimidaremos porque se nos
diga que al indicar una reforma abrimos un volcán a nuestros
pies. (...) Tampoco nos atemorizan los alaridos desesperantes
del floreano; combatiremos su secta (...). Para el combate no se
necesita más que de valor, y para el triunfo, la justicia de la causa
que se defiende. Nunca aplazaremos los momentos favorables que
se presenten para luchar con(tra) todos aquellos que quieran su
elevación destruyendo los derechos del pueblo...
A su vez, la Sociedad Hipocrática estaba integrada por
médicos, estudiantes de medicina y auxiliares, y tenía por
finalidad desarrollar la ciencia médica y utilizarla al servicio de
los más necesitados. Como afirmara su presidente, doctor Rafael
Barahona:
La Sociedad Hipocrática trabaja por emancipar a la medicina
de esa vieja rutina en que ha gemido, y por encarrilarla por el
42 Jorge Núñez Sánchez
LAICISMO VIVO
sendero de los descubrimientos. Procurará demostrar que un
método universal, además de ser quimérico, es extravagante
y exótico, y que el clima, los alimentos, las costumbres, etc.,
constituyen el sistema higiénico de un país. Y para conseguir los
resultados a que se dirijan nuestros esfuerzos, aguardamos de
los sentimientos filantrópicos del gobierno, que... se empeñe en
fomentar la salubridad pública, como el bien más positivo de la
doliente humanidad...
Naturalmente, la emergencia de estas sociedades, en
las que bullía el pensamiento liberal y se manifestaban los
primeros atisbos de socialismo utópico, inquietó grandemente
a las entidades del viejo régimen, en particular a la Iglesia, que
las combatió desde los púlpitos, acusándolas de ser clubes
revolucionarios empeñados en la disolución social. Ello motivó
la respuesta de los acusados, que manifestaron:
La existencia de las Sociedades Democráticas es la prueba
incontestable de que el espíritu democrático es el espíritu del siglo,
y que el pretender contenerlo es un delirio. (...) Ellas se conservan
y marchan impertérritas, porque los principios son su norte,
la igualdad su divisa, la fraternidad el vínculo de su unión, la
libertad el ídolo de su culto y el progreso el fin que se han propuesto
conseguir bajo el amparo de un gobierno filantrópico, que anhela
por la felicidad de la Patria y el bienestar de los ciudadanos. De
esta verdad solo aparentan dudar ciertos hombres inspirados por
el genio del mal, porque las Sociedades Democráticas, francas en
todos sus actos, se hallan exhibidas todos los días: sus reglamentos
no se ocultan como las mónitas (jesuitas), sus sesiones son
públicas, y la honrosa ocupación de cada uno de sus miembros es
bien conocida.
También hubo otras expresiones de defensa de estas
organizaciones. Un escritor apuntó, dirigiéndose al bando
floreano superviviente:
Jorge Núñez Sánchez 43
O.", .1•••/•.,
23. LAICISMO VIVO
Las Sociedades Democráticas han fijado el límite de donde
no pasaréis: han opuesto la soberanía a la usurpación, la
libertad a la tiranía, la igualdad a la opresión, la fraternidad al
exclusivismo. He ahí el límite entre vosotros y el pueblo. ¿Tenéis
púlpitos para fascinar al pueblo? El pueblo tiene tribunas para
ilustrarse. ¿Tenéis predicadores jenízaros que inculquen en el
pueblo las doctrinas de la servidumbre? El pueblo tiene oradores
verdaderamente religiosos y tiene también artesanos y jóvenes
patricios que predican el dogma de la libertad.
Los MASONES ANTE LA TIRANÍA GARCIANA
Otro momento de lucha en defensa de las libertades públicas
que condujeran a un horizonte de laicismo se produjo en el
período 1860-1875, cuando, bajo el liderazgo de Gabriel García
Moreno, se implantó un Estado oligárquico todavía más sombrío
que el anterior. En efecto, la Iglesia y la aristocracia terrateniente
se aliaron para instituir en el Ecuador una suerte de "teocracia"
medieval, presidida por un tirano ilustrado pero implacable y
cruel. En el ámbito de las libertades ciudadanas, fue sin duda la
época más sombría de la república.
En lo interior, a la par que se efectuaban importantes
obras públicas, se estimulaba el progreso material del país, se
reducían los gastos militares y se moralizaba la administración,
se conculcaron de hecho y de derecho las libertades públicas
que con tanto esfuerzo habían sido conquistadas desde la
independencia. Por mandato constitucional, la Iglesia católica
fue reconocida como religión oficial del Estado "con exclusión de
cualquiera otra". La educación pública fue entregada enteramente
a las comunidades religiosas, en su mayoría traídas expresamente
con ese fin. Jugosas rentas nacionales fueron entregadas al clero.
El ejército fue puesto bajo el control ideológico de capellanes
castrenses, que tenían tanta autoridad como los jefes militares
y aun podían ordenar castigos contra oficiales o soldados que
44 Jorge Núñez Sánchez
LAICISMO VIVO
no asistieran cumplidamente a los servicios religiosos. En fin,
como culminación de ese proceso de degradación republicana,
el Ecuador fue consagrado oficialmente al Corazón de Jesús, lo
que no impidió que, en ciertas ocasiones, el tirano ofendiera,
apresara o desterrara a obispos y sacerdotes que de algún modo
no se hubieran plegado a sus designios o caprichos.
Un gran atentado contra la libertad fue la supresión de los
fondos destinados a la manumisión de los esclavos, acción
gubernamental que más tarde fue complementada por un
decreto garciano del 26 de diciembre de 1872, que suprimió los
impuestos destinados a financiar la manumisión de quienes aún
continuaban sometidos al yugo de la esclavitud. Finalmente, el
Congreso Nacional de 1875, integrado en su totalidad por clérigos
y miembros de la clase terrateniente, ratificó la medida tomada
por el tirano, con el argumento de que dichos impuestos eran
"vejatorios y dispendiosos".
Cosa similar ocurrió en el campo de las relaciones
internacionales, donde los intereses de la nación fueron en
buena medida relegados en beneficio de los intereses de la Iglesia
católica. A través de un Concordato con la Santa Sede, el Estado
ecuatoriano renunció al Patronato sobre la Iglesia —que la Santa
Sede había reconocido de hecho desde décadas anteriores— y
su misma autoridad fue sometida al poder eclesiástico y a la
autoridad de los pontífices romanos, lo que equivalía a una
virtual renuncia de su soberanía. Por otra parte, García Moreno,
siguiendo los pasos de Flores, creyó hallar en un sometimiento
neocolonial la fórmula para garantizar la paz y el orden internos
que ansiaba la oligarquía. Expresión de ese modo de pensar
fueron sus cartas al ministro francés Trinité, solicitando un
protectorado para el Ecuador, y también su vergonzoso apoyo
a la intervención francesa en México, tan criticada y combatida
por los demás gobiernos latinoamericanos. En esa misma
línea política cabe inscribir la inicial resistencia del Ecuador a
incorporarse a la guerra defensiva contra España, con motivo de
Jorge Núñez Sánchez 45
24. LAICISMO VIVO
atacando por todos los medios al autor, con ánimo de descalificar
sus opiniones, y aun llegaron a prohibir su lectura, antelo cual Carbo
publicó un folleto ampliatorio de su denuncia, bajo el titulo de La
República y la Iglesia. Defensa de la exposición del Concejo Cantonal
de Guayaquil sobre la inconstitucionalidad del Concordato celebrado
entre el Presidente del Ecuador y la Santa Sede.
Veamos ahora cuáles eran esas disposiciones del Concordato
que afectaban a la soberanía nacional y a las libertades
públicas:
Por el artículo lo se consagraba ala religión católica, apostólica,
romana como la única de la república; se le garantizaban"todos
los derechos y prerrogativas de que debe gozar según la ley de Dios"
y se establecía que "jamás podrá ser permitido ningún otro culto
disidente, ni sociedad alguna condenada por la Iglesia", en una
obvia referencia a la Orden Masónica.
Por el artículo 3° se disponía que"la instrucción de la juventud
en las universidades, colegios, facultades, escuelas públicas y
privadas"fuese en todo aspecto"conforme a la doctrina católica".
Para ello se daba a los obispos "el exclusivo derecho de designar
los textos para la enseñanza (religiosa y moral)" y se otorgaba a
los prelados el derecho de "censurar y prohibir (...) los libros de
cualquier naturaleza que sean, que ofendan al dogma, la disciplina
de la Iglesia y la moral, debiendo vigilar también el Gobierno y
adoptar medidas oportunas para que dichas publicaciones no se
propaguen..."
Por el artículo 4° se entregaba a los tribunales eclesiásticos
la jurisdicción para juzgar asuntos eclesiásticos, de fe y sobre los
sacramentos"comprendidas las causas matrimoniales".
Por el artículo 110 el Gobierno se comprometía a conservar
los diezmos como tributo eclesiástico y a cuidar de que la Iglesia
y los curas se beneficiasen de él.
Por el artículo 19° se le garantizaban a la Iglesia la
conservación, adquisición y disfrute de propiedades (bienes de
manos muertas).
Jorge Núñez Sánchez 47
LAICISMO VIVO
la agresión ibérica al Perú por las islas Chinchas. Y finalmente
cabe mencionar su desmesurada reacción contra el movimiento
de unificación italiana conducido por el glorioso masón
Giusseppe Garibaldi, a consecuencia de haber privado al Papa de
sus enormes posesiones feudales, que impedían la integración
de Italia. Entonces, el régimen garciano acusó a Víctor Manuel de
Saboya, Rey de Italia, de haber cometido "un odioso y sacrílego
atentado" con "la inicua invasión de Roma", y, posteriormente,
emitió un decreto legislativo asignando una renta nacional
permanente al Papa, "para contribuir al sostenimiento del
gobierno universal de la Iglesia (...) ahora que hallándose el Padre
Santo despojado, por inicua usurpación, de sus dominios y rentas,
ningún gobierno católico cuida de cumplirlo..."
En ese crucial momento de la historia nacional, cuando
se había impuesto en el Ecuador el imperio del fanatismo y se
ejercitaba impunemente la violación de las libertades públicas,
los masones salieron en defensa de los intereses nacionales y de
los derechos ciudadanos. Uno de ellos fue el doctor Pedro Carbo,
quien, actuando en representación del Concejo Municipal de
Guayaquil, denunció ante la opinión pública los absurdos, vicios
y atentados jurídicos que conllevaba el Concordato fumado con
la Santa Sede, instrumento que contenía disposiciones contrarias
a la soberanía nacional, atentatorias contra la Constitución
del Estado y peligrosas para la libertad y dignidad humanas.
Denunció también que tal convenio había sido suscrito,
canjeado y ratificado por la sola voluntad del gobernante y sin
la correspondiente autorización o aprobación del Congreso
Nacional. Tal denuncia fue publicada en la Gaceta Municipal y
empezó a circular en el país y fuera de él, causando el consiguiente
escándalo, precisamente por lo acertado, preciso y patriótico de
la denuncia.
Obviamente, el documento del presidente del Concejo
Municipal de Guayaquil causó la irritada reacción de la Iglesia
y el Gobierno conservador. Varios obispos y clérigos replicaron
46 Jorge Núñez Sánchez
25. LAICISMO VIVO
Y, por el artículo 24° se revocaban todas las leyes, decretos o
disposiciones oficiales que afectaran en algo a los términos del
Concordato, que pasaba a considerarse para siempre "como ley
del Estado."
Como puede apreciarse, tales disposiciones eran en su
mayoría abiertamente inconstitucionales y todas ellas afectaban
los intereses de la nación, del fisco y de los ciudadanos, cuyas
libertades de conciencia, de expresión y de asociación resultaban
gravemente vulneradas.
Como la denuncia de Carbo y la municipalidad de Guayaquil
fuera elevada al Congreso Nacional para su conocimiento, en
1863, García Moreno sometió el Concordato al conocimiento del
cuerpo legislativo varios meses después de estarlo aplicando en la
práctica. Hizo más: amenazó con renunciar si no se ratificaba ese
írrito convenio y coaccionó moralmente a los legisladores para
alcanzar tal efecto. Al fin, el dócil Congreso aprobó el tratado de
marras con algunas modificaciones absolutamente secundarias,
que no alteraban su esencia.
De todos modos, quedó clara para la conciencia nacional e
internacional la abierta violación que el régimen garciano había
hecho de la Constitución y leyes del Ecuador. Entonces, en vez
de rectificar lo actuado y reformar el Concordato para ponerlo
a tono con la Carta Magna, el déspota y sus áulicos buscaron
reformar la Carta Magna para ponerla a tono con los sombríos
términos del Concordato. Eso fue precisamente lo que ocurrió
en 1869, cuando García Moreno, tras haberse proclamado
dictador (con ayuda del Nuncio Apostólico, monseñor Tavani,
que se dice coordinó el derrocamiento del presidente Javier
Espinoza), convocó a una nueva Convención Nacional, que dictó
la tristemente famosa Carta Negra, llamada así por su siniestro
contenido, conculcatorio de las libertades ciudadanas.
En ella se impuso como primer requisito de ciudadanía el
ser católico (art. 10). Igualmente, se estableció como causal de
suspensión de los derechos de ciudadanía el hecho de "pertenecer
48 Jorge Núñez Sánchez
LAICISMO VIVO
a las sociedades prohibidas por la Iglesia" (art. 11), lo cual
implicaba poner fuera de ley a la masonería y a cualquier otra
organización filosófica, política o religiosa que desagradara al
clero o al poder. Del mismo modo, se garantizó "la libre expresión
del pensamiento", pero colocando esta supuesta garantía bajo
la sombra de limitaciones y amenazas: "con tal que se respete la
religión, la moral y la decencia; pero el que abusare de este derecho
será castigado según las leyes..." (art. 102). Cosa igual sucedió con
el derecho de asociación pacífica, que se concedía pero con la
condición de que los asociados "respeten la religión, la moral y el
orden público" (art. 109); es decir, fijando como limite unos valores
intangibles, que por lo mismo eran indefinidos y podían dar lugar
a interpretaciones sesgadas y antojadizas por parte de la autoridad
o de la Iglesia. Por fin, en una expresa renuncia a la soberanía de
la nación, en ese mismo artículo 109 se estableció la siguiente
norma constitucional: "Los institutos católicos establecidos en la
República no serán extinguidos ni disueltos sino de acuerdo con
la Santa Sede", con lo cual el Estado ecuatoriano subordinó sus
potestades implicitas a la voluntad de un poder extranjero.
Dos años después de aprobada la Carta Negra, fue promulgado
un nuevo Código Penal, en el que se incluían disposiciones y
penas como éstas:
Art. 161: La tentativa para abolir o variar en el Ecuador
la Religión Católica Apostólica, Romana (...) pena de
muerte.
Art. 162: El que celebre actos públicos de un culto que no sea
el de la religión católica (..) uno a tres años de reclusión
e igual tiempo de extrañamiento (destierro) concluida la
primera condena.
Art. 163: El que inculcare públicamente la inobservancia de los
preceptos religiosos ( ..)(o)elque habiendo propalado doctrinas
o máximas contrarias al dogma católico, persistiese en
publicarlas después de haber sido condenadas por laautoridad
eclesiástica (..) tres a seis años de reclusión. El reincidente en
Jorge Núñez Sánchez 49
26. LAICISMO VIVO
en vigencia buena parte del envilecido sistema de intervención
eclesiástica en los asuntos del Estado. Fue solo con la revolución
alfarista, iniciada en 1895, cuando se rompió esa sombría
alianza entre la Iglesia y el Estado oligárquico, para dar paso a la
conformación plena de un Estado nacional.
Las medidas de laicización del Estado y la sociedad
ecuatoriana dictadas por la revolución alfarista abarcaron una
cantidad de tópicos de la vida social, que hasta entonces habían
estado controlados, dominados o monopolizados por la Iglesia.
Ellas fueron las siguientes:
1. La total separación del Estado y la Iglesia.
2. El establecimiento de la educación pública, laica y
gratuita.
3. La nacionalización de los bienes de manos muertas.
4. La nacionalización de los cementerios.
5. La creación del Registro Civil de las personas.
6. El establecimiento del matrimonio civil y el divorcio.
7. La abolición del diezmo.
Cada una de estas medidas tendía a solucionar antiguos
y sentidos problemas sociales, surgidos de la dominación
eclesiástica sobre la vida individual y colectiva de los ciudadanos,
dominación que abarcaba no sólo aspectos estrictamente
espirituales y de conciencia, sino también aspectos políticos
y económicos de la mayor importancia. Para una más fácil
comprensión de cada una de las medidas de la reforma alfarista,
hemos buscado describir particularizadamente, en las páginas
que siguen, las situaciones o hechos que las motivaron:
LA SE el6N-
DETESTADO Y LA IGLESIA
Es sabido que en la época colonial la Iglesia fue parte sustantiva
de la estructura de poder y que compartía con la monarquía
la administración del Estado, especialmente en aspectos tales
como los judiciales, los tributarios y los educativos.
Jorge Núñez Sánchez 51
LAICISMO VIVO
estos delitos (..) tres a seis años de extrañamiento.
Art. 165: El que hollare o profanare las imágenes o vasos
sagrados (...) cuatro a ocho años de penitenciaría.
ArL 169: Los que por medio de violencia, desorden o escándalo
impidieren o estorbaren el ejercicio del culto público (...)
seis meses a tres años de prisión.
Art. 170: Los que desempeñaren mando o presidencia o
hubieren recibido grados en una sociedad secreta de las que
están prohibidas por la Iglesia (léase logias masónicas N.
del A.), y los que prestaren para ellas las casas que poseen,
administran o habilitan (..) uno a tres años de prisión y el
doble tiempo de extrañamiento. (..) Los demás afiliados
(...) seis meses.
Ese era el sombrío marco jurídico-constitucional impuesto
por la tiranía garciana en su renombrada República del Corazón
de Jesús y por el cual muchos ecuatorianos fueron apresados,
desterrados, torturados o fusilados, en algunos casos sin fórmula
de juicio, por el solo delito de expresar libremente sus opiniones
o de resistirse a las imposiciones ideológicas del régimen.
A la sombra de esa tiranía institucionalizada y utilizando en
forma totalitaria su condición de religión oficial del Estado, la
Iglesia católica ecuatoriana intervino abiertamente en la política
nacional, para beneficiar sus intereses institucionales y ayudar
políticamente al denominado Partido Garciano. Quizá el abuso
más generalizado fue la imposición de que los ciudadanos, para
participar en las elecciones, debieran comprobar su condición
de católicos practicantes mediante la presentación de un certifi-
cado del cura de su parroquia, lo que implicaba una abierta coer-
ción contra toda forma de disidencia ideológica.
LA CONFIGURACIÓN DEL ESTADO LAICO
Tras el tiranicidio de García Moreno, se atenuaron las medidas
persecutorias contra los opositores del clericalismo, pero siguió
50 Jorge Núñez Sánchez
,-
WIP.MMI~IMIMMIMIUMNMC
27. LAICISMO VIVO
Al hallarse calificados como delitos públicos una serie de actos
individuales relativos a la conciencia —que hoy entran, cuando
más, en la calificación religiosa de pecados— la Iglesia participaba
en la administración de justicia con sus pi7
óPios tribunalesulps,
cuales, según el delito, podían sentenciar a los acusados inclusive
ala pena capital, recibiendo plena colaboración de las autoridades
civiles para la aprehensión, reclusión o ejecución de los reos. Los
delitos sometidos a la jurisdicción de los tribunales eclesiásticos
abarcaban una amplia gama, que iba desde el concubinato hasta
la herejía, pasando por la bigamia, la idolatría, la hechicería, la
blasfemia, la solicitación, y también la publicación, difusión,
comercio o lectura de libros prohibidos.
Particular preocupación le merecían a la Iglesia colonial
sz
aquellas acciones humanas que implicasen un libre ejercicio
del pensamiento o de la conciencia religiosa, por cuanto éstas
atentaban contra su absolutista y totalitaria concepción del
mundo. Pero la Iglesia no sólo perseguía a herejes, descreídos o
apóstatas, sino inclusive a quienes, siendo católicos practicantes,
se apartaban en algo de la doctrina oficial de la fe, tales como
aquellos religiosos o seglares que dudaban de la Santísima
Trinidad, por ejemplo.
Para la persecución, investigación, juzgamiento y sanción de
todosos delitos contra la fe, la Iglesia y el Estado monárquico
instituyeron el Santo Oficio, llamado también Inquisición,
organismo que alcanzó terrible fama en el mundo por la sevicia,
crueldad y barbarie de sus acciones, que incluían el uso de
refinados4Otodos de tortura, de sistemas de avergüenzamiento
público y de brutales ceremonias de quema de "enemigos de la fe"
Itn la hoguera. Precisamente esas bárbaras acciones motivaron
rrá Cortes Constitucionales de Cádiz, en 1812, a eliminar la
quisicióIn th
Al producirse la independencia de nuestros países, todos los
nuevos Estados se constituyeron bajo el régimen republicano y
democrático, instituyendo el sistema de separación de poderes
Jorge Núñez Sánchez
LAICISMO VIVO
y asumiendo como tarea exclusiva del Estado la referente a la
persecución, juzgamiento y sanción de los delitos. Con ello, quedó
eliminada de hecho la participación de la Iglesia en el ámbito
judicial, civil y penal. Sin embargo, la acción de la Iglesia siguió
entremezclada y confundida con la del Estado en los otros dos
ámbitos mencionados, esto es, en el educativo y el tributario.
De otra parte, durante la época garciana (1860-1875), se
produjo una restauración de los antiguos vínculos entre la Iglesia
y el Estado, mediante la firma del Concordato con el Vaticano.
Una vez estallada la revolución alfarista, el centro de mayor
resistencia contrarrevolucionaria estuvo paradójicamente en
Manabí, cuna de Eloy Alfaro y de algunos de los más aguerridos
jefes revolucionarios. La razón de ello estribaba en la presencia
del obispo '
Schumacher. Lanzando r{iaíenas contra los
insurgentes, el terrible obispo condenó al liberalismo en los más
duros términos y atacó con particular furia a los curas de pueblo
que participaban en la revolución. No debe extrañarnos, pues,
que uno de los primeros actos de los revolucionarios manabitas
haya sido capturar a tan temible enemigo, que finalmente fue
liberado y, ala cabeza del Batallón No 4, emprendió una admirable
caminata de treinta días por selvas y cordilleras y logró salir a
Quito. Su presencia galvanizó pueblo católico de la capital,
que se preparó para erra civil siguiendo las exhortaciones
de la jerarquía eclesiástica.
Pero el verdadero enemigo; es decir, la oligarquía clerical-
terrateniente de la sierra, era irreductible por medios pacíficos y
no estaba en disposición mental ni política de ceder fácilmente
el campo a esta nueva revolución que había estallado en la costa.
Así, contando con el poderoso apoyo de la Iglesia, se preparó
afanosamente para la guerra: hizo colectas públicas, dispuso
una recluta en las provincias del interior y ordenó movimientos
de tropas encaminados a cerrar todo posible acceso a la región
interandina desde la costa. Paralelamente, la Iglesia desarrolló
una activísima campaña ideológica en las ciudades y pueblos del
Jorge Núñez Sánchez 53
28. LAICISMO VIVO LAICISMO VIVO
altiplano, estimulando el enrolamiento campesino mediante un
llamado a la "guerra santa" contra el liberalismo.
Entretanto, Alfaro, masón de altas prendas morales y amigo
de la fraternidad humana, enviaba Comisiones de Paz a Quito y
Cuenca, en busca de un arreglo político que abriera el camino
a la reforma liberal, aunque fuese al costo de hacer notorias
concesiones a los contrarios. Pero la oligarquía conservadora
de la sierra se mostraría soberbia y prepotente y se negaría a
todo acuerdo de pacificación, mientras que la clerecía quiteña
organizaba procesiones de fe militante y clamaba desde los
púlpitos reiteradas convocatorias a la "guerra santa". Por su parte,
los obispos de Riobamba y Loja, siguiendo la línea marcada
por el Arzobispo de Quito, atizaban el fuego de la guerra en sus
jurisdicciones.
Tras el triunfo estratégico de Gatazo (15 de agosto de 1895), ya
nada pudo detener al ejército alfarista en su avance hacia Quito.
El 4 de septiembre, luego de recibir la adhesión entusiasta de los
pueblos del centro del país, el Viejo Luchador entraba finalmente
en la capital, en medio de los aplausos de la multitud. Empero,
ese acto no marcó el fin de la guerra civil ecuatoriana sino el
inicio de su segunda fase, que habría de durar varios años más, a
través de continuos alzamientos armados de los conservadores
y el clero, quienes incluso llegaron a retomar Cuenca el 5 de julio
de 1896 y a invadir reiteradamente el Ecuador desde Colombia,
siendo finalmente vencidos por el ejército liberal.
La toma del poder por el ejército alfarista fue solo el comienzo
de un amplio esfuerzo de renovación y modernización de la
sociedad ecuatoriana. El programa de la reforma liberal fue
esbozado en el editorial del Registro Oficial del 3 de septiembre
de 1895:
Regeneración de la república.
Paz en el exterior.
Orden, honradez y reorganización en régimen interno.
Fomento al comercio y las industrias, desarrollo de las artes,
54 Jorge Núñez Sánchez
protección a las ciencias.
Mejora y aumento de la instrucción pública.
Arreglo y fiscalización de las finanzas del Estado.
Mesura y equidad en el reparto presupuestario.
Régimen de responsabilidad para los funcionarios públicos.
Respeto a las garantías constitucionales.
Fomento de la inmigración.
Respeto para la religión nacional y consideración para las
ajenas creencias.
Impulso a la agricultura.
Multiplicación de las vías de comunicación inter-regionales.
Construcción de ferrocarriles.
Perfeccionamiento de las instituciones militares.
Empero, la mejor definición del programa revolucionario
fue quizá el "Decálogo Liberal" publicado en el periódico El
Pichincha bajo el seudónimo "Somatén", que rezaba:
1. Decreto de manos muertas.
2. Supresión de conventos.
3. Supresión de monasterios.
4. Enseñanza laica y obligatoria.
5. Libertad de los indios.
6. Abolición del Concordato.
7. Secularización eclesiástica.
8. Expulsión del clero extranjero.
9. Ejército fuerte y bien remunerado.
10. Ferrocarriles al Pacífico."
En síntesis, se trataba de una revolución de carácter laico
y con fuerte acento anticlerical, que se proponía separar
radicalmente al Estado de la Iglesia, refrenar toda intromisión
clerical en la política, nacionalizar y secularizar al clero,
nacionalizar los bienes de manos muertas y extirpar del país a las
órdenes religiosas, por considerarlas instituciones socialmente
parasitarias y económicamente acaparadoras de bienes ajenos.
Jorge Núñez Sánchez 55
29. LAICISMO VIVO
La Religión de la República es la católica, apostólica, romana,
con exclusión de todo culto contrario a la moral. Los Poderes
Públicos están obligados a protegerla y hacerla respetar.
Lo más que consiguieron los radicales fue que en el artículo
13, como parte de las garantías constitucionales, se hiciera
constar que:
El Estado respeta las creencias religiosas de los habitantes del
Ecuador y hará respetar las manifestaciones de aquéllas. Las
creencias religiosas no obstan para el ejercicio de los derechos
políticos y civiles.
Y, que en el artículo 37 se prohibiera la inmigración de
comunidades religiosas extranjeras y se dispusiera que:
Ningún eclesiástico que no fuere ecuatoriano de nacimiento,
(podría) ejercer prelacía ni servir beneficio en la Iglesia
ecuatoriana, ni administrar bienes de los institutos monásticos
existentes en la República.
Además, una reforma al Código Penal capacitó al poder
público para calificar y censurar los sermones eclesiásticos, en
busca de refrenar las incitaciones subversivas que se hacían
desde los púlpitos.
En general, esta Asamblea Constituyente fue un frustrado
intento del radicalismo por aplacar la furia de reacción
conservadora, delimitando jurídicamente los alcances de la
revolución. En la práctica, fue un error político notable, pues
no consiguió calmar la subversión clerical-terrateniente pero
sí refrenó el ímpetu revolucionario, en un momento en que
la realidad del país imponía primero la liquidación total del
viejo régimen, mediante audaces medidas de reforma social y
política, antes de proceder a una institucionalización legal de la
revolución.
Asunto importante fue la apertura de negociaciones con
el Vaticano, que envió un delegado apostólico para exigir del
gobierno liberal la observancia fiel del Concordato instaurado
en tiempos de García Moreno y levemente reformado en 1882.
Jorge Núñez Sánchez 57
LAICISMO VIVO
Paralelamente, con la institución de la "educación pública laica
y obligatoria" se buscaba ampliar y democratizar la acción del
Estado, limitar la influencia ideológica de la Iglesia y los sectores
conservadores, y crear una nueva conciencia ciudadana,
proclive al libre pensamiento y a la tolerancia. Adicionalmente,
contando, como contaba, con el decidido respaldo de unos
pocos sacerdotes revolucionarios, que actuaban junto al pueblo
y contra los mandatos de su jerarquía, la revolución pretendía
estimular el desarrollo de una "Iglesia nacional y popular", que se
levantara como una alternativa frente a la Iglesia pro-oligárquica
existente, dominada en buena medida por obispos y sacerdotes
extranjeros.
De otra parte, se trataba de una revolución burguesa y
nacionalista, que pretendía integrar a las aisladas regiones
ecuatorianas, fortalecer al país para su defensa y buscar
paralelamente la resolución del secular problema territorial con
el Perú, por medios pacíficos. Empero, tan ambicioso proyecto
nacional debía chocar inevitablemente con muchos intereses
creados, puesto que no solo se orientaba a destruir políticamente
al régimen clerical-conservador sino que, en lo económico,
se enfilaba contra el sistema terrateniente en su conjunto,
afectando por igual a los bienes de la Iglesia y de los hacendados
en general, independientemente de su filiación política. De ahí
que el proyecto revolucionario hallara resistencias inclusive al
interior de las filas progresistas, donde, en general, lo apoyaban
los radicales y lo resistían los liberales de la vieja escuela, quienes
querían a lo más una tímida reforma política.
Eso quedó claramente demostrado en la Convención
Nacional de 1896-1897, durante la cual el grupo radical buscó
consagrar en la nueva carta política del Estado el principio de
la más amplia libertad de cultos, mientras que el bando liberal
defendió el reconocimiento de la religión católica como la oficial
de la república. Al fin, tras arduos y encendidos debates, se
aprobó el artículo 12, que rezaba:
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